Por. Miguel Ängel de Marco
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Ciencia y humanismo
Los trabajos de Lewis contribuyeron a que el
gran Bernardo Houssay obtuviera el Nobel de medicina.
Pocos científicos radicados en Rosario alcanzaron la
trascendencia internacional que logró John T. Lewis. Fue profesor
adjunto en la cátedra de Fisiología de la Facultad de Medicina de
la Universidad Nacional de Buenos Aires y discípulo dilecto del
sabio Bernardo Houssay. Llegó a Rosario en 1929 para desempeñarse
como profesor titular y director del Instituto de Fisiología de la
Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Litoral. Con
Houssay y un grupo de condiscípulos fue miembro fundador del
Instituto de Biología y Medicina experimental en Buenos Aires.
Allí y en su cátedra de Rosario, desarrolló y dirigió trabajos
de investigación cuyos resultados tuvieron papel preponderante en el
reconocimiento internacional de la Escuela Argentina de Fisiología y
aportaron para el otorgamiento del premio Nobel de medicina a
Houssay. La labor de esta escuela se tradujo en la publicación del
libro "Fisiología humana", traducido a varios idiomas. En
Rosario organizó el Instituto de Investigaciones Médicas de la
Asociación Rosarina para el fomento de la Investigación Científica,
creado en 1948, y que quedó conformado por destacados profesores,
siendo su primer director. Condujo sus destinos hasta 1956. Funcionó
en una vieja casona de Fisherton, que aún hoy se destaca por su
estilo. Fundó y presidió la Asociación Rosarina de Cultura
Inglesa. Canalizó sus inquietudes cívicas en el estudio y difusión
de la doctrina social cristiana. Fue miembro iniciador del Partido
Demócrata Cristiano, cuyo acto de fundación tuvo lugar en su casa
en Rosario. Fue electo convencional constituyente por Santa Fe en la
Convención Nacional de 1957.
Había nacido en Buenos Aires el 24 de julio de 1898. Allí
estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de
Buenos Aires y obtuvo su doctorado con el premio a la mejo tesis. Fue
becado por la Fundación Rockefelle y estudió en Boston. De regreso
al país se des empeñó como profesor adjunto de Fisiología d la
Universidad de Buenos Aires y como prof sor y director del Instituto
de Fisiología del Facultad de Medicina de Rosario. Murió el 2 de
febrero de 1976.
Considerado
a nivel internacional como gran fisiólogo, podría haber elegido
vivir e otros países donde el trabajo científico contaba con mayor
infraestructura y recompensas. Pero él, lejos de estar comprometido
con los valores materiales, optó por Rosario, donde fundó hogar y
una escuela con meritorios discípulos. Fue un maestro y un
científico que lejos de elegir la soledad del laboratorio o el
escape a la "torre de marfil" se involucró con las
necesidades de su país.
Fuente:
Extraído de la Revista del diario “La Capital” 140 aniversario –
2007