El acceso a la
supervisión escolar no fue casual, sino que constituyó la
culminación de una trayectoria previa como maestra de grado,
vicedirectora y directora.
Su tarea docente
se inició frente a grados de escuelas primarias de nuestra
provincia, y fue ascendiendo a todos los cargos por concursos o
escalafón. Por esos concursos abiertos y limpios por los que <
pre luchó desde el gremio.
Se inició
en la Escuela V Moisés Ville. el 24 de Junio de 1931. hace ya casi
60 años. En 1936 fue trasladada a la Escuela Nº 262 de Monje, donde
al poco tiempo sufrió su primera cesantía. Pasados algunos meses la
reintegraron en Coronel Dominguez, luego fue trasladada,
por escalafón, a la Escuela Nº 851 como directora de escuela
complementaria en Palacios (San Cristóbal). De allí pasó a la
Escuela Nº
735 de Estación Frontera (Dpto. Castellanos) y luego a la Escuela
N° 138 de Rosario, como vicedirectora.
Ingresó,
concurso mediante, en la Escuela Almafuerte el 11 de Octubre de 1947
y ascendió, también por concurso, al cargo de directora de la
Escuela N- 119, de la que, al poco tiempo, fue separada por cesantía
en 1950. El 1º
de mayo de 1976 la dejan cesante por tercera vez, en su cargo de
supervisora.
En este
peregrinaje provocado por razones familiares, políticas y propias de
su tarea profesional, Rosita tuvo oportunidad de trabajar con
excelentes docentes con los que compartió inquietudes profesionales
y político-gremiales, angustias, preocupaciones, alegrías y
experiencias. Todas mis amistades las he hecho en mi trabajo"
repite siempre- "por eso me quedo a vivir aquí en Rosario,
donde suena a cada rato mi teléfono, donde salgo a la calle y
la gente me saluda y me recuerdan tantas lindas experiencias
pasadas".
Desde sus primeros
desempeños docentes le preocuparon los mismos problemas: ¿cómo
hacer más productivo y placentero el paso de los niños por la
escuela?, ¿cómo contribuir en la formación de actitudes
solidarias y comprometidas? y, una pregunta que la preocupó
en momentos difíciles y de desasosiego, pregunta que respondió
siempre con su compromiso y militancia: ¿haremos más felices a los
niños si logramos que desarrollen el juicio crítico, que logren
comprender la realidad?
Cuando Rosita
supervisión, llevó todos estos consigo además de todos los
interrogantes, el bagaje armado diariamente, en cada una de las
escuelas de pueblo, de barrios, en las que -con gusto- trabajó.
Fuente:
Extraído de la Revista “ Rosario, Historia de aquí a la vuelta”
. Fascículo Nº 4 Autora Liliana Olga Sanjurjo. De junio 1990