Por Héctor N. Zinni
El Instituto de Lucha Antipoliomielítica y Rehabilitación del Lisiado de Rosario (Ilar) inicia sus actividades el 22 de setiembre, cargando sobre sí con la ardua tarea de abordar integralmente las causas y consecuencias de la enfermedad, concientizando a los rosarinos en esta temática y reuniendo fondos para solventar el tratamiento de los niños más humildes, a través de suscripciones y colectas. En los hospitales públicos se inician campañas de vacunación, y el temor al brote de poliomielitis hace que se formen largas colas para recibir la Sabín oral, recientemente descubierta.
La terrible enfermedad había aparecido en Rosario a principios de esta década, con un índice de mortalidad del 21% de los enfermos. La Municipalidad que no se encontraba lo suficientemente preparada para el tratamiento de esta epidemia, había instalado un centro de recuperación en el Policlínico de Niños Víctor J. Vilela:, creando por decreto en 1951 el Instituto Antipoliomielítico de Rosario. El gobierno nacional también había Puesto el hombro, inaugurando un pabellón especial en el hospital que se estaba construyendo en Pueblo Esther. Por la acción denodada de estas otras instituciones, logra sanearse la provincia.
En Rosario ya ha comenzado la declinación de los concurrentes a los+ cinematógrafos, no así a los bailes donde no solamente la bendita libreta8 de enrolamiento da derechos formales. Hay que saber contorsionarse mover los pies, entrelazarlos con los de la ocasional compañera lucir el traje impecable, los zapatos lustrados, la cabellera lustrosa de brillantina con el corte a la moda y el peinado a la cachetada.
Además, hay que ser de maneras sociales lo más pulidas Posibles cortés para sufrir el mejor pisotón con la sonrisa radiante y saber disculparse si las cosas suceden a la inversa. Además, cuando el enganche está en vías de concreción, debe proveerse el repertorio suficiente como para convencer a una ceñuda madre de la honorabilidad, solvencia, simpatía y —sobre todo— formalidad postulatorias. Los clubes son, por lo general, escenarios de los bailes de este tipo.
Lineamientos dispares, atribuibles al elemento humano, concitan la afluencia de bailarines a sitios menos ceremoniosos como El Recluta, al pie del balneario La Florida, La Ranchada, en bulevar Oroño y Jujuy, El Marabú, vecino al cine Tiro Suizo. Aparte de los bailongos que tienen lugar en las dos ramblas, la del Saladillo y La Florida. En un intermedio más o menos aceptable se encuentra el Centro Asturiano, donde la flor y nata de las domésticas de la zona protagoniza, con sus veleidades señoriales, un verdadero torneo de desplantes.
Fuente: Extraído del Libro “ El Rosario de Satanas Tomo III . Editorial Fundación Ross