Por
Juan Pablo Robledo
El
pensador italiano desarrolló una importante obra en la
investigación. Creó teoremas propios, pensó ejercicios
matemáticos que hoy son utilizados en todo el mundo y resolvió
problemas que hasta entonces eran irresolubles. Con gran
vocación ejerció la docencia, y se inclinó por la geometría
algebraica, incursionando también en otras áreas como el análisis
matemático. Vino a Rosario como resultado de la discriminación que
sufrió en su país, y dejó un legado de devoción hacia el
conocimiento, por sus alumnos y su trabajo.
Sus
inicios
Beppo
Levi nació en Turín el 14 de mayo de 1875. Fue el cuarto hijo de
Giulio Giacomo Levi y de Diamantina Pugliese, su padre era abogado y
autor de libros de temáticas sociales y políticas, murió en
1898, dejando a Beppo en la posición de hijo mayor y con ello gran
responsabilidad ante su familia y frente a una débil situación
económica. Beppo, inicio sus estudios de matemáticas en la
Universidad de Turín, y se doctoró a los veintitrés años de edad.
Tuvo la oportunidad de formarse en la "famosa escuela italiana
de geometría algebraica" con profesores de primer nivel que
dejaron una fuerte impronta en su mente.
En
1899, después de haber sido durante tres años asistente en la
Universidad de Turín, pasó a la docencia secundaria, que ejerció
hasta 1906. En ese período publicó diferentes trabajos con aportes
originales en el campo de la geometría algebraica. Posteriormente
ganó por concurso la cátedra de Geometría Proyectiva y
Descriptiva de la Universidad de Cagliari. Al poco tiempo
conoció a quien sería su esposa para toda la vida, Albina Bachi. Se
casaron en 1909 y tuvieron tres hijos: Giulio, Laura y Emilia. Entre
1918 y 1920, el matemático fundó y dirigió el Instituto de
Matemáticas de la Universidad de Parma y siendo Preside
(decano) de la Facultad, propuso al Rector la realización de cursos
de matemáticas superior, que debían poner a la Facultad de
Ciencias en condiciones de otorgar el Doctorado de matemáticas.
A los cincuenta y tres años, Beppo dejó la Universidad de Parma,
donde había sido profesor por casi dos décadas, para hacerse
cargo de la cátedra de Geometría Superior en la Universidad de
Bolonia. Fue una etapa de intensa labor científica y docente siempre
realizada con dedicación y entusiasmo, dándole vida a sus
clases. Su vida académica iba en ascenso cuando conoció al
matemático argentino Juan Carlos Vignaux, que estaba en contacto con
el Comité encargado de la creación en la Universidad Nacional del
Litoral, del Instituto de Matemáticas de la Facultad de Ciencias
Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales y gracias a sus
contactos intelectuales, Beppo pudo pensar en la Argentina como
un posible país de emigración, a causa de las leyes racistas del
régimen fascista. El pensador, desde un principio se manifestó
en contra del movimiento totalitario, cuyas leyes de
discriminación fomentadas en Italia en 1938 cortaron su carrera, ya
que el edicto ordenaba la expulsión de los judíos de los cargos
docentes. Fue así que a los 63 años, decidió por la
emigración con su esposa e hijas (su hijo mayor decidió hacerlo a
Palestina), hacia Rosario para ser contratado como Director del
Instituto de Matemáticas, recién creado en la Facultad de
Ciencias Matemáticas.
El
instituto de Matemáticas
El
6 de noviembre de 1939 desembarcó en el país y dos días más tarde
partió hacia Rosario, acompañado por el matemático e
investigador Luis A. Santaló. Como director del Instituto inició
una escuela matemática y tuvo como alumnos a quienes luego
serían importantes matemáticos argentinos. El Instituto fue
inaugurado el 18 de mayo de 1940 y con su presencia le otorgó
prestigio y difusión internacional a la Facultad. Varios factores
contribuyeron a la adaptación de Beppo a su nuevo ambiente: la
cordialidad y el interés local, la satisfacción y gratitud por
encontrarse rodeado de aprecio, y la posibilidad de hacerse cargo
promotor del pensamiento matemático y en forma general al
pensamiento humano. Se organizaron dos cursos de postgrado,
sobre temas de geometría proyectiva y teoría de las funciones,
que fueron dictados por Beppo Levi. Asimismo, fue un período de
estabilidad y florecimiento con numerosos alumnos en las tres
especialidades: ingeniería, arquitectura y agrimensura. También
dio clases entre 1956 y 1960 en el Profesorado de matemáticas
de la Escuela Normal N° 1 Nicolás Avellaneda. Asimismo, el
matemático colaboró en las Publicaciones del Instituto y en la
revista Mathe-maticaes Notae, creadas por él donde se difundieron
estudios e investigaciones relacionados con los números y fueron las
únicas que aparecieron con regularidad en el país. En 1945,
regresó a Italia, negando quedarse en ella argumentando que no
podía abandonar el Instituto no sólo por razones profesionales,
sino por motivos afectivos y morales. Beppo Levi, murió a los 86
años y tras vivir 22 en Rosario, el 28 de agosto de 1961. Dejó un
huella imborrable en el conocimiento y la investigación, y un
legado de humanidad a sus alumnos ya que si bien creía que las
matemáticas eran una ciencia, más que todo creía que eran un modo
de pensar, una filosofía.
Bibliografía
Utilizada:
-Archivo
Diario "La Capital" -
-”"Beppo
Levi: Italia y Argentina en la vida de un matemático" de Laura
Levi
-
"La matemática en el Litoral La evolución de las ciencias
en Argentina" Tomo
1.
Sociedad Científica Argentina, 1972.
Fuente:
Extraído de la Revista “ Rosario y su Historia y Región”.
Fascículo N.º 73 de Abril del 2009.