Rosita creció en
una familia donde se hablaba y se sentía preocupación por los
problemas político-sociales. Los asuntos cotidianos del lugar
eran los que se repetían Incansablemente en todos los pueblos,
a lo largo y ancho del país: excesiva pobreza, la lucha a brazo
partido por cultivar la tierra, las mangas de langostas, las
inundaciones, las sequías, la crisis tremenda del año 30.
En su familia,
Rosita aprendió a interesarse por la vida de la gente y a rebelarse
ante las injusticias.
En el pueblo tuvo
la posibilidad de acercarse a los movimientos filosóficos-poli
ticos mundiales que luchaban por la libertad, la igualdad, la
solidaridad y participar de discusiones sobre los mismos. Pudo
frecuentar literatura al respecto y desde muy joven intentó
llevar a cabo una praxis coherente con los principios a los que
adhería.
También desde muy
joven perteneció a la organización mundial por los derechos
humanos Socorro Rojo Internacional, y participó de movimientos
contra el fascismo y el antisemitismo.
Sus contactos y su
militancia en los movimientos de ayuda a la resistencia
española, durante la guerra civil, le permitieron acercarse a
las lecturas y al mundo de Machado, los hermanos González
Tuñón, Rafael Alberti, Federico García Lorca y Pablo Neruda.
Su
actividad gremial comenzó con el ejercicio de la docencia. Cuenta
Rosita: "En 1931 ingreso en la docencia en Moisés Ville, en el
mismo año se forma el Círculo de Maestros, el que integró
desde su inicio. El círculo se adhiere a la Federación
Provincial del Magisterio de Santa Fe, entidad federativa inte
grada por círculos
de maestros zonales y asociaciones departamentales. Recién
en 1945 existe una entidad a nivel nacional, la UAM, Unión Argentina
de Maestros.
"Estas
agrupaciones de maestros fueron consiguiendo los escalafones
para traslado y ascensos, tomando como referentes la calificación
en el trabajo, títulos y antigüedad.
"Después de
muchas luchas se logró la Ley 2951 de Estabilidad Docente y
Escalafón, durante el ministerio del profesor Juan Mantovani.
Se logró, además, el ascenso por concurso de antecedentes y
oposición para ocupar cargos directivos y de supervisión.
Y con mucho
trabajo y tesonero esfuerzo se consiguió el ingreso a la docencia
por concurso.
"En este
extenso trajinar fuimos tomando conciencia de que los maestros no
éramos apóstoles, sino trabajadores de la educación. Se luchaba
también por conseguir mejores condiciones de trabajo,
escuelas, mejor equipadas, comedores escolares, material
didáctico, y
"Cuando se
produce la división del gremio en Rosario, paso a integrar el Sinter
(Sindicato de Trabajadores de la Educación de Rosario).
Entonces era supervisora de escuelas. En ningún momento, a
siendo jubilada,
dejé de trabajar activamente en las filas del gremio, y por cierto
esto no fue nunca fácil. Se es blanco de postergaciones, cesantías,
persecuciones, pero es también, lo digo con absoluta
convicción, el mejor espacio para aprender, para
compartir, para el ejercicio del esfuerzo propio, del camino
solidario, para acercarse a la felicidad de ver en algún
momento, aunque sean muchos los tropiezos, realizados los
sueños, visualizadas las esperanzas.
"Hemos hecho
y estamos haciendo en el gremio "camino al andar", como
escribió Machado y canta Serrat.
Siempre
entendí que es necesario resistir la fascistización cultural y que
la mejor resistencia es decir, hablar en voz alta, escribir,
pronunciarse, superar el miedo, luchar dentro del gremio
junto a compañeros. No entregar nada a cambio de ganar
espacios. Aprendí que no sirve decir cosas en voz bajita, no vaya a
ser que alguien lo transmita. Así se sumaron compañeros muy
queridos, muchos ya no están, o quedaron atrás los que buscaron el
vértigo de la gloria empeñándose en algún cargo de mejor paga".
Le tocó militar
en el gremio en épocas muy duras. Reunirse era difícil.
Igualmente no dejaban de hacerlo, y muchas veces lo hacían en
las mismas escuelas. Algunos inspectores se mostraban
interesados por el problema gremial, como Angel Peroné, Basilio
Domato y Luis DallAglio.
Rosita reconoce
también en su marido una figura muy importante en su formación
política y cultural. Con él, con los amigos en común,
siempre se discutía de política, de historia, de arte.
En
época adversas, cesantías por ejemplo, fue su marido el sostén
moral más importante,
porque como dice Rosita, "en momentos difíciles
sólo la
afinidad de ideas en una pareja puede permitir sobrellevar y
superar las dificultades".
Fuente:
Extraído de la Revista “ Rosario, Historia de aquí a la vuelta”
. Fascículo Nº 4 Autora Liliana Olga Sanjurjo. De junio 1990.