Por Andrés Bossio
Aquel año de 1955 se inició con un acto institucional de extraordinaria importancia: la escrituración de los terrenos de Avenida Génova y Cordiviola, que habían sido permutados por los de avenida Pellegrini y Vera Mujica. Ya explicamos en ediciones anteriores los vaivenes de esta operación y la ayuda financiera que la entidad recibiera del Gobierno de la Nación, del que sucesivas memorias de la institución han dejado muestras de permanente reconocimiento. Lo cierto es que el 25 de enero de ese año don Federico J. Flynn, por Rosario Central, suscribió a nombre de la entidad el título de propiedad del terreno y su correspondiente estadio, ante la presencia del escribano general del gobierno peronista de entonces, don Jorge E. Garrido. La propiedad centralista ya estaba legalizada; el viejo sueño se había cumplido. Otra ser!a, en cambio, la consecuencia anímica que la marcha del equipo superior desatara en los simpatizantes canallas. Veremos enseguida por qué decimos en este párrafo que el torneo de 1955 fue " eI campeonato del infarto".
Las necesidades de la tesorería hizo que Central debiera desprencerse de dos valores importantes: Juan Antonio Porta!uppi se llevó a Huracán su siempre abundante cuota de goles, en tanto que Federico Vairo fue transferido a River Plate, quien debió desembolsar una suma más que respetable: $ 500.000 mm. Una amnistía decretada el año anterior permitió a los jugadores que se habían ido a Colombia a partir de 1949 sin sus respectivos pases retornar a sus clubes de origen. Así, volvieron a Central Cazaubón y el rusito Antonio Vilariño, que en 1955 fue el único jugador del plantel que registró asistencia perfecta, jugando los 30 compromisos del equipo. Aparecieron en primera Néstor Lucas Cardozo y el centrodelantero Santos Oliveira. Esta vez, la conocida inconstancia en el rendimiento auriazul se quebró peligrosamente para el lado negativo: era más común que perdiera a que ganara. Huracán, Chacarita, San Lorenzo, Estudiantes, Vélez, Newell's, Tigre, Platense y Ferro acompañaron a Central en el nutrido lote de los candidatos al descenso, cuyas expectativas variaban con cada fecha, tanto era el desigual rendimiento que mostraban cada semana. Cuando terminó la primera rueda, Central era penúltimo con sólo 10 puntos, uno más que Ferro. Pero es taba a un punto de Platense, a dos de Tigre, a tres de Newelis's, a cuatro de Chacarita, San Lorenzo, Estudiantes y Vélez.
Al cumplirse la 22º fecha se produce un hecho inédito desde que los clubes de Rosario ingresaron a la AFA: por vez primera, Newell's Old Boys y Rosario Central comparten la última posición en la tabla, acompañados por Platense. Pero Central estaba hecho para las grandes sorpresas: una semana después pulveriza las aspiraciones de Boca de pelear el campeonato —que quedó para River— al ganarle por dos a uno con un gol de Massei y otro de Duca. Semanas después gana Platense, que venía último, coincidiendo su victoria con derrotas de Estudiantes, Newell's y Central, que precedían a los calamares. Una semana después los auriazules pierden con River, Estudiantes empata con Gimnasia y Newell's le gana en el Parque a Platense; siete días más tarde Platense le saca un punto sospechoso a Huracán; Ferro le saca otro punto más sospechoso a Independiente, Newell's gana por goleada al alicaído Estudiantes en La Plata y Central derrota en Arroyito a Gimnasia. La zona del descenso es un infierno, los resultados son cada vez más "curiosos", se sospecha de todo el mundo y se habla de sobornos en cada calle, en cada café. Es la antepenúltima fecha y los auriazules deben ir al Parque, con Newell's en idéntica desesperante situación que la de Central. Allí no hay equívocos posibles; los dos se juegan la vida. Ni bien comenzó el encuentro el cordobés Belloti puso en ventaja a Newell's; dos minutos después empató Appicciafuoco y antes de finalizar el primer tiempo Massei logró el segundo gol y dio un paso trascendental para evitar el descenso. Con todo, recién hubo suspiros de alivio en la última jornada (en la penúltima empataron Newell's, Central y Platense, y ganó Estudiantes), cuando Newell's le ganó a Vélez (ver recuadro "Soborno comprobado'), Estudiantes a Lanús, Independiente a Platense —que descendió— y Ferro a Central. Vale la pena contar cómo fue aqueho: Central tenía 24 puntos, Platense 22, En medio de ambos, Estudiantes y Newell's, 23. Vimos que Newell's le ganó sospechosamente a Vélez y más sospechosamente Estudiantes le ganó como visitante al encumbrado Lanús. Corrían 18 minutos del segundo tiempo en sus respectivos partidos y Central perdía 2 a 1 con Ferro en Caballito, en tanto Independiente y Platense empataban en Avellaneda. Un gol de los calamares y Central —a esa hora— estaba otra vez en la "B". Vino un gol en Avellaneda pero fue de Independiente, vía Ricardo Bonelhi, que minutos más tarde anotaría el segundo. La honestidad de los rojos impidió se consumara un escándalo. Central perdió finalmente, Platense también y estos se fueron al descenso. Oscar Alberto Massei puso ja única cuota positiva del año, encabezando ha tabla de goleadores de ese año, sumando 21 conquistas, casi el 50 % de los goles logrados por los auriazules.
Fuente: Extraído de la Colección de Rosario Central. De Andrés Bossio