Por Miguel Ángel De Marco (h)
El propósito de intensificar y perfeccionar los conocimientos
universitarios adquiridos en los cursos de las carreras diplomática y consular
hizo sentir en la facultad la necesidad de congregar a profesores, egresados y
estudiantes para realizar investigaciones especializadas en el campo del
derecho y la política internacional. En el año 1930, autoridades de la
Facultad, con la colaboración de algunos universitarios, habían preparado la
realización de un Instituto de tal carácter, el que por la coyuntura de ese año
no se pudo concretar. Un nuevo proyecto tuvo entrada en el Consejo Directivo en
el año 1932. Se semejaba al anterior en cuanto ambos constituían el Instituto
como órgano "oficial" dependiente de la Facultad. El 4 de octubre de
1933 se efectuó la asamblea constitutiva del Centro, eligiendo sus primeras
autoridades y aprobándose los estatutos. Es importante subrayar que el mismo
gozó desde un primer momento de completa independencia en su organización,
investigaciones y conclusiones a las que arribara con respecto a la facultad,
que le otorgó su apoyo y un espacio para su sede. Sin embargo no tuvo
imputación presupuestaria ni figuró dentro de la estructura formal de la
facultad como lo serían los distintos Institutos creados en adelante. Fue
designado director, Raúl Rodríguez Araya, y secretario, Ricardo J. Siri. Lo
integraron como miembros Carlos Alberto Alcorta, Mario Antelo, Alberto
Baldrich, Rodolfo E. Barrios, Emilio Cardarelli, Diógenes Hernández, Julio la
Riestra, María Elena Sambruno, Roberto Tixi Masa, Carlos Vittone y Guillermo J.
Watson .28
A todo esto el panorama político nacional estaba lejos de apaciguarse y
las ciudades de Santa Fe y Rosario fueron testigos, el 29 de diciembre de 1933,
del estallido de un alzamiento de la Unión Cívica Radical, el que fue sofocado
por las armas y sus líderes detenidos. Entre ellos, los profesores y dirigentes
universitarios José Benjamín Abalos y Roque F. Caulin, este último decano de la
Facultad de Ciencias Médicas de Rosario. El presidente Justo, decidió
intervenir la UNL.29
Bielsa, ante esta situación, la segunda intervención, en menos de cinco
años (la primera se realizó entre 1928-1930) escribió en el diario La Capital:
"Si puede hablarse de una verdadera autonomía universitaria ellas la de
orden docente y científico; y por eso mismo implica la de un substratum u orden
moral. En lo demás la actividad de la Universidad es materia de control de
legitimidad por parte del Poder Central... Bastará que la Universidad se libre
de las contingencias políticas, de la coacción electoral, de las promesas de
favor oficial (de nombramientos, de aumento de recursos financieros, etc.),
para que se recobre o se mantenga el concepto de autonomía, esto es, el de
decoro e independencia, dentro y fuera de la Universidad".30
La experiencia del nuevo decano Carderelli fue muy breve a causa de
haberse decretado una nueva intervención, encabezada por Fermín Lejarza y Po
Olcese como su delegado en la FACECYP quien para normalizar la vida de la
facultad convocó a elecciones según los Estatutos vigentes. El 10 de julio de
1934 se eligieron como consejeros titulares por los profesores titulares:
Alejandro Bugnone, Juan Luis Ferrarotti, Julio Marc, Juan Álvarez, Mario
Antelo, Ricardo Foster, Pedro Jiménez Melo y Emilio Cardarelli. Consejeros
titulares por los profesores suplentes: Carlos Dieulefait, Diógenes Hernández,
Alberto Arévalo, y Alberto Baldrich; delegados estudiantiles titulares, José
Blanco, Agustín Zurbriggen y Pablo Gueler; consejeros sustitutos por los
profesores titulares, Alfredo Rotta y Manuel Núñez Regueiro.31
Al día siguiente los flamantes consejeros se reunieron para elegir el
decano. Juan Álvarez presidió la sesión en su
carácter de consejero de mayor edad. En la oportunidad se pusieron de manifiesto
dos tendencias marcadas en la conducción de la Facultad, una representada por
Bielsa, opositor a la gestión Cardarelli y otra que sostenía a Foster, más
próxima al decano anterior.
A Foster correspondió organizar de festejos por el 25 aniversario de la
Biblioteca Pública "Estanislao Zeballos", dependiente de la Facultad.
En el acto expresó que la misma había venido a prestar un servicio sentido, por
ser eminefl temente una urbe comercial, y que ella era uno de los tantos
exponentes "del dinamismo y tesonera constancia que siempre ha animado a
los habitantes de Rosario y que son la única causa de su engrandecimiento, ya
que nunca contó con los favores oficiales y se debe al esfuerzo de sus propios
hijos"33
En la revista de la facultad publicada durante la gestión de Foster,
Bielsa publicó una nota sobre "Los servicios públicos. Sistema de
prestación". La investigación apuntaba a la organización jurídica de las
concesiones en procura de la transparencia del Estado y el bienestar social 34
Los más valorados trabajos monográficos presentados por los aspirantes
a cubrir cargos de profesores suplentes en la década del 30 fueron publicados
en la Revista de la Facultad de Ciencias Económicas y en la Revista del Colegio
de Abogados. Merece destacarse el escrito por Nicolás Cifarelli, director de
esta última publicación, sobre el tema "Conflictos jurisdiccionales entre
las atribuciones del gobierno nacional y de los gobiernos locales en materia de
vías de comunicación", presentada para optar a la suplencia de la cátedra
de Derecho Público Provincial y Municipal de la FACECYP. Comenzaba afirmando
que el grado de progreso de una nación se podía medir por el desarrollo de las
vías de comunicación, y luego analizaba la doctrina y antecedentes legislativos
en la Argentina en la materia, citando entre los ejemplos los proyectos
presentados en el Congreso por el doctor Julio Borda en 1928, para la
construcción del camino carretero Buenos Aires, Rosario, Córdoba, financiado
por la Nación y las provincias intervinientes. El nudo central de la
investigación transitaba por las diferencias de interpretación de los preceptos
constitucionales en materia de caminos, y lo que definía como "teoría
avasalladora" de los derechos provinciales.` Uno de los casos más ilustrativos
fue el conflicto planteado cuando la empresa del Ferrocarril Central Argentino
obtuvo del gobierno nacional, en 1925, permiso para establecer una estación en
un punto que cerraba numerosas calles de la ciudad de Rosario y se limitó a
notificar a la Municipalidad de la mencionada autorización. El intendente no
puso reparos pero sí el Concejo Municipal, a través del edil Lisandro de la
Torre, quien sostuvo el punto de vista de la inviolabilidad de los derechos de
la comuna en lo relativo al gobierno de las comunicaciones urbanas,
practicabilidad del trazado, apertura o clausura de calles." Los reparos
puestos por ese cuerpo obligaron un decreto desaprobando el contrato ad
referéndum, encargando al Departamento Ejecutivo Municipal que gestionara al de
la Nación la modificación del proyecto, previendo se consultara las exigencias
de tráfico y edilicias de la ciudad. Esta postura dio lugar para que el Primer
Congreso de Municipalidades de 1926 sancionara una declaración determinando que
la jurisdicción nacional en materia de ferrocarriles otorgada al poder federal
por la Constitución Nacional, no era eliminatoria del régimen municipal."
El mismo Ciafarelli ya había disertado en el auditorio de Ciencias Económicas
sobre las implicancias que traerían las comunicaciones aéreas. En su
monografía, presentada en 1930, concluía que en materia de vías de
comunicaciones las facultades de los gobiernos nacionales y locales eran
concurrentes aun mismo fin: promover el bienestar general, y que por tanto su
acción debía ser armónica.38
Nota
28 Ibídem, p. 291.
29 Raimundo Bosh,
ob. Cit. P. 148.
30 La Capital, 10
de octubre de 1934.
31 RFCECP
correspondiente a 1934, ob. Cit. p. 477.
32 Ibídem,p.480.
33 Ibídem, tomo
IV, primera parte, tercera serie, correspondiente a 1935, p. 253.
34 Ibídem,
correspondiente a 1936, p. 64.
35 Revista del
Colegio deAbogados de Rosario, Tomo IV, enero-diciembre de 1933, Rosario, p.
11.
36 Ibídem,p.28.
37 Ibídem,p.30.
38 Ibídem,p.35.
Fuente: extraído del “Libro Ciudad Puerto Universidad y Desarrollo
Regional De Marco, Miguel Angel De Marco ( h)
– Rosario 1919-1968 “ Editado diciembre 2013.