YO
TE RECUERDO ASI...
Por
Francisco Piano
En la intersección de dos épocas, cuando la ciudad asistía a una
renovación de la segunda década del siglo, es decir allá por el año 1920, surge
en un sector de la misma un grupo de "casa de tolerancia" que le dieron aquel
sitio renombre inigualado y que aún perdura en el recuerdo de los memoriosos.
Su popularidad había superado el ámbito local y
se extendía hasta la Capital Federal así como a una amplia zona de nuestra
provincia. Los transitadores de la noche conservan — en su memoria— aquel
reducto con su entorno como un aguafuerte de Quinquela; vieja y recordada PICHINCHA cuántos hombres
caminaron tus veredas procurando el placer en aquellas "maisons" que
encerraban instantes de amor comprado. Los que hoy pueden volver con sus
recuerdos a aquel tiempo, se reencontrarán en las ochavas esquineras la
aventura de horas inolvidables.
Se encontrará con nombres como: "El Irianón", "El Italia",
"El mina de Oro", "El 90", todos ellos eran parte
de la calle Pichincha, que hoy conocemos como Richeri; para tener una idea cabal de los lugares en los
cuales el parroquiano podía pasar su tiempo, diremos que se podía estimar en
alrededor de 15 establecimientos. De todos ellos se destacaba "Madame Safo"
(hoy
Ideal) donde se encontraba un ambiente muy refinado y elegante. El mismo era
muy exclusivo y la admisión de los asistentes se efectuaba observando por una
mirilla colocada en la puerta principal; el-"conserje" luego de
examinar detenidamente al interesado, según fuera su aspecto, franqueaba la
puerta o le negaba el acceso al lugar. La mayoría d las "femes" eran
de origen francés, todas ellas de una gran belleza. Se organizaban espectáculos
coreográficos de tipo re visteril, no exentos de erotismo para atender los
requerimiento de los "visitantes".
Para tener una idea de como funcionaban estas "maisons' señalaremos que se
habilitaban a las 16 horas y concluían s labor a las 4 horas del día
siguiente. Estos burdeles contaba con un personal que oscilaba entre trescientas o
cuatrocientas mujeres, quienes eran rigurosamente controladas por el departamento
de salubridad, pues los mismos contaban con 1 aprobación de las autoridades de
la ciudad.
Las características edilicias de estas casas eran
similares se componían de un pasillo amplio de entrada que desembocaba en un
"gran hall" de 10 x 40 metros, el cual se encontraba rodeado de
habitaciones. En uno de sus extremos generalmente, desgranaba tangos y valses
una pianola, dándole al lugar un toque muy especial.
En los burdeles que podríamos llamar más populares, habían
mujeres de todas las nacionalidades en el hall no existían mesas ni sillas. Los
concurrentes se ubicaban por lo general junto a las paredes, y hacia ellos se
aproximaban la mujeres elegantemente ataviadas y conversaban unos minutos para
luego invitarlos a su habitación, circunstancia que quedaba a la libre decisión
de cada uno.
Los días sábados por la noche, aquel sector comprendido por Pichincha entre Jujuy y Brown, se convertía en un
centre con un movimiento incesante de parroquianos, entre los qu< era dado
advertir rostros y personajes de distinto origen, si mezclaban los idiomas
ya que era muy normal que los tripulantes de los barcos surtos en el puerto se
volcaban a la zona Para establecer un punto de referencia diremos que las joma
das sabatinas de nuestra peatonal son similares a aquellas noc turnas que
rememoramos.
Las pinceladas finales
de este relato están referidas ; algunos tipos de características muy
especiales; en prime término mencionaremos
al "rufián", quien se ocupaba de las "contrataciones" de
las mujeres, tanto a nivel nacional como internacional, eran los
"capos" que manejaban el negocio y establecían las reglas de juego a
las que debían ajustarse todos los que se movían en este ambiente. Luego le
seguía ese personaje tan especial conocido como "cafishio", sujeto
que conquistaba a !a mujer con amor y ternura, poseedor de fácil palabra, tenía
además un gran sentido paternalista, era hombre de una sola mujer y poco amante
del "laburo", de modo que vivía a costa de su pareja.
Debemos mencionar también a la
"encargada" de controlar el "trabajo" de las mujeres a
quien se le identificaba como "madame"; ella regenteaba toda la
actividad que allí se desarrollaba.
Como es de imaginarse, la zona estaba controlada
por efectivos de la policía, quienes mantenían un orden estricto, para evitar
cualquier tipo de transgresión; no obstante ello, ocurrían de pronto, algunos
encuentros entre "cafishios" —personajes borgianos— sujetos
extraños, capaces de la suprema abnegación y de la suprema ruindad. Esos
enfrentamientos se producían generalmente por problemas de mujeres, conocidas
en el argot lunfardo como naifas, minas o percantas y en muchas ocasiones
tenían un trágico final.
Como anécdota, podemos señalar que muchas de
aquellas "mujeres" se alejaron del .ambiente y formaron su hogar
integrándose a la sociedad, dejando atrás un capítulo de su vida, totalmente
superado.
En forma breve, he intentado revivir un tiempo
pasado, que conforma la historia de la que en otra época fue reconocida como
la "Chicago Argentina", título que se había ganado por el esfuerzo
de sus pobladores, por su actividad creciente, por su empuje. Todo eso quedó
atrás, pertenece al pasado... éramos el quinto país en importancia en el mundo,
todos nos respetaban y los "gringos" venían a hacer la América. Para
las nuevas generaciones este "retrato" de un tiempo que es
desconocido para ellos, ha de aproximarlos a un período de ¡a vida de nuestra
"city", como se podrá apreciar "no hay nada nuevo bajo el
sol", sobre todo cuando nos hablan del "destape".... a otro con ese cuento.
Bibliografía: Güía de Rosario de Francisco Planos