Por Rodolfo
Montes
Hijo
de un destacado gobernador de la provincia, fue el portavoz del
mensaje y el ejemplo de vida de Lisandro de la Torre. Es recordado
por su compromiso con los derechos humanos y por su íntegra labor al
frente de la Fiscalía de Investigaciones Adminsitrativas.
Fue
un hombre ético. Antes que riquezas, acumulo prestigio. Hijo de
un célebre gobernador de la provincia de Santa Fe, Luciano
Molinas-1932-a 1936-, aquel dirigente de la Liga del Sur, luego
Partido Demócrata Progresista (PDP), conducida desde 1908 basta
1939 por su creador e inspirador: Lisandro de la Torre. Ricardo
Molinas buscó tomar el legado de su padre, y el de Lisandro. Y a su
modo, lo logró.
Nació
en la ciudad de Santa Fe, en 1918 y se recibió pronto de abogado, a
los 22 anos, en la Universidad del Litoral, fue diputado
nacional
dos veces, la primera de 1963 a
1966,
cuando el golpe de un militar Ongania-, que
amenazó
quedarse 25años pero duró sólo tres, le puso final
abrupto
y anticipado a
su
mandato.
Tara entonces el PDP. su partido,
iba
perdiendo la impronta progresista de su fundador
y
giraba a la derecha.
En
el
72 las diferencias
internas
se hicieron insostenibles: un PDP con hegemonía conservadora se
inclinó por la candidatura de Manrique Martínez Raymonda, que
fue
ampliamente derrotada el I I de marzo del 73 por el Frejuli de
Campera Solano Lima. Ricardo
Molinas
rechazo esa estrategia electoral y formo el Movimiento de Afirmación
Latorrista, aunque
sin
renunciar al PDP.
En
1974 la Triple A lo amenazo de muerte y atacó su estudio de abogado
en Santa Fe.
Decidió
marchar al exilio, a Peré. Así, durante la dictadura militar
del 76, mientras Molinas trabajaba en el exilio por
los
derechos humanos, en defensa de los perseguidos, junto a
otros
exiliados como Jorge Obeid, otros miembros de su partido gozaban de
una vida mas cómoda. Por caso, Martínez Raymonda disfrutaba de una
recordada embajada en Italia, desde el 76 al 79, y Alberto Natale le
ofrecía Sus servicios al Proceso militar que entro en la
historia
por hacer desaparecer a 30 mil
argentinos,
haciéndose cargo de
la
Intendencia
de Rosario
en 1981.
Con
la vuelta de la democracia, en
el
84, Ricardo Molinas fue nombrado por
Alfonsín,
y con acuerdo del Senado, como fiscal nacional de
Investigaciones Administrativas. En esa etapa logró su mayor
visibilidad, lira "el fiscal", hombre decente, ejemplo
moral. Investigo casos resonantes como la Italo, a Martínez de Hoz,
la compra de guardapolvos trucha del ex ministro Eduardo Bauza
y,
entre
otros
fraudes financieros, los créditos "blandos" otorgados por
el Banco Hipotecario Nacional. En febrero del 91 Carlos Menen lo
destituyo por investigar casos de corrupción de su propio gobierno.
En
el 89, el latorrismo liderado políticamente por Molinas comprende,
tal vez tardíamente, que está en un partido conservador al que no
puede cambiar y lo abandona. Las relaciones políticas de
Molinas
con los organismos derechos humanos
eran, para
entonces fluidas y consolidadas.
Y estuvo a
convertirse en candidato a y
un
frente de izquierda democrática que le ofreció
un amplio
abanico
de
dirigentes de ese espacio, Pero en la última noche de negociaciones,
Molinas dijo no.
Sin
embargo, dos años después aceptó el convite del socialista Estevez
Boero, y fue candidato a gobernador santafesino por el Frente
Honestidad, Trabajo y Eficiencia. En esa elecciones del 91 el
gobernador electo fue Carlos Reutemann, aunque los votos le
alcanzaron para accederá su segunde Cámara de Diputados de la
Nación – llevó la doble candidatura-. Culminó su mandato en el
95, con 77 años, y falleció once años después.
Fuente:
Extraído de la Revista de diario “ La Capital” 140 aniversarios
– 2007