En
1941 llega de Uruguay Jacobo Bakst junto a su esposa.
Se
instala en calle San Martín 1048 una confitería a la que suma
fábrica de helados.
El
emprendimiento crece y perfecciona sus equipos de elaboración.
El
lugar le queda chico y compra un terreno por Av.
Pellegrini al 1000donde
construye un gran local y el la planta alta su residencia
particular.
Con
el tiempo fue prefeccionando su trabajo con nuevas y modernas
maquinarias
y
llegó a convertirse en icono de la avenida. Un recuerdo para La
Uruguaya.
Fuente:
Anónimo