Por Héctor N . Zinni
En el departamento Rosario, sobre la margen derecha del arroyo
Saladillo comienza a formarse, con motivo de la urbanización
originada por la instalación del frigorífico Swift, un barrio de la
localidad de Villa Gobernador Gálvez llamado Pueblo Nuevo. Al cierre
de Pichincha, toda la zona referida es de pintoresca característica
rural. Dirá el poeta de Rosario Emilio Ortiz Grogneti (1),
describiendo con justeza lo que eran y aún resultan ser muchos
pueblos de la provincia de Santa Fe.
Yo te vi nacer pueblito, de
la noche a la mañana
como un hongo que se
expande en las horas muy tempranas.
Rodeado de pasto fuerte, de
pampas, de vizcacheras
pintó la gente espejismos
de emociones lisonjeras.
Orillando rieles nuevos, el
molino, el galpón
los bretes para la
hacienda, corrales y la estación:
A la plaza enfrentan todos
los negocios principales
y de preferencia aquellos
con carácter de oficiales.
"—Llegar a los
prostíbulos de Pueblo Nuevo era toda una aventura. Había que pasar
un puentecito muy frágil que se movía todo. Oscuro como boca de
lobo. Daba miedo cruzar por el puentecito porque a uno le parecía
que se caía al riacho. Iban taxis hasta aquellos lugares cobrando
veinte centavos por cabeza con cinco, seis y siete personas
amontonadas".(2)
También
otra población rural cercana a Rosario recibe y ampara e éxodo
prostibulario, se trata de Arroyo Seco.
Allí la comisaría, aquí
el juzgado de paz,
en la esquina la farmacia,
la escuelita más allá.
Aislada, mirando al norte,
la gran barraca alemana
que acapara lo que puede en
cueros, cerdas y lanas.
En el espacioso patio los
baños de la curtiembre
y una colina de huesos para
embarcar en setiembre.
En la plaza de paraísos
con alfalfa en sus canteras
por ser del juez
predilecta, pace sola una tapera.
"—Las primeras casas
que pusieron en Arroyo Seco eran de un tal Lacovara, que también
tuvo prostíbulos en Santa Fe, y de un tal Tito...
—Tito Gorostondo?
—Si. Gorostondo. Una vez
visité el prostíbulo de él, siendo yo muchacho Había una mujer
que andaba de filo conmigo. Entonces la mujer se quedó más del
tiempo . . . una hora. Viene la madama, golpea. De pronto me di ce
que un señor quería hablar conmigo. Era Gorostondo, que me dice
"Vea che . . ., le voy a pedir un favor. . . ¡Déjese de
macanas porque es mujer es de afuera! . . Si usted la quiere, me da
trescientos pesos y yo digo que un día de salida se fugó. Pero
luego se la va a tener que arreglar...si la quiere". Yo le dije
que no. Así conocí a Tito personalmente. A Lacovara lo conocí
también, fuimos amigos, posteriormente lo perdí de vista, no se si
está vivo. §upo vivir por la calle Garay, después de pasar muchos
años en Santa Fe".(·3)
En cuanto se instalan los prostíbulos en Pueblo Nuevo, aparece un
personaje característico llamado a cubrirse de renombre. Se trata de
Pata Lisa, quien no es matón, ni pendenciero, ni tenebroso y si algo
podría haber tenido de cada cosa, ahora está decidido a ganarse la
vida honradamente en aquella región aledaña a Rosario donde
En la laguna del bajo,
anidan en los esteros
gaviotas, bandurrias,
chorlos y están alertas los teros.
El paisaje circundante no
puede ser más sencillo,
en tres hornos diferentes
se están quemando ladrillos.
La casa de la maestra luce
una blanca cortina
y en el ángulo del patio,
toda en flor una glicina.
Es la hora tan ansiada,
está por llegar el tren
corren, saludos, voces, en
el reducido andén.
"—Hablamos algo de
Pata Lisa ya?
—No, no. Diga nomás.
—Bueno. León Alsina,
alias Pata Lisa fue uno de los que tenía la parrilla en Pueblo
Nuevo, donde había, después que se terminó Pichincha, dos
prostíbulos uno de cuyos dueños era Tito Gorostondo, que creo está
en Buenos Aires, no se
—Pero . . .ahí había un
dueño que era un ruso
—¿Ahíen Pueblo Nuevo?..
—Uno gordo, grandote.
—Eso no recuerdo. Pero
Pata Lisa tenía la parrilla ahí. Después que se cerraron los
prostíbulos también allí puso una especie de pompas fúnebres.
Antes de eso tenía un auto especial con la cabida abajo para los
cajones de los cadáveres, que así trasladaba para no pagar derechos
. . - La pompa fúnebre la instaló después, en la calle Ovidio
Lagos pasando 27 de Febrero. Ahí hizo mucha plata y más tarde se
corrió a la calle Córdoba y Provincias Unidas que es donde está en
la actualidad.
—Vive todavía este
hombre?
—El vive. Casualmente lo
vi el otro día. Está operado de un pulmón también . - . Ese
hombre por los años 28 al 30 tuvo un accidente donde le quedó la
cara marcada. También tuvo la desgracia de que cuando vivía en la
calle Güemes entre las de Pueyrredón y Rodríguez, junto con la
madre y las hermanas, fue atacado de peste bubónica y colocaron el
cordón ese, y la madre no lo dejó salir, no lo dejó sacar, mejor
dicho, por la autoridad. A raíz de esto ese muchacho se salvó.
—Fue taximetrista
también?
—Si. Trabajó muchos años
en Rosario Norte. .. (4)
El almacén de Pulpiñez es
también posada y fonda
tiene billar de casín y
alegre mesa redonda.
Hace la panadería un
diario de buena venta
aunque a veces la clientela
está atrasada en la cuenta.
Trabajan también de firme,
herrero, talabartero,
y sólo suele quejarse el
maestro peluquero
pues quieren sus
parroquianos, y aquí el hombre pone un terno,
al empezar de los fríos
andar con pelo de invierno.
"—Cuántos
prostíbulos había en Pueblo Nuevo?.
—Tres. Uno era de Tito,
otro era de Castagnino y el otro de Víctor Lacovara. La casa más
grande era El Internacional.
—Las mujeres que
trabajaban allí, ¿eran casi todas las que no podían ejercer la
profesión debido al cierre de Pichincha?
—Claro, claro.. .,
algunas también fueron al otro prostíbulo que había en Paganini,
¿sabe?.
—Cuántas mujeres
trabajaban allí?
—¿En Pueblo Nuevo?,
ciento cincuenta, doscientas.
—Para tres prostíbulos
solos, eran unas cuantas, ¿no?.
—Eso era entre semana .
.. En sábado y domingo podía doblarse tranquilamente esa cantidad.
—Y trabajaban a lata
también allí?
—Todo por ficha; no lata,
ficha . . . No ponga lata: ficha.
—Cómo era el pasaje por
el puente? ¿Se cayó alguien?
—En Pueblo Nuevo los
taxis hacían un trasbordo donde llegaba el tranvía . . . le
cobraban diez centavos primero y veinte después. Cuando llovía, los
autos iban por el frigorífico y cuando el camino estaba bueno iban
por el Este, por el puentecito ... pero nunca se cayó nadie del
puente.
—Que fue lo que más le
impactó en Pueblo Nuevo?
—La muerte de Fiorazzo.
Cotocho fue quien trajo a Fiorazzo a Sunchales. Fiorazzo trabajaba
con su auto, se ganaba el mango y alternaba con la barra de
chauffeurs. Que no era una barra en sí.. . sino que estaban
mancomunados por compañerismo.
—Claro, eran todos del
mismo gremio...
—Por eso le digo que no
era una barra donde uno se aleja del otro . . . no, no . . . porque
el que era enemigo de otro, ahí no podía estar, ¿me comprende?
—Si, perfectamente.
—Bueno, cuando se abrió
Pueblo Nuevo, el finado Fiorazzo tuvo problemas con Tito Gorostondo
que era dueño de un prostíbulo allí. Al salir de la parrilla que
tenía yo, Fiorazzo se cruzó enfrente donde estaba el Cafe del Negro
Luis y al entrar, un amigo de Tito Gorostondo, sin discutir ni nada,
sacó el revólver y le pegó un tiro en la frente. Se veía la cola
de la bala en la frente de Fiorazzo, y uno de los muchachos quería
sacarle la bala tirando para afuera de la cola.
—No hubo caso...?
—No. El hombre falleció
ahí mismo. A Fiorazzo lo querían porque no era malevo, era
correcto. Se hacía respetar como todo hombre. Flaco, narigón . . .
Fiorazzo era simpático y sabía poner las cosas en su lugar. Si iban
a verlo para consultarle acerca de alguna enemistad el trataba de
amigar a los muchachos. .(6)
En un sulky de capota va
raudo el recibidor,
la barba de cinco días y
en el cinto un calador.
Lejos, el campito santo que
enmarcan tapias oscuras
y unas cabritas triscando
yerbas en las sepulturas.
Con palenques en la puerta,
en un lugar apartado
está una casa dudosa con
un farol colorado.
El corredor de seguros se
despide muy atento
y el mixto soltando frenos
arranca pesado y lento.
"—Una vez aparece un
hombre gordito buscando a Pata Lisa, que era yo, pensando que era un
inválido. Claro, cuando me vio . . . se llevó una sorpresa porque
yo no soy lisiado, ni nada. Aquel hombre era un periodista famoso que
después vino unas cuantas veces.
—Se acuerda cómo se
llamaba?
—Espérese . . . estaba
en la radio también ... Soiza Reilly.
—Juan José de Soiza
RelIly?
—El mismo. ¡Vea quien
buscaba a Pata Lisa!"(7)
Bolsas de correspondencia
con algunas encomiendas
implementos de labranza, un
cajón para la tienda…
Han llegado las mocitas que
visitan la estación t
ornando por el sendero
paliduchas de emoción.
En el breack de sus
andanzas por causa de un espumante
el simpático Bachicha se
ha dormido en el pescante.
Y el capataz caminero que
trabaja en la sección
mientras carga la cachimba
hace engrasar la Champión.
"—Había otra
parrilla en Pueblo Nuevo?.
—Si, la del gringo
Natalio que era, más o menos, tan nombrada como la mía...
—Cómo fue que usted se
instaló allí?
—Yo, antes de poner la
parrilla era chauffeur de taxi. Una vez se hizo cliente mío el
ingeniero que construyó El Internacional en Pueblo Nuevo. Casi
siempre íbamos y, aparte de hacer un viaje lindo, nos hicimos buenos
amigos. También llevaba yo otros profesionales amigos del ingeniero
y me distinguían, porque siempre buscaban conductores que no fueran
a comprometerlos y todo eso. El que hizo El Internacional era un tal
Rizzo... Gregorio Rizzo. Por medio de ese Rizzo yo compré el terreno
de lo parrilla.
—El se lo vendió?
—No. El me buscó con el
auto cuando se remataron esos terrenos. Me dijo: "Venga, León,
que vamos a ira ver esos terrenos.. ."Y me hizo comprar también
a mi. Insistió el hombre para que yo comprara, y después me dijo:
"¿Usted sabe sentarse a comer en algún lado?. Bueno, ¿por que
no pone una parrilla aquí?. Váyase allá, al corralón y saque los
materiales que necesite. Váyase a Paniagua, en la calle Córdoba que
elle va a dar ro-do lo que precise para la construcción, a pagar
como pueda.
—Un buen gesto.
—Si, y además me dijo:
"Usted saque sin firmar nada, diga que va de parte de don
Gregorio y le van a dar. - ." Y don Gregorio se hacía
responsable de que yo iba a pagar. Y así fue, como puse la parrilla.
Después puse unos comedores en Ovidio Lagos y Amenábar, vino el
tiempo de la guerra
y me fundí. Entonces volví
al gremio de taximetristas y empecé a llevar los muertos en el baúl
del automóvil
—Y empezó a salir
adelante
—Si, pero me explotaban
las cocherías y a mi no me gustaba. Fue cuando se me ocurrió lo de
la ambulancia. Me dije: "Si llevo muertos, con más razón voy a
llevar vivos enfermos. Y al llevar enfermos, también consigo los
muertos..."
—Se ve que usted siempre
ha tenido espíritu de progreso..
—Con la ambulancia me
paré. Y soy uno de los pocos que sobrevive a aquella época, que ha
sabido abrirse camino. Otros, pobrecitos -….(8)
Se avizora un humo largo
por el rumbo del poniente
debe ser la trilladora que
está cambiando de cliente.
El que vino a entregar
trigo cumplió ya con sus encargos
que no se ha llegado al
pueblo van para tres meses largos.
Cantando vuelve a su chacra
en la tarde que declina
con vino en la damajuana y
la gran bolsa de harina.
Lleva para la patrona lindo
pañuelo floreado
y para el la reja nueva que
ha de cambiar al arado.
"—¿En que año
nació usted?
—En 1901.
—¿Había algún conjunto
musical allí?. ¿Sabía haber músicos?
—Si, yo tenía músicos,
pero no eran de fama. Estaba el pianista Panchito que tocaba en la
parrilla y un día murió ahogado. Era muy enamorado de los hombres,
era puto Panchito.
—Usted tenía entonces un
escenario con piano en la parrilla?.
—Si, claro. El piano
armaba el conjunto, los otros rascabuches venían a tocar después.
Este Panchito era nombrado porque era un muchachito que tocaba muy
lindo el piano, era un buen pianista, sino que este muchacho no
triunfó porque no hubo quien le diera un empujón. Bueno, lo
empujaban, pero no para donde tenía que ser".(8)
Y llegándose la noche para
gusto popular
las lechuzas agoreras han
comenzado a chistar.
Una banda de gitanos ha
emplazado campamento
y aquí están sus
carromatos con el oso y el jumento.
Ya de noche y fatigadas al
resplandor de fogatas
tañen sus músicas simples
de sugerencias tan gratas
y quizá mañana mismo en
este sitio no estén
otros como ellos pasaron
con su sino y su desdén.
Adiós, pueblito del campo,
no se me borran tus huellas
apacible sea tu sueño al
fulgor de las estrellas..
NOTAS
1
Emilio Ortiz Grognet. Biog. N. en Rosario el 17 de agosto de 1879; m.
en la misma ciudad el 15 de mayo de 1932. Cursó estudios en el
Colegio Nacional
de
Rosario e inició la carrera de derecho en la Universidad Nacional de
Buenos Aires, los que abandonó para dedicarse a la literatura. Formó
parte de la redacción del diario El Tiempo y en 1901 fue premiada su
novela Susana. Ese año publicó El salón de Apolo, ensayo cómico
lírico en un acto y tres cuadros. Colaboró en la revista Preludios
fundada por el rosarino Alfredo E. Bianchi y en 1904 estrenó su
primera pieza teatral denominada En la sombra, comedia en un acto
traducida al italiano para la compañía de Tina di Lorenzo, obra que
editó en 1905. Enfermo de una grave dolencia, continuó produciendo
distintas obras: El mejor tesoro, drama en un acto estrenado en el
Teatro Nacional, de Buenos Aires, en 1907, año en que se publicó
también como folleto; El Conjuro, drama en tres actos y versos,
estrenado por la compañía Antonia Pellicer y Pedro Codina en 1909 y
editado al año siguiente; Lunáticos, poema dramático; Hogar de
antaño, comedia; La Nena, novela; Rayo del Cielo, comedia dramática,
y otros escritos. La novela Susana fue reeditada en Rosario en
octubre de 1918 por la revista quincenal La Novela Argentina. En Seis
cantos a Rosario, edit. en Rosario (1949), se incluye su poema Canto
a Rosario. En 1934, se editó en Rosario dedicado a su recuerdo:
Cantó a su ciudad y cantó a España (16 págs.) y el mismo año,
también en Rosario, apareció editado por la comisión de homenaje:
Emilio Ortiz Grognet: "Fallecimiento, juicio de diarios y
revistas; sepelio, discurso del doctor Lejarza; decreto minicipaJ"
(32 págs.). En 1925 la librería Alvarez publicó Canto al Rosario,
folleto (7 págs. y tapas). En El diario La Capital de 1.1.1930
aparece su poema Pueblito Nuevo. Wladimir C. Mikieievich. Diccionario
de Rosario (en preparación).
213
Antonio Sciara, id.id.
4
Calixto Gallo, id.id.
5
Víctor Lacovara murió el 9.4.1978 en Santa Fe, a los 68 años,
atropellado por un automóvil. V. El Litoral, 10 y 11.4.1978.
6/8
León Alsina (a) Pata Lisa, id.id.
Fuente:
Extraído del Libro “ El Rosario de Satanas Tomo I . Editorial
Fundación Ross.