Por Jorge Brisaboa
Ese negro Ormeño en el arco. Después el "Colorado" Bertoldi que termina cargando con la culpa de una derrota ante Newell's, en un partido que estaba para ganarse, y debe entregarle el puesto al "Gato" Andrada.
"Pancita" Biaggioli con todo su corazón y la pierna que lo lastima. Y José Poi. O la dupla Lombardil y Néstor Lucas Cardozo. O Ducca y Cardozo. Y la línea media de Alvarez, Minni y La Rosa.
Arriba Sánchez, Rivero, Miguel Antonio Juárez, Castro y Giménez. Y Mottura que entra por Rivero. Y Pagani que llega desde Casilda.
Ahí están. Son las primeras imágenes en vivo. A partir de aquí no habrá terceros para buscar y encontrar historias en azul y amarillo. Una platea baja, casi a la altura del césped, sobre la esquina de Génova y Cordiviola. Cruzando la mirada, allá arriba de la tribuna, el letrero Alumni para conocer los otros resultados: la chapa amarilla, penal a ejecutar; la azul, penal desviado; la blanca sobre azul, penal atajado. La religiosa fruna. El tipo ese de las pastillas "Meterete", disfrazado y adentro de la cancha. El sorteo de la pelota. El abuelo de pocas palabras a un lado. Y el viejo arriba, en otra platea, planificando seguramente estrategias comiciales con otros "canallas" para cambiar la historia del club mientras se espera que el equipo salga a la cancha.
Ahí están. Son iguales a los de las figuritas.
Ahí están. El "Gitano" Juárez, ese de bigotes, el número 9, el de la rodillera en la pierna izquierda. Se arrima al alambrado. Olor a aceite. El "Negro" Castro. Ese le pega de punta. El "Petizo" Giménez..,
El "Gitano". Sí, el "Gitano" Juárez que hace sentir una picazón extraña en la garganta. El tiempo ayudará a entender de qué se trata pues todas las emociones tendrán el mismo final, el de la picazón con tos agregada. Sobre todo cuando el rival es Vélez. Juárez lo tendrá de hijo. Siempre le hará goles. Jugando de 9 y hasta de 7. Una tarde marcará cuatro, pero la noticia llegará por radio desde Liniers: Central 5, Vélez 3. Pero, ¿por qué se va de la cancha?, ¿con quién se enojó?, ¿se puede ir de la can-ha? El abuelo no contesta... Y el "Gitano" se va por el túnel, y estos del Milán de Italia que nos hacen otro gol: 4 a 1.
Es un partido amistoso, pero Central perdió. Un gol del Milán lo marcó Grillo. Ernesto Grillo, argentino. Claro, el que fue goleador del torneo del 56 junto a Juan Castro. Los dos hicieron 17 goles ese año.
El "Negro" Castro. ¿Cómo? Le pegó de punta... ¿no es que no hay que pegarle de punta? Ah, ahora no. Gol... golazo de Castro. Central 1, NewelI's O. Falta una fecha, Central pelea el tercer puesto. Y la alegría que baja desde la tribuna. Y desde la platea.
"Yo te daré... te daré niña hermosa... te daré una cosa... una cosa que empieza con C... ¡Central..!", canta la hinchada. Tiempos de canciones con letras "románticas".
Finalmente logra el cuarto puesto. La mejor clasificación desde el 39, casi histórica en este 1958. El campeón es Racing.
Después, el regreso a la irregularidad. El 59 será como el 57. Y como el poderío económico de los clubes grandes de Buenos Aires había decidido que para el descenso se computase el promedio de los últimos tres torneos, el fantasma de la "B" reaparece. Cambian los técnicos, Juan Piotto, Juan Carlos Fonda. Desciende otro rosarino: Central Córdoba. Es campeón el San Lorenzo de José Sanfilippo.
Para Central, del paraíso al infierno hay un paso. Un torneo bien, otro mal, triunfo resonante un domingo, derrota inexplicable el próximo. Central está en crisis.
Pero el fútbol está en crisis. La selección nacional también pasa del paraíso al infierno. Tras el éxito en el Sudamericano de Lima de 1957, con esa delantera de los "carasucias" Corbatta, Maschio, Angelillo, Sívori y Cruz, y con el "Gitano" Juárez y Juancito Castro de suplentes, llega el fracaso del Mundial de Suecia en 1958 y la avergonzante derrota por 6 a 1 ante Checoslovaquia.
Y el país está en crisis. El general Aramburu, que en el 57 había pasado por Rosario para inaugurar el Monumento a la Bandera, pergeña la salida institucional. Con el peronismo proscripto en el 58 es electo presidente Arturo Fróndizi, un político que ha tomado distancia de la Unión Cívica Radical y es apreciado por la izquierda y bien visto por los peronistas. El vicepresidente es rosarino, Alejandro Gómez. A los pocos meses comienza la confrontación por la enseñanza laica o libre. Gómez preside en octubre la Semana de Rosario, aunque una agitación estudiantil termina en una serie presión policial: hay muertos y heridos. Los estudiantes siguen movilizándose. Y estalla el primer conflicto gubernamental: Gómez renuncia.
Mientras, se sigue atentamente la gesta revolucionaria de los cubanos. Las ideas, la ropa guerrillera y la barba de Fidel Castro, el "Che" Guevara y los milicianos de Sierra Maestra que derrotan a la dictadura de Batista, se popularizan en la Argentina.
Especialmente un personaje atrae una particular atención: el "Che". Es argentino, nacido en Rosario. Tiempo después vendrá casi en secreto el país y se entrevistará con el presidente Frondizi, episodio que a éste los militares no le perdonarán jamás.
El "Che" Guevara tendrá tiempo para preguntar por Central.
Hugo Gainbim lo testimonia en su libro. Mientras era trasladado al encuentro con Frondizi en 1961, el "Che"preguntó a su chofer sobre Rosario Central: ¡ "El domingo le hizo cuatro goles a San Lorenzo"!.
El "Che" es de Rosario. Y de Central.
El domingo juega Central.
Ahí están. El "Gitano" Juárez. Y esos dos lungos. El "Flaco" Menotti, que le pega con un cañón, y Enrique Fernández, que llega con sus 18 años.
—Nene, dámela... nene, al pie— le grita Juárez.
—Dale nene... no, larga no, acá nene— le dice Menotti.
Y Enrique Fernández terminará siendo el "Nene" Fernández.
Menotti, Juárez y Fernández. ¡Qué terceto! Aunque ya es época del 4-2-4, impuesto por Brasil. Llega el técnico Jim López, y el 10 de punta pasa al medio para juntarse con el 5.
Ahí están. Andrada en el arco; Aranda, el maravilloso santiagueño Casares que siempre saldrá jugando desde el área, el "Tablón" Bautista y el "Negro" Néstor Lucas Cardozo en la línea de cuatto; el "Huevo" Muggione y el "Nene" Fernández en el medio; y arriba Meiiotti, Juárez y los dos hermanos brasileños en las puntas, Antonio y Francisco Rodríguez. O Alejo Medina, o el "Loco" Montaño. O los pibes que emergerán desde la Escuela de Fútbol, Storti, Malleo, Bulla, Manfredi.
'Es hora de divertirse adentro de la cancha.
Es hora de las utopías futboleras.
Es hora de las utopías del sesenta, que levantan tipos como el "Che", quien además lleva una marca en el orillo: es "canalla".
Fuente: Artículo Publicado en el libro “ De Rosario y de Central , Autor: Jorge Brisaboa Impreso en Noviembre 1996 por la Editorial Homo Sapiens.