"Con el golpe militar de 1930 se inician, también en Rosario, años de zozobra para el movimiento obrero—escribe Plácido Grela en "La actividad sindical y el cooperativismo"—, caracterizados por la privación de las libertades gremiales, públicas y sociales. Dos semanas después de la revolución comandada por Uriburu, el 27 de setiembre, se unifican la Confederación Obrera Argentina y la Unión Obrera Argentina constituyendo de ese modo la Confederación General del Trabajo de la República Argentina. Pero las medidas del nuevo gobierno no eran ciertamente una garantía para la clase obrera: se implantan el estado de sitio y la ley marcial en Rosario y son clausurados los sindicatos. La Federación Universitaria apoya a los trabajadores, protesta contra la restricción de las libertades gremiales y censura la actividad dictatorial del gobierno nacional. Poco después principian las detenciones de estudiantes universitarios. En setiembre de 1930 es detenido el obrero Joaquín Penina".
"Penina —consigna Héctor A. Sebastianelli en Cronistas y visitantes, era catalán, de 29 años, albañil, llegado de Gironella, trabajaba en la empresa constructora de Gabriel Pinol y el 9 de setiembre de 1930 —tres dios después del golpe militar— el jefe de Orden Social de la policía rosarina,
Marcelino Calambé, allanó su domicilio, en Santa Fe 1581 y lo detuvo. A la noche del día siguiente fue fusilado. De ese modo, el hecho doloroso e increíble del primer obrero fusilado en la Argentina fue protagonizado por un inmigrante español, junto al viejo puente Saladillo, cerca de Pueblo Nuevo, hoy Villa Gobernador Gálvez".
Fuente. Extraído de
revista “ Rosario aquí a la vuelta” Fascículo Nº 11. Autoras:
Ana M. Rigotti – Isabel m. DE San Vicente. De abril 1991.-