Corría 1912 y se enfrentaban Rosario
Central y Tiro Federal. Central gana 4 a 2 pero Tiro lo arricona contra su
arco, custodiado por Serapio Acosta, que hace maravillas entre los tres palos.
Hasta que el árbitro sanciona penal para
los tirolenses. Lo va a ejecutar Guillermo Dampaher, gran centrodelantero del
moemento. Serapio, con toda luccidez aquella tarde, se lanza com un felino y
detiene el disparote su rival. Detrás mismo de su arco, a poquito metros de él,
papá Acosta cae fulminado com por un rayo. La hazaña de su hijo le paralizó el
corazón. En medio de semejante congoja el capitán de Tiro decide reirar al equipo. Días después,
Central propone jugarlo de nuevo. Tiro Federal acepta y la recaudación es
esntregada a la vida de don Serapio Acosta, padre; que dejó este mando con la
imagen de su hijo realizando una proeza. Tan grande, que su corazón la
resistió.
Fuente: Bibliografía de Historia de Rosario
Central de autor Andrés Bossi