Por Héctor N. Zinni
Antes de continuar con el sintético relato de la vida de Agustín
Magaldi, donde el lector habrá de encontrar interesantes revelaciones,
considero oportuno transcribir la entrevista que el conductor del programa
radial Héctor Larrea realizara para su programa "Rapidísimo", en el
meis de mayo de 1995 y por Radio "El Mundo", a un sobreviviente de
gran importancia en la vida de Carlos Gardel como es el director de cine Eduardo
Morera. Al filo de los 90 años de edad, su testimonio ayuda a fijar con
bastante precisión el momento que vive en Buenos Aires Carlos Gardel, en
aquellos dramáticos años 30.
Larrea: ¿Gardel fue quien hizo el primer corto sonoro?
Morera: Con Gardel no pasaba nada acá, Gardel se impuso con
una situación que es larga de contar, que Canaro...
Larrea: Eso es indiscutible, Morera. Hay diversas opiniones,
eso de que "no pasaba nada" es una opinión.
Morera: No... si hay documentación. .
Larrea: Hay otras opiniones. Si como cantante "no
pasaba nada" no hubiera habido la cantidad de grabaciones que existen.
Morera: El éxito de Gardel fue la sugestión de estar en
París. Si Gardel se hubiera quedado acá, pasa lo de siempre: "no, qué va a
cantar bien si vive a la vuelta de mi casa, lo veo todos los días a este coso,
no?" Gardel tuvo sugestión para la gente snob: "Ay, en París como
gusta, como interesa". Porque acá nunca se consagra nada, acá se consagran
las cosa (sic) del exterior...
Larrea: Morera, perdóneme, perdóneme. Usted me merece la
mayor consideración y por eso me gusta conversar con usted...
Morera: No es falta de respeto a Gardel, eh?
Larrea: No es posible que no tenga éxito una persona que
desde el año 17 graba lo que graba Gardel. Si no tiene éxito no graba.
Morera: Yo no puedo competir con usted que es un técnico de
la grabación. Yo le digo que se hizo en el Teatro Nacional una obraque se llamó
De Gabino a Gardel para un mes y a los seis días tuvo que bajar de cartel.
Larrea: Pero eso es mucho más adelante, Morera. Eso ha sido
muy conversado, muy circunstancial. Además, a (hirdel se lo podía ver ahí, que
era caro y se lo podía ver simultáneamente en salas de barrio. Pero está bien,
supongamos, Gardel.,.
Morera: Usted esta equivocado, en salas de barrio no estaba
Gardel en ese momento. Estaba El Príncipe no sé cuento.., pero Gardel no,
discúlpeme.
Larrea: Esta bien,
admito lo que usted me dice: Gardel no tenía éxito...
Morera: No se vendía, que era distinto.
Cuidar el cartel
Larrea: ¿Cómo?
Morera: No se vendía Gardol acá.
Larrea: ¿Cómo, no se vendía?
Morera: Quiero decir que no tenía contrato para actuación.
Larrea: ¿No lo contrataban a Gardel en el 30?
Morera: No, señor.
Larrea: Ajá, ¿y entonces?
Morera: Yo iba a hacer peliculas cortas. Contraté a Azucena
Maizani, contraté a Armany - Cóspito, a Canaro... paro hacer esas películas
cortas que hoy son los videoclips tan originales en este momento. Y entonces
durante una comida en el Stud donde iba siempre Razzano, que era mi amigo, me
lo mostró a Gardel diciéndome: "Este es el cantor que en París hizo
roncha". "Aahh". "¿ No te gustaría hacer una película con
él?"Digo: "Con este no hago una, hago ¿os películas", por lo
gordo que estaba. Nos reimos. Nos volvimos a encontrar y me dice otra vez
Razzano: "Este en París esta gustando mucho, y le digo: "Ah, pero yo
también lo escucho acá, no? No tendrá la misma trascendencia acá, pero canta
muy bien. Yo no tengo una calidad de critico para anali,orlo, pero a mi me
gusta como canta".
Larrea: ¿Estaba Gardel ahí?
Morera: Sí, nos pusimos a conversar un poco y él entonces
dijo que bajaría de peso. Se comprometió a rebajar de peso, que tenía 114 kilos
(sic, y entonces me dice: "Morera, vos crees que esas películas,
ensayando, van a salir bien? Porque yo tengo un cartel que cuidar y si las hago
y salen mal...". Le digo: "Miré, no te voy a mentir a vos, ni voy a
jugar tu prestigio en un ensayo. Lo voy a ensayar esto con cualquiera y si sale
bien te llamo y lo podemos hacer..." A los dos días me llama para tomar un
café y yo me dije: ".!,Será para pedirme disculpas por decirme todo
eso?"
Razzano era la sombra
Larrea: Gardel aún no había hecho películas sonoras, era
natural que desconfiara, máxime que aquí el sistema sonoro no existía.
Morera: Me dice: "Miré Morera, anoche tuve un diálogo
extenso con mi almohada, y he llegado a la convicción de que mi cuna artística
es la Argentina". Le respondí: "Yo me juego con vos, Gardel, pero
¡miré que esto es un peligro...!", fue mi advertencia al final. "Lo
que fuere - contestó - porque estoy cansado de la influencia del cine
extranjero que nos está imponiendo costumbres como modalidades ajenas a través
de la expresión, de la imagen".
Larrea: ¿Así, le dijo?
Morera: Yo puedo asegurarle a usted, Larrea, que Gardel jugó
su prestigio para iniciar el cine sonoro en Argentina y por ende en América
Latina. Esto no es recordado por la gente de cine y por eso yo los critico
siempre. El gobierno puso una placa en la calle Méjico 1232 con esos conceptos.
Larrea: Y cómo siguió
la cosa?
Morera: A Gardel, que no quería hacer cine
porque era reacio en esto, lo tuve que llevar a la Asociación Cristiana de
Jóvenes y entonces, con un músico que tocaba el piano le dábamos el ritmo, y
así empezamos. A la noche había que tirar la manga para ver quién se sacrificaba
en caminar con él 30 cuadras por el Balneario Municipal haciendo footing. Se
imagina que nosotros no queríamos rebajar de peso... él sí, no?
Larrea: Me gustaría,
señor Morera, saliendo de la anécdota, que fuéramos directamente a la grabación
de los temas, ¿quién los seleccionó? Me gustaría saber esto con preguntas
puntuales.
Morera: Quien seleccionó los temas no fue él, fue Razzano.
Razzano era el conductor y, sobre todo, porque estaba acoplado a ello un pardo
cosas...
El autor y el intérprete
Larrea: ¿En el año 30,
Razzano le seleccionaba el repertorio a Gardel?...
Morera Razzano es el hombre que lo hizo a Gardel en venta.
Ningún producto por bueno que sea tiene éxito si no tiene un buen vendedor y
Razzano era el que le firmaba los contratos de las actuaciones y de los discos,
todo, era el hacedor de él e inclusive me lo trajo a hacer cine cuando Gardel
era reacio para eso. Aclaro que me lo trajeron Razzano y Leguisamo, a quienes
estoy agradecido... Bueno, como le decía, tuvimos que acondicionar dos cosas:
la primera que la letra estuviera ajustada al movimiento de él, porque como no
era actor... Si usted ve la película Viejo Smocking... me parece que me dijo
que la vio...
Larrea: Yo tengo varias
copias.
Morera: ... vera que hay un movimiento muy natural de él.
¿Porqué? Porque acoplamos la letra al movimiento de él, que yo a veces veo
películas de Gardel donde lo noto preocupado en dónde ponerse las manos. El
éxito mío en esa película es a raíz de eso. La segunda parte de esto es que
queríamos condicionar que en cada canción estuviera el autor. Entonces
ajustamos la selección de canciones a los protagonistas, de ahí que lo tenemos
a Enrique Discépolo hablando con Gardel, quien le canta yira, yira, a Arturo de
Nava, de quien Gardel canta El carretero, a Celedonio Flores en Mano a mano por
Gardel, lo tenemos a Canaro exaltando al Cine Argentino, que va a contribuir a
la difusión del tango en todo el mundo, y otros personajes más... Estoy oyendo
una pregunta suya...
Cantor de cuarto de baño
Larrea: No, no, no, continúe,
continúe...
Morera: Bueno, y esa fue una lucha... El no quería, estaba
un poco reacio, porque era mucho sacrificio hacer lo que hicimos.
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Larrea: Tomo nota de opiniones suyas que me parecen
concluyentes e importantes y que son nuevas para lo que se conoce de Gardel.
Que Razzano le seleccionaba el repertorio, para mi es francamente nuevo.
Morera: Señor, le voy a decir una cosa más importante
todavía. Para mí el hacedor del hecho de Gardel se debe a José Razzano. Gardel
era muy bohemio y Razzano era un profesional. Que después hubo una situación
incómoda entre ellos también es cierto. Y hay una cosa que recién usted no me
aceptó y la voy a aclarar. Cuando Razzano se peleó con Gardel, por razones
obvias...
Larrea: No, lo que yo
no acepté es que Gardel en el 30 no tenía éxito. Es lo único que no
acepté. No que no acepté, estaba dispuesto a
conversado. Pero lo demás, dejo que usted opine...
Morera: Mire, yo nunca digo una cosa que no
esté documentada.
Larrea: Es medito para
mi lo que usted me dice, simplemente.
Morera: Realmente, vuelvo a repetirle que para mí Razzano...
Tal es así qué cuando Gardel se peleó con Razzano fue cuando éste le pidió a
Gardel hacer un par de discos para ganarse unos pesos porque andaba muy mal, y
Gardel le dijo: "No, sos un cantor de cuarto de baño.., ni insistas con
eso". Entonces fue cuando el pobre Razzano, cuya mujer tenía que lavar
ropa para ganarse la vida, lo vio al apoderado de Gardel y le compró los
derechos de los discos que se los vendieron muy baratos a Razzano. Fueron a
verlo a Yankelevich que tenía Radio Nacional, porque usted sabe que antes
Belgrano se llamaba Nacional, y Yankelevich, según Razzano me dijo, le expresó:
"No, no, dejame de esto, no es negocio... Pero, un momentito - dice - vos
estás en SADAIC?" "Si". "Bueno, yo tengo un problema
bastante grave con SADAIC. Decile a Canaro que vea ese asunto y te los
paso".
Lucha y grandeza
Larrea: Perdón, ¿qué no
era negocio?
Morera: Gardel no era negocio.
Larrea: ¿En qué año?
Morera: En esa época.
Larrea:¿Qué año, más o menos? Morera: Es... 31, más o menos.
Larrea: En el 31.
Morera: Sí.
Larrea: ¿Quién dijo?
¿Yankelevich dio que no era negocio?
Morera: Me dijo Razzano que Yankelevich dijo eso y agregó:
"Vos que estás en SADAIC, arreglame el problema que tengo allí y te voy a
pasar los discos". Y fue Razzano a ver a Canaro que era presidente y
arreglaron el problema. Quedó a un peso la pasada de discos. Señor, eso se lo
aseguro a usted y no tengo porque hacerme cartel yo con eso, no? Y si tuviese
que hacérmelo tampoco lo diría porque yo no soy vanidoso de nada, soy un hombre
documentado que ha vivido eso. He vivido la lucha para poder imponerlo a
Gardel, con su tísico, con todo y la lucha que tenía con él, hasta que se vio
en cine y le entró la vanidad.
Larrea: No tiene poco
mérito usted: haber impuesto a Gardel, señor Morera, no?
Morera: No. La lucha me lleva a decir que Gardel es alguien
en cine a raíz del señor Razzano y del señor Leguisamo. Además hay una cosa muy
importante que le quiero decir: Yo quiero hablar de Gardel como ser humano, no
como artista. Quién era Gardel en la amistad, quién era Gardel en la gauchada,
la nobleza que tenía. Un hombre que iba a cantar a los cines llenos y cuando
salía se encontraba con un público afuera que no había podido entrar por razones
económicas, no se qué, y él se subía arriba del auto para cantarle a la gente.
Ciertas cosas hacen a la simpatia de la gente, así Gardel se entró a formar...
Larrea: Señor Morera,
el caso es que se editan los cortos por primera vez, para venta, no?
Morera: Se estrenó la primera película que se llamaba Viejo
Smocking, donde él hace un pseudo actor porque recién se iniciaba, con la
película de Chaplin Luces de la ciudad. Larrea: Muy bien, le agradezco mucho
que nos haya visitado esta mañana. Fue el señor Eduardo Morera, director de los
cortos famosos de Gardel del año 1930. Muchas gracias, señor Morera, tenga
usted buenos días'.
Volvamos a 1934, Enrique Santos Discépolo ha terminado de escribir el
tango Cambalache, que estrenará Sofía Bozán al año siguiente en el Teatro
Maipo. "En una colección de Sintonía, "el magazine de los astros y
las estrellas" - escribe Tomás Eloy Martínez - que había sido la lectura
preferida de Evita, encontró una noticia que me intrigó. Aludía a los proyectos
de las grandes figuras de la radio para fines de 1934:
"El hombre de la suerte eterna, Mario Pugliese (Cariño), sale de
gira con su orquesta bufa por la provincia de Buenos Aires. El 3 y 4 de
noviembre actuará en Chivilcoy, el 5 en Nueve de Julio, el 10 y el 11 en Junín.
Se anticipa teatro lleno en las dos últimas ciudades, porque allí Los Bohemios
de Cariño compartirán el borcieró con el impagable dúo Magaldi - Nada".
"No era preciso ser sagaz para deducir que, en aquella gira,
Magaldi había conocido a Evita y que tal vez Cariño presenció la escena. Lo que
faltaba establecer era la veracidad del encuentro. Yo siempre había desconfiado
- sigue diciendo Martínez en su obra Santa Evita -, me parecía inverosímil que
un ídolo de la canción popular sobre el que se abalanzaban raudales de mujeres,
hubiera introducido en las radios de Buenos Aires a una provincianita de quince
años, ignorante y poco agraciada.
"En 1934, Evita estaba lejos de ser Evita. Magaldi, en cambio,
conocía una fama sólo comparable a la de Gardel... Tenía una cara melancólica y
una voz tan dolorida y sentimental que el público abandonaba sus recitales
secándose las lágrimas. Mientras el repertorio de Gardel abundaba en amores
contrariados, madres suf rientes e historias de derrotas, el de Magaldi
condenaba las trampas de los políticos y exaltaba a los trabajadores y a los
humildes.
"No sólo en eso su figura armonizaba a la perfección con la de
Evita. Era también
un hombre apasionado y generoso. Ganaba más de diez mil pesos
mensuales, que era dinero de sobra para comprar un palacio, y ni siquiera tenía
casa propia. Mantenía sin lujos a la madre y a seis hermanos ya grandes.
Algunas revistas insitían en que el dinero se le iba en ayudar a los presos y a
los huérfanos. Otras insinuaban que lo perdía en los casinos y en las mesas de
póker.
"Era el príncipe azul de los años treinta. Las primas de Evita,
que vivían entonces en Los Toldos, han contado que dormían abrazadas a la foto
de Magaldi como si fuera el ángel de la guarda. Si alguien quería redondear la
leyenda de Evita adjudicándole un romance de juventud que estuviera a la altura
de Perón - "el hombre de mi vida" -, no iba a encontrar a nadie más
adecuado que Magaldi. Esa exageración del azar era lo
que me inducía a desconfiar.
"Los historiadores adictos a Evita siempre han creído, sin
embargo, que Ella viajó sola a Buenos Aires, con el permiso de la madre.
"Esa versión es más provinciana y más normal", supone Fermín Chávez,
uno de los devotos. Y la hermana de Evita, Erminda, se indigna ante la sola idea
de que Magaldi - o cualquier otro - la hubieran atraído más que la paz y la
felicidad del hogar materno: ",Quién desde su árida mezquindad señaló que
habías abandonado tu casa? ¡Qué desatino la suposición de que nos habías dejado
así, intempestivamente!2.
"- Y del asunto con Eva Duarte, que sabe usted?
- Bueno, empezaré por decirle que la familia de Magaldi era muy
reservada, como creo que se lo señalé en otro momento. Yo era amigo de Emilio y
él hablaba poco. Tal vez tendrían que haber sido más dados todos ellos para que
las cosas de Magaldi llegaran al conocimiento del pueblo con más veracidad. Me
dijo Roberto Casinelli 3 "A ver si le hacemos algo a
Magaldi", y yo fui un nexo, fui un puente para que Emilio le contara cosas
y prestara fotos, y Roberto pudiera publicar esa hermosa historia que salió en
la revista Cantando. Lo mismo que Héctor Marcó que escribió tantas cosas con
Magaldi, una vez le saqué un cassette que no sé como me lo pasó...
- Marcó, que era Marcolongo de apellido verdadero.
- Eso, Marcolongo. El me decía que cuando Magaldi murió parecía que a
los que estaban con él se les había acabado el mundo. "Magaldi- comentaba
-parecía un ser de otro planeta, tenía un ángel especial' Yeso, dicho por un
autor de primera, es mucho decir. Entonces, un día hablando con Emilio Magaldi
le pregunto:
"Cómo es la verdadera historia, don Emilio, de Agustín con
Eva?" "Miré, me dijo, se dijeron y se dicen muchas cosas. Yo te voy
acontar/a que sé. Agustín fue a cantara Junín. Los contratos se los hacía todos
yo, ahí los tengo si los querés ver..." Bueno, la historia está un poco
relacionada con esta que recogió Tomás Eloy Martínez de labios de Mario
Pugliese, Cariño, referente a la comida, a doña Juana...
- ¿Entonces Emilio Magaldi, el hermano de Agustín, confirmó el relato que,
a posteriori, recogió Eloy Martínez?
- Bueno, lo que no pasó es que, según Emilio,ella vivió con él. Ojo que
Emilio murió hace mucho, y el testimonio de Cariño es más reciente. Emilio me
contó que cuando Magaldi pegaba el retorno a Buenos Aires, doña Juana le había
dicho: "Mire que mi hija tiene inquietudes artísticas y un día piensa
viajara Buenos Aires. De a la Capital, va conmigo. ¿Tendría inconveniente en
que lo fuéramos a ver?" "No", contestó Magaldi, de ninguna
manera' Y le dejó la dirección, él vivía en la calle Yerbal. Y así fue. Emilio
me dijo que el rol de Agustín era presentarle a la Eva, a fulano, a mengano y a
zutano. Entre las personas que le presentó Magaldi habría estado Pierina
Dealessi, la italiana con quien se hicieron muy amigas.
- Sí, eso lo sabía contar Pierina Dealessi cuando recordaba que Eva era
una muchacha flaquita y casi transparente y cuando la visitaba en el camarín
ella, la gringa, le daba té con leche.
- Contaba Emilio que había salido en una revista que la gauchada que le
había hecho Magaldi a la Eva, ésta la había pagado con su cuerpo. Con Juanita
Larrauri pasó una cosa parecida. Magaldi la presentó en el ambiente y después
se hablaba de amoríos y qué se yo. Ella después se casó con Francisco Rotundo y
fue diputada por el peronismo.
- Y muy amiga de Evita también.
- Claro. Yo le puedo contar a usted el caso del pibe, o sea Agustín
Magaldi, hijo. Perón se cansó de invitarlo al pibe, porque Perón no sabía nada
del antecedente de Eva con Magaldi (sic). Lo invitaba a él y a la mamá y no
fueron nunca a la residencia presidencial. Yo le pregunté "Cómo no
fueron?" Y me dijo que no les daba por ir. Ellos eran así, no estaban en
la pomposidad" 4
NOTAS:
1 Grabación obtenida por
Francisco José Uhaldi en su domicilio de Avda. Francia 2243. Rosario.
2 Tomás Eloy Martínez, Santa
Evita. Ed. Planeta, col. Biblioteca del Sur, Bs. As., 1995.
3 Roberto Casinelli (Roberto
De Wilde Casinelli). Periodista, comentarista radial, autor nacido en Buenos
Aires el 15/2/1921 y fallecido en la misma ciudad el 16/6/1995. Fue Secretario
de Redacción de la revista Cantando, junto a Raúl Outeda. Realizó famosos
concursos de tango que, al llevarse a cabo en todos los barrios porteños, le
valió el sobrenombre de Robertango Casinelli. Ya en 1944 su nombre había alcanzado
notoriedad al ser convoc-ido como jurado del certámen Selección Federal
Argentina. Realizó investigaciones sobre la trayectoria de algunas
orquestas cantores, entre ellosAgustín
Magaldi, que fueron publicadas en la revista Cantando yen contratapas de discos
larga duración.
El 20/5/1974 le fue entregado
el Premio Martin Fierro por APTRA, como distinción por su programa Tangos
elegidos para usted que se transmitía diariamente por Radio del Plata. De su
producción como letrista, que no fue escasa, se pueden rescatado marinero y
Estrella, don tangos realizados en colaboración con Cholo Hernández. Desde la
prensa escrita, el micrófono y la televisión, su palabra y su imágen lograron
acceder al reconocimiento y al afecto de varios sectores de público de ambas
márgenes del Plata. Y. Gaspar Astarita. Un recuerdo para Roberto Casinelli. en
Tango y Lunfardo, Nro. 114. Chivilcoy (Bs.As.). 16/3/1996.
4 Testimonio de Eduardo
Buratti, rosarino, nacido en 1930, admirador de Magaldi, gestor del monumento a
la memoria del cantor en Rosario, integrante de la comisión que trasladó los
restos del cantor en el cementerio de la Chacarifa en 1951, desde el panteón de
SADAIC hasta la sepultura definitiva coronada por una réplica en bronce de la
vera efigie de La voz Sentimental de Buenos Aires, en dicha necrópolis.
Buratti, que ha sido íntimo amigoy representante de Agustín Magaldi hijo es,
además comentarista de tangos y difusor de la obra magaldia na en programas
radiales rosarinos junto a Gerardo Quilici y Raúl Mendoza, entre otros.
Entrevista realizada el 29/3/1996 en Librería Argentina, Maipú 1455. Rosario.
Fuente: extraído de Libro
“Rosario era un espectáculo” “¡ arriba el
Telón ¡” de Héctor Nicolás Zinni . Ediciones Del Viejo Almacén . Año 1997