Por
Miguel Ángel De Marco (h)
Existe un hilo conductor entre la reforma a la creación de UNR: La
prédica de la dirigencia rosarina por contar con una universidad propia para el
desarrollo regional.
LA UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL COMO
HIJA DEL
REFORMISMO
Apartir de 1916, la presidencia de Hipólito Yrigoyen, no puso
obstáculo para la realización de un gran debate nacional sobre la Universidad,
y el reformismo encontró un clima favorable. En Santa Fe "la
Reforma", tuvo "particular estallido" a partir de 1919. Las
federaciones estudiantiles, avasallantes y poderosas, apoyadas en su ímpetu
moral lograron que el Poder Central, los gobiernos provinciales, y el Congreso
Nacional, acompañaran sus propuestas. Ya en 1912, el gobernador Manuel Menchaca
se había puesto al frente del movimiento pro Universidad Nacional del Litoral.
Sería la postura del ya mencionado estudiantado liberal y reformista liderado
por la Federación Universitaria de Santa Fe, creada en 1918, la que vendría a
definir esta situación cuando en el Primer Congreso de Estudiantes Universitarios,
de julio de ese año, expresó la necesidad de crear la Universidad Nacional del
Litoral1. La adhesión de los estudiantes rosarinos no se hizo
esperar, a través de la Federación Universitaria de Rosario y el Centro de
Estudiantes del Colegio Nacional, de la misma ciudad. Al ser tratado un nuevo
proyecto de Jorge Raúl Rodríguez presentado en mayo de 1919 en la Cámara, el
despacho de comisión de Instrucción Pública reducía a la futura Universidad a
dos facultades, la de Derecho, en Santa Fe, y la de Medicina en Rosario,
omitiendo la iniciativa de contar con facultades en cuatro ciudades. Fue el
frente regional que involucró a legisladores nacionales, gobierno,
instituciones y estudiantes de las principales ciudades de Santa Fe y las
provincias de Entre Ríos y Corrientes las que posibilitaron que la nueva
Universidad fuera una realidad. Alejandro Gruning Rosas destacó que se debió al
diputado nacional Juan Luis Ferrarotti, prestigioso integrante del foro
rosarino, la denominación de "Universidad del Litoral", y que el
concepto "regional" fue uno de los principales ejes de los debates2.
"La Universidad Nacional del
Litoral surgió producto de una necesidad pública expresada por un movimiento
colectivo, en cuya determinación concurrieron, no uno ni pocos, sino muchos
actores y factores, algunos más decisivos que otros. En los últimos tiempos,
hombres de la nueva generación se pusieron resueltamente al frente de la campaña y la llevan al
triunfo", concluyó Gruning Rosas en su
Crónica
Retrospectiva, y en este sentido se podría deducir si la nueva creación fue hija más
de
su tiempo, el de la Reforma, que de la antigua Universidad Provincial del
galvismo, o si es tributaria de ambas etapas.
En el mismo sentido se expresó Manuel Menchaca: "La
Universidad Nacional del Litoral es
consecuencia directa de una
renovación cultural que se inicia en
la ciudad de Santa Fe, a principios
de siglo", e implicó una superación
de la antigua facultad de Derecho de la Universidad de Santa Fe,
cuyo profesorado "era adepto a la formación del Colegio de la Inmaculada.
Esta formación, sin duda alguna, servía de dique a la evolución
rápida de la ciudad, así como a las
costumbres e ideas modernas que, el progreso y la constante y abundante
inmigración traían"3.
LA INCIDENCIA DEL PROFESORADO LIBERAL, EL
RADICALISMO SANTAFESINO Y LA LIGA DEL SUR
Asimismo es sumamente interesante la manera de que el ex gobernador
vinculó la concreción de la UNL con la organización de una especie de
"red" de intelectuales liberales, nacida al calor de Estanislao
Zeballos, cuando éste constituyó en Buenos Aires la Asociación Nacional del
Profesorado, con la finalidad de "liberar y renovar" la enseñanza del
país, según sus propias palabras. Menchaca presidió la filial Santa Fe,
establecida en 1904, y su primer logró fue la creación del Colegio Nacional,
dos años más tarde, y de la Escuela Normal Mixta. El "conflicto de las
enseñas" de 1906, que enfrentó al obispo Boneo con los sectores
progresistas, contribuyó a que se sumaran a la Asociación adherentes de Entre
Ríos y Rosario, y de la misma Santa Fe. Apartir de 1912, la batalla por
"el libre pensamiento", se trasladó a la Universidad, y allí
presentaron un mismo frente con los estudiantes progresistas liderados por
Gruning Rosas, los que contaron "con el atento auspicio y fomento de mi
gobierno", señaló Menchaca4, quien además reconoció que si bien
Rosario anhelaba legítimamente contar con una universidad propia, su postura
agudizaba la campaña de la Liga del Sur que proponía la división de la
provincia en dos. De allí que su gestión entendió que la radicación de la sede
en Santa Fe permitiría cumplir con un anhelo de una amplia región integrada por
las provincias mesopotámicas.
En Rosario, los disidentes con esta postura, que a su vez eran
opositores al radicalismo oficialista, "tenían su acción educacional en la
Escuela Nacional de Comercio", afirmó Menchaca, y señaló como los
principales detractores de su gestión a Ricardo Caballero y al profesor Julio
Bello. La Escuela Superior de Comercio, considerada el más definido bastión de
la intelectualidad rosarina, vinculada a la Liga del Sur y luego a la
Democracia Progresista, y opositora a las gestiones provinciales, fue la base
de la Facultad de Ciencias Económicas que a su vez fue la cuna de la Escuela de
Derecho, antecedente de la Facultad creada en 1967. Al respecto es fácilmente
verificable la presencia de dirigentes del partido no sólo en la conducción del
movimiento pro Escuela de Derecho sino en la conformación del plantel de sus
profesores fundacionales, como en el caso de Arrúe Gowland y Sergio Díaz de
Brito, quienes fueron ediles municipales por dicho partido y ejercieron
representaciones partidarias en el orden nacional. Díaz de Brito fue nada menos
que profesor de materias de elevada connotación identitaria, tales como
Historia Constitucional Argentina e Historia Política Argentina, en la Facultad
de Derecho y Ciencias Políticas.5
La pujante ciudad del sur logró que sus máximos representantes
culturales residentes en Buenos Aires presentaran en el Congreso los proyectos
de fijar en ella la sede universitaria. Sin embargo, el gobierno provincial
santafesino vio en el congreso estudiantil reunido en Paraná en 1915, la
oportunidad de dar vida al ideal de la Universidad Nacional del Litoral (en
adelante UNL), que les garantizaba retener en la capital la sede, lejos de los
liguistas. Es entonces que el gobernador Menchaca en persona decidió viajar a
Buenos Aires para entrevistarse con legisladores nacionales que apoyaran su
propuesta regional: Ferrarotti, Juan B. Justo, Manuel Bermúdez, Joaquín V.
González y Enrique del Valle Ibarlucea, entre otros.
Por todo ello concluía que la creación de la UNL, fue consecuencia del
movimiento nacido en 1912 "como una forma de darle al litoral nuevas
perspectivas de trabajo material y espiritual", descartando con ello
intervención en este sentido de los sectores conservadores que controlaban la
Facultad inaugurada en 1890; que en los legisladores nacionales predominó hasta
el último momento la idea de crear una "Universidad Nacional de Santa
Fe", para responder a las clásicas disciplinas de estudio", y que
correspondió a Ferrarotti, a pedido suyo, y en representación de correntinos y
entrerrianos, la sustitución de "Santa Fe" por "del
Litoral".
Por todo ello concluyó: "Con todos los antecedentes expresados se
comprueba que la Universidad Nacional del Litoral no es continuidad de la
Universidad Provincial de Santa Fe, creación de Gálvez en 1889, sino la
Universidad nueva a la que aspiraba la evolución y el progreso científico y natural
de la Nación, especialmente del Litoral que, con la inmigración y radicación de
capitales extranjeros, estaba elevando el nivel de sus creaciones y siempre con
la esperanza de que profesores y alumnos realizaran por su parte la obra que
buscaba esta creación: satisfacer necesidades de zonas.
Cabe señalar que este análisis de
Menchaca, publicado por la UNL en 1961, en tiempos del desarrollismo y cuando
la Escuela de Derecho de Rosario daba sus primeros pasos, venía a dar por
tierra con lo sostenido por las crónicas históricas y tradiciones que las
autoridades de esa casa de estudio forjaron a través de una decena de reseñas,
algunas de ellas publicadas en la revista Universidad. Quizás las más
representativas en este sentido sean los artículos de Julio A. Busaniche,
titulado "La Universidad Nacional del Litoral continuadora de la
Universidad de Santa Fe", y de Josué Gollán, "Evolución de los
estudios superiores en Santa Fe y espíritu de la Universidad Nacional del
Litoral"7.
En 1986, un ya veterano y respetado docente de esa Universidad,
Salvador M. Dana Montano, pronunció una conferencia que luego se editó,
enfatizando que la UNL era hij a de la Reforma de 1918 antes que de la
Universidad de Santa Fe8.
Por la ley 10.861, la UNL, pasó a comprender las siguientes
facultades. En Santa Fe: Ciencias Jurídicas y Sociales; y Química Industrial y
Agrícola. En Rosario: Ciencias Médicas, Farmacia y Ramos Menores; Ciencias
Matemáticas, Físico Químicas y Naturales; y la Facultad de Ciencias Económicas,
Comerciales y Políticas. En Paraná: Ciencias Económicas y Educacionales. En
Corrientes, Agricultura, Ganadería e Industrias Afines.
Bibliografía
1.GABRIEL DEL MAZO, La Reforma Universitaria, T. II, Centro de Estudiantes, La Plata, 1941.
2.
Creación
de la Universidad Nacional del Litoral, Crónica retrospectiva, ob. Cit. P. 14.
3.
MANUEL
J. MENCHACA, La
Universidad Nacional del Litoral, antecedentes de su creación, Imprenta de la Universidad Nacional del Litoral,
Santa Fe, 1961, p. 146.
4.1bídem,p.
150.
5.
La
Capital, 30
de diciembre de 1977.
6.
MANUEL
J. MENCHACA, ob. Cit. p. 157.
7.
índice
general de la revista Universidad, números 1 a 50, publicación de la Universidad
Nacional del Litoral, Santa Fe, 1965.
8.SALVADOR M. DANA MONTANO, La Universidad Nacional del Litoral y la Reforma Universitaria, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 1986, p.
9.
Fuente: extraído de la revista “Rosario, su Historia y Región.
Fascículo N• 67 de Setiembre de 2008