Exigencias clasificatorias, llevan a elegir un título
determinado, sin perjuicio que en el mismo riñón del período considerado se
avizoren mezclas aparentemente contradictorias, aunque el énfasis de lo que
se realiza en el momento considerado lleve una marca definitiva por
características de obras importantes, participación de decisión de la ciudad.
Desde muy temprano, el siglo XIX mostró inclinación
general hacia lo italianizante en Rosario, que fue más ostensible en la segunda mitad y
especialmente en las últimas décadas.
Este lapso confluye hacia la unificación del país, el
nacimiento del modelo liberal que desplazaría "lo italiano" y la necesidad de dotar al
territorio de infraestructura que consultara a la organización y
diera apoyo a las decisiones de gobierno.
Aparecen los
FF.CC, puertos, y en ciudades como la nuestra se realizan aperturas de boulevares,
ornamentación de plazas y paseos públicos, instalación masiva de luz eléctrica
y puesta de líneas de transporte público.
Lo italiano, ha quedado parte en la memoria a través de
desapariciones: depósitos aduaneros de Santiago Danuzio (1856), el monumento
a la Constitución en
Plaza 25 de Mayo de Demetrio Isola (1855), también autor del Mercado Sud
(luego, con otro edificio mayor llamado Central). El monumento es reemplazado
en 1882 por un grupo escultórico debido a Alejandro Biggi.
Hacia 1850, se tiene el nuevo Teatro "La Esperanza", con
fachadas netamente italianizantes y uno de los primeros relojes públicos en la torre de la Iglesia Matriz,
debido a Juan Barbagelatta.
El genovés Nicolás Grondona, hacia 1858, levanta un
plano urbano y dibujos complementarios que ilustran sobre la tendencia de la ciudad por
circunscribirse a una altura uniforme de edificación propia de los cánones
peninsulares, profusión de pretiles en azoteas, marcado uso del arco de medio
punto, cornisamentos complicados de impacto volumétrico, umbrales de mármol,
elementos propios de la
arquitectura clásica griega con motivos dóricos y corintios,
todo en méritos a lograr un cierto orden monumental.
En los años 60 se suma el Colegio del Huerto y la Jefatura Política
hoy está allí el Correo Central- con atributos de una arquitectura italiana
para la época.
Avanzada la década de los 70, Juan Bautista Arnaldi tiene a
su cargo el proyecto de la
nueva Iglesia Matriz (actual Catedral, hoy con algunos
cambios realizados en los años 20 del presente siglo, especialmente el ingreso
principal y el remate de sus torres y Cúpula central.
Gaetano Rezzara es padre de otra "solución a la italiana", en el
edificio histórico de nuestra Municipalidad (1896), sumando a su obra el
desaparecido Teatro "Politeama" (en un edificio de este siglo,
funciona hoy allí la
Fundación "Héctor I. As tengo").
Completan la pléyade de diseñadores italianos, aquellos que
dejaron verdaderos mojones en la
ciudad. Italo Méliga, autor del Hotel Italia (1890) -hoy
rectorado de la
Universidad local con reformas de importancia en su parte
posterior-levanta también en 1896 el Palacio Castagnino de Maipú y San Juan que
incluye frescos de Salvador Zaino en su interior, siendo también suyo el
desaparecido Palacio Pinasco de Córdoba y Oroño.
Juan Bosco, asociado en esta última obra con Méliga,
es autor de la mítica
"Casa de Comas" (desaparecida al comenzarse las obras del Monumento,
estaba en la esquina de
Av. Belgrano y Santa Fe, con su interesante planteo aterrazado ascendente como
solución atípica de la esquina,
así como su otra obra para la
Logia Masónica Unión de Laprida al 1000) .
Un ítalo-suizo, constructor de valía, fue autor de
varios edificios notables en su acto constructivo El "Hotel Savoy".
"La Bola de
Nieve", la sede de
la importadora
"Máspoli y Chiesa" y su famoso mirador (desaparecido), y varias
residencias privadas, se debieron al
avezado de Alejandro Máspoli
Felipe Censi, un particular artista turinés, llega a
Rosario en 1889 con su titulo de Ingeniero -Arquitecto y deja también obras de
valor como su propia residencia en San ta Fe y Entre Ríos (hoy en pie con su
extraña cúpula color verde de base elíptica, única en la ciudad). El actual Obispado
en Córdoba y España, la
antigua Bolsa de Comercio de San Lorenzo al 1000
(desaparecida), el Hospital Español de Sarmiento y Gaboto y el conjunto de
viviendas de Maipú al 1500 con uso de un monumental pasillo central a cielo
abierto, nacieron en su tablero. necesaria para atender a la gran arquitectura
y cuya acción abarcó hasta casi la década del 70 de nuestro siglo en algunos casos,
fijan los apellidos de Candia, Ferrarese, Micheletti, Isella, Taiana, Pascuale
y otros en el origen italiano.
Fuente: extraído de la revista
“Rosario, Historia de aquí a la vuelta Fascículo Nº 23 . De Abril 1993. Autor: José Mario Bonacci