En el año 1971 un grupo especializado, realizó un estudio para comprobar si era económicamente factible que Rosario contara con un sistema de trenes subterráneos. Este artículo hacía notar un proyecto del Plan Regulador de Rosario de 1935 donde se hablaba de la construcción de una red de subterráneos que partían del casco céntrico hacia el norte, oeste, suroeste y sur de la ciudad. Pero en este proyecto, que se preveía realizar en tres etapas, los cálculos de viajes por habitantes (157 hab./año), no resultaban alentadores al compararlos con ciudades como Nueva York, París, Berlín y Chicago (sic). Sólo se justificaría, decían en 1935, si la población rosarina- se acrecentara. En el año 1952 se volvió a realizar otro proyecto con tres líneas: una al norte hasta Alberdi, otra al oeste hasta Barrio Beigrano y la restante al sur hasta las cercanías del Saladillo, todas partiendo de la Plaza Sarmiento. Hubo otra propuesta de una sola línea que cruzara la ciudad de avenida Alberdi y Génova a San Martín y Ayolas pasando por el centro. Pero persistía el problema de la cantidad de viajes que, aunque aumentó a 238 hab./año, seguía siendo poco rentable. El problema se radicaba en la densidad demográfica de la ciudad que era muy populosa en el centro pero densamente inferior en los barrios. Este proyecto de 1971 indicaba que la Única solución factible para que Rosario contara con una red de subterráneos, era si se la incluía dentro de un sistema metropolitano, con líneas a nivel y aéreas, incorporando las ciudades vecinas dentro de la red troncal como San Lorenzo, Roldán, Pérez o Arroyo Seco. El número que resultaba de este proyecto, de viajes por cantidad de habitantes, se acercaba más a lo que ocurría en otras ciudades europeas, comparación que tal parece hace 40 años se tenía muy en cuenta.
Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región”. Fascículo N.º 125 de Diciembre de 2013.
