Por.
Marcelo Castaño
EL
MEMORIOSO
Fue
un archivo viviente. Gran recopilador de datos, su legado es de
crucial importancia para la reconstrucción del pasado de la ciudad.
Tuvo otra gran virtud: la generosidad para compartir la descomunal
información que
Tenía una memoria tan prodigiosa que podía recordar la historia de Rosario en cada etapa y así lo evocan quienes lo frecuentaron. Coleccionista minucioso de datos, convocante de historiadores, creador de un valioso archivo iconográfico y del único "prontuario" de publicaciones locales, responsable del diccionario "Rosario, de la A a la Z", Wladimir Mildelievich fue sinónimo de historia e investigación y dejó como legado la mayor colección personal de datos históricos sobre la ciudad.
Nació en Rosario el 28 de marzo de 1904. Descendía de montenegrinos y era hijo de un técnico de la cervecería Quilmes.
Estudioso autodidacta, desde chico mostró dos grandes intereses: la escritura y el coleccionismo, que con el tiempo se volvieron metódicos y lo moldearon como investigador y escritor. Aunque siempre se declaró anarquista, alguna vez confesó que en su juventud militó en la campaña que llevaría a la segunda presidencia de Yrigoyen.
En 1924 obtuvo el Premio del Círculo de la Prensa de Montevideo por su estudio "El periodismo en la Revolución del Río de la Plata". Un año después publicó su primer trabajo sobre historia en este diario, del que fue colaborador. Además escribió en los diarios La Tribuna y Rosario. En este último editó una sección titulada "Estampas del viejo Rosario, emoción del pasado inolvidable".
En 1935 ingresó a trabajar en la Municipalidad y se retiró en 1958 como jefe de la Dirección de Estadística. En 1957 reorganizó la Junta Municipal de Nomenclatura, desde donde intervino en la denominación de más de 300 calles, plazas y espacios.
Su reconocimiento como historiador le abrió las puertas, en 1961, del Archivo General de Indias. De esa investigación surgió uno de sus mayores logros: reinstaurar a Pedro Tuella como el verdadero primer historiógrafo de Rosario.
Un año después motorizó la creación de la Sociedad dp Historia de Rosario, que también presidió y que subsiste hasta hoy, aunque como "Junta" en vez de "Sociedad". Desde allí publicó la "Revista de Historia de Rosario", que también sigue saliendo.
El 22 de octubre de 1985 fue declarado ciudadano ilustre de Rosario.
Su biblioteca era una plétora de libros y apuntes inabarcables. Durante años, las reuniones de la Sociedad de Historia se cían en su propia casa, en jornadas com, tas alrededor de una gran mesa que te en esa biblioteca.
Las puertas de ese universo se abrieron a los investigadores. Tal cual lo recuerda Marta Frutos, estrecha colaboradora, Wikielievich "tenía la gran capacidad de detectar cuando alguien tenía real interés la investigación y no dudaba en ofrecer] saber y su material".
Tenía como especialidad coleccionar hasta la última publicación periódica se editaba en Rosario, las que clasificó cuidadosamente. De allí surgió el "prontuario de publicaciones", que tuvo un frustrado intento de edición municipal.
Pero su gran obsesión fue la confección de la obra de su vida: el "Diccionario de Rosario", un trabajo para consultar todo acerca de la historia de la ciudad. Era una colección de apuntes que él mismo ido tomando a lo largo de su extensa y mecanografiando incluso en el reverso de páginas ya impresas. Murió antes de terminarlo, aunque el diccionario, conocido también como "Rosario de la A a la Z” llevaba ya 54 tomos y fue cosido a mano por él mismo.
Y entre sus sueños estuvo el de crear un museo de historia de Rosario, algo concretó con el Museo de la Ciudad
Cuando murió, el 29 de diciembre de 1999, comenzó una ardua disputa entre su viuda, Rosa Murúa Ramos, y la Municipalidad, por la tenencia de su legao incluye, se calcula, la friolera de más de 30 mil documentos.
Fuente:
Extraído de la Revista del “Diario La Capital de 140 aniversario”.
Noviembre del 2007