Los
primeros "chispazos”
La
década del 30 se inicia en Rosario con un panorama folklórico
no muy distinto del que podía constatarse en Buenos Aires y
otras grandes ciudades, donde recién comenzaban a valorarse y a
popularizarse los géneros musicales de aquel origen. Para ello sería
decisiva la embajada santiagueña que Andrés
Chazarreta
llevara
a la Capital Federal y gracias a la cual los argentinos
descubrirían la agreste pero entrañable hondura de vidalas,
zambas, gatos y chacareras.
En
Rosario, el folklore de la época llegaba, en cambio, de la mano
de elencos como el exitoso Chispazos
de tradición,
que
en 1931 pone sobre los escenarios locales a cerca de 25 artistas
entre los que se cuentan cantantes, zapateadores y una "orquesta
típica norteña", que participan de las obras que hicieron la
popularidad del grupo dirigido por González Pulido. Dos años
después, en abril de 1933, en el Cine
Teatro La Bolsa,
de
San Lorenzo al 1200, luego Cine
Broadway, la
novedad correspondería a un cantor que iniciara su carrera
-justamente- con temas folklóricos: Carlos
Gardel.
Fuente:
Extraído de la colección “Vida Cotidiana – Rosario (
1930-1960) Editada por diario la “La Capital