Sin lugar a
dudas, la aviación ha sido una de las actividades que en el menor tiempo
posible adquirió real magnitud.
En su
edición especial del 14/11/1967, al referirse a ello, el Diario La Capital, asi se expresaba:
"Breve su historia, porque el
modernismo pasó de una etapa a otras con vertiginosa rapidez y las primitivas
máquinas, demostración de la capacidad del hombre, de pronto se convirtieron
en informales máquinas de destrucción en la espantosa guerra que se inició en
1914. Historia con la brevedad de las proezas y perdurable como ellas, ésta
que comprende la formación y surgimiento de ¡a aeronáutica argentina con sus
caballeros de la intrepidez y de la osadía que poblaron nuestro cielo con sus
maravillosas inquietudes sin pausa, que todavía adquirió mayor grandeza porque
en un momento y en otros cielos, los del viejo mundo, la misma causa estuvo al
servicio de la devastación".
Entusiasmados por los éxitos
alcanzados por la aviación durante la contienda bélica que terminaba en
Europa; contagiados por el éxito logrado por el "Aero Club
Argentino", fundado el 12/01/ 1908 en la ciudad de Buenos Aires por distinguidos
hombres afines, tales como Aarón de Anchorena, el Coronel Arturo M. Lugones,
Jorge Newbery. Alberto de Bary, Mayor Waldino Correa, Barón Antonio de Marchi,
Sebastián Le-zica, Roberto D. Zimermann, Isaac de Oliveira César, Florencio
Parravicini, etc.; pero más que nada alentados por las gestiones que la Misión Francesa de
Aviación, que ya había comenzado a desarrollar su acción en la Capital Federal,
había solicitado a la
Municipalidad de Rosario, según asi lo consigna La Capital en su edición del
12/10/1919, la concesión temporaria de un terreno en esta ciudad a los efectos
de establece: los hangares y demás instalaciones de una Estación intermedia,
un pequeño, pero caracterizado grupo de calificados vecinos de Rosario, encabezados
por don Alfredo J. Rouillón, debidamente compenetrados del grado de progreso
que la aviación ya había alcanzado y del futuro promisorio que dicha actividad
significaba, no ya como arma de destrucción, sino mas bien para el desarrollo
civil de la nación, resuelven fundar en el mes de noviembre de 1919, una
entidad a la que se le dio el nombre de "AERO CLUB ROSARIO".
Fijadas las bases de la novel
Institución, y elegida su primer C.D. que estuvo presidida por don Alfredo J.
Rouillón, actuando como Secretario don Florencio Andrade, de inmediato sus autoridades
se abocaron a la búsqueda de los elementos primordiales para el
desenvolvimiento de las actividades, es decir la provisión de los aviones que
habrían de servir no sólo para ejercitarse los que ya tenían su brevet de
pilotos, sino también para poderse impartir las enseñanzas y prácticas a todos
aquéllos que quisieran adquirir los conocimientos de tal actividad.
La empresa no era nada fácil, más aún
teniendo en cuenta la escases de aviones en ése entonces en el país. Pero,
luego de arduas gestiones realizadas por ante el Ministerio del Interior, el Club
consigue, dados los fines perseguidos, se le hicieren donación de las
siguientes máquinas: Dos Moraune Saulnier, tipo parasol, con motor rotativo
marca La Rhone,
de 80 HP; otro, de la misma marca, pero con motor de 110 HP; y un biplano marca
Curtís Meteor, con motor de 90 HP. A l95 dos primeras de las máquinas nombradas
les fueron impuestos los nombres de "Ciudad de Rosario" y
"Alfredo J. Rouillón", respectivamente.
Ya obtenidos los elementos
indispensables, es decir las máquinas, se abre la Escuela de Pilotaje, a
cuyo efecto se nombra como primer Instructor al piloto francés D. Adrián
Bedrignans, quién había llegado al país formando parte de la Misión Aeronáutica
Militar Francesa. Los antecedentes de dicho piloto lo hacían acreedor al mejor
de los reconocimientos. Su primer vuelo lo había realizado el 12/7/1912, y su
bautismo de fuego lo tuvo el 21/9/1915 como integrante del Regimiento 7o Genie,
con el cual cumplió 75 misiones de bombardeo. Su campaña principal lo fue en
el frente Belga, habiendo obtenido activa participación en las batallas
libradas por los aliados en el Somme, el Aisne, y el Oise; y a mérito de todo
ello recibió las siguientes condecoraciones: La cruz de guerra Francesa, una
estrella de bronce, una de plata, y una palma; la cruz de guerra Belga; y la
medalla militar de la misma nacionalidad con Palma de Plata. Su último
reconocimiento aéreo lo efectuó con fecha 11/11/1919, es decir el mismo día en
que se acordó el armisticio.
En lo que respecta al campo de
actividades, el Club instaló su aeródromo en el viejo Barrio El Saladillo, hoy
Roque Sáenz Peña, de esta ciudad, en las inmediaciones de las actuales calles
San Martín y Muñoz, lindando con las vías del F.C.C.A., hoy Mitre, levantándose
sobre el mismo un precario cobertizo donado por el presidente del Club; hecho
lo cual, de inmediato comenzaron a desarrollarse las prácticas aéreas, como
asi también a ser usado por la
Misión Francesa a que hemos hecho referencia anteriormente.
De los primeros pilotos que surgieron
de la novel Institución hemos recuperado los nombres de su primer Secretario,
don Florencio Andrade: don Pedro Ficarelli, que completara luego sus
conocimientos en el Aero Club Argentino y que, años después, habría de pagar
con su vida la pasión que sentía por volar; don Humberto E. Gatti, figura
señera de nuestra ciudad, que tanto hizo para elevar los prestigios de nuestra
aviación: de los dos últimos citados nos hemos ocupadc preferentemente en el
capítulo anterior: don Juan Arfinetti, que años después, piloteando un Farmán
223, y representando al Círculo de Aviación de Rosario, habría de obtener el
primer puesto en la prueba nacional que bajo el nombre de "Myriam
Stefford", y con un recorrido por las 14 provincias de la Nación, fuera realizada
por primera vez por el Aero Club Argentino; De Marotte, Garay Díaz, Brochier,
etc., asi como otros que, lamentablemente, y por la falta de documentación
fehaciente nos impide relacionar.
El primer accidente aéreo ocurrido en el aeródromo del
Saladillo, que se tienen noticias, lo fue el día 26/2/1920, cuando el aviador
francés Julio Abel, al servicio de la Misión Francesa, y
llevando como pasajeros a los señores Ignacio Montalvo, Juan Ariani, Guillermo
Blanco, y Jorge Gaspary, éste último corresponsal de la Revista Fray Mocho en
Rosario, al querer aterrizar sufre un serio accidente, por fortuna sin consecuencias graves para el piloto y el pasaje, pero con
el avión seriamente dañado, tanto que, para posibilitar el regreso del pasaje a
Buenos Aires, el día 1o de marzo la
Misión remite desde la Capital Federal un avión Farmán al mando del
aviador Adrián Bedrignans y de los técnicos E. Mathelin y A. Fargés. El
nombrado piloto habría, poco tiempo después, pasar a desempeñarse como
instructor en nuestra ciudad, según se ha dicho anteriormente.
La antes recordada revista "Fray Mocho", su
edición del 2/3/1920 dá abundante y pormenorizada cuenta de los citados
acontecimiento como así también los documentó gráficamente y de una de dichas
fotografías, tomada desde aire, se advierte nítidamente la conforma que en ése
entonces tenía el aeródromo. ]existencia de un único cobertizo.
El Aero Club Rosario inauguró oficial su aeródromo el día
17/4/1921 con una fiesta aeronáutica que concitó la atención de da la ciudad y
alrededores. El diario La
Capital, al comentar dicho acontecimiento, hace re que era
tanta la afluencia del público interés en llegar al lugar, que el tranvía N° 8, a las l horas, ya era
imposible tomarlo, y muchos poder hacerlo lo tomaban de regreso, y efectuaban todo
el recorrido de vuelta e ida. Además fletó un tren especial, que debia partir
de la Estación
Rosario Central a las 14 horas, cuyo voy lo componía un total
de 20 vagones, los fueron prácticamente asaltados por el público, tanto que
llegaron a ocuparse no sólo los techos de los vagones, sino también la casilla
del maquinista y, cuando ya no había más lugar para hacerlo, muchos se ubicaron
a lo largo de la 1ocomotora apiñándose sobre el miriñaque. Al que dar en la
estación una extraordinaria cantidad de público sin poder viajar, hizo que la Dirección del
Ferrocarril habilitara otros dos trenes más.
Sigue
informando La Capital,
que el aeródromo presentaba un brillante golpe de vista, con sus gallardetes
con los colores patrios, y los aeroplanos alineados frente a los hangares. Las
bandas de música de la Policía
y del Regimiento 11 de Infantería, turnándose,
alegraban el ambiente interpretando marchas. Se calculó entonces que en
la recordada oportunidad se congregaron en el campo de aviación más de 20.000
personas.
El acto contó con la presencia del
Vicegobernador de la
Provincia, D. Clorindo Mendieta; el Jefe Político de Rosario,
D. Juan Cepeda; el Intendente Municipal, Dr. I. Newell; el Coronel Andrés
Guiraldes; el Coronel Mosconi; los Señores Esteban Juárez y Posse, en
representación de los Aeroclubes de Córdoba y Tucumán, respectivamente; el
Presidente del Aero Club Argentino, Ing. Florencio Martínez de Hoz; el Dr.
Schleisinger, etc.
Al iniciarse el acto, y luego de
ejecutado y coreado el himno nacional argentino, el Presidente del Aero Club
Rosario, D. Alfredo J. Rouillón, dirigió la palabra a los asistentes, siendo
escuchado con gran interés. Entre otros conceptos, el Sr. Rouillón, dijo:
"He esperado con vivo interés
este momento,
y es que
este momento para los que nos hemos
consagrado con la mayor intensidad de nuestras ilusiones y
esperanzas al fomento de la aviación, y al arraigo de esta Institución nuestra
que aquí veis tan floreciente, representa la consagración definitiva de grandes
esfuerzos, la brillante coronación de una obra que, debo decirlo en obsequio
y justicia de quiénes me han acompañado a realizarla desde el seno de la
comisión y de la asociación, con el mas desinteresado y perseverante
entusiasmo, es obra de aliento para el porvenir, es obra de noble patriotismo,
es obra de seguridad y grandeza para nuestra patria argentina que reclama el
concurso constante de sus habitantes para seguir marchando a la cabeza de los
pueblos latino-americanos donde se colocara al tomar la iniciativa libertaria
en las grandes jornadas históricas de la Independencia Continental.
. . .Señores: Ante el digno testimonio de todos vosotros, declaro oficialmente
inaugurado este aeródromo con sus correspondientes instalaciones, del cual
diré, parafraseando uno de los
más bellos conceptos de nuestra magna Constitución, que
queda desde hoy abierto para todos los aviadores del mundo que quieran utilizarlo. Asi debe
ser, y asi es, en efecto, el espíritu de esta Institución; sin egoísmos,
nacida en una tierra donde la libertad es la Ley, la democracia la norma, y ¡a hospitalidad el
atributo de todos los corazones. —He dicho— ".
Asimismo se refirieron a tan
significativo acontecimiento, el Coronel Benavfdez y el Mayor Jorge R. Crespo.
Finalizado los discursos, comenzó el
Festival aeronáutico, en cuya oportunidad el público siguió con gran interés
los vuelos en escuadrilla; simulacros de combate a cargo de pilotos extranjeros
partícipes de la guerra mundial; simulacro de bombardeo por aviones militares;
vuelos de acrobacia; etc. En dicha oportunidad quién acaparo la mayor atención
de los asistentes lo fue el piloto inglés Mayor Shirley H. Kingsley, quién
viajó especialmente desde Asunción del Paraguay, y que, al mando de un avión
biplano marca de Havilland DH 6 o 9, con sus arriesgadas pruebas, fruto de las
experiencias adquiridas durante la guerra, tuvo en vilo a los espectadores.
Posteriormente, con fecha 5/11/1922,
gracias al aporte personal efectuado por Directivos y socios de la entidad, y
en razón de que el tráfico aéreo era cada vez más intenso, se procede a la
inauguración de un nuevo y moderno hangar, al que se le impuso el nombre de
"Santos Dumont", como un sincero y justiciero homenaje a la figura de
quién fuera uno de los precursores de la aviación a motor.
Este nuevo hangar, que por sus
extraordinarias medidas podía llegar a albergar hasta 20 aviones a la vez, de
resultas de un fuerte temporal que el día 26/9/1925 azotó todo el Sur de
nuestra Provincia, en cuya oportunidad el viento adquirió gran intensidad
soplando rachas ciclónicas, resultó, lo mismo que otros dos cobertizos,
totalmente destruido, y con él todas las máquinas que en ese momento se
encontraban en su interior.
De las 11 máquinas que en aquélla oportunidad se destruyeran,
la única que puede decirse se salvó, fue el viejo avión Moranne Saulnier, tipo
parasol, de 80 HP. que hemos mencionado en otra parte de este capítulo, y que
llegaba el nombre de "Alfredo J. Rouillón", máquina que fuera armada
en Rosario, y piloteada por primera vez el 18/11/1920 por el recordado piloto
Instructor Tte. Adrián Bédrignans, y luego entre otros por sus discípulos
Andrade y Ficarelli. Esta máquina, después de una ligera reparación, estuvo
nuevamente en condiciones de volar, y asi lo hizo durante mucho tiempo.
Gracias a ella, pudo en principio el ACR. Seguir realizando sus actividades
luego de aquél recordado siniestro.
El recordado desastre, que fuera el
primer cimbronazo serio que sufría la Institución, unido a una situación financiera nacional
que ya comenzaba a flaquear, prácticamente hacían posisible una pronta
reconstrucción y reposición de lo qué la naturaleza, en breves momentos había
destruido. ¡Parecía todo acabado!.
Pero es entonces cuando vuelve a
aflorar la extraordinaria personalidad de su Presidente D. Alfredo J. Rouillón,
quién con su dinamismo, decisión, y desinteresada colaboración material,
contagiando coraje a todos los que lo acompañaban en sus gestiones, les inyecta
una nueva dosis de entusiasmo, y con ello, en poco tiempo nomás, el Club está
otra vez en condiciones de continuar con la misión que se había propuesto
cumplir en beneficio no sólo de la aviación sino de la ciudad toda.
Aconsejados
por expertos en lugares geográficos y de mejor estrategia para el desenvolvimien
to de las actividades aéreas, se resuelve como primera medida, proceder al
cambio de ubicación del aeródromo, a cuyo efecto se consigue en arrendamiento
una fracción de terreno de campo ubicada en el entonces pueblo Fisherton; se
baliza convenientemente el terreno; se hacen construir dos hangares, a los
que se les bautiza con los nombres de "Rouillón" y "Santos
Dumont", respectivamente; con el aporte del único avión salvado del
desastre, el antes recordado, y con IOS repuestos de los destrozados, se arman
otros; y, asi en poco tiempo nomás, se vuelve a la casi normalidad, y el club,
medianamente, en condiciones de volver a prestar su concurso en pro del
desarrollo de la aviación civil, tanto que, gracias a esa fe y entusiasmo el
22/1/1927 el Club inaugura una línea privada de correo aéreo
entre
nuestra ciudad y la de Victoria (E.R.), servicio que, a pesar del éxito
obtenido, pero por falta de apoyo oficial y de medios económicos suficientes
como para mantenerlo, no pudo tener mucho tiempo de vigencia, y con ello se
echó por tierra un proyecto por demás interesante Pero, a pesar de todo el
entusiasmo y dedicación personal puestos al servicio del Club por sus
Directivos, el mismo no conseguía volver a su antiguo nivel. Muchos de los
primitivos pilotos habían emigrado a otros lugares del país; Gatti había
instalado ya su propio aeródromo en las proximidades de las calles Mendoza y
Wilde; las pocas máquinas con que se contaban no estaban en óptimas
condiciones; la situación económica-financiera deplorable, pues la ayuda que se
solicitaban a las autoridades pertinentes caían en el vacío absoluto; y, para
mayor desgracia, por la falta de elementos primordiales para la realización de
un balizamiento acorde para la pista de aterrizaje, el mejor avión que poseía
la entidad, un Curtís Meteor, que con motivo de la Revolución del 6/9/1930
fuera incautado por Fuerza Aérea, se estrelló contra uno de los hangares, de
cuya resulta no sólo se perdieron la máquina y el cobertizo, sino también la
vida del piloto que lo dirigía.
Todo aquéllos aceleró la caída total
del Club. Cundió la desazón general; la situación económica y política
entonces vigentes en el país impedían hacer erogaciones mayores; por lo que,
en definitiva, se resuelve dar por terminadas las actividades de la Institución; proceder
a la venta de los elementos que aún quedaban, y por ende a declarar a la misma
totalmente disuelta.
De aquél primitivo y primer club de
vuelo de la ciudad sólo ha quedado el recuerdo de sus Directivos; gestiones
realizadas en pro de la aviación; y semilla de lo que luego habría de venir.
Asimismo, los diarios y revistas de la época, películas, fotografías, etc.,
recuerdan a quiénes lo dirigieran; sus primeros pilotos; sus máquinas, sus
socios; etc.; como asi también aquellas memorables jornadas realizadas ya sea
en el viejo aeródromo de El Saladillo, con la visita de los primeros ases de la
aviación , como lo fueran Santos Dumont.
el Capitán Almonacid, el Barón de Marchi, etc., o la brillante exhibición
que la primera aviadora argentina- Da. Amalia
Figueredo, realizara con su avión biplano Famán, el día 16/5/1915; o las
posteriores en d nuevo aeródromo de Fisherton. entre las que se destaca por su
gran importancia, la gran concentración aeronáutica realizada el 1/10 1925 en
ocasión de festejarse el segundo centenario de la supuesta fundación de
Rosario, de la que participaron 8
aviones de la Escuela
Militar de la
Nación al mando de su director Mayor Zuluaga; etc. En dicha
oportunidad el Gobierno Nacional giró el importe de la primera cuota del total
que se había adjudicado al club para posibilitar la compra del terreno de
Fisherton. y que luego, por los motivos antes expresados. no tuvo fortuna de
poder concretar.
Desde entonces, es decir desde su
disolución, y hasta el 4/5/1938, en que se procede a la fundación o
refundación, del nuevo Aero Club Rosario, las actividades aéreas dentro de
nuestra ciudad habían quedado reducidas tan sólo a las realizadas por el
aviador Gatti, con su aeródromo particular, y al Círculo de Aviación de Rosario,
entidad fundada el 30/4/1932, cuyo campo de actividades estuvo radicado
primeramente también en la zona de Rosario, en terrenos que le fuera facilitado
temporariamente por el Jockey Club de Rosario en Fisherton, para pasar posteriormente
a la vecina localidad de Paganini, hoy Granadero Baigorria, a orillas del Río
Paraná, y luego, finalmente, a su predio particular de 39 Has., situado en la
vecina localidad de Pueblo-Esther donde tiene actualmente radicadas todas sus
instalaciones aéreas.
En la forma precedentemente
consignada hemos delineado, muy brevemente, la trayectoria del primer
"Aero Club Rosario". A no dudar que los lectores, de la breve reseña
de lo mucho que él realizara durante los escasos años de vigencia, habrán de
compenetrarse profundamente de la real importancia que tuvo no sólo dentro de
nuestra ciudad, sino en todo el país y en el extranjero mismo, pues su sede
social y sus aeródromos conocieron la presencia de los mas destacados hombres
del quehacer aeronáutico nacional y foráneos. Por ello, se agranda la virtud
de sus fundadores y pilotos, verdaderos pioneros en la materia, quiénes en una
época en que aún el volar era todo una quimera, arriesgaron no sólo sus vidas
sino también parte de sus bienes materiales para poder brindar a la ciudad,
además del'mojón desde donde habrían de partir, años después otros que
seguirían la senda que el mismo dejara al paralizar sus actividades, sino el
surgimiento del progreso mismo de la aeronáutica de Rosario.
Por todo ello, consideramos que en
ningún momento aquél viejo Club dejó de existir. Sólo permaneció en un letargo
de pocos años, del que despertó cuando, en el año 1938, el nuevo “Aero Club Rosario” incia sus actividades
En definitiva y por todo lo realizó
en pró de la actividad, su nombre y hombres, forman parte integrante del rico
historial de la
Aeronáutica Argentina.
Fuente:
Extraídos del Libro “Acercamiento a la Historia Aero Club
Rosario” Ensayo : Nicolás E. De Vita. Hecho en Rosario en Mayo 1988