Los logros de la
gobernación de Molinas, el creciente nivel de consenso alcanzado por los seguidores
de Sabattini, las tensiones sociales agudizadas que se expresan ya en las
Juntas Pro Defensa de la Producción, ya en las demandas obreras, operan como
factores aglutinantes, estimulantes para la concreción de objetivos comunes. La
labor de concientización desarrollada por la oposición comienza a dar sus
frutos y el 1º de Mayo de 1936 se convierte en una primera instancia de
convergencia democrática en un Frente Popular. Refiriéndose a él La Nación afirma:"... la
manifestación y el paro tendrán esta vez características especiales. Los obreros han formado ahora común con los
partidos Unión Cívica Radical y Socialista para realizar un solo
desfile , modificando así la tradición de este tacto ( La Nación, l9
de mayo de 1936, Pág, 7) .
En ese año '36, la fecha simbólica se carga de un nuevo contenido, resaltado
por las palabras de Adolfo Rubinstein:".. .este mitin no era una
manifestación donde los partidos y las organizaciones obreras aparezcan
confundidas, sino que manteniendo sus reivindicaciones, coinciden
en puntos concretos, destinados a sostener y acrecer el desarrollo de la democracia, a la que se trata de dar un contenido
para hacerla servir a los intereses de la colectividad orientándola hacia la
justicia social..." (La Nación registra estas afirmaciones
del concejal Rubinstein en la pág. 5 de la edición del 1ºde mayo de 1936).
Dos demandas centrales de la sociedad están insatisfechas : la del
espacio de decisión abierto a todos los ciudadanos sin límites, ni exclusiones
y la de una redistribución social acorde a la concepción del bien común. Una
aparece como condición necesaria e imprescindible para la realización de la
otra.
La movilización que conmueve a Buenos Aires y Rosario,
entre otras, tras ecos de la voz o el accionar de Lisandro. El orador no previsto
lanzará en el mitin porteño una consigna, dando una nueva dimensión a la
invocación "trabajadores del mundo unios": "hombres libres del mundo unios".
El santafe-sino vuelve a colocar el acento en la figura del ciudadano, ese constructor
y actor de la democracia.
Al mismo tiempo, aquellos que nutren el Frente Popular lo sienten
caminando en la misma dirección, lo sienten operando como un verdadero
representante : "... La acción de Lisandro de la Torre en el Senado promete afirmar la
política del frente popular. Así, la acción parlamentaria ha de converger con
la acción de las masas, en la calle..." (La Capital, 2 de mayo
de 1936, pág. 5).
Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario,
Historias de aquí a la vuelta”. Fascículo N.º 7. Autora: Marta Bonaudo. De
noviembre 1999.-