Por Ándres Bossio
Mientras el crecimiento institucional seguía sin pausa; el fútbol profesional centralista seguía sin producir mayores estridencias. Flynn continuaba desde su austero y digno sillón presidencial la política opuesta a la que por entonces practicaban alocadamente sus colegas de las grandes entida ces porteñas. Transfirá Central a José Poy a Boca Júniors y sólo se limitó a incorporar a un buen delantero, Hugo Rivero, que provenía de Unión de Santa Fe. Ascendió a un par de juveniles para alternar con los habituales titulares —ese año debutaron en primera Perruccio, Porporatto y el "Chango" Sabaté— y alistó por lo general a Bertoldi; Lombardi y Cardozo; Alvarez. Minni y La Rosa; Sánchez, Rivero, Juárez, Castro y Giménez. Ese torneo marcó la primera gran frustración para Juan Carlos BiagioIi, quien comenzó a sentir las molestias que le ocasionaba una lesión, que a la postre, le llevaría a una larga inactividad tras los primeros encuentros rel año en que sólo pudo lucir la camiseta auriazul merced a su incomparable pasión canalla. Oscar Mottura, Osvaldo Colla y Alberto Ducca fueron importantes "tapones" que aportaron lo suyo cada vez que fueron llamaos a integrar la primera división.
El campeonato fue bastante irregular ya que se suspendió por más de tres meses cuando recién se había disputado la tercera fecha, paréntesis en tI que se jugó el Mundial de Suecia, con la pálida actuación argentina.
Central había empezado con las irregularidades acostumbradas, empatando con Independiente y Estudiantes y perdiendo con Boca. Tras el mundial —el equipo auriazul tuvo una digna actuación en la desprestigiada Copa Suecia (un "torneito" para los que quedaron aquí) reapareció apabullando a Tigre y a Argentinos Júniors, alternando alguna derrota con una valiosa victoria ante Ríver y un pálido empate con Central Córdoba (los charrúas habían llegado ese año por primera vez al círculo superior), Central tuvo que viajar a Liniers donde lo esperaba Vélez. Fue un partido memorable, con una actuación sensacicnal del "Gitano" Juárez, autor de cuatro goles para el triunfo canallas, que fue por 5 a 3. Esa fue la fecha 12da. y a la siguiente debía recibir en Arroyito a San Lorenzo, único puntero. El "petiso" Giménez y Castro dieron vuelco a un marcador que Sanfilippo había inclinado inicialmente para San Lorenzo, dejando a los de Boedo sin la punta y encarmándose Central a la tercera posición, a dos puntos de Rácing, el nuevo líder. Así terminó dos fechas más tarde la primera rueda con un encomiable tercera colocación para el equipo auriazul, que había reunido 19 puntos, siendo superado solamente por San Lorenzo y Atlanta, que tenían 20, y el puntero, Rácing, que sumó 22.
En la segunda rueda, si bien conservó siempre las expectativas en torno a los lugares más encumbrados de la tabla, se dieron algunos resultados adversos poco esperados que llevaron a Central a no alcanzar el nivel de rendimiento de la rueda inicial. No obstante merece señalarse el rotundo triunfo ante el subcampeón —San Lorenzo de Alma-gro—, logrado en la antepenúltima fecha en el viejo estadio da Boedo. Central ganó esa tarde por tres a dos, con tres goles de Oscar Mottura. Para rematar la exitosa campaña de 1958, Bertoldi, Lombardi, Cardoso, Alvarez, Minni, La Rosa, Sánchez, Mottura, Juárez, Castro y Giménez se despidieron del estadio de Arroyito ganándole a Newell's por uno a cero, con tanto del negro Castro. Una semana después, en la última fecha, cayó ajustadamente ante Atlanta, que con esa victoria desplazó del tercer puesto al elenco de la ciudad. Rácing fue el campeón, con 41 puntos; Boca y San Lorenzo le siguieron con 38; Atlanta quedó con 36 y Central y River llegaron cuartos, con 35. Hasta ese momento habla sido —desde 1939 en adelante— la mejor clasificación lograda por un equipo de-Central en el certamen superior de la AFA.
Cerraba así una temporada que habla comenzado bien, con una exitosa gira por Bolivia y el Norte Argentino, y que habla registrado en su transcurso dos presencias futbolísticas internacionales de jerarquía que engalanaron en su momento al viejo estadio de Arroyito: el Milán de Italia, y el club hermano de toda la vida: Peñarol de Montevideo.
Fuente: Extraído de la colección de Andres Bossio