Volvamos a Rosario. En octubre del 37 se registra "otra lluvia de cenizas, procedente, como la de 1932, de erupciones volcánicas en la lejana cordillera". Tal fenómeno, añade Alvarez, "espolvorea de plata la ciudad sin producir otro perjuicio que irritar levemente las mucosas nasales de los vecinos".1 El 13 de noviembre, después de haber rendido homenaje a la actriz Margarita Xirgu con un concierto de violín en el Centre Catalá, fallece Emilio Güell,2 y el 16 se dicta una ordenanza ppr la cual el Museo Municipal de Bellas Artes debe llevar el nombre de Juan Castagnino. Además, la misma casa ha de albergar a la Dirección Municipal de Cultura. Todo ello hará que, en octubre del año siguiente, la ciudad se permita el lujo de un Primer Salón de Artistas Rosarinos.
No aparecerán en él firmas de renombre mundial, pero sí las habrá de jóvenes cuyos cuadros y esculturas han obtenido premios en exposiciones de Buenos Aires y otras ciudades. Aunque falta la crítica seria que oriente con firmeza esas aptitudes expuestas al fracaso por obra de aplausos excesivos y perturbadores, los concertistas extranjeros —por ejemplo— reconocen, Ünánimes, que el público de Rosario es el más exigente de la Argentina.3 Llegamos a diciembre. El día 7 tiene lugar en el Parque Independencia la inauguración del edificio correspondiente al Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino, donado por la señora Rosa Tiscornia Castagnino en memoria de su hijo quien, fallecido en 1925, fuera pionero de los coleccionistas rosarinos.
Y entramos en 1938 con un resonante triunfo: el 2 de enero ha finalizado en Buenos Aires el 13er. Campeonato Sudamericano de Fútbol por la Copa América con dos ganadores Argentina y Brasil. En el desempate, Argentina vence a Brasil por dos a cero. Este año el inglés Ewin Phelps descubrirá la sulfapiridina, se inaugurará el Palacio del Correo en Rosario, y en París, por los 77 años, emprenderá el viaje sin regreso un auténtico creador cinematográfico: George Meliés, el francés que ha honrado a su patria realizando desde 1896 a 1914 alrededor de cuatro mil películas, entre ellas una de las más famosas: Viaje a la luna. Meliés ha sido, además, él hábil, desenvuelto y poderosamente imaginativo autor de El caso Dreyfus, La cenicienta, Juana de Arco, Caperucita roja, Barba azul, El barbero de Sevilla, Hamlet, Fausto y Margarita, etc. Contrariamente a lo que pueda suponerse, sus últimos años han estado plagados de estrecheces, que Meliés ha podido mitigar, en parte, atendiendo un negocio de venta de dulces, caramelos y juguetes en una de las principales estaciones ferroviarias de París.
El mundo entero llorará, también este año, la desaparición de una figura eminente en el campo actoral: Constantino S. Stanislavsky, nacido en Moscú en 1863, y autor de memorables puestas en escena, como La gaviotas Los hermanos Karamasoff y El jardín de los cerezos.4 Otro ilustre que fallecerá lleva el timbre de ser una de las más grandes glorias de la lírica rusa / de la lírica mundial: el bajo Fedor Chaliapin —creador de Ivan el Terrible e intérprete de Boris Gudonoff y Mefistófeles— quien ha arrancado clamorosas ovaciones en la Argentina con presentaciones tales como El barbero de Sevilla y Don Juan, además de las otras dos óperas nombradas.
El 13 de febrero, Hitler ocupa Austria y entra en Viena. El 18, otro eminente escritor argentino elige la muerte. En un recreo del Tigre, una dosis de cianuro disuelta en whisky pone fin a su vida. Jorge Luis Borges, explica la trágica resolución con estas palabras: "Aquel hombre, señor dé todas las palabras y de todas las pompas de la palabra, sintió en la entraña que la realidad no es verbal y puede ser incomunicable y atroz, y fue callado y solo a buscar en el crepúsculo deuna isla, la muerte. Decir que ha muerto el primer escritor de nuestra república, decir que ha muerto el primer escritor de nuestro ¡doma, es decir la estricta verdad y es decir muy poco". Se trata de Leopoldo Lugones.5
Dos días depués, el 20 de febrero, asume la presidencia de la Nación, Roberto M. Ortiz. Durará en el cargo hasta su fallecimiento, que ocurrirá en 1940,, año en el que asumirá Castillo, quien será derrocado por la revolución del 43.
`Una rígida etiqueta gobierna la moda. Se gasta jaquet, smoking, frac con chaleco blanco o negro, según cuadre la hora o la solemnidad. Y son propios, nunca alquilados. Muchas damas archivan sus vastas invernales el mismo 21 de setiembre, aunque la primavera tarde semanas en florecer. Los políticos se permiten audacias en su atuendo, que muchos consideran una creación individual. Palacios, Bravo, Rojas, Saavedra Lamas: ponchós, chambergos, melenas, bigotazos, plastrones..
Aparece la obra de Diego Luis Molinari ¡Viva .Ramírez!7, el doctor Miguel Angel Cárcano es nombrado embajador en Francia, debuta Roberto Airaldi en el cine integrando el reparto 'de El viejo doctor con la dirección magistral de Mario Soffici, y se presenta como solista en Radio Prieto Floreal Ruiz. Además, Rodolfo Biaggi, el pianista que supo tocar con Juan Maglio —Pacho— y que acompañara a Gardel en algunas grabaciones, abandona la orquesta de Juan D'Arienzo para formar su propio conjunto.
Integrando la monumental plana de la radiotelefonía porteña, triunfan como cancionistas, la rosarina Virginia Vera, la cañadense Fany Loy y la hermana Patrocinio Díaz, registrándose algunas deserciones, como la de Blanquita del Prado que se pasa al Radioteatro. Viene Andrés Kostelanez8 y, además, se reúnen en Buenos Aires Tyrone Power y José Gola, por ofertas—luego no concretadas— detrabajar juntos Un año más tarde con su muerte, Gola arrancará la lágrima definitiva.9 Otra desaparición: la del egregio músico Juan Bautista Massa, ocurrida en Rosario el 7 de marzo —día en que, casualmente, Aníbal Troilo graba su primer disco con los tangos Comme II faut y Tinta verde—. Massa, que había nacido en Buenos Aires en 1885, había sabido dar gran impulso a la cultura musical rosarina. En 1909 coleccionaba premios por su zarzuela Zoraida, por su ópera La Magdalena y por su ballet El Corneta, basado este último en un libreto de Emilio Ortiz Grognet. Una parte de la obra múltiple de Massa —que además ha enseñado música en la Escuela Normal de Maestros No 3, en la Normal de Profesores "Dr. Nicolás Avellaneda" y en el Colegio Nacional Nº 1 —señalará el comienzo de la música argentina inspirada en temas vernáculos, junto a otros compositores como Alberto Williams y Julián Aguirre)10
A ochenta y seis años de conjurado el partido rosista, con la cai'da del Restaurador, se funda en Santa Fe el 15 de junio, y bajo el nombre de Instituto de Estudios Federalistas, el núcleo inicial del Revisionismo Histórico Argentino, destacándose entre los estudiosos santafesinos un hombre de pura cepa porteña: José María Rosa.11 Al día siguiente, en el Ede/weiss, de Buenos Aires, se celebra una reunión con la presencia del general Ithurbide, Julio y Rodolfo lrazusta,12 el teniente coronel Ramírez Juárez, Pedro Juan Vignale, Alberto Contreras, Isidoro García y Alberto Ezcurra Medrano,13 resolviéndose designar una junta provisoria encargada de organizar una institución rosista permanente, lo que da lugar al nacimiento del Instituto de Investigaciones Históricas "Juan Manuel de Rosas".
"—Yo
fui uno de los primeros que estuvo en ese asunto y se me impuso de un
gran secreto que debía guardar por 40 años. Como el tiempo ya pasó,
se lo puedo decir. El secreto era sobre los restos de Rosas, que
habían sido traídos subrepticiamente al país cuando un pariente de
él fue gobernador de Buenos Aires.
—,Cómo?
¿No están en Southampton los restos del Restaurador? —No. Están
en Buenos Aires'.14
Poco después, en Rosario, el doctor Ricardo Caballero pondrá en marcha el Centro Argentinista de Estudios Históricos "Juan Manuel de Rosas", con filiales en Córdoba, Paraná, Tucumán y otros puntos del país. A esos movimientos da su adhesión desde Montevideo Luis Aberto de Herrera y desde Asunción del Paraguay, Juan O'Leary.
Hay revuelo en el cine nacional. Es que a la compañía cinematográfica Lurniton se le ha ocurrido presentar la producción extraordinaria de su sello que en mala hora (o buena, según se mire), responde al título de Tres argentinos en París, con Florencio Parravicini, Tito Lusiardo, Irma Córdoba y Hugo del Carril en los papeles estelares. Todos bajo la dirección de Manuel Romero, autor del argumento además. La película resulta un éxito de taquilla sin precedentes durante tres días. Los espectaciores se emocionan y ríen de buen gana, lo que constituye la mejor propaganda, además de las críticas periodísticas que coinciden en destacar los méritos del film.
Como algunos interpretan que hay menoscabo al ser nacional, llega la censura. Al cuarto día aparece una orden policial que prohibe la exhibición de la película. La empresa del cine Monumental, de Buenos Aires, que es donde se proyecta la novedad, pretende obtener la colaboración del Instituto Cinematográfico Argentino y, tratando de salvar las abultadas entradas de fin de semana, proponen que se permita la exhibición del filme, denominándolos Tres vivillos en París.
El presidente del mencionado instituto, senador Sánchez Sorondo, manifiesta que no hay nada que hacer y que bajo ese u otro nombre no se volverá a exhibir la película, llegando, con la colaboración de la policía, a querer secuestrar la copia que se encuentra en la casilla del operador del cine. Pero el buen criterio triunfa, y el asunto queda arreglado con un nuevo cambio de título. As!, el film repudiado por llamarse Tres argentinos en París continúa exhibiéndose, por habérsele bautizado de nuevo. Convertido en Tres anclados en París, se le permite ocupar las pantallas de cualquier parte del mundo.
Como epílogo, el agregado de los empresarios cinematográficos de las plazas hispanoamericanas. Al anunciar Tres anclados en París, se añade una explicación que dice, más o menos: ' . cuyo estreno en Buenos Aires con el título de "Tres argentinos en París" provocó el sensacional proceso solucionado con la intervención del presidente de la República Argentina y del se6or ¡ntendentc- de Buenos Aires".
Como la célebre carabina, la prohibición ha producido efectos contrarios y, gracias a esta inesperada publicidad, Lumiton hará ganancias fabulosas15.
Por sus despegues y aterrizajes, daría la sensación que la censura quisiera competir con la aviación, cuyos progresos sorprenden por la rapidez alcanzada, ya que.
Hay revuelo en el cine nacional. Es que a la compañía cinematográfica Lurniton se le ha ocurrido presentar la producción extraordinaria de su sello que en mala hora (o buena, según se mire), responde al título de Tres argentinos en París, con Florencio Parravicini, Tito Lusiardo, Irma Córdoba y Hugo del Carril en los papeles estelares. Todos bajo la dirección de Manuel Romero, autor del argumento además. La película resulta un éxito de taquilla sin precedentes durante tres días. Los espectaciores se emocionan y ríen de buen gana, lo que constituye la mejor propaganda, además de las críticas periodísticas que coinciden en destacar los méritos del film.
Como algunos interpretan que hay menoscabo al ser nacional, llega la censura. Al cuarto día aparece una orden policial que prohibe la exhibición de la película. La empresa del cine Monumental, de Buenos Aires, que es donde se proyecta la novedad, pretende obtener la colaboración del Instituto Cinematográfico Argentino y, tratando de salvar las abultadas entradas de fin de semana, proponen que se permita la exhibición del filme, denominándolos Tres vivillos en París.
El presidente del mencionado instituto, senador Sánchez Sorondo, manifiesta que no hay nada que hacer y que bajo ese u otro nombre no se volverá a exhibir la película, llegando, con la colaboración de la policía, a querer secuestrar la copia que se encuentra en la casilla del operador del cine. Pero el buen criterio triunfa, y el asunto queda arreglado con un nuevo cambio de título. As!, el film repudiado por llamarse Tres argentinos en París continúa exhibiéndose, por habérsele bautizado de nuevo. Convertido en Tres anclados en París, se le permite ocupar las pantallas de cualquier parte del mundo.
Como epílogo, el agregado de los empresarios cinematográficos de las plazas hispanoamericanas. Al anunciar Tres anclados en París, se añade una explicación que dice, más o menos: ' . cuyo estreno en Buenos Aires con el título de "Tres argentinos en París" provocó el sensacional proceso solucionado con la intervención del presidente de la República Argentina y del se6or ¡ntendentc- de Buenos Aires".
Como la célebre carabina, la prohibición ha producido efectos contrarios y, gracias a esta inesperada publicidad, Lumiton hará ganancias fabulosas15.
Por sus despegues y aterrizajes, daría la sensación que la censura quisiera competir con la aviación, cuyos progresos sorprenden por la rapidez alcanzada, ya que.
"Hoy,
remontarse a 4000 metros del altura es cosa corriente, y no como
acción individual, sino como accidente de todos los días. En la
Argentina hay aviones-correo y de transporte de, pasajeros que
atraviesan el macizo andino a 5000 y más metros de altura, llevando
en su cabina confortable y lujosa, 18 personas. En cambio, se
considera hazaña sobrepasar los diez mil metros para internarse en
las inexploradas regiones de la estratósfera. Y pronto esto último
dejará de causar admiración para tornarse también en cosa vulgar"
16
Sin embargo, alguien seguirá causando admiración, a pesar de haberse transformado en cosa vulgar: es Justo Suárez, El Torito de Mataderos, cuya vida transita entre la angustia y la muerte. Se encuentra en Córdoba para intentar la cura de una tuberculosis avasallante que lo domina. Ahora, en la casita que su primo, Rogelio Otero, tiene en las cercanías delParque Sarmiento, el debilitado Torito ha comenzado a vivir su agonía. Durante los tres años de su apogeo había ganado casi 350 mil pesos, los que invirtió, regaló y derrochó según los consejos; pero ya no le queda un centavo. Su fracaso matrimonial y su inmadurez para gobernar esas ganancias han terminado por sumirlo en la miseria. Días antes de morir, pide que le lean una nota que Félix Daniel Frascara ha publicado en El Gráfico a principios de julio con este título: El ocaso de un astro. Es la radiografía de su vida.
Cuarenta y ocho peleas invicto como amateur habían escalonado la ascensión de Justo Juárez, El Torito de Mataderos, el profesionalismo en el que entró con cinco títulos: campeón de novicios, dos veces de veteranos y otras tantas como sudamericano. El 19 de abril de 1928,apenas ingresado al boxeo prof esional,abatió por nocaut a Ramón Moya en el primer round. Luego fueron Pedro Bianchi, Julián Mallona y Fernando Marfud quienes cayeron bajo sus puños en el octavo, séptimo y undécimo round, respectivamente.
El crédito porteño del barrio de Mataderos, realizó en 1929 siete combates, de los cuales emergió invicto. Después derribó al uruguayo César Fernández, al español Luis Rayo (Campeón Liviano de Europa), al italiano Vittorio Venturi, al norteamericano Lou Paluso y al inglés Fred Webster. Pero, para Justo Suárez la gloria llegó cuando noqueó en el quinto round al español Hilario Martínez, el 4 de enero de 1930. Dos meses después, Babe Herman apenas le resistió sesenta segundos. A los veintisiete días vino la confrontación decisiva ,con Julio Morocoa —estudiante de odontología y descendiente de una rica familia de La Plata— ante 45 mil espectadores en el estadio de Ríver. Después de doce rounds, Suárez se alzó con la victoria.
El 14 de abril derrota al chileno Luis Vicentini. El 30 de mayo, El Torito se casa con Pilar Adelina Bravo. A los 20 años de edad y con 63 combates, invicto, Justo Suárez se embarca con su flamante esposa, José Lectoure y Enrique Sobra¡ en el Northen Prince, rumbo a los Estados Unidos. Suárez lleva, además, un nombramiento de agregado cultural de la embajada argentina otorgado por Irigoyen "para colaborar con los gastos de la gira": La decisión del presidente da motivo para que sus opositores, sin disminución al púgil, se escandalicen por la forma tan poco académica con que el gobierno estaba cuidando sus relaciones internacionales.
El 17 de julio, en el Yankee Stadium, combate frente a Joe Glick a quien gana en el décimo round. El 12 de agosto demuele en diez vueltas a Herman Perlick en el Queensboro Stadium, y el 19 seis rounds le bastan para dejar fuera de combate a Bruce Fiowers, un estupendo rival. Lectoure selecciona un par de rivales más antes de regresar, y le arregla peleas con Ray Miller y Lous Kid Kaplan para realizarlas en el Madison Square Garden. Al primero lo derrota ante diez mil espectadores, el 3 de octubre. Cuatro días después, la Comisión de Boxeo de Nueva York suspende a Justo Suárez ante el estupor general, por sesenta días.
Las causas de la medida son los golpes bajos que aplicara a Miller.
'Sí, es cierto, yo le pegué golpes bajos- comenta contrariado— pero él también me los dió. .!Por qué no lo suspenden también a él?"
El 16 de octubre se mide con Kaplan y vuelve a ganar después de diez asaltos. "Cuando aguardaban el fallo, el rostro de Kaplan era una máscara sangrienta", escribe Héctor Méndez, enviado de La Nación. En cambio Suárez está casi intacto, sólo lesionado en la mano derecha.
Acompañado por su esposa, Lectoure y Sobra¡, El Torito se embarca en el Western Prince, el 24 de octubre con rumbo a Buenos Aires. Llega a principios de noviembre y una multitud lo recibe en el puerto: es la misma que tres meses después lo ovacionará al abatir al italiano Bruno Petrarca en River Plate. El 6 de marzo, ante el presidente Uriburu y los príncipes británicos Eduardo de Windsor y Jorge de Kent, arribados en la víspera, derrota al chileno Estanislao Tani Loayza. Días más tarde hace lo propio con el uruguayo Juan Carlos Brujo Casalá.
El 24 de abril de 1931 vuelve a embarcarse —esta vez en el American Legion-rumbo al país del Norte, donde lo esperan Billy Petrole (El Expreso de Fargo) —quien tiene una foja de servicios digna de un campeón: 115 combates con abrumadora mayoría de victorias—, y Emil Rossi, sus próximos rivales. El 24 de junio, en vísperas de la primerapelea, Justo Suárez escribe: "Me doy perfecta cuenta de que Petrole es el rival más difícil con quien me he encontrado hasta ahora": Y no erró. Porque al día siguiente, en el rugiente Madison Square Garden, Billy Pe-trole le hizo perder el invicto por nocaut en el noveno round. Al cabo de un mes se producía el penoso empate con Emil Rossi y no ¡e quedaba ya nada más que el regreso.
Su vuelta a Mataderos no fue dramática, sino bulliciosa, y el 30 de enero de 1932 reaparecía venciendo al campeón italiano de su categoría Carlos Orlandi, quien se arrojó a la lona, sin razón, en el primer round. El 12 de marzo llega la derrota más dolorosa para El Torito en manos de Víctor Peralta, en el Luna Park. Tres años y medio después, el 6 de octubre de 1935, agotado por la tuberculosis, rescindido su contrato con Lectoure y en manos de oportunistas, vuelve a aparecer —esta jez en el Parque Romano— tratando de hacerle frente a Juan B. Pathenay, El juez suspende la lucha en el octavo round por la evidente falta de interés de Pathenay en castigar al pobre Torito.
Tres años bastan para convertirlo en una sombra. A ¡a una menos cuarto de la madrugada del 10 de agosto de 1938, Justo Suárez fallece rodeado por los médicos del Hospital Rawson, de Córdoba. Sus restos llegan a Buenos Aires el 11 y son velados en la calle Monroe al 3200. Después, por decisión popular, lo llevan al Luna Park. Al día siguiente, ante una consternada muchedumbre que lo ha acompañado en sus horas de triunfo y que ha respestado su derrota, es sepultado en el cementerio de La Chacarita. Todo esto no es más que un formalismo porque, en realidad, cuando había aparecido en las calles de Córdoba a mediados de ano, ya era un espectro de rostro ovalado y transparente.17
NOTAS
1
Juan Alvarez, op. cit. Pág. 656.
2
Emilio Güell, n. en Cataluña (España), el 11.5.1888. Estudió en
Barcelona. Radicóse en Rosario desde comienzos de la segunda década
de este siglo, actuando, como violinista en salas de espectáculos.
Después de ejercer el profesorado en el Conservatorio Beethoven y
componer numerosas piezas musicales, instalé su propia academia de
música en 1923. Dicha academia subsistió hasta 1961 con el nombre
de Güeli, dirigida por su sucesor, el maestro Manuel Cuevas Mederos.
En 1937 tuvo lugár en el teatro Colón, de Rosario, un gran
concierto vocal e instrumental con obras de este excepcional
violinista.
3.
Juan Alvarez, op. cit. Págs. 665/666.
4
". . . Quizás Stanislavsky haya sitio, como opina su ex alumna
"clina Tolmache. va —una severa pedagoga que vive en Chacras
de Coria, a 15 kilómetros de Mendoza—, más un científico que un
artista. En todo caso, fue un hombre que luché por ennoblecer la
profesión del actor y le dio algunos principios básicos de los que
ninguno de sus opositores —ni Brecht, niAntonin Artaud— ha podido
prescindfr' V. Primera Piana, NO 293. Pág. 88. Bs. Aires. 6.8.1968.
5
María Inés Bonorino. Un Lugones desconocido, en Clarín —Cultura
y NaciónPág. 4. Bs. As. 19.2.1981.
6
Horacio Sanguinetti, op. cit. Pág. 147
7
Diego Luis Molinari, n. en Buenos Aires el 30.9.1899. Abogado e
historiador. Escribió: La representación de los hacendados de
Mariano Moreno. Su ninguna influencia en la vida económica del país
y en los sucesos de Mayo de 1810 (1914). La trata de negros (1916),
El gobierno del Perú. Siglo XVI (1916), El gobierno de los pueblos
(1916), Manual de Historia de la civilización argentina —en
colaboración con Luis María Torres, Rómulo D. Carbia y Emilio
gavignani— (1917), Antonio de León Pinelo (1919), Bases y
formación del espíritu jurídico de Dalmacio Vélez Sarsfiedl
(1920); El Atlas catalán de 1325 (1922), El protectorado portugués
en el virreinato del Río de la Plata y Antecedentes de la Revolución
de Mayo (1922), La expedición libertadora al Perú y Los principios
del Derecho Público coetáneo (1923), Los orígenes de los tributos,
la esclavitud y los repartimientos de indios en América (1922), Las
encomiendas y la esclavitud en Indias. 1501-1516 (1923), Notas sobre
el saber astronómico y geográfico en la época del descubrimiento
de América (1925), Un virrey (1923).
Subsecretario
de Relaciones Exteriores en la primera presidencia de Irigoyen, tuvo
participación preponderante en la determinación de la política
internacional argentina que, por decisión del presidente, mantuvo al
país al margen de la guerra y provoco el retiro de la delegación
argentina de la conferencia que constituyo las Naciones Unidas.
Diputado de la Nación en la presidencia de Alvear, defendió la
nacionalización del petróleo argentino en 1927. Senador por la
Capital Federal durante el segundo gobierno de Irigoyen, continué,
después de 1930, sus trabajos en la docencia universitaria —Facultad
de Filosofía y Letras, Facultad de Ciencias Económicas, Colegio
Nacional de Buenos Aires, etc.— publicando La empresa colombina y
el descubrimiento —en Historia de la Nación Argentina— (1937),
£7 nacimiento del Nuevo Mundo (1941), Los 44tritosjurisdiccionales
en Centro América. 1522-1563 (1941).
Se
sumo al peroniamo en 1945, siendo electo senador nacional por la
Capital Federal desde 1946 hasta 1952, encabezando misiones al
exterior por decisión del propio presidente Juan D. Perón. En la
última etapa de su vida prosiguió su actividad como investigador y
publicó La primera Unión del Sur. Orígenes de la frontera austral
argentino-chilena, Patagonia, Islas Malvinas y Antártica (1961),
Prolegómenos de Caseros (1963) y Descubrimiento y conquista de
América. (1964). Falleció el 5.3.1966.
8
André Kostela?lez, n. en Rusia en 1901. Como director ce orquesta,
popularizó a los compositores norteamericanos de los Estados Unidos
y en el exterior en una carrera que se extendió durante casi sesenta
años. En 1938 se casó con la soprano Lily Pons, de la que se
divorció en 1958 (la cantante murió en 1976). Dirigió conciertos
en todo el mundo y Hollywood lo contó entre sus colaboradores.
Afectado al corazón, Kostelanez usó un marcapasos durante varios
años. Llegado a Haití el 5.1.1980 con el propósito de descansar,
tras haber dirigido cuatro conciertos de la Sinfónica' de San
Francisco durante las fiestas de fin de año, contrajo un virus que.
aoarentemente le afectó al corazón. Fue llevado en-ferino desde el
Hotel Leclerc, en Puerto Príncipe, al Hospital Canabe Verte de la
misma ciudad. Allí falleció, a los 78 años, el 14.1.1980. Y. La
Prensa 15.1.1980.
9
Al mediodía, gris, del 27.4.1939, una noticia sacudiría al país:
José Gola había
muerto.
Alojado en la casa de Horadio Quiroga, en plena selva misionera, Gola
estaba a punto de alcanzar los 35 años de edad y el logro de un
viejo sueño: filmar Prisioneros de la tierrra, cuando sufrió
peritonitis. Un avión lo trasladó a Buenos Aires, los mejores
cirujanos del país rodearon la mesa de operaciones, pero en vano:
falleció en el Sanatorio Podestá. A más de cuarenta años de su
desaparición, sólo puede explicarse la conmoción que su muerte
causó, de una manera: José Gola era un ídolo. Con títulos
legítimos, su intuición —o idiosincracia— lo habían convertido
en arquetipo para muchos argentinos. Fue ídolo sin máquina
publicitaria alguna que lo impusiera.
La
leyenda, como suele acontecer, lo ubico en alternativas diversas. La
última: un celoso estanciero, con esposa enamorada del actor, lo
habría muerto a mero puñal. Gola fue un actor que adivinó la
sobriedad, el gesto, la actitud que el cine exigía. Filmé películas
de todo tipo. A veces se encontró con buenos directores y en Fuente
Alsina o La vuelta al nido, por ejemplo, consiguió interpretaciones
que aún pelean contra el olvido.
10
Esto no empaña la autoría de tres tangos que vieran la luz a
principios de siglo:
El
estrilo no paga patente, editado primeramente en Rosario por
Primitivo Sosa y luego, con permiso de éste, por la editorial
porteña de Alberto Francalanci, con arreglos para orquesta de
Cayetano Grossi; El matambre, dedicado a A. Ferruccio Pagni y editado
en Rosario por Luis Mandrés, y, finalmente, Don Luis, dedicado al
empresario del Teatro Olimpo, Luis Carpentiero. Un busto de bronce
con la efigie de este músico está colocado desde 1959 en el Rosedal
del Parque independencia, y también una calle rosarina, denominada
Maestro Mazza, lo recuerda desde 1948 en el barrio-La Florida. V.
Héctor N. Zinni. Autores, compositores e intérpretes de la Guardia
Vieja en Rosario, en Revista de Historia de Rosario. Año XV. N° 29.
Año 1977.
11
José María Rosa, a. en Buenos Aires durante la presidencia de José
Figueroa
Alcorta.
Estudio derecho recibiendo su título a los veinte años de edad,
ejerció un tiempo la abogacía que dejé más tarde para consagrarse
exclusivamente a la cátedra y al gran pleito sobre la reivindicación
y valoración de Juan Manuel de Rosas. Fue Director General de Rentas
en la provincia de Santa Fe hacia
1930,
y también subsecretario de Gobierno, presidente del Consejo de
Educacion y ministro de Hacienda, además de profesor de Historia de
las Instituciones en la Facultad de Santa Fe.
Escribió,
entre otras obras: Defensa y pérdida de nuestra independencia
económica (1943) y, hacia 1945, La misión García ante lord
Szrangford: El cóndor ciego (La extraña muerte de Lavalle) y Nos,
los representantes del pueblo. Despues, publicó en España La caída
de Rosas y Del municipio indiano a la provincia. A partir de 1958 dio
a conocer en la Argentina, La guerra del Paraguay' y las montoneras
argentinas, Rivadavia y el imperialismo financiero, El revisionismo
responde y Estudios revisionistas. En 1965 se editaron los primeros
cinco tomos de su Historia Argentina. Fue embajador en el Paraguay y,
al mismo tiempo de finalizar sus últimos volúmenes sobre la
historia de nuestro país, se desempeñó con el rango de embajador
en Grecia.
12
Julio Irazusta, n. en Gualeguaychú (Entre Ríos) el 23.7.1899.
Estudió derecho, filosofía y latín, estas dos últimas disciplinas
en la Universidad de Oxford. En 1923 estudió con Santayana en
Italia, ejerció el periodismo activo, mantuvo estrecho contacto con
Benedetto Croce y frecuentó la amistad en Roma, de un antologista de
primera: Pearsail Smith. En 1927 fundó con Ernesto Palacio, Juan E.
Canilla y Rodolfo Irazusta, el semanario Nueva República, cuya
publicación intermitente duro hasta 1931 y en el que colaboraron
Leopoldo Lugones, Manuel Gálvez, Tomás Casares, César Pico, Samuel
Medrano, Alberto Ezcurra Medrano, Lisardo Zía, Mario Amadeo y otros.
Publicó
en colaboración con su hermano, La Argentina y el imperialismo
británico (1934), y en 1935, con su sola firma, Ensayo sobre Rosas,
luego Actores y espectadores (1938) y en 1941 comienza la publicación
de Vida política de Juan Manuel de Rosas a través de su
correspondencia. Más tarde da a conocer Tomás de Anchorena (1950),
Urquiza y el pronunciamiento (1951), Tito Livio (1951), Influencia
económica británica en el Río de la Plata (1964), Balance de siglo
y medio (1966), Adolfo Saldías (1967) y Ensayos históricos, cuya
primera edición es de 1950 pero que fue reimpreso por EUDEBA en
1968. Habiendo escrito Las dificultades de la historia científica
(1957) en colaboración con su hermano, y Genio y figura de Leopoldo
Lugones (1969) entre otras obras posteriores, su labor ha quedado
consagrada como una de las más considerables de la historiografía
argentina contemporánea por los opuestos sectores en que se dividían
las opiniones mas autorizadas en la materia.
13
Alberto Ezcurra Medrano. Biznieto de José María Ezcurra (hermano de
Encarnación Ezcurra de Rosas), nació el 28.6.1909. A los 19 años
se inició en el periodismo y la política. Fue colaborador de los
periódicos Nueva República, El Baluarte, Crisol, Revista y Boletín
del Instituto Juan Manuel de Rosas de Investigaciones Históricas,
Si, sí. No, no. Nueva Política, Ofensiva, Cabildo, El Pampero, El
Federal, Sexto Continente, y otras publicaciones. En 1934 dio a
conocer su único libro: Las otras tablas de sangre, al que siguió,
entre numerosos artículos revisionistas, Independencia del Paraguay,
cii la década del 40. Fue miembro del Instituto Argentino de
Ciencias Genealógicas en 1953 y publicó notables trabajos sobre
genealogía.
14
Tetimonio del doctor Juan Andrés Codazzi Aguirre tomado por el autor
el 20.5.199.
15
Aquí está! Año Hl. NO 24. Pág. 60. Bs. Aires. 66A 938.
16
Aquí está! Año III. NO 225. Bs. Aires. 14.7.1938.
17
Carlos Russo. La Argentina de los años 30, en revista Panorama.
29.9.1970.
Fuente:
Extraído del Libro “ El Rosario de Satanas Tomo II - . Editorial
Fundación Ross.