Desde
finales del siglo XIX la zona del Saladillo se convirtió en ámbito de
asentamiento inicial de inmigrantes de escasos recursos, que venían con la
posibilidad de trabajar en el puerto o en el matadero municipal, y que luego
lo hicieron en el frigorífico Swift. A estos contingentes se sumaron también
transitorios migrantes internos, llegados a la ciudad perseguidos por las constantes
sequías y las invasiones de langostas que por entonces (y como ocurriría hasta
la década del 40 al 50 en muchas regiones argentinas) devastaban los
sembrados. Ellos también llegaban a Rosario sin recursos.
El
gobierno comunal habilitó, tratando de aportarles una ayuda concreta, galpones
y barracas donde alojarlos y cocinas municipales en las que se les brindaba, a
precio reducido, el llamado plato de los pobres.
Los
inmigrantes europeos trataron, desde el comienzo, de agruparse en sociedades
o instituciones por nacionalidad, de las que la ya mencionada "Sociedad
Polonesa Federico Chopin" (que aún subsiste y realiza actividades para la
colectividad) es un buen ejemplo. No se puede establecer, sin embargo, el
número exacto de polacos llegados a Rosario, ya que a comienzos de este siglo
los mismos arribaban con documentación que, en muchos casos, era extendida
por las autoridades invasoras de su país natal, lo que explica que muchos
polacos figuren —en las estadísticas locales de esos anos— como rusos,
austríacos o alemanes.
Recién a
partir de la década del 20 dicha situación comenzó a modificarse, sobre todo
luego de la proclamación de la
República de Polonia en noviembre de 1918 y de la designación
de Jozef Pilsudski, cuando llegan al país partidas de nuevos inmigrantes que ya
portaban pasaportes extendidos por las autoridades de la flamante república.
En
Rosario, el movimiento que agrupaba a los inmigrantes polacos data de 1919,
cuando se constituye en la ciudad la Sociedad Polonesa
Dom Polskt. Uno de sus principales pioneros fue Francisco Dembicki, supuesto
activista del Partido Socialista Polaco, quien (según lo indica la tradición
oral de su colectividad) llegó aqui siguiendo la senda de los Siberianos polacos
—prisioneros polacos en Rusia— á través del Lejano Oriente, Manchuria y China.
Dembicki inspiró a sus compatriotas un espíritu de independencia y de solidaridad
nacional.
La
"Sociedad Polonesa Federico Chopin", por su parte, aportó muchos de
sus socios al frigorífico Swift como mano de obra. Uno de ellos, Sylwester,
llegó a ser directivo del mismo, lo que no impide que se consigne un hecho
notorio: al no existir leyes sociales que los preservaran de la explotación,
de la enfermedad o incluso de la pobreza, y no teniendo ni conocimiento del
idioma local ni preparación especializada alguna, los inmigrantes polacos debieron aceptar las tareas más
pesadas y peor remuneradas. Pese a ello, como otros inmigrantes de distintas
nacionalidades, pudieron fundar y mantener organizaciones nacionales donde
cultivar y preservar sus tradiciones y costumbres y expresarse en su lengua
nativa.
"El
desconocimiento de la lengua nacional ha constituido y constituye el obstáculo
que se opone a la propia ubicación de un crecido número de inmigrantes",
señala "La Capital"
en 1928, informando además, sobre el tema que nos ocupa: "Para subsanar
las dificultades que crea el desconocimiento del idioma y por consiguiente
la rápida contratación de los servicios personales, se ha establecido en
Buenos Aires una institución denominada Asociación Dom Polskt, la cual obrando
de consuno con las autoridades polonesas, se propone a su vez instituir una
oficina de informes destinada a facilitar trabajo a los inmigrantes de
aquella nacionalidad".
El
testimonio de Miguel Plotrowski señala la función que aquellos pioneros
asignaron a estas instituciones: "Se comenzó a hablar de fundar la Sociedad Polonesa no
sólo para ayudar a la gente de allá sino también a los que venían del Chaco
enfermos o accidentados, que llegaban a Rosario y no sabían adonde ir. Los
inmigrantes que hacia tres o cuatro anos que estaban acá, que ya sabían
hablar castellano, trabajaron para fundarla y ayudar a la gente en general,
como socorro mutuo... Si perdían sus documentos, si estaban enfermos, haciendo
colectas para pagarles el hospital".
Así, el 9
de julio de 1930( coincidiendo con una fecha cara a los sentimientos
patrióticos del país que los cobijara ) se tomó decisión de organizar la
sociedad Polonesa Federico Chopin" en el Saladillo, para agrupar a los connacionales
que vivían en el barrio, ofrecerles ayuda material y moral y establecer
contactos con otras asociaciones polacas establecidas en la Argentina.
Fuente:
extraído de la revista “Rosario, Historia de aquí a la vuelta Fascículo
Nº 15 . De Julio 1991. Autores: Sandra
A: Bembo – Nelly I. Sander de Foster – Marisa Rocha