Este primo directo del tranvía llegó a la ciudad en 1958, cuando Luis Carballo era Comisionado Interventor Municipal. Se trataba de dos unidades alemanas M.A.N., con las que se inauguró el servicio en forma simbólica, dando comienzo pronto los trabajos para la instalación de la línea aérea hacia el sur de la ciudad.
El trolebús hizo su primer viaje el 24 de mayo de 1959, desde Corrientes y San Luis hasta Saavedra, con la sigla "G" como identificación de esa primera línea,, dependiente de la E.T.R. (Empresa de Transporte de Rosario). El precio inicial del boleto era de 1,70 pesos moneda nacional.
En 1961 arribaron a Rosario 40 coches italianos, fabricados por el consorcio Alfa Romeo Fiat—CGE. Algunas de esas unidades fueron destinadas a la línea "J", que comenzó a circular entre la Plaza Sarmiento y la esquina de San Martín y Muñoz, para alcanzar una posterior extensión hasta la estación Rosario Central. Ya por entonces corría asimismo la "II", desde Plaza Sarmiento hasta el control de Granadero Baigorria, reforzada por la "1", que sólo llegaba hasta la Plaza Alberdi, en el norte de la ciudad.
Las últimas líneas habilitadas fueron la "K", desde Mendoza y Nicaragua hasta Pellegrini y Necochea (aún hoy en servicio) y la "L", de igual recorrido que la anterior pero sólo hasta Mendoza y Avellaneda, para alcanzar desde 1964 la estación Rosario Oeste.
Tras una reestructuración llevada a cabo en 1967, las intermedias "I' y "L' fueron suprimidas, en tanto que la "G" y "J" seflisionaron dando origen a la "J". La línea tuvo por su parte un final más drástico, ya que en los disturbios del "Rosarlazo" fueron destruidos 11 trolebuses y la línea debió ser eliminada por falta de unidades.
En 1970 llegaron los Mercedes Benz, que fueron pintados con los colores municipales, verde, crema y plata, reimplantándose entonces la línea "H". Rosario, que en la década del 60 contaba con seis lineas de trolebuses que constituían el medio de transporte predilecto, vio sobrevenir la decadencia del sistema en la década del 70, cuando los coches comenzaron a acusar la falta de un adecuado mantenimiento. En 1979, el sistema fue privatizado y llegaron a la ciudad unidades soviéticas cuya mala calidad motivó su pronta salida de servicio, en tanto se modificaban algunos de los vehículos existentes, reduciendo su tamaño y calidad.
A principios de la década del 90 en Rosario sólo quedan dos subusinas alimentadoras, 20 kilómetros de tendido aéreo utilizable y 11 coches en servicio. Se acerca de ese modo el final para un medio de transporte ágil, silencioso, económico y no contaminante para el aire de todos. Un nuevo capricho de ese dios pagano que responde al nombre de Progreso...
Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario Historia de aquí a la vuelta” Fascículo N.º 14 . Autor Juan Carlos Muñiz. De Julio 1991.