Carlos Castellani, hombre de gran experiencia en la industria agrícola, cuenta la historia de la emblemática empresa de Las Parejas. Sembradoras para Argentina y el mundo. Además, su vasta laboren la dirigencia gremial y su carrera como diputado nacional. Liderazgo y gerencia, en la vida de un pionero industrial.
Primeros pasos.
Carlos Alberto Castellani nació en la ciudad de Cañada de Gómez, un 12 de junio de 1943. Sus abuelos fueron inmigrantes italianos —provenientes de Ancona por vía paterna, y genoveses por vía materna—, "un matrimonio de ahorro y trabajo", como los describe Carlos.
Su infancia transcurrió en la ciudad santafesina de Las Parejas, junto a sus padres, Luis Pedro y Josefa, y sus dos hermanos mayores, Abel y Orlando. El negocio familiar era una carnicería, en la que todos cooperaban trabajando. Fue durante esa época, cuando Carlos adquirió el mote de "el Indio", que aún conserva. Durante su juventud, Carlos también comenzó a sentir los deseos de gerenciar y liderar proyectos.
"De muy joven ya empecé a manifestar una inclinación por la dirigencia. Fui presidente del Club Larivieri".
Justamente, en uno de los tradicionales bailes organizados en el club, fue donde conoció a su esposa, Liliana Rosa Cavallo, con quien contrajo matrimonio en 1971 y tuvo a sus dos hijas, María Carla y Josefina. Realizó sus estudios primarios en Las Parejas, y viajó diariamente a Armstrong para cursar el secundario, ya que en su ciudad natal recién fue creado varios años más tarde. Para cursar el terciario se trasladaba dos veces por semana a Rosario, donde estudió la carrera de Técnico en Relaciones Públicas en el Instituto Superior de Ciencias de la Comunicación, graduándose de Consultor en Relaciones Públicas.
Se forma Apache.
Un grupo de vecinos de Las Parejas, decidió en 1957, fundar una fábrica de bombeadores, que fue denominada "Apache". Don Luis Pedro Castellani, padre de Carlos, se incorporó como accionista a la firma, muy poco tiempo después de su creación. Paralelamente, la región comenzaba a producir con mayor intensidad, sembradoras y arados —dada su característica de fuerte desarrollo agropecuario— por lo que Apache se enfocó en fabricar implementos agrícolas. Luego de una breve experiencia en la industria metalúrgica, en la que Carlos y sus hermanos pusieron una fundición de hierro gris —Somet— decidieron vender ésta con el fin de adquirir una participación en Apache. Su hermano mayor, Abel, ya trabajaba y ocupaba el cargo de gerente en la firma, debido a su gran empuje y visión.
Poco a poco, los hermanos Castellani fueron comprando las acciones del resto de los inversores que habían constituido el grupo fundador, haciéndose cargo, más tarde, de la dirección de la Empresa.
"Los primeros tiempos, entre 1971 y 1973,fueron de gran crecimiento. En el 71 con mis dos hermanos y don José Rotelli, suegro de Orlando, fundamos Azteca Las Parejas S.R.L., para Producir ciertos implementos que no fabricábamos en Apache"
A partir de entonces, la firma creció al compás de la oscilante realidad del país, alternando momentos de fraco desarrollo, con contextos complicados, como en 1978 —el año más duro para la empresa— donde tuvieron que trasladar a Apache los productos más importantes que hacían en Azteca.
Una gran crisis.
Fue durante otro año difícil, 1990, que dadas las enormes cargas de personal y la merma en las ventas, Carlos decidió tomar un camino arriesgado: compró la participación de sus hermanos en la empresa y continuó el proyecto solo. Era una época espinosa, en la que la convertibilidad funcionó durante un primer momento, pero luego el atraso cambiario hizo difícil la competencia. Se germinaba la debacle de 2001. Carlos Castellani explica la dinámica del sector de esta manera:
"Las empresas que se dedican a la venta de maquinaria agrícola dependen y son traccionadas por el campo. Por lo tanto, tres son los factores que afectan nuestras ventas. Primero, la cosecha, porque si es buena, los productores compran máquinas. Segundo, el precio de los granos. A mejor precio, más ánimo por parte de los productores. Tercero, la disponibilidad de crédito. Cuando se tiene acceso al crédito, el productor lo usa para equiparse".
Durante el 2001 los tres factores les fueron contrarios. No hubo una buena cosecha, los precios de los granos eran bajos y se padecía una ausencia de crédito. Los productores, por lo tanto, suspendieron la compra de maquinarias y las ventas de Apache cayeron considerablemente. Algunos clientes cancelaron compras ya pactadas, de máquinas que habían sido fabricada. Fue una época muy difícil para Carlos, en la que tuvo que aplicar mucho esfuerzo para mantener la estructura. No obstante, Castellani no deja de valorar los aprendizajes que acompañan cada situación crítica:
"Aprendimos que en las épocas buenas hay que tecnificarse para incrementar la productividad y evitar las estructuras pesadas, en términos económicos, para poder enfrentar en mejores condiciones otra posible caída de ventas en el futuro".
Durante la crisis de 2001, que sacudió a todo el entramado productivo regional y nacional, Carlos supo oficiar de piloto de tormenta, y finalmente sortear la situación adversa, logrando sostener la historia dé Apache.
"Lo que nos permitió sobrevivir a todas las crisis de este país fue nuestra fuerza de voluntad. Sabíamos que si no lo lográbamos, se perdía algo que había costado muchas décadas construir".
La empresa en la actualidad.
Afortunadamente para la firma, durante 2003 y 2006, el país vivió una recuperación económica de la mano del campo. El precio de los granos aumentó considerablemente, lo que produjo una importante incorporación de tecnología. Apache aumentó sus ventas exponencialmente, sólo amesetadas durante el parate que provocó la controvertida Reglamentación 125.
La Siembra Directa, técnica que permite la conservación de la humedad y de la fertilidad del suelo, de la cual Argentina es, en relación a sus hectáreas sembradas, el país que más la usa en el mundo, encontró en Apache una respuesta rápida en sus sembradoras, que cambiaron sustancialmente sus características desde las que se usaban en la anterior "Siembra Convencional". Así es que, tanto en el mercado interno como externo, son asociadas al éxito del campo argentino, que produce más de 100 millones de toneladas de granos por año, y podría aumentar sustancialmente su volumen. Apache espera por esto, en el futuro, una mayor inserción en el mercado argentino y de exportación.
Hoy, la Empresa fabrica distintos tipos de productos: si bien su caballo de batalla son las Sembradoras, también posee una línea de Fumigadoras Autopropulsadas, Mixers, Descompactadores, Acoplados para semillas y fertilizantes y Rastras. Y un importante proyecto al que desde hace algunos años se le ha puesto mucha energía, que es el de fabricar su propio Tractor "Apache".
La Empresa posee una red de concesionarias que cubre todo el país, dedicada a la venta de sus productos.
La firma —que da trabajo actualmente a 240 empleados—dispone de un predio de 49000 m2 con una planta para la fabricación de implementos agrícolas de 17000 m2, una de las más integradas y equipadas en su género, y una planta de fundición gris y nodular de 3900 m2 para su provisión propia y venta a terceros.
Las sembradoras de Apache se exportan a Bolivia, Uruguay, Paraguay, Chile, Venezuela, México, Rusia, Sudáfrica, Kazajstán, Ucrania e Israel. El 15% 'de la producción de la empresa se exporta, aunque el objetivo de Carlos es llevar ese guarismo al 30%.
"Ése es, a mi juicio, el equilibrio óptimo. Nuestra ambición es seguir creciendo, pero pisando tierra firme: una marca adquiere prestigio cuando a través de los años los clientes se sienten satisfechos y comentan boca a boca la conveniencia de comprar Apache. Para conseguirlo, nuestro objetivo es que los. productos que salen al campo sean cada vez más confiables e innovadores".
Así ocurrió. Con el tiempo la firma logró forjarse una impecable solvencia en materia de calidad y durabilidad de sus productos.
"Hay gente que, cuando me ve, me dice que todavía tiene el arado que nos compró hace cincuenta años, nunca lo pude romper."
Para lograr esta calidad, Apache cuenta con un Departamento de Prototipo y Desarrollo, donde diseñan sus propias máquinas y una oficina donde se guardan los planos de todas las piezas que componen las diversas máquinas que se fabricaron a través de sesenta años, con lo cual, con su código, cualquier repuesto puede ser fabricado y de este modo, satisfacer al usuario de un implemento Apache. Además, el personal técnico de la firma —que fue certificada por la norma ISO 9001— viaja periódicamente a las ferias en Estados Unidos y Europa, para conocer lo último de tecnología, lo que les permite incorporar constantemente innovación.
Un dirigente de acción y vocación.
Carlos pudo, paralelamente, desarrollar dos actividades simultáneas: gremialismo empresario, donde por varios años a partir de 1987 fue Presidente de la Federación de Industrias de la Provincia de Santa Fe (FISFE), y a su vez ocupar un cargo en el Comité Ejecutivo de la UIA, como Tesorero de la misma. En 1991 fue convocado para ser Subsecretario de Industria de la Nación, hasta que en medio de una escalada inflacionaria, decidió dedicarse por completo a Apache, que atravesaba grandes dificultades, por entonces.
Pero luego, por sus convicciones, decidió dedicarse a la política, como una de sus dos grandes pasiones: política y empresa. Entendió que la política es más abarcativa que el gremialismo empresario y decidió intervenir en ella, dedicándole tiempo y compromiso. Hombre de extracción liberal, fue Pte. Provincial y luego Nacional de la Unión del Centro Democrático y defendió sus ideas en sus campañas políticas y en el Congreso Nacional y Provincial.
Fue por dicho partido, candidato a Gobernador de Santa Fe en 1991 y a Diputado Nacional en 1993, 1995, y 1999, año en el que obtuvo el escaño, con 205.000 votos. En 2003 fue elegido Diputado Provincial. Durante su gestión, plasmó la impronta de su trabajo y experiencia, luchando por la industria y por aplicar estándares de eficiencia al Estado.
"Siempre tuve en claro que la presión tributaria no debe asfixiar a la producción. El gobierno, ademas de proveer seguridad y educación, debe apoyar y no obstruir los emprendimientos. La actividad privada es la columna vertebral de las sociedades. Todos los sectores son importantes, sin distinciones artificiales entre campo, industria o servicios. En el fondo, no hay diferencias entre administrar una empresa y un país".
La carrera política de Carlos Castellani, estuvo signada por intentar materializar ideas buenas y simples, tendientes a promover el desarrollo económico y el trabajo genuino. Entre los principios que destaca Carlos, figuran la sensatez fiscal, el fomento a la libre empresa, y la generación de la riqueza. Además, alejado de los providencialismos o las ideas demagógicas, Castellani revaloriza el rol del individuo como forjador de su sino.
"No es verdad que los argentinos tengamos un solo camino, prefijado e irreversible, sea bueno o malo. Nos ira, según como hagamos las cosas de aquí en adelante. Lo anterior siempre es 'historia. Cada uno es dueño de su propio destino y también Argentina".
Carlos Castellani es un pionero en materia industrial, que ha sabido desarrollarse y sortear las vicisitudes económicas del país, a través de tomar riesgos y buscar un compromiso con la calidad. Al mismo tiempo, Castellani recuerda la necesidad de comprometerse con la cosa pública, en pos de mejorar la eficiencia de la administración y el gobierno.
Fuente: Extraído del Libro “Pioneros Presentes El espíritu empresarial que hace grande a Rosario” Vol. N.º 2 Fundación Libertad. De Octubre 2013