Los periódicos locales entre negativas, advertencias y augurios
Por Miguel De Marco (h)
"Hay una gran diferencia de cómo se haya nuestra clase obrera y la de Europa. Aquí las ideas socialistas carecerían de sentido porque el obrero puede llegar a ser propietario con la mayor facilidad. En Europa conmemoran el 1ª de Mayo por motivos lamentables de opresión del obrero. Aquí nosotros asociamos el 1° de mayo con otras cosas: Hace 32 años que el general Urquiza se pronunció contra Juan Manuel de Rosas, el primer paso de la culminación de la tiranía. Hoy en Santa Fe se debe abrir un nuevo hospital, hoy se coloca en Morteros, la piedra basal de una colonia nueva, destinada como han sido otros un centro de progreso de habitantes felices". "La Capital", 1 de mayo de 1892.
El relevamiento de los diarios rosarinos en relación con los primeros aniversarios del Día del Trabajador, entre 1890 y 1893, permite observar el marcado escepticismo de sus redacciones acerca del porvenir y arraigo de esta efeméride en la Argentina, partiendo del concepto de que las reivindicaciones sociales y el movimiento obrero no tendrían razón de ser en un país que ellos consideraban como tierra de oportunidades igualitarias.
Sí, en cambio, se conmemoraban usualmente en dicha fecha dos acontecimientos considerados "basales" de la historia nacional, provincial y local: el pronunciamiento del general entrerriano Justo José de Urquiza contra el de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas y la sanción de la Constitución nacional de 1853. La crisis financiera, el despilfarro económico y la corrupción moral ponían en jaque a la presidencia de Miguel Juárez Celman. El único había sometido los poderes del Estado al Ejecutivo, establecido la hegemonía de su sector interno del Partido Autonomista Nacional en los gobiernos provinciales, a través de la manipulación electoral, la presencia de fuerzas de seguridad inconstitucionales y las concesiones de obras públicas y de transporte.
El crecimiento basado en el endeudamiento externo fue uno de los flancos más débiles del modelo. A principios de 1890, meses antes del estallido revolucionario del Parque de Artillería, no había circulante en la calle. En la provincia de Santa Fe, los sectores más afectados por la crisis fueron los de menores recursos de Rosario —que tenía por entonces 70.000 habitantes, dé los cuales el 41 % eran extranjeros— y el Estado, responsable de garantir los servicios esenciales.
El gobernador Juan Manuel Cafferata había asumido el 7 de abril, en la cresta de la crisis pronta a estrellarse contra la arena política. En ese mismo mes nació oficialmente en Rosario la Unión Cívica, que ya venía reuniéndose con la mayor cautela, y aceleró los trabajos conspirativos para adherirse a un movimiento armado nacional. Por su parte, las fuerzas productivas de Rosario activaron los trabajos de la Unión de Contribuyentes para exigir moralidad en la Intendencia y una rebaja en las tasas.
Paralelamente, en el seno del Club Vorwarts, de la Capital Federal, surgió la idea de celebrar el 1 de Mayo, a los efectos de cumplir las resoluciones del 1 Congreso Internacional Obrero de París, en conmemoración de los mártires de Chicago y sostener la implementación de una jornada de ocho horas. El presidente de la comisión creada a tal fin, José Winiger, redactó un manifiesto dirigido a todos los trabajadores de la República. Los 20 mil ejemplares impresos fueron distribuidos entre Rosario, Buenos Aires y Bahía Blanca.
"Esos gringos extravagantes"
En nuestra ciudad, los anarquistas tenían más adherentes que los socialistas, en el seno del movimiento de los obreros. Los panaderos ya habían puesto en circulación el periódico "El Obrero Panadero", dirigido por el anarquista Francisco Berri.
Ante la proximidad del anunciado acto, la policía advirtió al gobierno que se habían incrementado las reuniones de "los gringos extravagantes, que usaban corbata negra y moño volador", y que una mujer, Virginia Volpe, había distribuido unos manifiestos mandados desde Buenos Aires.
El 23, de abril se resolvió crear un sección del Comité Internacional par cumplir las disposiciones del Congreso Socialista Obrero de París.
La concentración del 1 de Mayo ei Rosario se realizó en la plaza López zona entonces de extramuros y qrn tenía una fisonomía muy distintala actual. Era propiamente un bosque, con eucaliptos de 35 metros de altura. La columna de los obreros abarcó media cuadra, y el "pésimo" mal tiempo por jugó en contra de una mayor convocatoria.
La manifestación estaba encabezada por una bandera de luto, con la inscripción "1 de Mayo, Fraternidad Obrera Universal", en letras rojas, que fue llevada por un miembro de la comisión organizadora rodeado por una guardia de honor.
Una coincidencia histórica
Por calle Comercio (Laprida) la marcha llegó hasta Mendoza, tomó por Buenos Aires, continuando hasta la plaza 25 de Mayo, cuyo contorno recorrió —bajo la atenta mirada de los funcionarios de la jefatura política—siguiendo por Córdoba, Puerto (San Martín), San Luis y Entre Ríos, hasta Urquiza, donde se encontraba el predio construido por el circo Frank Brown. La historia quiso que ese lugar, donde se realizó la primera concentración obrera rosarina por el Día del Trabajador, fuera el solar donde naciera el Che Guevara.
En el acto hizo uso de la palabra el italiano Juan Invaldi, "quien en el bello idioma del Dante" pronunció un discurso sobre el derecho de gentes y encomendó a los obreros calma y tranquilidad, instrucción, templanza, unión y solidaridad.
En ese espectáculo cosmopolita, el cronista no pudo precisar el nombre de todos los oradores y de los distintos idiomas que allí se escucharon. Rafael Torres predicó a la concurrencia moderación y unión entre los obreros.
En el acto se resolvió la constitución de un comité provisorio para recibir adhesiones, que funcionaría en el café "La Bastilla", reducto de los anarquistas en el centro de la ciudad, y se consideró la necesidad de formar comités por nacionalidades. Así se envió a Buenos Aires el siguiente despacho telegráfico: "Los obreros de Rosario, reunidos en número de mil, festejaron el 1° de mayo; orden del día, solidaridad al Congreso Internacional Obrero. Tiempo malo, demostración imponente, en orden, tranquilidad, animación".
Una prueba de que el gobierno de Santa Fe, antes de la reacción que despertó en el oficialismo la participación de los extranjeros en las revoluciones de 1893, no guardaba mayores temores hacia el movimiento obrero, es que en el operativo de seguridad del acto figuraron solamente dos oficiales y seis soldados, a caballo, del Batallón de Bomberos.
"Una planta exótica"
En los periódicos de época, oficialistas y opositores, acuerdistas e intransigentes, se observa que el surgimiento del movimiento obrero, entre 1890 y 1893, "fue simpático' a la opinión pública, por su carácter reivindicador de los derechos de los trabajadores y por su postura no violenta.
La principal preocupación de los sectores liberales, conservadores e independientes, que apoyaban al régimen liderado por el general Julio A. Roca, era salir de la crisis financiera y conseguir la estabilidad política integrando o anulando a la intransigencia radical. El movimiento obrero no parecía constituir un peligro al orden establecido. Además, en la élite dirigente existía el convencimiento de que si bien los obreros tenían necesidades "que merecían ser tenidas en cuenta, para el progreso de la sociedad en general", no sufrían las condiciones de vida que los atormentaban en Europa, en especial en Inglaterra, Francia y Rusia, porque en Santa Fe, aseguraban, cualquier inmigrante recién llegado "podía ser propietario con facilidad".
Los periódicos rosarinos, "La Capital", de filiación liberal mitrista, "La Razón", liberal modernista, y "La Opinión", órgano del gobierno provincial aseguraban que ni el socialismo ni L conmemoración del Día del Trabajado tendrían razón de ser.
"Aquí en América, la Virgen del Mundo, cómo pueden algunos seriamente hablar de socialismo. Cuáles son la causas que pudieran determinar aquí si existencia. Acaso, como en Rusia, en poblaciones americanas, poblaciones enteras se están muriendo de hambre. Hay aquí divisiones de castas. Acacase el 1º de Mayo, aniversario de 1 socialistas, de la primera huelga ui versal y nosotros no vemos el porque de tales pretensiones. El socialismo nc pasa entre nosotros de ser una planta exótica. El socialismo y el anarquismo están entrelazados. El socialismo dado su punto de partida es impotente para- edificar y viene el anarquismo señalarle lo que hacer, destruir, ya que el socialismo no sabe edificar. Hecho el vacío del amor, arquitecto que lleno la tierra, el anarquismo es la fermentación de muchas malas ideas, representando un siglo de propaganda irreligiosa". "La Capital", 22 de abril de 1892. Dos días antes el mismo matutino explicaba: "Pocos saben que también en nuestra ciudad se va a celebrar la fiesta del primero de mayo. La conmemoración entre nosotros revestir sin embargo un carácter muy distinta al utilizado en Europa, que mantienen en alarma a la policía. El ambiente e completamente distinto y las necesidades por las cuales luchan los obreros de allí. En Europa sabe que ni ni sus descendientes jamás llegarán independizarse. Los obreros de aquí no en el grado de el de allí tienen también. necesidades que merecen ser tenida en cuenta y cualquier esfuerzo que se haga para superarlas, merecen el apoyo, que son conducentes al progreso de la sociedad en general". "La Capital", 2 de abril de 1892.
Y reflexionaba en lo que en su opinión podría el socialismo ser útil: "En Argentina, la justicia raramente s encuentra para el pobre, si se comen ten atropellos contra las clases meno acomodadas, creen que asociándose podrán obtener algo en este sentido. Puede que tengan razón. La clase obre ra es perjudicada también por la especulación, que no pueden adquirir cosas de primera línea y por eso dicen que no se los protege en su salud. Los organizadores dicen que el acto en Rosario será muy modesto, debido a las circunstancias políticas que el país atraviesa y que podrían hacer confundir esta manifestación como política". "La Capital", 20 de abril de 1892.
La conmemoración del 1º de Mayo, en 1891 y 1892, fue inadvertida, porque diferencia de 1890 regía el Estado de sitio en todo el territorio nacional. gobierno provincial no autorizó las celebraciones programadas para el 1º Mayo de 1892, pero las reuniones formativas que se impartían de noche y forma gratuita en la sede de la Sociedad Internacional Obrera, en San Lorenzo 253, se realizaron en forma continua sin ningún tipo de restricciones: "En local privado, reuniéronse alrededor de 80 socialistas en su mayoría obreros, celebrando a su modo la moderna fecha del j0 de Mayo. Previo lujo de discursos breves pero incisivos, en los cuales la nota resaltante fue la lucha entablada entre el Capital y el Trabajo, -y después de apreciaciones muy discutibles por lo que respecta al socialismo en América-se resolvió transmitir un telegrama al centro socialista de París, adhiriéndose en todo y por todo, a sus resoluciones y propaganda. Se nos informó que los que dirigían la reunión, que los socialistas del Rosario elaboraron un manifiesto, que publicaremos cuando acaben las medidas del Estado de sitio. Los socialistas de aquí, han estado este año muy prudentes y bastantes templados". "La Razón", 2 de mayo de 1892. Este vespertino dio a conocer que existía en Rosario un escritor socialista que insistentemente llevaba sus artículos al periódico pero que no estaban dispuestos a publicarlo: "empeñándonos nosotros a no darle el gusto hasta que cambie su manera de pensar", amonestó aunque para demostrarle a sus lectores el talante de esta persona teniendo en cuenta que "para muestra bastaba un botón" transcribió el siguiente fragmento: "El argentino creyó que, dando un esfuerzo magno a la industria, el comercio, a las artes, a la política y a las letras, podría ocupar fácilmente una silla de honor a la altura de las naciones europeas.
Mas se olvidada de un punto capital, se olvidaba de la base y quería hacer un monumental edificio olvidando adoptarse ideas socialistas que le hicieran reformar la religión de sus padres". "La Razón", 19 de enero de 1892.
Teodoro Malony, el primer secretario de Partido Internacional Socialista Obrero (PSI) de Rosario, escribió una carta pública al director del diario "La Capital", Ovidio Lagos, fechada en la capital provincial, 10 de mayo de 1892, en que denunciaba que en razón del estado de sitio y "por ser de carácter socialista la federación de trabajadores de Santa Fe", el Jefe Político de esa ciudad había prohibido la celebración del 1º de Mayo proyectada en el Jardín del Recreo. Pero que aun así se reunieron en el local de la asociación dando un resolución donde se ponía "en solidaridad y estrecha unión con el gran Partido Internacional Socialista Obrero"; hacía suyo "el programa socialista cuyas bases se hayan trazadas y precisadas en El Manifiesto Comunista, escrito en 1847 por Marx y Engel"; y que concientes de su misión, "declaraban su separación de los anarquistas, tanto a su descabellada teoría como a su táctica criminal". Por último, Malony explicaba a Lagos que de acuerdo a tácticas adoptadas por los congresos socialistas constituían "un partido político obrero, por si solos, separados de los partidos burgueses", y que trabajarían en la constitución de sociedades gremiales, sindicatos y sociedades obreras "de resistencia para la lucha económica contra el capital, con carácter socialista". Desde el diario "La Capital' se le respondió que "Aquí en Rosario, la burguesía la constituyen los mismos trabajadores, que han dejado de serlo por haber adquirido fortuna, por eso no nos explicamos la razón de esta asociación aquí, que bien podría existir en Europa", "La Capital", 5 de mayo de 1892.
El diario "La Opinión", oficialista galvista, y sostenedor del gobierno provincial y municipal opinaba días, des-pues del Día del Trabajador de 1891: "Después de todo y observando las múltiples evoluciones del socialismo, se ve que persiguen utopías. Y utopía es pedir que el Estado de mordiscos de capital para que reparta esos trozos entre el obrero. Con imprevisión que no tardará en pasarle, el gobierno alemán ha sido el primero en atender este pedido y la Francia le ha imitado. Tenemos, pues, en ambas naciones al Estado ejerciendo el papel de sociedad de mutuo socorro para los obreros. Los economistas se alarman y con razón. Es una carga enorme la que se ha hecho al Estado. Carga que tendrá que arrojar de sus hombros más tarde o temprano. Porque el Estado no puede dar más que lo que le dan sus habitantes; esto es el Capital y la industria del país. Si estos son prósperos, la prosperidad alcanzaría a todos, si su situación es precaria, el Estado tiene que reflejar esa situación. La situación del obrero no es tan precaria como la pinta el socialismo. Su presente es mucho mejor que su pasado. Excepto en un número no muy grande de de clases o gente pobre explotada en Inglaterra y Francia, los restantes son sueldos bien remunerados. El Estado con funciones en la que no debe inmiscuirse, desanimara a los industriales y producirá emigración de capitales, dado que estos encontrarán en el exterior mejores condiciones, "La Opinión", 23 de agosto de 1891.
Por último cabe señalar que el diario "El Municipio", de Deolindo Muñoz, convertido en bastión de la Unión Cívica que había dicho presente en la Revolución del Parque de Artillería de 1890, apoyó la realización del 1º de Mayo de ese año. Ese día, pero de 1891 escribió: "Defensores de todo lo que significa progreso e igualdad, hemos visto con placer desarrollarse entre los obreros el espíritu de asociación, cuyas ventajas morales y materiales todos los gremios reconocen. El año pasado en ocasión del primero de mayo, fuimos los únicos en considerar bajo el punto de vista de la ciencia social y del derecho democrático las aspiraciones de la federación obrera internacional, creada por legítimas necesidades y desarrollándose en medio de las vicisitudes de este siglo hasta formar una religión, cuyos principios fundamentales son tan sagrados y sociales, como los del Evangelio cristiano y de la moral socrática. Hemos aplaudido y aplaudiremos la adhesión de los obreros residentes en nuestro país a las manifestaciones que celebránse en Europa".
Aun así expresó sus reparos: "Sin embargo y con toda franqueza afirmamos que de ninguna manera serían aceptables aquí las formas de manifestaciones que se practican en Europa (en sus regiones industriales), donde el pobre trabajador gime y muere de escófulas y anemias, enterrado durante la mayor parte del día en las minas o asfixiados por la atmósfera de los talleres. Si allá las masas populares tienen derechos a protestar en huelga, aquí no pasaría de absurda una tentativa violenta, siendo que aun en las condiciones presentes, la República Argentina ofrece al obrero y al trabajador en general medios de vidas más amplios y más fáciles que en otro país del mundo". "El Municipio", 1° de mayo de 1891.
¿SABÍAS QUE LA CALLE 1º DE MAYO NO SE DENOMINA Así POR EL DÍA DEL TRABAJADOR?
En el primer nomenclador de 1903 se explica el porqué de la denominación de la calle 1° de Mayo: "Recuerda la fecha del pronunciamiento del general Urquiza contra la tiranía de don Juan Manuel de Rosas el año 1851, y se conmemora, a la vez, la fecha en que se sancionó en 1853 la Constitución que nos rige". Como se señala en la colaboración adjunta: "La interpretación inicial del 1° de Mayo en Rosario", según la dirigencia local de fines de siglo XIX, (que asociaba al progreso institucional, económico, cultural y social experimentado hasta entonces en Rosario con la caída del rosismo, el triunfo de Urquiza y la apertura de los ríos al comercio internacional), la nomenclatura urbana debía representar esa identificación. Por eso se perpetuó en el nombre de aquella calle el pronunciamiento contra Rosas, entendida como el origen de los acontecimientos que condujeron a la declaratoria de Rosario como ciudad, y la sanción de la Constitución Nacional, el 1º de mayo de 1853. En la misma manzana, a la calle siguiente, se la denominó 25 de Diciembre, fecha en la que Rosario adhirió a la causa urquicista, (actualmente Juan Manuel de Rosas), y se impuso a otras el nombre de Urquiza, Constitución y Caseros.
De allí que quizás, bastante entrado el siglo XXI, sería conveniente de que se denomine "Del Trabajador", a un paseo, calle o espacio de Rosario, recordando específicamente a la conmemoración que pugnaron exteriorizar a partir de 1890 los promotores del Día Internacional del Trabajo. Nota del Director General.
Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región” Fascículo N.º 128 de Abril de 2014