La
Maternidad Martin
sucedió
en un caluroso verano de principios del siglo pasado, la víctima
salió ilesa de su cautiverio y tuvo sus consecuencias positivas
que aún hoy se visualizan en la ciudad.
Por
Juan Pablo Robledo
El hecho delictivo sucedió el 29 de enero de 1933. Marcelo Enrique Martin dejó su auto en la calle Tucumán 1849 y caminó hasta su casa en Urquiza 1484. Cuando iba por esa calle, antes de llegar a la esquina de Paraguay fue abordado por desconocidos. Según algunos testigos, dos hombres tomaron a Martín por atrás y le colocaron un pañuelo en la boca. Posteriormente subieron a un taxi que se dirigió a toda velocidad por calle Paraguay hacia el sur.
La familia Martin al poco tiempo, recibió una carta donde pedían 150 mil pesos por el secuestrado. La víctima era hijo de Julio Martin, ex presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario y fundador de la conocida yerbatera que llevaba su apellido.
A las 4.30, del 31 de enero, Alberto Julio Martin, hermano de Marcelo, pagó el rescate en el Cruce Alberdi. De acuerdo con las exigencias de los secuestradores, iba en un auto con el capot plegado y un pañuelo en el radiador, llevaba el dinero en un maletín y lo entregó con la mano izquierda, sin mirar a quien lo recibía. El secuestro no fue denunciado por temor de la familia Martin, pero trascendió a la prensa y atrapó la atención de la sociedad rosarina. Por entonces era un enigma el destino de Abel Ayerza, un joven estudiante de medicina que había sido secuestrado por algunos mañosos en la provincia de Córdoba, en octubre de 1932 (en febrero de 1933 se supo que fue asesinado).
La pesquisa policial no avanzó sino hasta mediados de febrero cuando la conmoción nacional por la muerte de Ayerza hizo trascender sospechas con la complicidad entre algunos policías corruptos de Rosario y mañosos de origen sicilianos. La División de Investigaciones convocó entonces a todos los conductores registrados de taxis estilo Hudson, con la excusa de investigar atentados en el camino a Santa Fe. Pero sólo falto un chófer: era Gerardo Vinciguerra, tenía 26 años y paraba en Tucumán y Corrientes, a ¿zze¿ras<]k: ái casa de los Martín.
Según la investigación judicial, luego el taxista entregó el auto ■ en pago de una deuda, ente lo llevo a un taller mecánico ubicado en Mendoza 2648 para que le haga algunas modificaciones para no poder ser identificado. El secuestro tuvo complicidad de un lechero, Francisco Gallo y un verdulero identificado como Diego Romano. La víctima había permanecido cautivo en la pieza de la casa de Gallo, que pudo reconocerse pese a las refacciones con las que se intentó modificar en lugar. Entre los aportes importantes de su relato, Gallo complicó a Juan Galiffi en la trama del secuestro. Según fuentes judiciales de la época, el secuestro se planeó a lo largo de varias reuniones. En la misma participaron Gallo, Francisco Campione, Vinciguerra y Cacciatore. Este último condujo el auto el día del secuestro, acompañado por Bue Vinciguerra y Gallo. El único prófugo fue Campione, mafioso que se lo relacionaba con el asesinato del periodista Silvio Alzogaray, corresponsal del diario Crítica en Rosario, en octubre de 1932. Juan Galiffi había tomado las precauciones para desvincularse del caso. El 2 de febrero se fue de viaje a Uruguay, donde tenía una casa. Sin embargo retornó a Rosario el 1 de marzo y, según algunos testigos, se entrevistó con Gallo para hablar en detalles sobre el secuestro.
Este hecho policial, tuvo una connotación positiva para la ciudad, ya que Ángela Joostens de Martin, la mamá de Marcelo Martin, había prometido que si su hijo salía sano y salvo del secuestro, donaría una maternidad para la ciudad. La promesa se cumplió y el 8 de julio de 1939, se inauguró la Maternidad Martin que lleva en su nombre el apellido de aquella
benefactora.
Bibliografía
utilizada
Aguirre,
Osvaldo, "La Chicago argentina. Crimen, mafia y
prostitución en Rosario". Editorial Fundación Ross, año 2000.
Archivo diario "La Capital" Material del área de promoción
de la salud municipal.
Fuente: Extraído de la
Revista “Rosario, su Historia y Región. Fascículo Nº 96 de Mayo
de 2011.