"—¿Cómo
vino a Rosarlo El
Paisano Díaz?
"A El Paisano lo trajo El Negro Pancho. Venancio era entonces un pobre muchacho
que andaba en alpargatas".
Antonio
Sciara.
"—¿Era
tan bravo El Paisano, o es mas el cartel que le hicieron? —El hombre estaba
ubicado en ese tiempo que era el de la ley individual. Casi no se hacían
muertes a bufoso . . ., toda esa gente criolla se desafiaba a la daga.
Después, cuando empezó el bufoso, se terminaron todos los guapos".
Osvaldo
Berrini.
"—Bajó
del auto el finado Cotocho y sacó una daga y dijo: "Si no te mata el, te
mato yo", y le amagó así, como para ensartarlo. Se contuvo. ¿Sabe quién lo
operó?. El colorado Baraldi, y estaban todas las madamas en la Asistencia
Pública rogando que no muriera. Era mantenido el Paisano Díaz por siete mujeres
en ese entonces".
Calixto Gallo.
Cuando Venancio Pascual Salinas llegó de San Nicolás —donde había i un 1o de abril de 1888— a la ciudad de Rosario, no
imaginaba la \m, con el tiempo, iría cobrando. Fama que lo persiguió hasta su muchos años después de
clausurados los prostíbulos. Alto, bien da físico privilegiado, al arribar a Rosario es un hombre mas que entra trabajar en la estiba
portuaria, siempre necesitada de brazos jóvenes para cumplir la monótona y
cotidiana tarea de
cargar y descargar.
bodegas Aunque, a decir verdad, la experiencia de bolsero iba a servirle una lejana y
no vaticinada
jubilación.
"—¿Cómo fue que se jubiló?
—¿El Paisano?. Dicen que en su juventud había trabajado en el ferrocarril,
en la estiba ... Y los que lo
jubilaron en el primer tiempo del peronismo, o sea los que se pusieron de
acuerdo, fueron El Hueso Urraco, que se llamaba Valentín Urraco; este otro Huaso que lo mató a Facha Bruta allá adentro . . .
Gregorio Berón, y Mene o Mela, que era el que mas sabía de hablar y era
secretario del sindicato. Entonces los tres, como este Paisano había trabajado
un tiempito, le sacaron la jubilación ... Este hombre que está aquí con
nosotros también anduvo en los trámites.
—¿Ah, si?. ¿Fue muy difícil?
—Vea, por ese entonces
se presentó la oportunidad, y como yo estaba vinculado con la gente del
sindicato, le di una mano ... A El
Paisano se le vinieron buscando unos años anteriores en que había trabajado
por Villa Constitución, porque el estuvo trabajando en las bolsas. Los que
dicen que no había trabajado nunca macanean. Cuando El Paisano vino a Rosario,
se le dio una aliviada y estuvo trabajando de costurero en el puerto. Después
se hizo correr la libreta del hombre. Ahora que, en la libreta el iba con la
mitad, es decir que le daban la mitad del sueldo. La otra mitad se la tragaba
el delegado, como todos estos asuntos, ¿no?. Ahora que lo único que El Paisano
Díaz agarraba entero era el aguinaldo, porque el por invalidez".!
Mientras ganábase el sustento como todos, crecía entre los hombres del
puerto su prestigio de hombre de acción, rápido para el cuchillo y nada lerdo
para el entrevero. Hasta que un caudillo político, necesitado de un buen
guardaespaldas —o "custodio" como se decía con frecuencia— so fijó en
el, nada hacía presumir que Venancio Pascual Salinas iba a transformar su
nombre en Venancio Díaz primero, para luego utilizar el alias con que pasó a la
historia tenebrosa del bajo fondo: El Paisano Díaz.
Venancio ya había sido
detenido por lesiones en 1909 y condenado I tres años de prisión. En 1912
ostentaba otra detención por atentado a ll autoridad y lesiones. Sentenciado a
dos años de cárcel, la condena hablo sido disminuida al máximo: solamente tres
meses de arresto. Tal vez aquellos años
viniera su amistad con Juan Cepeda2, quien, desde 19M hasta 1920 sería senador
por el departamento santafesino de Constitución.
"—Ahora
otra: el caso de El Paisano Diaz. Era un hombre en su extremidad ... en algunos casos, estee . . ., para
algunos que procedentes de Córdoba, venían de esto y lo otro. Y cuando a el le gustaba la
mujer del que venía, se quedaba con la mujer y al tipo lo echaba. Y no se le daba pieza
a esa mujer que venía a ejercer la prostitución sin orden del señor Paisano
Díaz, porque todas las madamas y los dueños de quilombos le temían Inmensamente a El Paisano Díaz. —
¿Y a quién respondía El Paisano allí?.
—En ese tiempo, a Juan Cepeda. Después se abrió de Juan Cepeda y ahí fue la muerte de el. Otro aspecto de
El Paisano Díaz era cuando ganada las elecciones en Villa Constitución; las
ganaba por la fuerza, porque la policía ...
en fin. En ese tiempo, no se si usted recuerda porque es un muchacho joven, las
elecciones se ganaban por la fuerza. Era la época d« Juan Cepeda, Ricardo
Caballero, los radicales de Santa Fe, que eran loi que automáticamente
dominaban la situación del país".3
En su nada tranquila actividad El Paisano Díaz es detenido entre los
años 1913 y 1921 mas de una docena de veces bajo las imputaciones | lesiones,
averiguación de antecedentes, homicidio, infracción al artículo 72, desacato,
ebriedad, caften y juegos prohibidos. Hay un paréntesis bastante largo en sus
cuentas con la policía: es la época de oro que cubre su triste memoria por los
años que median entre 1921 y 1933. Cerrados los prostíbulos en Pichincha,
diversos motivos le hacen caer en las redes poli cíales desde 1933 hasta 1948:
indagación por encubrimiento de evasión, de la, que es sobreseído; por el
artículo 840 (caften o cafishio); corrupción de menores, lesiones y toda la
corruptela a que se inclinan sus antiguas predilecciones. Pero, ¿quién es en realidad El Paisano Díaz?. ¿Un matón?. ¿Un compadrito?. ¿Un guapo?. ¿Un tratante
de blancas?. Sobro la memoria de este personaje, querido y odiado a la vez, se extiende u
legendaria aureola que el tiempo no borrará fácilmente.
"Trajeado con pantalón fantasía, saco negro cruzado, pañuelo al
cuello —a veces hecho galleta— con una rastra chica en la que lleva un puñalito
de plata que nunca se le cae de la cintura, es el prototipo del Rey del Hampa y
aún mas: cafisho de
cafishos"4
"Sombrero alón,
tipo Mitre.
Alto, linda pinta, pelo crespo, cara lisa.
Fumaba cigarrillos comunes.
Vivía en La Chiquita.
¿No sería al lado de La Chiquita?
No señor, en la misma parrilla. Ahí en el patio, le habían dado lugar
para que viviera; tenía la cama y unas cosas. Ahí mismo
era . . ."5
Sus trenzadas con El Peligroso, otro
personaje de avería que tenía el barrio de Pichincha por escenario de sus
andanzas, son recordadas por los infaltables testigos de aquel ayer. Es que
ambos —El Paisano Díaz y El Peligroso— ofrecen al público habitué de los
prostíbulos, a los parroquianos de los cafés, bares y restaurantes, a los
tahúres que pululan por la zona como aves de rapiña haciendo causa común en
cuanto a sus intenciones con los caftens importados y los panzones criollos, a
los buhoneros y vendedores de maníes y lupines, a los lustrabotas y a los
marineros de todos los países del mundo, insólitos desplantes de guapeza.
"El Paisano Díaz y Pedro Mendoza eran cepedistas. Cuando El Paisano
se encontraba con El Peligroso, sacaban el cuchillo y meta nomás . . ., en la puerta de la casa de
juego se peleaban. — ¿No harían un poco de exhibición?
—Vea, eso no lo
se. Lo que le puedo decir es que la policía se los llevaba
vuelta a vuelta por andarse peleando a cuchillo en la calle. A veces no los
vuelta a vuelta por andarse peleando a cuchillo en la calle. A veces no los
llevaban porque disparaban. El Paisano se metía en la parrilla esa ... La Chiquita, y El Peligroso en el almacén de Don Pablo, enfrente
del Casino"
"Me acuerdo cuando
se agarraron una vez El Paisano Díaz y El Peligroso .. .
—¿Cómo se llamaba, en
realidad. El Peligroso?
—Saturnino Mungio, hijo de vascos era. Gordito, medio panzón . . .
—¿Y cómo fue la pelea?
—Fue a primera sangre.
Se habían pegado algunos planazos . . . hasta que un cambista que vio que El
Paisano se estaba peleando lo quiso ayudar y le tiró a El Peligroso una piedra
de la vía y lo lastimó en la cabeza, en la parte de atrás. El Paisano lo corrió
al cambista con el cuchillo".7
"—Esa pelea fue en El Camino del Pasto. — ¿El Camino del Pasto?
—Si. Calle Balcarce abajo . .., en el embarcadero Galli. En las calles
Moreno, Dorrego .. ., todo eso abajo era El Camino del Pasto".8
Presente siempre en la memoria de quienes
lo frecuentaron, de aquellos que lo conocieron de vista y aún de los que
oyeron hablar acerca de su persona, el
anecdotario o las mentas acerca de Venancio Pascual Salinas son numerosas,
aunque siempre existen algunas referencias casi desconocidas.
"—Yo lo estimaba
mucho a El Paisano Díaz ... de pibe,
de muchacho joven. Después ... el
hombre se hacía el manco ... Lo que
una vez me llamó la atención fue un gesto que tuvo con uno de los Bigote, de Casilda. Este tipo
era un vicioso empedernido, si tenía diez pesos se lo jugaba en lo de Pedro
Mendoza enseguida ... No comía por ir
a jugar a la taba. Se llamaba Antonio y era medio sordo, aparte de cuentero.
Tenía otros hermanos menores que el: José, Melitón, Domingo, Horacio y
Pascualito, todos buenos amigos de aquel entonces. Antonio lo fue a ver a El
Paisano que estaba en La Chiquita con Roberto Gómez, alias Cara de Madera, y le contó que se le moría la madre en Buenos Aires y que de aquí y
allá . . . El Paisano tenía plata encima y le dio a Antonio treinta pesos.
Entonces Cara de Madera dice: "...
Paisano, es mentira". Y Venancio Díaz contestó: "¿Y
usté eré que yo no lo he cálao. . .?. Puede haber, de cien, noventa y nueve que sean mentiras y puede ser
una cierta, ¿y por treinta pesos no va a ir al velorio de su madre?". Eso le demuestra a usted que, a pesar de todo, el hombre tenía sus
sentimientos . . . — ¿Es verdad que no sabía escribir?.
—Si, y le voy a contar algo ya que trajo el tema. Una vez, allá por el
año 24, cuando las famosas partidas de taba, andaba entreverado El Loro Acosta que tenía su fama . . . bien vestido, de cuello duro, era analfabeto.
Tiraba la taba bien. El Paisano también tiraba bien. Casi pelean un día, pero
después se hicieron muy amigos. Bueno, el asunto es que El Paisano para las
mujeres era medio débil, en el sentido de que le mostraban los dientes y ya era
querendón .. . Una mujer de el, que después fue la mujer de Miguelito Martínez,
aquel de Cañada de Gómez, estaba presa. Como El Paisano quería escribirle una
carta a la mujer, le dijo al otro: "Vea...,
señor Acosta . .. ¿usté no querría venir hasta donde yo vivo...?." " ¡Pero como no.
Paisano!". Fueron hasta la pieza que Venancio tenía
en La Chiquita, empezaron a tomar y que se yo, hasta que por ahí se le
descha-va El Paisano: "Mire,
amigo Acosta, disculpe que yo lo haya molestao, pero lo que yo quiero es que me haga unas lineas para
Carmen.. . porque yo no se escribir". Y el otro se empezó a reir y le contestó: "Yo tampoco". Entonces El Paisano exclamó: "¡Cómo!?. . . ¡¿con esa pinta e'do-tor que
tiene?/ . . . ¡Pero vean la pinta e'dotor y no sabe . . .! ¡Usté es igual que yo!".
Tenía una hermana que era media brava El
Paisano, ¿no?. —Si es la que digo yo, se llamaba Timotea. Después tenía otra,
la casada con Juan González, bigotudo y caudillo. Todos los permisos que El
Paisano Díaz conseguía aquí de Juan Cepeda, eran para Juan González, su cuñado"9
La influencia de El
Paisano Díaz parece no tener límites. Temido y respetado aún por la Zwi Migdal
—la implacable organización internacional de tratantes de blancas— es
protagonista en muchas ocasiones de hechos como los que describe Julio L.
Alsogaray en su libro La trilogía de Ja traía de blancas. Dice Alsogaray:
"Consentida la apertura de un lenocinio, su funcionamiento no puede
obstaculizarse en adelante sino por infracciones que la ordenanza prevee y
castiga con penalidades que varían desde la multa al cierre temporal o
definitivo; pero los rufianes, sin mayo- íes preocupaciones, obtienen
cualquier solución justa o injusta, cuando sus intereses actúan de por
medio. Para ello recurren a ciertos arbitrios 3je generalmente no acusan
diferencias mayores, y solo con el propósito de ilustrar al lector y
cumplir lo prometido, referiré algunos, cuya veracidad certifico por la
intervención personal tomada en los mismos.
"En la mayoría de los casos atemorizan a la pupila, con amenazas
que no siempre hacen efectivas, y como las comisarías seccionales no prestan
amparo a las prostitutas, terminan éstas por abandonar el local para esconderse
o buscar refugio donde se consideren a cubierto de sus implacables
perseguidores, quienes envían otras mujeres a la casa abandonada, para ejercer
la prostitución clandestina, y luego "ordenan" al inspector municipal
la comprobación pertinente. Este funcionario, que apela al testimonio de la
policía para reunir la prueba indispensable, eleva una actuación sumarísima al
Inspector General, y el cierre definitivo de la casa, por el señor Intendente,
se opera en breves días.
"Fue así como en determinada oportunidad un inspector municipal
concurrió a mi despacho en la comisaría 7a., manifestándome que acababa de
comprobar la presencia de dos mujeres en el prostíbulo de la calle Lavalle,
entre las de Jean| Jaurés y Ecuador, y como no estaban autorizadas para
ejercer su "comercio", por falta de inscripción, había dispuesto su
comparendo a la comisaría, para dejar la constancia respectiva.
"El hombre, que por lo visto sintió la necesidad de justificarse
de algo que nadie ponía en duda, textualmente dijo: "Yo se que ésto es una
maniobra de los rufianes y que sirvo de instrumento a sus fines deleznables:
pero, ¿qué quiere?. He recibido un anónimo con la denuncia y, ante su evidencia,
no me queda más recurso que intervenir". Luego abandonó la comisaría; pero
su actitud, por conocida, no dejó de sorprender. En efecto; averiguando lo
ocurrido con mayor calma y seriedad, se comprobó lo de siempre: la mujer
inscripta para ejercer la prostitución en esa casa, quiso independizarse del
rufián, y éste, valido de su poder, "ordenó" la clausura.
"La prevención sumaria, iniciada por denuncia de la víctima,
aportó un sinnúmero de comprobaciones relativas a los actos de crueldad y salvajismo
sufridos por la misma, cuando las enfermedades le impedían ganar dinero. El
acusado fue detenido en su domicilio particular, donde me incauté de
fotografías y correspondencia que lo presentaban como tratante de blancas en
plena actividad, el cual, por otra parte, hacía gala de su condición. Sin
embargo, elevado el proceso, y pese a las pruebas acumuladas, no tuvo mejor
éxito que los otros.
"La Justicia sobreseyó en favor del imputado, y para completar la farsa,
la Municipalidad, que oportunamente conoció esos antecedentes, mantuvo el
cierre de la casa. Con esto la perseguida quedaba a merced de los rufianes: o
buscaba otro para desenvolverse en su medio o sometíase at* mismo. El dilema
era terrible: ninguna mujer puede ejercer la prostitución sin cargar con el
correspondiente explotador". 10
Claro que la prostitución oficializada en Buenos
Aires difería en sus normas reglamentarias con la que se practicaba, ordenanzas
por medio, en Rosario. Pero, en el fondo, el color y el sabor eran iguales:
"ninguna mujer puede ejercer la prostitución sin cargar con el
correspondiente explotador". Tan cierto es ello, que viene a cuento un
hecho del que fue protagonista el mundialmente célebre especialista rosarino de
enfermedades de la piel, Dr.; José María Fernández,, quien, junto
con el doctor Juan M. González (Gonzalito)12 atendía por aquellos lejanos años pacientes con
enfermedades sencillas y de las otras bravas.
"—Sucedió que estos doctores
atendieron una vez a una francesita de esas que llegaron engañadas. La chica
estaba a la miseria y el cafiolo la dejó para que la internaran. La cuestión es
que, cura va y cura viene, la jermu se deschavó en franchute y batió el justo.
Él doctor Fernández, que aparte de ser un buen doctor era muy buena persona,
le dio lástima y por las suyas, una vez que la hubo curado, le dio unos mangos
y la fletó de vuelta a Francia.
— ¿Y el cafisho?
— ¿El cafisho?. Cuando un día la fue a visitar al hospital, no la
encontró. "Dígame dotor —dijo entonces—, ¿dónde está mi mujer?".
"No se . . . —contestó Fernández— de aquí le dimos el alta y se fue".
El tipo se mandó a mudar y empezó a revolver cielo y tierra para encontrar la
francesa que se le había pirado. Como había entrado a sospechar, volvía a ver
al doctor Fernández dos por tres, y este negaba. "Usted sabe donde está
dotor . . . ¡devuélvamela . . .!", gemía. Fernández se hacía el que no
sabía nada, hasta que un día agarró y le dijo: "Vea, amigo, su mujer cruzó
el charco" . ..
— ¿Y entonces?
— ¿Entonces?. Ahí le entró la desesperación al otro. Lloraba como una
Magdalena. "¿Y ahora? —decía mientras se agarraba la cabeza con las dos
manos— ¿Que hago dotor?. ¿Que hago? . . . IEstoy arruinado!, ¿Usted se imagina
dotor que desastre? ¿cómo voy a vivir ahora que no tengo mujer? ¿que hago?. Esta
es mi ruinal". Al final, casi lo internan a el". ¡3
El caso mas resonante
en que interviene El Paisano Díaz sucede un 2 de abril de 1925. Ese día festeja
su cumpleaños. Será inolvidable para muchos y entre la gente del ambiente
perdurará el sucedido por muchos motivos.
"—El que le encajó el balazo a El Paisano fue el petiso Tom Mix. —Pero el asunto lo
cargó El Turco Bacha.
—Para mi, fue el petiso Tom Mix. El
Paisano no valía nada. Valía por los guardaespaldas que tenía . . .Yo estaba en
la esquina de Ovidio Lagos y Jujuy cuando el asunto del tiro y vi que la gente
corría para allá, para el almacén de Don Pablo. Fue en esa esquina . . . —Si,
fue en esa esquina.
—Mi suegro vendía maní ahí. Le tiraron el
carro a la mierda, para colmo mi suegro era rengo y todo. Tengo una anécdota de
mi suegro. El vendía maní y le faltaba una pierna . . ., tomaba diez litros por
día con la medida y se orinaba ... Un
día orinó encima de los maníes, y viene uno y dice " lEeeehhl, líos
manises están mojados... I, y el respondió: "Non te dase coenta zonzo?, é una nébula
c'a passatto...". Una nube había pasado
mojando los maníes ... IFIor de nube . . .I".14
Lo cierto es que el viernes 3 de abril de 1925 el
diario La Capital publica los siguientes titulares:
EN LA ESQUINA DE JUJUY Y PICHINCHA SE PRODUJO
ANOCHE UN HECHO DE SANGRE.
Un chauffeur atacó a
balazos a Venancio Di'az (a) El Paisano Díaz — Dos de los proyectiles dieron en
el blanco — El estado del herido es grave — Detención del agresor.
La
crónica, al igual que otras de este libro reproducida íntegramente por primera
vez desde aquella época, es la siguiente:
"Desde las últimas horas de anoche las
autoridades de la comisaría 9a. realizan activas diligencias tendientes a
obtener el total esclarecimiento de un grave hecho de sangre que se produjo en
aquella jurisdicción minutos antes de las 23 horas.
"Del
suceso fueron protagonistas Venancio Díaz, argentino, soltero, de unos 39 años
de edad, quien registra malos antecedentes en la policía, y el chauffeur Felipe
Bacha, brasileño, de 24 años, soltero, con domicilio en Gral. Güemes 2939. Las
declaraciones de varios testigos presenciales del hecho han permitido
establecer debidamente la forma en que se cometió. Aproximadamente a las
22.50, en momentos en que El Paisano Díaz abandonaba el comercio de comestibles
y bebidas establecido en la esquina NE de las calles Jujuy y Pichincha, Bacha,
que, según parece, aguardaba esa salida, le descerrajó desde escasa distancia
cuatro tiros con un revólver que extrajo de entre las ropas.
"El primero de los
proyectiles lo recibió Díaz en la espalda, otro en la cabeza, región frontal, y
los dos restantes no dieron en el blanco.
"A pocos metros del
lugar hallábase acostado el cabo Pedro González, chapa 709, de la comisaría
9a., quien acudió en el acto y luego de desarmar y detener a Bacha requirió
ante la gravedad del hecho la presencia de sus superiores, mediante los toques
de silbato reglamentarios.
"Llegaron instantes
después, el comisario seccional, don Manuel V. Frontini subcomisario don José
L. Molina y auxiliar de servicio señor Tel-mo Méndez, los que dispusieron sin
pérdida de tiempo las providencias del caso. Recogido del suelo, donde se
hallaba tendido sin conocimiento, Díaz fue trasladado en una ambulancia al
consultorio central de la Asistencia Pública y, al ser reconocido y atendido
por el facultativo de guardia, se estableció la extrema gravedad de su estado.
"El balazo que
recibió Díaz en la espalda tiene orificio de salida por el hombro izquierdo. En
cuanto al proyectil de la región frontal, éste quedó alojado en la cabeza.
Presenta además unas contusiones en el rostro, que se presume fundadamente
sufrió al rodar herido por tierra.
"En el primer
momento Bacha fue conducido rigurosamente incomunicado al local de la
seccional y más tarde, una vez realizadas en el sitio
del suceso las
averiguaciones pertinentes, lo interrogaron al comisario Frontini y el
subcomisario Molina. El detenido expuso las causas determinantes de la
agresión. Según estas manifestaciones, El Paisano Díaz habría-se negado en
varias oportunidades a abonar el importe de un viaje realizado en el automóvil
de alquiler a cargo de Bacha. Se lo adeudaba desde tiempo atrás. Al principio,
parece que Díaz prometió pagárselo tan pronto como dispusiese de dinero. Más
tarde, ante los requerimientos de Bacha, se negó a abonárselo y últimamente, a
estar siempre en sus manifestaciones, lo habría amenazado. Las amenazas fueron
formuladas minutos antes de producirse el hecho, es decir, al penetrar Díaz en
el comercio de la esquina de Jujuy y Pichincha.
"Bacha aguardó entonces la salida de
Díaz para cometer la agresión. El acusado agrega que lo atacó en la forma antes
descripta en razón de la fama de maleante de que goza en jurisdicción de la
comisaría 9a. El Paisano Díaz. Este, después de haber recibido el proyectil en
la espalda, dióse vuelta rápidamente para repeler la agresión pero no tuvo
tiempo. Acto seguido, al agacharse para tratar de esquivar los nuevos disparos,
recibió el otro balazo en la frente. Díaz no alcanzó a extraer un cuchillo que
llevaba en la cintura. Los dos disparos últimos que, se dijo, no dieron en el
blanco, parece que Bacha se los hizo a Díaz cuando este ya se encontraba en el
suelo.
"Del suceso relatado se dio aviso desde el primer momento al juez
instructor de turno, doctor Luis S. Pedroni.
"El Paisano Díaz registra en su prontuario dos o tres procesos de
homicidio, el último en el departamento Constitución. Esta madrugada a las
2.30 su estado era desesperante".
La madeja sobre el insólito ataque comienza a desenredarse al otro
día, sábado 4 de abril, en que La Capital hace saber que
SE
CONOCEN NUEVOS PORMENORES DEL HECHO DE SANGRE DE LA SECCION 9a.
La policía ha realizado un sinnúmero de averiguaciones tendientes a
establecer las verdaderas causas de la agresión — El acusado se mantiene en su
primera declaración.
"Las autoridades de la comisaría 9a.
han continuado realizando durante el día de ayer activas diligencias tendientes
a obtener el total esclarecimiento de las causas que determinaron el grave hecho
ocurrido en la noche anterior en la esquina de Jujuy y Pichincha.
"Protagonistas del suceso fueron, como se sabe, Venancio Díaz, o
Venancio Pascual Salinas (a) El Paisano Díaz, argentino, de 37 años, soltero y
Said o Felipe Bacha (a) El Cordobés o El Turco Felipe, brasileño, de 24 años,
de oficio chauffeur.
"En el lugar indicado, al salir de un comercio de comestibles y
bebidas allí establecido, Díaz fue atacado a balazos por Bacha y recibió dos de
los proyectiles que le disparara, uno en la cabeza región frontal, y otro en la
espalda con orificio de salida en el hombro izquierdo.
"El agresor fue detenido en el acto
y, según anticipara LA CAPITAL, declaró que las causas determinantes del ataque
tenían origen en las amenazas formuladas por Di'az al requerirle el pago del
importe de un viaje en el automóvil de alquiler con el que trabajaba. Conducido
en grave estado el herido al consultorio central de la Asistencia Pública, el
comisario seccional don Manuel V. Frontini dio inmediato aviso al juez de instrucción
de turno, doctor Luis S. Pedroni. Dicho magistrado se constituyó a la 1.15 en
el local policial y tomó declaración indagatoria a Bacha quien se ratificó en
sus manifestaciones anteriores.
"Dijo Bacha que Díaz se había negado
a abonarle el importe de un viaje realizado tiempo atrás en el automóvil de
alquiler a su cargo. En los primeros días, habíale prometido abonárselo tan
pronto como dispusiese de dinero, pero, más tarde ante sus requerimientos le
hizo saber que no le pagaría un centavo. Mas tarde lo amenazó y, finalmente
anteayer, al requerirle por última vez el pago, Díaz le habría aplicado una
bofetada. Bacha agregó que de esa agresión resolvió vengarse en la primera
oportunidad que se le presentara. Justificó lo inopinado del ataque con la fama
de matón de que gozaba Díaz.
"Mientras el juez doctor Pedroni interrogaba al acusado, la
policía de la sección 9a. realizó un sinnúmero de diligencias relacionadas con
el hecho de que se trataba. Contrariamente a lo que se creyera en un principio,
se pudo establecer que Bacha no era un hombre honesto. Desde hace tiempo
explota a una mujer que hasta días atrás perteneció al personal de la casa de
la calle Pichincha 77. Está registrada con el nombre de Pastora Sosa y se hace
llamar Lidia. Así las cosas, se comprobó que tanto Díaz como Bacha eran
tenebrosos con la diferencia de que aquel tiene gran ascendiente entre el
elemento de referencia.
"Proseguidas las averiguaciones destinadas a establecer en debida
forma las causas originarias de la agresión, se citó a varios chauffeurs que
trabajan en jurisdicción de la comisaría 9a. y todos manifestaron que en ninguna
ocasión Díaz dejó de abonarle los viajes que realizaba en automóvil. Siempre
los pagaba al desocupar el vehículo y con largueza.
"Por disposición del juez, doctor Pedroni, se encaminaron luego
las indagaciones hacia el campo de acción de individuos y mujeres que viven al
margen de la ley, obtuviéndose una serie de datos de importancia para el
proceso. Como ya se ha dicho, Díaz tiene gran ascendiente entre los tenebrosos,
especialmente tratándose de polacos o argentinos.
"Una de las tres o cuatro mujeres
explotadas por Díaz es polaca. En cualquier "asunto" que se producía
entre elementos del hampa, era Díaz el encargado de arreglarlo. La fuga de una
de las explotadas, la falta de "respeto" a un amigo en las relaciones
con la mujer del mismo, etcétera, todo eso corría por su cuenta. Díaz salía en
busca de la "fugada" y llamaba íla atención del que, en el segundo caso había sido "incorrecto".
"—Yo viví de cerca la primera parte
de un caso. La segunda no la conocí jamás.
—Hable tranquilo.
—Una noche, siendo aproximadamente la una
y media de la madrugada, en la calle Plata (hoy Ov. Lagos) y Córdoba, paseaba
una mujer envuelta ... en un
tapadito de tela tipo inglés. Rubia y bonita. Y un muchacho que era un
mantenido y que, realmente, no tem'a ni pieza ni mujer en ese momento y que se
llamaba Carlos Ferrari, alias El Dientudo —que así figura en los prontuarios—, se le acercó a la mujer. La tomó
del brazo, comenzó a hablar, y la mujer no contestaba porque era francesa y no
entendía. Entonces le pidió una pieza a un amigo. La consigue en la calle San
Luis, entre Callao y Plata. Era una gran casa con patio, una gran parra y
carnicería al frente, y allí pone a la mujer. El dueño de la pieza, a poco
llegar, le avisa que espera a alguien y que se tendría que retirar. A la mujer
podría llevársela al otro día. —¿Y al dia siguiente?
—Al otro dia, cuando El Dientudo llegó a
buscar la mujer, ésta no quería salir. No quiso irse con el. Al segundo dia, el
dueño de la pieza y la francesita recibían la visita de don Venancio Díaz, el
famoso Paisano Díaz, cafisho de cafishos, quien vem'a a interceder para
reintegrar la mujer a un francés que tenía tres o cuatro mujeres en el
prostíbulo Petit Triarían y en el Madame Safo. Evidentemente, a nadie,¡fuera del francés, le convenía quedarse con
esa mujer, porque no se la podía hacer trabajar en ninguna parte del país.
Estaba fichada, tenía dueño y no convenía. En todos lados la iban a devolver.
—¿Y después?
—Bueno, ese muchacho, que carecía de
experiencia, le dijo a El Paisano Díaz que pedía doscientos pesos para
devolverla. Se fue El Paisano y mandó la respuesta.,No había caso. La oveja
tenía que volver al redil y no había pago. Don Francisco Malatesta, que era
dueño del París y, a
la vez, socio de otra persona en el Madame Safo, ofrecía, simplemente, un
regali-to por la devolución.
—Como ahora cuando alguien pierde un
llavero o un documento de identidad ...
—Exactamente. A todo esto se había
movilizado la policía rosarina haciendo allanamientos en casas de citas,
hoteles y pensiones. Así iban transcurriendo los días, cuando una mujer
criolla, muy agalluda y amiga de este muchacho, dijo: "Yo la voy a
acompañar, para que esta mujer pueda retirar sus documentos. Y una vez que se
tengan los documentos, entonces veremos que se hace". Y este muchacho,
falto de experiencia, le entregó a esa criolla de ley —que se llamaba Margarita
Melgarejo, oriunda de Rojas, provincia de Buenos Aires—, la francesita. —¿Y se
fueron nomás?
—Si, señor. Las dos mujeres fueron hasta
el Madame Safo. Tocan timbre, aparece el portero y para a la criolla, aunque la
hace pasar, con "Un momentito". La francesa pasa y se dirige a su
habitación en busca de los documentos. Cuando había transcurrido una hora,
vuelve el portero y le dice: "¿Qué espera, señora?". Dice,
"Estoy esperando a una chica. "No. Aquí no hay ninguna chica".
La tomaron del brazo y la sacaron afuera. Al otro dia, se da a conocer por los
diarios que en la calle Brown y Rodríguez, mas o menos, se había encontrado la
mujer fugada quien, simplemente: "había ido de visita a la casa de una
amiga". El que la tuvo no consiguió, ni los doscientos pesos ... —. . . Ni
el regalito . . .
—. . . Solamente pudo tomar una copa de
coñac importado y un pocilio de cafe de don Francisco Malatesta en el propio .
. . París, la
casa de citas de la calle Santiago y Pellegrlni que todavía (sic) está. Maiatesta
fue posteriormente deportado a Italia, porque el era italiano. Fue deportado
antes que Juan Galiffi, el Chicho Grande de la Mafia rosarina".1S
"Ahora bien —sigue
diciendo La Capital—, hace 15 días aproximada-~-ente, Bacha estuvo con una
mujer que explota un tal Julio, amigo suyo v de
Díaz. Al enterarse, el "ofendido" se lo hizo saber a Díaz quien, en
el acto, fue en busca de Bacha y como no fueran satisfactorias las explicaciones
le aplicó una bofetada. En esas circunstancias, Bacha nada dijo y se retiró.
"Anteanoche,
festejando el 37 aniversario de su nacimiento, Díaz ofreció a algunos amigos
una comida en su domicilio que está situado en 'a calle Pichincha entre las de
Jujuy y Almirante Brown. Entre los asistentes figuraba el compositor de un
caballo que probablemente ganará una carrera clásica mañana en el Hipódromo
Independencia. La reunión terminó a las 22.45 y poco después Díaz salió a
acompañar al compositor hasta la esquina de Jujuy y Pichincha donde el aludido
tomaría un automóvil. Antes de esto, por una de las puertas que dan a la calle
Pichincha, penetraron ambos al almacén allí establecido y minutos después
salieron por la esquina. Fue en ese momento cuando desde escasa distancia,
Bacha pronunciando unas palabras, atacó a balazos a Díaz con el resultado que
se conoce. El revólver empleado en el hecho es de reciente adquisición.
"Bacha continúa alojado aún en el local de la
comisaría 9a., donde probablemente se constituirá nuevamente el juez doctor
Pedroni a fin de ampliar el interrogatorio y tomar otras declaraciones. En
cuanto a Díaz, su estado sigue siendo de extrema gravedad y por tal causa ha
sido imposible interrogarlo. En la mañana de ayer se le trasladó al sanatorio
de la calle Laprida 1162 y se encuentra allí internado. Como complemento de
esta Información se reproducen enseguida los antecedentes que la policía de
Rosario registra de los protagonistas del hecho:
"Venancio Pascual Salinas (a) El Paisano Díaz.
Nació en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires, el
1o de abril de 1888. En su prontuario que corresponde a la sección
Seguridad Personal de Investigaciones, registra los siguientes antecedentes
judiciales:
27 de setiembre de 1909, proceso por heridas en
Villa Constitución; 19 de marzo de 1912, lesiones y atentado a la autoridad,
sección 5ta. de policía de Rosario; 27 de diciembre de 1913, lesiones a una
mujer, sección 4ta.; 4 de enero de 1915, atentado a la autoridad, sección 9a.;
27 de diciembre de 1917, homicidio en Pérez; 4 de junio de 1918, desacato a la
autoridad, sección 9a.; 7 de noviembre de 1919, lesiones y desacato policía de
Investigaciones; 3 de mayo de 1920, homicidio en Paz, departamento
Constitución y 2 de julio de 1921, lesiones a una mujer, sección 4ta.
"Además en Rosario, Díaz fue detenido siete
veces como tenebroso, una por ebriedad y otra por juegos prohibidos. En cuanto
a las condenas sufridas, figuran tres años de prisión por el proceso del 27 de
setiembre de 1909; seis meses de arresto por las
lesiones del 27 de diciembre de 1913 y 16 meses, también de arresto, por el de
atentado a la autoridad del 5 enero de 1915. En los dos procesos por homicidio,
Díaz fue absuelto y en los restantes se sobreseyó.
"El chauffeur Said o Felipe Bacha,
El Turco o El Cordobés Felipe, nació en San Pablo (Brasil) el 10 de enero de
1901, es soltero y también tiene prontuario en la sección Seguridad Personal
de Investigaciones. La primera entrada lleva fecha 27 de diciembre de 1921. Se
trata de un proceso por lesiones en accidente, hecho ocurrido en jurisdicción
de la comisaría 1ra. La segunda y última data del 17 de febrero de 1923 por
atentado a la autoridad en la sección 4ta. En ambas causas se dictó
sobreseimiento".
La última información sobre El Paisano Díaz, en relación con el acontecimiento
que le ha tocado protagonizar, la da el diario La Capital con fecha 5 de abril
de 1925. La noticia es escueta y no excenta de curiosidad, al mejor estilo de
Ripley. Es de hacer notar, además, que en ningún momento, el cronista
—Manzuoli—, ha llamado a El Paisano Díaz por su verdadero apellido, o sea
Salinas.
"VENANCIO DIAZ HA MEJORADO.
"En las actuaciones
relacionadas con el hecho de sangre ocurrido noches atrás en la esquina de las
calles Jujuy y Pichincha, jurisdicción de ia comisaría 9a., no se han
producido mayores novedades. Felipe Bacha, el heridor de Venancio Díaz,
continúa alojado en el local de dicha seccional cuyas autoridades instruyen el
sumario correspondiente. En cuanto a Díaz, que no ha sido sometido a ninguna
intervención quirúrgica, permanece internado en el sanatorio de la calle
Laprida. Se ha notado ayer en su estado una sensible mejoría. Como se dijo
desde un principio, la herida que presenta en la espalda no es grave. Respecto
a la de la cabeza, parece que no ha interesado a la masa encefálica. Según una
versión recogida anoche el proyectil había quedado alojado sobre el maxilar
superior, precisamente en el lugar donde Díaz tenía un diente de oro. Parece
que Díaz al notar allí una molestia se sacó el diente y seguidamente el plomo
de la bala".
"—Este señor, como
era prepotente y dominaba la sección, siempre se quedaba con la mujer que le
gustaba. Entonces andaba molestando a la mujer de un chofer taxista que se
llamaba. .. Bacha, El Turco Bacha. La mujer no quería decirle nada al marido, para
evitar. Pero, llegó el momento que se lo tuvo que decir... Al enterarse del asunto, Bacha fue y lo llamó a El Paisano
como quien dice al orden. El hombre le dijo: "Vea ... don Venancio ..." y recibió una patada. Bacha se
quedó con la patada. A los pocos días, el hombre, como paraba ahí, en la calle
Jujuy donde estaba el famoso almacén de Cacciabue, lo volvió entonces a llamar
y salió afuera porque era un cumpleaños de él ... -¿De El Paisano?
—Si, de El Paisano . . .
Y ahí lo tirotearon entre varios. Díaz cayó herido y perdió un ojo, pero se
hizo cargo este hombre. — ¡¿Ah!, ¿fueron varios, entonces . ..?
—Bue... desde ios autos
fueron varios. La condición era de que El Turco Bacha se debería hacer cargo. Y
así fue, el hombre se hizo cargo del asunto: estuvo cuatro años y salió. Y
cuando salió se fue Bacha a Alta Córdoba donde puso un prostíbulo que yo
conocí. No se que incidente tuvo con otro patrón de prostíbulo ahí. La cuestión
es que se agarraron y con el mismo revólver de el, el otro patrón de prostíbulo
lo mató. Y ahí terminó su vida este muchacho. El Turco Bacha".16
El esplendor de El
Paisano Díaz dura hasta poco mas del cierre de las as de lenocinio en
Rosario17. Luego, ya en franca decadencia, volverá as andadas, siendo objeto de
algunas detenciones —como se consignara principio— que culminarán en el año 1950 al ser puesto preso por infracción al
artículo 807. A poco, se jubila.
"El Paisano Díaz declina ya, evidentemente, aunque sin perder la
popularidad. Ya no viste como en > mejores tiempos, ahora se lo ve pasar
enfundado en un traje oscuro, gastado y brilloso en algunas partes. En verano,
luce pantalón común, zapatos —a veces alpargatas—, camisa de seda —color crema
o a rayitas—, pañuelo galleta al cuello y un infaltable sombrero de paja desde
donde ¡a la punta de un pañuelo blanco que le tapa el ojo ausente: los lentes n
pasado al olvido ... A pesar del saludo respetuoso de muchos
hombres y mujeres para quienes siempre conserva el gesto amistoso de levan-' el
brazo, las nuevas generaciones, los que no han vivido "su" época, ran
entre indiferentes y curiosos a ese hombre entrado en años, de callos crespos
y blancos, que cuenta historias de riñas y duelos en los es-ios de Villanal, El Nexo, El Aviador, Los Dos Pibes, Becaccese, Basso,
Gambrinus, boliches que con el tiempo se mantienen
custodiando la peri-ia de Pichincha".18
"—El Paisano Diaz
quedó bastante arruinado después del tiroteo, ¿verdad?
—Si, señor, de un ojo y
un brazo. Después de ahí siguió su trayectoria medio jodido, a lo último ya
empezaba a manguear. Lo habían jubilado del puerto y el puerto no lo conocía a
el; después le quitaron la jubilación porque hubo denuncias, y esto y lo otro y
le quitaron la jubilación. Al final, murió en el Asilo de
Mendigos, arriba de un banco, en Ayolas y Necochea. Así murió".19
"—¿Cuánto hace que murió
El Paisano?
—Hace como doce años, en
el Asilo de Ancianos. Como dos años antes de que muriera Zocco, El Cara de Payaso ... y
ya van para siete u ocho años que venía a tirar la manga… “ 20/21.
NOTAS
1 Osvaldo Berrini y
otr., id.id.
2 Juan Cepeda. Biog.
Político, funcionario, n. en Rosario el 4 de mayo de 1869; m. en la misma
ciudad el 10 de mayo de 1954. Ingresó en la administración provincial en su
juventud; fue encargado de la mesa de recaudación de la Receptoría de Rosario;
Receptor de Hacienda en el Departamento General López; jefe Político del
Depto. Constitución, donde fuera designado el lo de febrero de 1895; diputado
provincial en el período 1898—1902 por el Depto. Constitución. Él 3 de
diciembre de 1919, por renuncia del gobernador Lehman y en su carácter de
presidente pro—tempore del Senado asumió el cargo de gobernador hasta el 9 de
mayo de 1920. Desde el 9 de mayo de 1924 hasta el 9 de mayo de 1928 fue
vicegobernador de la provincia. En setiembre de 1936 se lo designó jefe de
Policía de Rosario, cargo en el que lo sustituyó su hijo Juan Carlos Cepeda en
mayo de 1937. Luego fue administrador general de contribución territorial y
patentes de la Nación y en 1938 electo senador nacional, desempeñándose hasta
1943. Se lo consideró caudillo político de prestigio. Wladimir C.
Mikielievich. Diccionario de Rosario (en preparación).
3 Calixto Gallo, id.id.
4/5 Prostitución y Rufianismo, op.cit. Pág. 197 y
sigs.
6
Pablo Miguel,
entrevista realizada en el bar "El Riel", el 22.1.1976.
7
José Rico, id.id.
8/9 Osvaldo Berrini, id.id.
10
Julio L. Alsogaray,
op.cit. Págs. 49/50/51.
11
José María Manuel Fernández. Leprólogo y
dermatólogo, n. en Tucumán en 1902; m. en Rosario el 21 de julio de 1965.
Egresó de la facultad de medicina de Rosario en 1928. Fue becado para estudiar
la lepra en Carville, Estados Unidos; en Honolulú; en Hawaii; en Filipinas;
asistió a la escuela de medicina tropical en Calcuta; perfeccionó sus
conocimientos en el departamento de histo-patología de piel en París y en el
departamento de profilaxis de la lepra en Sao Paulo, Brasil. Fue profesor
titular de clínica dermatosifilográfica en la facultad de medicina de Rosario y
jefe de la sección mujeres del servicio de leprología del hospital Carrasco, de
Rosario. Perteneció a numerosas entidades científicas en su especialidad,
nacionales y extranjeras; fue rector interino de la universidad nacional del
litoral en 1965. Autor, además, de estudios y monografías que hallaron amplia
difusión en el exterior. El hospital dependiente de la Facultad de Ciencias
Médicas que funciona en la localidad de Granadero Baigo-rria —ex Paganini—,
aledaña a Rosario, lleva desde 1966 el nombre de "Dr. José María
Fernández". V. Diego Abad de Santillán, op.cit. TJ.
12
Juan M. González (Gonzalito). Médico de
brillante trayectoria, dueño de una notabilísima idoneidad. Nació en Rosario en
1894; graduóse en la Universidad de Buenos Aires en 1919 con diploma de honor.
Fue profesor, consejero, vice-decano y decano de la Facultad de Medicina del
Litoral. Presidió diversas entidades científicas del Hospital Español de
Rosario. Descolló por su versación en congresos realizados en Tokio, Praga y
Copenhague y fue asistente, además, del doctor Gustavo von Berman en
"Segunda Innere Medicin", de Berlín. Efectuó aportes valiosos a la literatura
médica con una treintena de obras escritas. Falleció en Rosario a los 82 años,
el 19 de agosto de 1976.
13
Antonio Sciara,
testimonio efectuado el 6.1.76.
14
Julio Schiavone, id.id.
15
Antonio Sciara, id.id.
16
Calixto Gallo, id.id.
17
En 1929 arriba a
Rosario, por dos días, el entonces famoso cantante de tangos y aires criollos
Ignacio Corsini —El Caballero Cantor—, "Tuve el placer de
acompañarlo por el barrio conocido como "Pichincha" —escribe Lito
Bayardo en sus Memorias—, rincón de la noche donde proliferaban los
peringundines y casas de mujeres alquiladas, con prontuarios enlutados y
hombres de acción. Corsini quería conocer algunos de estos personajes de ese
submundo, donde reinaba el "paisano Díaz", gran admirador de Corsini
a través de sus grabacio-
nes . . .". Díaz,
Corsini, Bayardo, el payador Víctor Galieri y otros, habrían compartido una
noche que, según Bayardo, El Caballero Cantor nunca olvidó y que
después de muchos años recordaría con emoción. Lito Bayardo, op.cit. Pág. 145.
18
Prostitución y Rufianismo, op.cit. Pág. 201.
19
Calixto Gallo, id.id.
20
Osvaldo Berrini, id.id.
"Rosario, 19 de
mayo de 1978. Señor Zinni: tengo el agrado de dirigirme a usted, a los efectos
de poner en su conocimiento, que el señor Venancio Pascual Salinas, no falleció
en nuestro hospital. Estos son los datos que figuran en la ficha que tiene la
oficina de Estadística: Venancio Pascual Salinas. Nació el lo de abril de 1888.
Argentino, soltero, hijo de doña Francisca Salinas, jubilado, con domicilio en
calle Ricchieri 69 bis. Se internó el 13 de noviembre de 1)62, en la sala 14.
Salió el 19 de noviembre de 1962. Salúdale atentamente, Francisco Miguel Haro.
Jefe del Depto. Intendencia. Hospital Centenario".
Fuente: Extraído del
Libro “El Rosario de Satanás del Autor Héctor Nicolás Zinni, el Capitulo 2, del
Tomo II . Editorial Fundación Ross. Año 2000.