En 1928, el presidente Flynn contrata al constructor y socio canalla
Román Rodríguez para que construya las tribunas populares. El mismo Rodríguez
financió la obra, debido a que los intereses que le pedían a Central n el banco para el
préstamo eran muy elevados. Esa generosa actitud de Rodríguez le significó al Club el ahorro de $ 1.975. a Memoria de ese año
informa detalladamente sobre el tema: TRIBUNAS POPULARES. Con respecto a este
importante asunto, la Comisión Directiva queriendo dar cumplimiento al deseo expresado por las
autoridades anteriores, se avocó de lleno su estudio, y reuniendo
antecedentes y precios confeccionó extenso memorial que, leído, fue puesto a
consideración de H. Asamblea Gral. Extraordinaria de fecha 13 de
noviembre 1928. Como recordarán los Señores asociados se aprobó
en la misma el proyecto presentado, facultando a la C.D. la adjudicarse de la
obra al Constructor o Empresa Constructora que ofre-ciera precios y condiciones más ventajosas, a la vez que las necesarias garantías. En reunión
extraordinaria de Comisión, fueron discutidas las propuestas, resolviéndose por unanimidad adjudicarse la obra al Socio Sr. Román Rodríguez, quien a su vez y para mejor ayudar al Club
decidió dejar sin efecto la operación Bancaria y conceder él las mismas facilidades de pago que hubiera dado el Banco. Al aceptar esta nueva propuesta, la C.D. tenido muy cuenta el
beneficio que reportaría a la
Institución por la diferencia de intereses que se calcula más
o menos en pesos 1.975.- m/n a nuestro favor y que por otra parte revela en
alta forma el espíritu de ayuda hacia el Club que anima al Sr. Rodríguez,
obligándonos a dejar expresa constancia de nuestra gratitud, y quedando
conceptuado por tan noble gesto como un socio ejemplar» (24). La obra total
costó $ 164.788,50.
Las nuevas tribunas de cemento (con capacidad
para 35.000 personas) «son las mismas que hoy ocupan las tribunas bajas detrás
de los arcos y el lateral bajo, sobre el río Paraná. Esas graderías macizas
eran un privilegio casi único en Sudamerica, ya que solamente Independiente
tenía un estadio de esas característica(25).
Es interesante atender el tono en que narra el hecho la Revista del Cincuentenario: «El estadio de Arroyito que supliera a la vieja cancha de los 'talleres', tenía su tribuna oficial, que enhiesta se
levantaba, como índice del progreso de Rosario Central* Frente a ella, las
populares parecían más pequeñas que nunca y su capacidad era
fácilmente colmada apenas se jugaba un cotejo más o menos interesante. Es que
al team representativo auriazul lo seguían millares de aficionados, que a
medida que la entidad crecía en prestigio se sumaban en forma intensa, para
llegar a reclamar mayores comodidades. Fue entonces cuando se creyó conveniente
la construcción de las tribunas populares de cemento que hoy bordean el
hermoso campo de juego. Crecieron ellas de la misma manera que creció Rosario
Central: sobre bases firmes, y cuando quedaron terminadas, parecían como si
quisieran demostrar a los que las vieran, que se sentían orgullosos de servir
para evidenciar la importancia poderosa de su club. Sus espaciosos escalones,
fuertes como la tradición del club, de haber tenido el don de la palabra,
habrían, con seguridad, manifestado su inmensa alegría de poder albergar a la
bulliciosa concurrencia que hasta ella llegaría para asistir a los futuros
espectáculos» (26).
Bibliografía
(20) Rosario
Central, Ed. Atlántida, 2001.
(21) Revista
del Cincuentenario, op. cit.
Fuente: Bibliografía del Libro “ El
Gigante de Arroyito – La
Verdadera historia Autor Fabián Bazán Editorial Cultura
Canaya – Año 2009.