Por
Juan Pablo Robledo
El Hospital Centenario es unas de las instituciones de salud pública más antigua de la ciudad, cuyos orígenes datan de principios del siglo anterior. La idea fue impulsada por el doctor Cornelio Casablanca, quien lanzó el proyecto de honrar al Centenario de la Revolución de Mayo con una obra que excedieran los habituales festejos, los fuegos artificiales e iluminaciones: crear un hospital público. En sus paredes se encuentran silenciosas, la memoria y la historia de Rosario.
Un proyecto que empieza a tomar forma
La idea de impulsar la creación de un Hospital Centenario había surgido, en vísperas del aniversario de los cien años de la Revolución de Mayo, tomando la iniciativa y comprometiéndose a recaudar los fondos necesarios el gerente del Banco Español del Río de la Plata, el doctor Cornelio Casablanca, por cuyo impulso se creó la Junta Pública Pro Hospital, que él mismo presidía y que era una verdadera constelación de apellidos reconocidos: Lisandro de la Torre y Martín de Sarratea como vicepresidentes; José Castagnino y Angel Muzzio como tesorero y pro tesorero, entre otros.
Estos hombres se reunían en el seno del Jockey Club, donde intercambiaban ideas sobre el tema. Hablaban sobre la "segunda ciudad de la República de poseer una construcción de un hospital grandioso, capaz por sí mismo no sólo de lograr su objetivo, sino de construir un orgullo sudamericano”.
"De utilidad inmediata..."
El 6de mayo de 1910, se firma y se hace público un manifiesto dirigido al pueblo de Rosario expresando los dignos fines perseguidos y haciendo un llamado a todos, pero principalmente a los hombres de fortuna a colaborar con donativos: "Los ricos tienen una función que legitima las diferencias de fortuna y deben demostrar que son dignos del envidiado lugar que ocupan. Entre una obra puramente artística y otra que, sin excluir el arte, fuere a la vez de beneficencia, enseñanza científica y utilidad inmediata, nos quedamos con lo segundo..."
El propósito de transferir a la ciudad una donación digna del centenario logró entonces una hoy añorada unanimidad: levantar, merced al aporte económico privado, simultáneamente un hospital, una escuela de medicina y un policlínico de grandes dimensiones.
Las donaciones de los vecinos prestigiosos formaron rápidamente la importante suma de $1.650.000, a lo que poco después se agregarían aportes provinciales y nacionales y las cuatro manzanas cedidas por la municipalidad. Eso hizo posible el comienzo de los trabajos de construcción, de acuerdo con el proyecto del arquitecto francés René Barba, a quien secundaba un prestigioso médico, el doctor Tomás Varzi.
Honrar a la salud
El diario "La Capital" señalaba por esa fecha: "Dicho hospital tendrá un programa de aproximadamente 300 camas divididas en dos servicios (hombres y mujeres); dos servicios de cirugía, un servicio de medicina para niños; uno de oftalmología, uno de piel, sífilis y venéreas; uno de laringología y uno de vías urinarias. Si el terreno se prestase, por su extensión, podría construirse un pabellón aislado, para tuberculosos. Honraría a la ciudad este hospital."
Las obras, comenzarían recién en 1913, pero la crisis derivada de la Primera Guerra Mundial provocó cada vez mayores retrasos en su marcha. Fueron subsidios provinciales y nacionales los que posibilitaron que el proyecto (que en principio parecía una utopía motorizada por el sector privado) terminara finalmente en realidad, a lo que debe sumarse una importante donación de Adolfo Rueda, fallecido en 1918, que permitió completar los fondos necesarios para la construcción de la mayor parte de los pabellones planificados.
El Centenario (como se lo denominaría popularmente) sería reflejo, entonces, de ese fervor de Mayo de 1910, que iba a impulsar, como nunca antes ni después, que los excedentes económicos de un sector se volcaran a una obra comunitaria. Una decisión que, transcurrido casi un siglo, sigue vigente. Como dijo un pensador "Lo más bello y noble de la vida radica en hacer algo más perdurable que la vida misma. Que lo que hagamos nos sobreviva" y el hospital Centenario es parte de una construcción que sobrevive, como identidad rosarina, como así también, para prevenir, curar, asistir humanitariamente y profesionalmente a los habitantes de todas partes del país.
Un proyecto que empieza a tomar forma
La idea de impulsar la creación de un Hospital Centenario había surgido, en vísperas del aniversario de los cien años de la Revolución de Mayo, tomando la iniciativa y comprometiéndose a recaudar los fondos necesarios el gerente del Banco Español del Río de la Plata, el doctor Cornelio Casablanca, por cuyo impulso se creó la Junta Pública Pro Hospital, que él mismo presidía y que era una verdadera constelación de apellidos reconocidos: Lisandro de la Torre y Martín de Sarratea como vicepresidentes; José Castagnino y Angel Muzzio como tesorero y pro tesorero, entre otros.
Estos hombres se reunían en el seno del Jockey Club, donde intercambiaban ideas sobre el tema. Hablaban sobre la "segunda ciudad de la República de poseer una construcción de un hospital grandioso, capaz por sí mismo no sólo de lograr su objetivo, sino de construir un orgullo sudamericano”.
"De utilidad inmediata..."
El 6de mayo de 1910, se firma y se hace público un manifiesto dirigido al pueblo de Rosario expresando los dignos fines perseguidos y haciendo un llamado a todos, pero principalmente a los hombres de fortuna a colaborar con donativos: "Los ricos tienen una función que legitima las diferencias de fortuna y deben demostrar que son dignos del envidiado lugar que ocupan. Entre una obra puramente artística y otra que, sin excluir el arte, fuere a la vez de beneficencia, enseñanza científica y utilidad inmediata, nos quedamos con lo segundo..."
El propósito de transferir a la ciudad una donación digna del centenario logró entonces una hoy añorada unanimidad: levantar, merced al aporte económico privado, simultáneamente un hospital, una escuela de medicina y un policlínico de grandes dimensiones.
Las donaciones de los vecinos prestigiosos formaron rápidamente la importante suma de $1.650.000, a lo que poco después se agregarían aportes provinciales y nacionales y las cuatro manzanas cedidas por la municipalidad. Eso hizo posible el comienzo de los trabajos de construcción, de acuerdo con el proyecto del arquitecto francés René Barba, a quien secundaba un prestigioso médico, el doctor Tomás Varzi.
Honrar a la salud
El diario "La Capital" señalaba por esa fecha: "Dicho hospital tendrá un programa de aproximadamente 300 camas divididas en dos servicios (hombres y mujeres); dos servicios de cirugía, un servicio de medicina para niños; uno de oftalmología, uno de piel, sífilis y venéreas; uno de laringología y uno de vías urinarias. Si el terreno se prestase, por su extensión, podría construirse un pabellón aislado, para tuberculosos. Honraría a la ciudad este hospital."
Las obras, comenzarían recién en 1913, pero la crisis derivada de la Primera Guerra Mundial provocó cada vez mayores retrasos en su marcha. Fueron subsidios provinciales y nacionales los que posibilitaron que el proyecto (que en principio parecía una utopía motorizada por el sector privado) terminara finalmente en realidad, a lo que debe sumarse una importante donación de Adolfo Rueda, fallecido en 1918, que permitió completar los fondos necesarios para la construcción de la mayor parte de los pabellones planificados.
El Centenario (como se lo denominaría popularmente) sería reflejo, entonces, de ese fervor de Mayo de 1910, que iba a impulsar, como nunca antes ni después, que los excedentes económicos de un sector se volcaran a una obra comunitaria. Una decisión que, transcurrido casi un siglo, sigue vigente. Como dijo un pensador "Lo más bello y noble de la vida radica en hacer algo más perdurable que la vida misma. Que lo que hagamos nos sobreviva" y el hospital Centenario es parte de una construcción que sobrevive, como identidad rosarina, como así también, para prevenir, curar, asistir humanitariamente y profesionalmente a los habitantes de todas partes del país.
Bibliografia
Utilizada: Archivo Diario "La Capital"
Artículo "Los fervores del Centenario" de Rafael lelpi
Artículos de "Rosario, su historia"
Fuente: Extraído la Revista “ Rosario y su Historia” Fascículo N.º 62 de Abril 2008