Escudo de la ciudad

Escudo de la ciudad
El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

MONUMENTO A BELGRANO
Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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viernes, 26 de junio de 2020

La Administración de Puertos en el banquillo de los acusados




Por Miguel Angel De Marco ( h) 


Hacia julio de 1957 la impaciencia de la prensa rosarina, que aún se mantenía favorable a las políticas del gobierno nacional, comenzó a dar señales de su descontento también con la cuestión portuaria: "Los puertos del interior no han recobrado la actividad que era habitual en otros tiempos. Pese a la considerable distancia que se encuentra de las regiones productoras del país, sigue siendo el puerto de Buenos Aires el que acapara el movimiento máximo de las importaciones y exportaciones. La absorción metropolitana sigue haciéndose sentir en este aspecto con arbitrariedad irritante.85 

Mientras la situación del puerto permanecía aún constreñida a una administración austera y limitada, se sostenía el gobierno había destinado cuantiosos recursos a la culminación (faltaban apenas dos kilómetros) de la nueva ruta carretera entre Buenos Aires y Rosario.86 Por otra parte el gobierno nacional anunció la canalización del río Bermejo, lo que el nuevo interventor de Santa Fe, Carranza definió como fundamental para el desarrollo de la economía local porque el puerto de la ciudad de Santa Fe se convertiría en el puerto terminal de Bolivia. 87 

En ocasión de reunirse la Convención Constituyente en la ciudad de Santa Fe los convencionales demócratas progresistas, Luciano F. Molinas, José N. Antelo (candidato a gobernador por el PDP) y Horacio Thedy, presentaron un despacho en disidencia en relación con el régimen de los puertos, afirmando que los mismos debían pertenecer al dominio público provincial, administrados por entes autárquicos integrados por representantes del Estado provincial, de la municipalidad de sus zonas respectivas, de los usuarios y de los trabajadores. Al anunciarlo, un diario afín a ese partid definió al puerto de Rosario como "un puerto abandonado", que había sido uno de los más activos del mundo en manos privadas y "aniquilado" al nacionalizarse. En su opinión los puertos en su carácter mercantil y económico debían ser manejados por "técnicos y hombres especializados", más teniendo en cuenta el carácter esencialmente competitivo de los mismos. Era la oportunidad, se argumentaba, de garantizar Constitucionalmente la autarquía de los puertos y revertir la situación del momento: que el de la Capital Federal fuera el único puerto activo para un territorio casi tres millones de kilómetros cuadrados.88 

realización diario recordaba que la gran asignatura pendiente del gobierno era la del Canal Mitre, mediante el dragado de una zona del Delta."89 

La Junta Consultiva del puerto local, creada tardíamente, bajo la órbita la Administración General de Puertos quedó conformada por la Federación Gremial del Comercio e Industria, la Bolsa de Comercio, el centro de Cabotaje Menor, Centro de Transportista de Rosario y la Cámara de Actividades Portuarias . Al dar a conocer esta Junta sus aspiraciones demostró que desde la llegada de las autoridades militares al gobierno poco se había avanzado en correr los obstulos que encontraba la operatoria portuaria: aún continuaban las tarifas parabólicas de ferrocarriles estableciendo fletes más baratos para que las cargas que se dirigieran al puerto de Buenos Aires antes que al de Rosario. Asimismo, el dragado del paso d Martín García que el gobierno afirmaba llegaba a los 26 pies en verdad se mantenía: 23 según los prácticos, resultando que las naves debían seguir completando su carga en Buenos Aires. Esta comisión, que por su composición refleja el predominio de la actividad privada, incorporó al temario de discusión otra de las banderas levantadas en ese momento por la dirigencia rosarina: la creación en la ciudad de una delegación del Banco Central como clave del desarrollo regional. "La Revolución de septiembre de 1955 levantó en alto la bandera maltrecha del federalismo y ofreció al país la posibilidad de concreción del viejo anhelo de la descentralización administrativa. La industria y comercio vinculados económicamente al puerto de Rosario han pagado el más alto precio, por esa centralización que ha hecho de Buenos Aires el centro del privilegio generador de la anemia nacional"90, se expresaba en una nota presentada al doctor Esteban Laurencena, presidente del Banco Central. 

Por su parte, el diario La Capital, apoyando a esta Junta Consultiva concluía, que los hechos demostraban que no existía voluntad política de modificar el centralismo portuario y la prueba de ello era que la nacionalización de los ferrocarriles, que hubiera podido destruir de inmediato el sistema imperante de tarifas diferenciales, no lo hizo, y por eso concluía que "la nacionalización resultó, como en tantos otros, Un real y positivo fracaso".91 La Bolsa de Comercio de Santa Fe también manifestó su disconformidad con esta situación en nota al presidente del gobierno provisional. El matutino también aseguró que ninguna de las disposiciones anunciadas por el decreto de febrero de 1956, incluso el que revertía este punto, (las tarifas ferroviarias que beneficiaba al puerto de Buenos Aires) demostraba "la evidente resistencia de los organismos oficiales" y que "se presumía la injerencia de intereses ajenos a las altas conveniencias de la Nación".92 

En los primeros días de marzo de 1958, la Junta Consultiva del puerto se entrevistó en Buenos Aires con Aramburu para protestar por el incumplimiento de las promesas y para asegurarle que el anuncio de marzo de 1957 de que se invertió 1.300.000 pesos para el puerto de Rosario tampoco se había concretado. El pre' dente provisional les contestó: "que pondría todo su empeño en dejar solucionado problema antes de la terminación de su mandato". El diario Democracia, sostenido por el gobierno, consideraba que "a despecho de la buena voluntad y del probado patriotismo del general Aramburu, la complejidad del problema portuense local, que las soluciones permanentes Y de fondo, no permitirá una acción exhaustiva dentro del corto periodo de su gestión" 93 

La situación efectivamente no varió a juzgar por la nota que la Cámara de industriales Metalúrgicos Y la Federación Gremial del Comercio e Industria de Rosario, y la Junta Consultiva del puerto de Rosario, elevó al administrador del puerto local. En el documento se reconoce el fracaso de las gestiones efectuadas desde 1956 a la fecha para obtener una agencia del Banco Central que dinamizara el puerto, el dragado de los pasos de Martín García, ' la revisión de las tarifas ferroviarias lo que había constreñido "al mero exportador de cereales" pero ni aún en esa actividad "se le respetaban sus derechos". Todos los elevadores de granos, según este documento, estaban fuera de servicio porque no se los reparaba desde hacía años o porque directamente se enviaba la producción hacia el puerto de Buenos Aires..Eran muy pocas las empresas del interior que mantenían como política permanente para sus compras en el exterior la exigencia del transporte directo al puerto de Rosario, los vapores de ultramar que arribaban a Buenos Aires eran desviados al puerto de Bahía Blanca, viéndose obligados allí a transferir su cargamento en lanchas de cabotaje. De los siete vapores que aún tenían como puerto terminal a Rosario pertenecientes a las empresa South American Saint Line, sólo dos arribaron al mismo en 1958, ya que los restantes, al igual que otros vapores con flete pagados a Rosario habían sido desviados a puertos del sur de la provincia de Buenos Aires, no respetándose los contratos firmados. 94 

Por otra parte, se advertía que la Argentina estaba frente a un "proceso de restructuración de la economía y comercio exterior... que debía emprender el país bajo la presión de nuevos factores que incidían en lo económico, lo social y lo político, tanto en el país como en el exterior", y en ese cambio de rumbo "el viejo Pago de los Arroyos" debía "expresarse definitivamente como uno de los grandes centros industriales de Latinoamérica y como puerta del intercambio para todo el interior argentino" .95 

Las fuerzas productivas de Rosario, aún de más antigua tradición liberal, en los estertores de la denominada "Revolución Libertadora" coincidían en que Rosario había sido deplazada como zona económicamente estratégica del país, y que no se había revertido "la secular estructura económica de país dependiente, que sostiene el bienestar de la metrópolis y se expresa dramáticamente en el puerto único, asiento a la vez del monopolio y el contrabando, con un interior empobrecido".96 

El 12 de abril de 1958 se conmemoraron los 80 años del primer embarque de trigo efectuado desde el puerto local al exterior, lo que era visto como un jalón el, la marcha creciente de la ciudad y su vida económica. En el inicio de la etapa que convertiría a la zona como unas de las principales regiones exportadoras de cereales del mundo Evocaron especialmente dicha fecha la Federación Gremial del Comercio Y la Industria, el Centro Económico del Departamento Caseros, la Biblioteca "Carlos Casado" de Casilda, y el Círculo de la Prensa. También adhirió la Bolsa de Comercio' y el Mercado de Productos Nacionales. En los distintos actos programados los oradores destacaron el carácter visionario de Casado, que de alguna manera representaba el paradigma del productor regional y de "aquella Rosario" anhelada por esta dirigencia: "Fue el primer eslabón de una larga y brillante cadena de embarques que haría que más tarde se denominara el puerto de Rosario como uno de los más importantes puertos ganaderos del mundo, denominación justiciera ya que desde aquí continua ron partiendo miles y miles de barcos de todas las banderas que, luego de surcar las aguas del majestuoso Paraná y Río de la Plata, se internaban en el Océano Atlántico para diseminarse por todos los mares del mundo".97 En definitiva, se estaba, al decir de La Tribuna, "A 80 años del milagro", porque la exportación de trigo proporcionó al país el nacimiento de un centenar de nuevas ciudades, y recursos para el intercambio. "Sin trigo para exportar no habríamos logrado nada: ni grandes ciudades, ni Universidades, ni comercio próspero, ni industria naciente y ya en pleno desarrollo y ni tan siquiera la actualidad demográfica que ha hecho de la Argentina un país de 20 millones de habitantes"98, concluía el vespertino en destacada editorial. 




Nota 

85 Ibídem. 19 de juliode 1957. 

86 La Tribuna, 9 de noviembre 1957. 

87 Democracia, 12 de diciembre de 1957. 

88 La Tribuna, 18 de octubre de 1957. 

89 Democracia, 16 de noviembre de 1957. 

90 La Capital, 6 de diciembre de 1957. 

91 Ibídem, 12 de diciembre de 1957. 

92 Ibídem, 11 de enero de 1958. 

93 Democracia, 6 de marzo de 1958. 

94 Ibídem, 19 de abril de 1958. 

95 Ibídem. 

96 Ibídem, 22 de abril de 1958. 

97 Ibídem. 

98 La Tribuna, 12 de abril de 1958. 




Fuente: Extraído del Libro “ Ciudad Puerto- Universidad y Desarrollo Regional, Rosario 1910-1968” Autor : Miguel Ángel De Marco (h) Editado en diciembre 2013