En su tremenda
ignorancia en las cosas de fútbol (y de otras muchas, por cierto), siempre supo
este cronista que don Julio Libonatti fue una de las glorias máximas del fútbol
rosarino. con neto color rojinegro. Así es que la noche en que se hallaba
compartiendo una mesa con glorias centralistas como José Casalini, Juan
Cagnotti, Luis Indaco y Harry Hayes (h), saludó respetuosamente la presencia,
de don Julio y ya estaba decidido a pedirle que "sacara la cara" de
la fotografía cuando se encontró con una "perla" que muy pocos
conocen.
Den Julio
Libonatti —gloria ñulista— fue jugador de Rosario Central.
—-¡Y me echaron
por moroso!, acota picarescamente don Julio. Un poco en broma y un poco en
serio, ayudado por Indaco, recompusieron la "verdad histórica" del
paso de Julio Libonatti por Rosario Central.
Corría el año 1916 y Libonatti, tras haber
jugado en la quinta de Belgrano el año anterior, se fue a Rosario Central,
integró la
cuarta "B",
que llegó al final del campeonato sin poder aspirar al título para el que había dos candidatos: la cuarta "A"
auriazul y Tiro Federal. La cuarta "A" llevaba un punto de ventaja
sobre los tirolenses, aquellos debían jugar contra el otro elenco centralista y
Tiro Federal contra un rival muy débil. El delegado les pidió a Libonatti y sus
compañeros que no hicieron fuerza en el partido para no posibilitar que Tiro
fuera campeón en desmedro de un cuadro centralista. La ofensa fue mayúscula v
don Julio y los restantes jugadores se juramentaron para ganar aquel encuentro.
No pudieron darse el gusto porque el delegado pasó una nota informando que la
"B" había cedido tos puntos a la "A"
que de esa forma se consagró campeón. Se armó un revuelo tremendo como
consecuencia del cual, ¡Libonatti y otros tres compañeros fueron expulsados por
morosos!
Ocurrió que para
jugar había que ser socio del club. Y ia cuota de los jugadores, como
compensación a su condición de futbolista, era absorbida por la propia entidad.
Se "olvidaron" de poner el sello de pagado en,'el casillero de Julio
Libonatti, quien debió irse en busca de nuevos rumbos para su destino
futbolístico. Recaló en Newell's y no pocos, en aquella época, habrán maldecido
el pésimo negocio de aquel delegado "tramposo".
Fuente: Bibliografía
de Historia de Rosario Central de autor Andrés Bossio