Juan Alvarez, en su invalorable Historia de Rosario, describe aquellos sucesos
de 1921 de la siguiente manera :'En la mañana del 7 de Febrero -
lunes de carnestolendas - varios estudiantes de medicina,
acompañados por obreros, se apoderaron del palacio municipal previa amenaza al
guardián. Sírveles de pendón el rojo forro de un capote, y lo izan al tope, en
reemplazo de la habitual bandera argentina. Acto
seguido los 19 invasores decretan la destitución del Intendente : lo
reemplazará un "compañero" hasta tanto la Federación Obrera Comunista
local designe otro. Ordenes sucesivas del intruso lord mayor suspenden la vigencia de
los impuestos "como primera medida del mejoramiento de las condiciones de
los pobres", nombran secretario de la Intendencia, tesorero, contador,
asesor general, directores de Asistencia Pública y nosocomios.
Item, cese del Concejo
Deliberante y aceptación plena de los pliegos de condiciones presentados por el sindicato municipal y la sociedad de practicantes internos de los hospitales. 'Este gobierno de opereta alcanzó a durar hora y
media. Apercibido el jefe del regimiento 11 de línea, bastaron pocos soldados
para apabullar a los bromistas, que no otra cosa eran, arrióse la revolucionaria insignia y un piquete de bomberos condújoles en
tropel a la alcaidía. Advirtamos - opina Alvarez, esta vez subjetivamente -
que dar a sus excesos cierto tinte de
jarana y burla constituía una de las tácticas de los agitadores, sirviéndoles para presentarse bajo
cierto cariz más inofensivo, del mismo modo que usaban al gremio estudiantil
como embotante almohada contra represiones policiales…”
Fuente:
extraído de la revista “Rosario, Historia de aquí a la vuelta Fascículo
Nº 8 de Diciembre 1990. Autor: Rafael Ielpi