Por Julio Chiappini
Plácido Grela se incorporó a la Sociedad de Historia de Rosario
en 1972. Mikielievich hizo un borrador de la noticia y el suscripto
lo pasó en limpio en la máquina Olivetti que tenía Wladimir.
Enormemente curiosa pues sus letras eran pequeñitas como jamás he
visto. Además un carro extensísimo, sobresalía varias pulgadas.
Plácido no podía llamarse de otra manera. Era completamente
afable y educado. Siempre vestía de traje y con moño, y en invierno
una gran bufanda me parece que de vicuña. De ser así, costaban un
dineral y eran las más abrigadas.
Grela era socialista pero de escuela, nada de balaceras. Fue un
activo periodista y publicó muchos libros: historias de pueblos y
pequeñas localidades, biografías, su conocida obra sobre el grito
de Alcorta y, no contento, varios ensayos sobre temas militares;
entre los cuales la vida de Pablo Riccheri. Siempre me resultó
curioso cómo, pese a su socialismo, Grela se llevaba muy bien con
los militares cuando los gobiernos revolucionarios. Incluso
fomentaron algunos de sus ensayos. Y recuerdo ahora una anécdota:
cierta vez, en las reuniones, que se hacían los últimos sábados de
cada mes, nos confió que había sufrido una pequeña contrariedad.
Le dije entonces que debía "tener paciencia". Me contestó
con gracejo: "Pibe: un hombre después de sus sesenta años debe
tener paciencia". Eran los gratos modales de entonces.
Juan Grela G.
A mediados de los años setenta, esa década tan cruel que nos
tocó vivir y que hoy pervive proteica, Mikielievich, que cuando
quería era simpático aunque en el fondo tenía un carácter de los
mil demonios, le insistía a Plácido para que invitara a su hermano
Juan a una de las tertulias, o cenáculos, como se quiera, de la
Sociedad. Que sí, que no, hasta que finalmente le prometió que si
iba lo agasajarían con masas de la confitería Jockey Club, que
estaba en Sarmiento al 900.
Ambos cumplieron: Juan Grela fue y las masas, aunque no a
raudales, estaban a la vista. Supongo que todos simulábamos
indiferencia pero queríamos abalanzamos. Pasa que no es cuestión de
mostrar la hilacha y devorar coma un Pantagruel mientras los otros,
todos unos caballeros, asisten atónitos. Esto no quita que uno
recuerde ahora la frase del entrerriano Juan José de Soiza Relly en
"La escuela de los pillos", de 1922: "Detrás de' todo
caballero se e conde un gran sinvergüenza". No era ahí el caso
pues, salvo el que plumero estas nostálgicas y en buena parte
triviales líneas, eran gentilhombres. Probos y hasta probados.
Lo cierto es que el gran pintor llegó acompañado por su hermano,
que era tres años menor. Ambos eran tucumanos. En chibcha, "Tucumán"
quiere decir "hasta aquí llegamos"; pues era el límite
sur del imperio inca; bien que para otros filólogos, y desde luego
uno no lo es, se trataba del nombre de un fiero cacique. Jujuy, en
tanto, también es una palabra inca; significa "júbilo".
Era lo que proclamaban los reyes cuando visitaban las termas. En
cuanto a Lima era, o es, "la ciudad de los reyes"; no
porque fue fundada casi un 6 de enero, sino en loor a los reyes de
España y a los reyes incas. Toda una confluencia.
Los Grela, por esas cosas de la vida, se habían radicado desde
chicos en Rosario. La "G." que se agregaba el pintor,
pregunté en aquel ágape que más o me-os evoco, venía del apellido
materno, Guerrero
Grela tuvo grandes maestros aquí en Rosario: Berni, Cochet (opino
que el más importante pintor académico argentino) y José Planas
Casas (19001960), un pintor eañol, en rigor sobre todo grabador,
radicado en Rosario para nuestra suerte. En 1940 dirigió en Santa Fe
la Escuela Provincial de Bellas Artes, que se acababa de fundar. Se
lo emplaza, y probablemente que sin ligereza, como uno de los
primeros surrealistas argentinos.
En 1934 Grela se incorporó al grupo "Mutualidad de
Estudiantes y Artis-, tas Plásticos", que regenteaba Berni,
1905-1981; rosarino; como Lucio Fontana: 1899-1968. Berni y Fontana
son los artistas argentinos que más cotizan. Piezas de Berni han
rondado los u$s 600.000, y alguna de Fontana u$s 1.000.000. En rigor
triunfaron, palabra vulgar y exitista, pues tuvieron la inteligencia
o el destino de irse de la ciudad. En cuanto a Berni, coadyuvó que
trajinara motivos políticos o sociales.
Y Fontana, que inventara el espacialismo. Fue poco ingenio pero,
ya se sabe, todo el que patenta un movimiento es mejor sopesado. Lo
mismo el que acuña personajes: Quevedo no lo hizo y por ello, pese a
ser mejor escritor, quedó por debajo de Cervantes.
CRONOLOGIA DEL ARTE
Grela hizo en Rosario una carrera convencional: pertenecer a
grupos, como el "Litoral" (1950); salones; exposiciones
personales; ventas en su casa o a domicilio de los coleccionistas,
que pululaban; inserción en museos; variedad de técnicas como los
grabados a cargo de la galería Carrillo o de la editorial Ellena y
hasta caseros, acuarelas, pasteles, xilografías, témperas y óleos
(era lo único que hacía realmente, o al menos invariablemente,
bien). Como todos nuestros grandes pintores, fue captado a menudo por
marchands improvisados o ávidos cuando no insaciables. Esto los
obligaba a pintar adocenados, a convertirse a menudo en artesanos y
no en artistas. Algunos incluso extraordinarios, como Uriarte y
Vanzo, que harto conocían la cocina de la pintura. En cuanto a
Vanzo, nadie dibujaba como él. De todos modos hay que medirlos por
sus mejores, no por sus peores obras.
Grela fue un pintor prolífico, de esos que no pasa día sin que
dibujen o pinten. Además vivía de su trabajo. En 1966 hizo una
exposición retrospectiva en la galería Carrillo de Rosario. José
Luis Vittori presentó la muestra. Su competente discurso está
reproducido, casualmente en el artículo "Grela, Juan", en
la Gran enciclopedia de la provincia de Santa Fe, de Diego A. de
Santillán; que en realidad se llamaba Sinesio García Fernández:
León 1897-Barcelona 1983, aunque vivió casi toda su vida en la
Argentina. Fue amigo de Mikielievich y, como Salgari, un escritor
explotado y expoliado por editores. Ahora publicar sobre historia
publicó; pues como le contó una vez al quisquilloso don Wladimiro
(así le decía yo), se editaron más de mil libros y folletos de su
incesante autoría. En 1986 Grela expuso en la galería Veermer de
Buenos Aires. En el catálogo, Rafael Squirru, para algunos un tanto
figurón, desliza: "... La siguiente reflexión es que Grela,
habiendo ya conquistado un estilo pictórico que le era particular,
bien podría haberse apoltronado dentro de sus hallazgos, procurando
cosechar un tipo de frutos que a otros halagan, pero que en su caso
particular hubiese significado aceptar una dudosa seguridad. El
Maestro... ha preferido, en vez, arrojar esa seguridad por la borda y
confiar en la intuición de su más íntima condición de navegante".
Como vemos, citas náuticas a rabiar y una lluvia de palabras en un
desierto de ideas.
El pintor
Aunque no con la vocación de Gambartes, que denuncian sigue
dibujando desde el más allá dada la cantidad de falsificaciones,
Grela G. tenía trances de motivación indigenista o vernácula. Fue
un pintor figurativo que todo lo hacía bien salvo, opinamos, cuando
se refugiaba en técnicas menores. Pero lo mismo les ha pasado a
monstruos como Picasso; así que no debemos alarmarnos —demasiado—
por esos vaivenes en cuanto a la calidad. En los pintores rosarinos,
lo cuantitativo ha prevalecido, había que "parar la olla".
Algunos excepcionaron, como Domingo Candia, Alfredo Guido, Zaino; o
el catalán Munné, cuya hija me enseñaba, con la consiguiente
desesperación y hacia 1960, los primeros palotes para pintar O Musto
y Schiavoni. Pasa que eran anteriores y el arte no se comercializaba
tanto. En la diserta obra "La sociedad de los artistas.
Historias y debates de Rosario” publicada por el Museo Municipal d
Bellas Artes Juan B. Castagnino en 2004, Grela aparece unas cuantas y
me recidas veces. La recomendamos bies que, por supuesto, ¿quién es
uno pan dar espaldarazos?
En tanto, hallo también que salvo alga nos ejercicios de Vanzo o
comodidade de Herrero Miranda, nuestra pintura lo. cal evitó el arte
abstracto. El rosarino me explicó una vez Ballesteros, "quico
ver".
Ernesto B. Rodríguez publicó un ver sado ensayo sobre Grela:
Rosario, Edil Biblioteca, 1968. Isidoro Slullitel dice de Grela que
"maneja formas sencilla con elementos conocidos, extraídos de
campo, el pueblo, el muro suburbano' "Cronología del arte en
Rosario", Editorial Biblioteca, Rosario, 1968, p. 76. Grela,
nacido en 1914 y fallecido en Rosario en 1992, es cierto que se abocó
mucho a esas temáticas y formas. Pero también a tantas otras,
llamémoslas más burguesas: retratística, bouquet naturalezas
muertas, algo de naif. Con los años incluso cambió la paleta, la
hizo más abigarrada —bien que sin sucumbir a la exaltación de los
colores y en ocasiones con más volumen en óleo. Seguramente
comprendió que es artificio, aunque más costoso, produce un arte
más decorativo y por consiguiente más vendible a una sociedad como
la rosarina, que tuvo una pintura para elites y que ahora me temo
carece de siquiera una galería de arte. Bien que esto no lo puedo
asegurar pues salgo poco y nada.
En fin: así reseñamos aquella tardecíta ta con Juan Grela G.
Fue la única vez que lo vi en mi vida. Como Ouvrard, como tantos,
conformó la edad de oro de la pintura rosarina. Buenos Aires, me
dicen, no la tuvo con tanta entidad, Esto desmiente que "Rosario
es una ciudad de gnocchis y tallarines. Si son baratos y abundantes".
Frase que solía repetir Isaac Fernández Torres, el avispado
secretario de Vanzo. Y hay otros aforismos. Pero por razones de
espacio, de gazmoñería y de cordura, por ahora omitimos. Claro que,
y como se rcila• ba antaño, "no faltará oportunidad".
Bibliografía
1-En (os Nos. 23-24 de la
revista, ap. 95, un suelo da cuenta del ingreso del nuevo miembro.
2- A p. 183 de los Nos.
17-18 de la Revista de Historia de Rosario (1969), con las siglas W
C. M se publicó terrible recensión contra las referidos crónicas
de Slullitel. Alguien dictaminó luego que Mikielievich no perdonaba
nada a nadie pero que todo se lo perdonaba a si mismo. Sin embargo
descreo de que sea para tanto.
Fuente:
Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región”
Fascículo N.º 94 de marzo de 2011.