Por Rafael Ielpi
El 18 noviembre de 1964 comienza a escribirse, fehacientemente, la historia de la TV rosarina al inaugurarse la planta transmisora de Canal 5, propiedad de la empresa RADER-Radiodifusora de Rosario, ganadora de la licitación oficial para la habilitación de la primera señal local. La misma, a la que algunos testimonios contemporáneos a su nacimiento vincularían a un sector de la Iglesia, estuvo presidida por el contador Rolando Lo Celso entre 1964 y 1968, a quien sucedería Aurelio Compaired (1968-1974).
A partir de este último y hasta la venta de la empresa en los finales de la década del 90, cerca del fin del siglo, Canal 5 tendría como presidente de su directorio a ún hombre vinculado en forma estrecha a la televisión argentina: Pedro Simoncini, uno de los más empeñados en otorgar a la TV contenidos educativos y culturales, tarea que sigue impulsando con igual entusiasmo, un cuarto de siglo después, en la TV por cable en especial, a través de una señal específicamente dedicada a aquellos: Canal Quality.
Del mismo modo, el canal se vincularía ya desde sus mismos inicios con una política de servicio hacia aquellas necesidades de la comunidad rosarina, en emergencias que así lo demandaban. Ejemplo de ello serían los eventos televisivos que bajo la denominación Rosario llama se reiterarían en ocasión de las graves inundaciones de 1965/66, en la conformación del Banco de Sangre municipal en 1967, en la ayuda a la ciudad santafecina de San Justo, afectada por un tornado que destruyó parte de la misma y en situaciones similares.
Sería asimismo Canal 5 el primero en difundir en otros canales argentinos un programa de producción rosarina, el ciclo Querer al país, en 1972, accediendo a través de quince canales a un mercado que hasta entonces sólo estaba al alcance de sus colegas porteños. Como ocurriera con Canal 3, también la producción de programas sería sin duda mucho más visible en el período 1960/80 que en adelante, con propuestas como -entre otras- La ciudad y su gente, El ciudadano, La vidriera, los valiosos ciclos de Teatro argentino de los 80 y otros de mayor recordación como El Clan, Pepona, La cueva (estos tres galardonados con el reconocido premio "Martín Fierro'), Son los Ricardone, La botica del 5 o Proceso.
Briguet señala: Con una dotación técnica más bien modesta, Canal 5 apuesta desde el vamos a un margen de producción propia. Títulos como Almorcemos juntos, Tertulia hogareña o Rosario canta testimonian esa vocación. Consigna sin embargo acertadamente: Pero si se hace un balance global de aquel período inicial -que va desde la etapa fundacional al fin de aquella década tumultuosa que fueron los 60- se advertirá que fue el de mayor empuje en la producción y el que, de algún modo, ayudó a dibujar un proyecto de relativa autonomía que después no se concretaría.
También como en el caso de su colega local, desfilarían en distintas etapas por la pantalla del 5, en algunos ciclos esporádicos, figuras reconocidas de la TV argentina de significativa popularidad como Jorge Fontana, Antonio Carrizo y otros. Aquella indudable abundancia contrasta con la actualidad, de menor producción, debiendo sin embargo algunos esfuerzos valiosos como el ciclo de “ Desde el alma” de Oscar Bertoni, Corazon de Barco, conducido por Susana Rueda y Verónica Solina, ya a mediados de los 90 y el tradicional ciclo del mediodía, Adiario conducido por Alberto Lotuff, con un equipo que, en distintas etapas, incluiría, junto a los columnistas habituales, a valiosos jóvenes periodistas como Alejandro Tolosa, Jorge Turina y otros.
Fuente: Extraído de la colección de Vida Cotidiana de 1930-1960. Editado por el diario “La Capital”.