Por Sandra Fernández (CON1CET-UNR)
La creación de "El
Círculo" de Rosario, tiene como origen la inauguración oficial de la
primera biblioteca pública de la ciudad. La Biblioteca Argentina
inaugurada en julio de 1912 iba a consolidar un discurso alrededor de "lo
público" y representaba los valores propios de la cultura le trada, en
una ciudad que por su historia y constitución carecía de fuertes referentes
institucionales dentro de tal ámbito. Al momento de inaugurar la biblioteca se
nombra como director a Juan Álvarez. Por estos años la figura de Álvarez aún
no había trascendido ampliamente el escenario de la ciudad. Más allá de su
perfil austero de abogado abocado a la
función pública con fuertes preocupaciones historiográficas, su más activa
participación tenía que ver con su reformismo político y su compromiso en pos
de la educación y la cultura.
Álvarez, en calidad de director acompañado por algunos reconocidos nombres
de la élite rosarina, organizaría a partir de ella "El Círculo de la Biblioteca". En el
texto "La Obra
Cultural Circulo" de 1921 se recordaría tal posición
diciendo:
""...la dirección del
establecimiento -o oportuno amenizar el acto con --nos números selectos de
música de cámara, y ante el éxito obtenido por la fiesta -era la primera vez
que sin propósitos de lucro se traía de la capital federal un conjunto musical
de importancia- el Dr. Rubén Vila Ortiz lanzó la idea de repetir periódicamente
reuniones de tal tipo organizando al efecto una asociación..." .
Este espacio institucional
representaba el cimiento para una prolongación asociativa que con claros
objetivos artísticos, pero también con metas que no ocultaban la posibilidad paralela
de la reunión social y festiva.
Sin embargo si en otros lugares de la ciudad
se podía disfrutar de una sociabilidad galante e informal, el registro de
periodicidad de las reuniones tendría una directa relación con lo que se
consideraba selecto e intelectual.
La sociabilidad se encontraría
reglada por esta forma de encontrarse que tenía objetivo último armonizar la esfera pública y el
ámbito privado bajo el cristal de una reunión artística, que no tenía fines de
lucro. El perímetro se sellaba justamente en torno de estos elementos:
articulación del espacio público y privado, institucionalizando tal relación a
través de una entidad municipal; universalización de valores y percepciones
detrás de un ideal artístico y cultural, y finalmente la legitimación de este lugar corriéndolo de la esfera del mercado.
Tanto el proceso de creación, así
como la denominación que se eligió para
bautizar la novel entidad mostraron el vínculo perdurable entre la biblioteca
municipal y la institución cultural. El acto eleccionario desarrollado en la
sede del ejecutivo local, con la certificación de sus autoridades refrendó
tal unión: 'Asociación Cultural El
Círculo de la Biblioteca".
Controlado y rubricado por el propio prosecretario del ejecutivo catapultó a
la presidencia de la institución a Juan Álvarez.
Inmediatamente se procedió a
elaborar los estatutos donde claramente se dejaría señalada la vocación de la
entidad para propender a la cultura intelectual y artística del Rosario . Es
así que "...buscando evitar el escollo en que antes naufragaran iniciativas
muy loables", los comisionados pensaron que el éxito de la nueva
institución había de radicar, por lo menos en sus comienzos, sobre estas dos
bases: "supresión de los gastos de local, servicio, luz y calefacción,
que habitualmente absorben la mayoría de los recursos en los centros
culturales... ofrecimiento de mayores ventajas a los asociados que las que
pudiera ofrecer cualquiera otra organización de conciertos y conferencias
hecha con fines de lucro o por empresarios" . Las metas diseñadas por los
estatutos se concretarían en "conciertos, conferencias, exposiciones de
arte, publicar libros y revistas, crear premios de estímulo, acordar becas y
subsidios y organizar certámenes literarios y artísticos, quedando facultada
al efecto para hacer todos los gastos que estos festivales demanden ...
adquirir obras de arte las que podrán ser donadas a Instituciones culturales de
esta ciudad, así como también aceptar donaciones o legados" . La
eficiencia entre la formulación de los objetivos institucionales y la
proyección de tales prácticas en el espacio público fue sustancial. En tal
sentido la adquisición y legado de obras de arte, no era vista por "El
Círculo" como una forma de acrecentar el patrimonio particular de la
entidad, sino por el contrario como una manera de ayudar a gestar una colección
"pública" de obras de artistas plásticos argentinos que en un futuro
próximo pudiera ser expuesta en un museo.
La vida cultural de la institución se organizó sobre la base del diseño
de un profuso plan de actividades que redondeaban las expectativas de los
organizadores y que encontró amplia respuesta en un público de pares ávido por
insertar a la ciudad en el escenario cultural, intelectual y artístico
argentino.
Durante la gestión de la primera comisión directiva se formalizaron
doce conciertos y cuatro conferencias, además de inaugurarse el
primer Salón de Bellas Artes; en los años que llegan hasta 1920, se realizaron
más de setenta conciertos y audiciones, y alrededor de treinta conferencias y
espectáculos de poesía, y se retomó el Primer Salón Rosarino de Bellas Artes.
Este sintético panorama nos habla no sólo del perfil de la actividad artística
deseada por los promotores de la institución, sino además de los nichos sobre
los cuales "El Círculo" quería desarrollar su propuesta. La música y
las artes plásticas ocuparían un lugar relevante. La primera a partir de una
dilatada lista de funciones que recorrerían el Salón Blanco de la Biblioteca Argentina
y las tablas de teatros rosarinos, presentando un sinnúmero de compositores,
obras y ejecutantes -argentinos y extranjeros,
profesionales y aficionados-.
Como puede advertirse en los programas la
actividad de la comisión directiva de "El Círculo" fue casi febril
organizando audiciones desde abril a diciembre de cada año. El recorrido
musical fue bastante heterogéneo en los gustos, géneros e intérpretes. Desde
conciertos sinfónicos ejecutados por prestigiosas orquestas nacionales, hasta
más modestos recitales de señoritas, pasando por conjuntos de cámara que
reunían visitantes extranjeros del Conservatorio Imperial de Leipzig, del
Metropolitan House de Nueva York o del Conservatorio Nacional de Bruselas.
Tan atractivas como las
reuniones musicales eran las conferencias de los programas de "El Círculo",
que menores en cantidad, eran una muestra de los vínculos con destacados intelectuales
del momento. A Ricardo Rojas, Leopoldo Lugones, José Ortega y Gasset, Ramón
Menéndez Pidal, Manuel Ugarte, Carlos Ibarguren, José León Pagano, le seguían higienistas como Gregorio Araoz Alfaro;
biólogos, Clemente Onelli, e historiadores. Ramón Cárcano, viajeros y periodistas,
y diplomáticos.
No obstante fue en los actos
dedicado a las artes plásticas donde existió mayor correspondencia entre
"El Círculo" y las instancias gubernamentales, anticipando lo que
sería la aprobación de políticas culturales en torno de la creación de museos.
El sábado 30 de agosto de 1913, "El Círculo" inauguró el Primer salón
de Bellas Artes, con la presencia del señor presidente de la Nación, Roque Saenz Peña.
Continuando con esta iniciativa cuatro años más tarde, el 24 de mayo
de 1917, se abría el Primer Salón Nacional de Bellas Artes de Rosario,
organizado también por decisión de "1 Círculo" y con la presencia del
director del Museo Nacional de Bellas Artes Cupertino del Campo. El éxito de
esa primera muestra logra que el entonces intendente municipal F. Remonda
Mingrand, creara el 19 c julio de 1917 la Comisión Municipal
de Bellas Artes que tuvo por finalidad "la creación de un museo, una academia
y demás trabajos que tiendan a fomentar el arraigo y el crecimiento del
espíritu".
Durante la inauguración Nicolás Amuchástegui, presidente de la Comisión Municipal,
desplegó convincentes argumentos para incentivar a la burguesía local a ser
generosa en la potenciación de una gran colección pública de arte, y así
delinear la proyección de una perspectiva cultural en la ciudad tildada de
fenicia.
Para sintetizar estos primeros pasos de la Asociación Cultural
"El Círculo" están las palabras de sus socios a casi diez años de su
creación, en 1921: "Entre las características más simpáticas del Rosario
se desataca la de haber organizado una poderosa institución cultural que agrupa
en derredor actividades intelectuales y artísticas, antes dispersas o faltas
de apoyo eficaz. Conferencias, conciertos, exposiciones de pintura y escultura,
concursos literarios, premios de estímulo y otras manifestaciones de alta
cultura tienen su origen y su mejor apoyo en un centro directivo que las armoniza
y orienta, habiéndose llegado gradualmente por tal camino a la honrosísima
situación actual, acaso única en el país, de que sea una biblioteca pública el
punto de cita habitual, familiar pudiera decirse, de los elementos sociales más
representativos de la ciudad. Esa institución es 'El Círculo'."
*Sandra Fernández es investigadora de CONICET y docente
de la carrera de Historia de la
UNR. Su investigación actual es sobre las formas de la
sociabilidad en el espacio público rosarino y santafesino en las primeras
décadas del siglo XX. Su tesis doctoral tiene como objeto de estudio el
asociacionismo cultural en Rosario, específicamente la Asociación Cultural
El Círculo de la Biblioteca
en sus primeros años de acción.
Pueden
señalarse sobre el tema los siguientes textos de su autoría:
FERNANDEZ, SANDRA (2010) La revista "El
Círculo" o el arte de papel, EDITUM, Universidad de Murcia-Servicios de
Publicaciones, Murcia, España, pp. 253.
FERNANDEZ, Sandra (2006) Sociabilidad, corporaciones e
instituciones, Tomo 7, en BARRIERA, Darío (dir.) "Nueva Historia de Santa
Fe' Prohistoria/La Capital,
Rosario, pp 198.
FERNÁNDEZ, Sandra (2002) Li arena pública de las
ambiciones privadas. Relaciones sociales y asociacionismo en la difusión de la
culture burguesa: Juan Álvarez y El Circuito de Rosario (1912-1920), Tierra
Firme revista de historia y ciencias sociales N° 78, Caracas.
FERNANDEZ, Sandra (dir) (2012, La ciudad en movimiento: espacie
público, sociedad y política. Rosario. 1910-1940, Ediciones del ISHIR, CONICET,
Rosario.
1 La Obra Cultural del
Circulo, Rosario 1912-1921, Talleres Woelflin, Rosario, 1921, p.6.
2
Estatutos de "El Circulo", Art. 1, Establecimientos Gráficos
Woelflin, 1921.
3 La Obra Cultural del
Circulo, Rosario 1912-
1921. p.7
4 Estatutos..., art. 10.
5 La
Obra Cultural del Circulo, Rosario 1912-1921 p. 5.
Fuente:
extraído de la revista “Rosario, su Historia y Región. Fascículo N• 111 de Setiembre
de 2012.-