Por Julio Chiappini
1. Los primeros
Maurice David lanzó la teoría de un Colón genovés de origen judío. Lo mismo la madre de Colombo, Susana Fontanarrosa. La versión se multiplicó: un anagrama con caracteres hebreos en una de sus cartas. El hecho de que zarpara del puerto de Palos el viernes 3 de agosto de 1492, último día que concedieron los Reyes Católicos para que los judíos abandonaran España. Y la posibilidad de una tripulación para 'algunos de presidiarios y para otros en buena parte de hebreos. El edicto de expulsión había sido firmado en Granada el 31 de marzo. Y los últimos judíos —sus bienes confiscados— que dejaron España se documentan el 7 de Abril de 5252. Es decir, el 31 de julio. El 9 de Abril se conmemora la destrucción de los dos grandes templos de Jerusalén. Lo cierto es que comenzaba la diáspora. Entre tantos autores, Mario Javier Saban propone varias de las conjeturas que reseñamos: Judíos conversos. Los antepasados judíos de las familias tradicionales argentinas, Distal, Buenos Aires, 1990, página 15. Eran los "marranos en el Nuevo Mundo": Cecil Roth, "Historia de los marranos", editorial Israel, Buenos Aires, 1946, página 196. Los "maulas", a su turno, los esclavos cristianos convertidos al islamismo: los liberaban.
Fernando de Aragón, y retomamos, en rigor uno de los reyes más maquiavélicos y ambiciosos de la historia (su mejor virtuosismo consistió en no parecer maquiavélico), orquestó la expulsión alegando motivos sociales y religiosos. Pero la verdadera causa fue económica: apropiarse de los cuantiosos bienes de los judíos en España y no cancelar lasdeudas que la corona tenía con los hebreos. La Inquisición fue su amenaza belicosa: Alfredo Bauer, "Historia crítica de los judíos", Ciencias del Hombre, Buenos Aires, 1973, página 141.
De todos modos, "La unión de Aragón y Castilla y el fin de la Reconquista, ¿pudieron ejercer en el ánimo de los reyes actitudes providencialistas? ¿Se trató acaso de un gesto mesiánico, contagio ineludible de una convivencia cristiano-hebrea multisecular? Es difícil resolver el gran enigma de la expulsión...": José Ma. Lacalle, "Los judíos españoles", Sayma, Barcelona, 1964, página 123. Perplejidades, sigilos. Lo mismo cuando Carlos III en 1767 expulsó a los benéficos jesuitas del Virreinato del Río de la Plata. Cuando un cortesano le preguntó por qué, contestó: "Por razones que guardo en mi real pecho".
2. La primera inmigración masiva a la Argentina
Cuando la América colonial, bien que las Indias no fueron colonias, se avecinaron por de pronto en Buenos Aires un buen número de judíos, criptojudíos (ocultaban su religión y profesaban el judaísmo en secreto: los marranos) y judíos conversos: Antonio Domínguez Ortiz, "Los judeoconversos en España y América", Istmo, Madrid, 1971, página 127. Inspiró ese primer desembarco el hecho de que la Inquisición,,o Santo Oficio, llegara hasta Lima, no más al sur. Lima "Ciudad de los Reyes" en loor de los reyes de España y de los monarcas incas; y por haber sido fundada cerca de un 6 de enero.
En tanto, los zares fueron en general antisemitas. Prohibieron a los judíos varias actividades, incluso la agricultura. Hubo cantidad de pogromos y hasta algún gueto. Y se atribuye a la policía secreta rusa la invención de "Los Protocolos de los Sabios de Sión" para ataca más impunemente a los judíos.
El maquinismo y la terminación de la guerras y las pestes infligieron ademá que la mano de obra se desvalorizara De modo que tanto en Europa del este como occidental la gente "sobraba" urgía, por fuerza centrífuga, que partieran hacia destinos incalculablemente remotos y extraños. A la Argentina vinieron sobre todo italianos y españoles. Los judíos también a fin del siglo XIX. Pero ya no eran inmigrante sino, sobre todo los asquenazí (en idisih "Alemania"; así como sefardí se origina en Shefarad, "España"), exiliados o re- fugiados. La distinción vale: Fernando Devoto, "Historia de la inmigración en la Argentina", Sudamericana, Buenos Aires, 2003, página 34.
En 1860 se contrajo el primer matrimonio judío en Buenos Aires. Y en 1862 fundó la pionera Congregación Israelita en la Argentina: en general marroquíes Por decreto 12.011 de 1881, firmado por el general Roca, se encomendó a Jose María Bustos para que fomentara h inmigración de judíos del Imperio ruso hacia la Argentina. Perseveraba así el lema alberdiano "gobernar es poblar": Chiappini, "Juan Bautista Alberdi. Biografía", Zeus, Rosario, 2009, página 189. En 1882 se otorgó a los judíos un sector del cementerio La Chacarita y habitaban el país unos 1500 hebreos. Ese año llegó el primer contingente desde Besarabia, Rumania, propiciados por la Alliance Israélite Universelle. Se radicaron en Monigotes, Palacios y Las Palmeras, departamento San Cristóbal. Y en Montefibre, departamento 9 de Julio. El crucial colonizador judío en la Argentina fue el muniqués barón Mauricio Hirsch (1831-1896), creador de la Jewish Colonization Association: Londres, 1891. Hirsh, inmensamente rico, fue un notable filántropo: desde sus oficinas en París, donde se conoció con Mitre e ingeniaron aspectos de la inmigración, costeó fortunas para que judíos del este de Europa pudieran instalarse en la Argentina: pagó viajes, tierras y enseres. Hirsh quería salvar vidas de sus hermanos de raza y religión. Pero también que trabajaran: Salomón Resnick, "Cinco ensayos sobre temas judíos", Judaica, Buenos Aires, 1943, página 246. Había nomás que cumplir con la bíblica maldición: "ganarás el pan con el sudor de tu frente".
La principal legión colonizadora arribó el 14 de agosto de 1889 en el vapor Wesser y desde Hamburgo: 120 familias, 818 personas. Luego, a mediados de 1891, amarraron en Buenos Aires varias naves con inmigrantes: el Lissabon, el Tijuca, el Lisboa, el Don Pedro y el Pampa (con judíos de Constantinopla): Ricardo Feierstein, "Historia de los judíos argentinos", Planeta, Buenos Aires, 1993, página 79. Los inmigrantes del Pampa en realidad habían planeado dirigirse a Palestina. Pasó que los turcos bloquearon el puerto de Jafa y, entonces, tuvimos esa buena suerte, ¡proa hacia la Argentina!: mayores referencias en Haim Avni, "Argentina y la historia de la inmigración judía 18501950", Universidad Hebrea de Jerusalén, 1983, página 136.
Buena parte de los inmigrantes se afincaron en las provincias de Buenos Aires y Entre Rios. La J. C. A. ya había adquirido 617.659 Has. A cada coloilo se le vendían 25 Has. a 3000 francos ya muy largo plazo; y se le proporcionaban enseres de labranza: Ofelia 1. Stahringer de Caramuti, "La política migratoria argentina", Depalma, Buenos Aires, 1975, página 52. Según la-tradición, una familia tuvo la fortuna de que en su lote hubiera un rancho precario. Al verlo, el padre clamó: "nadie en el mundo puede tener tanta suerte Moisés Ville, 1910.
3. Moisés Ville
En la provincia de Santa Fe la inmigración hebrea fundó Moisés Ville, también en el departamento San Cristóbal. Fue pujante desde sus inicios, y allí se emplaza el primer cementerio judío en la Argentina. Está inhumado el padre de Alberto Gerchunoff, asesinado por un criollo. El mismo Gerchunoff de "Los gauchos judíos", 1910, en homenaje al Centenario. Bien que, en realidad y acota Borges, no se trataba de gauchos sino de colonos. El nombre de la ciudad fue deparado por el rabino de los inmigrantes, Aarón Haleví Goldman: "Kiriat Moshé", Villa Moisés. Argumentó que "Moisés sacó a los judíos de las penurias de Egipto y los condujo hacia un país propio. Nosotros, después de haber salido de la Rusia zarista y de haber llegado a la libre argentina, nos sentimos a semejanza de nuestros lejanos antepasados, en un lugar que será nuestra patria": "Shalom Argentina. Huellas de la colonización judía", Ministerio de Turismo, Buenos Aires, 2001, página 432. En cuanto a la constitución de las familias, el nacimiento, bautismo, casamiento y muerte de las personas estaban a cargo de la Iglesia católica y regidos por el derecho canónico. Pasó que el aluvión inmigratorio —en general los sacerdotes se negaban a casar a los no católicos— forzó entonces a secularizar el matrimonio. De allí la ley de matrimonio civil 2393, de 1888. Comenzó a cumplimentarse en nuestra provincia y Nicasio Oroño resultó uno de sus pro pulsores: Chiappini, "Historia de lo Gobernadores de la provincia de Santa Fe", Panamericana, Santa Fe, 2007 página 90. Incluso eran muy numeroso los esponsales entre personas de la misma etnia: José Luis Moreno, "Historia de la familia en el Río de la Plata", Sud. americana, Buenos Aires, 2004, página 223. Y con esta cita, lo prometemos culminamos con el "aparato erudito' que tal vez se irrigó demasiado en estos apuntes. No son una sentencia judicial: pero había que fundamentar.
4. Conclusiones
Ninguna. Simplemente rememorar algunos orígenes de la inmigración judía a la Argentina y a la provincia de Santa Fe. Acaso urdimos un resumen de ur ensayo de más largo aliento. Bien que difícilmente: ya atardece en los cristales y hasta anochece en los modestos jardines. Los días corren presurosos, y un vendaval arranca las hojas del almanaque. Uno piensa más en el pasado que en el porvenir, con el consiguiente preludio del invierno de la vida. Tras el otoño, la mejor estación: es la juventud de la vejez y la vejez de la juventud. Aunque a lo mejor la juventud es lo que nos queda de vida.•
Fuente: Extraído de la Revista “Rosario, su Historia y Región” Fascículo Nº 114 .Diciembre de 2012