El fútbol en la Argentina tuvo orígenes aristocráticos. Nació entre los sectores
acomodados y con el tiempo se fue popularizando.
El periodista Cipriano Roldán, en los "Anales del Fútbol Rosarino" publicado en
En 1959 relata: "... A1 fútbol 1o jugaban solamente los “ingleses locos”. Pero el juego fue adentrándose poco a poco en el corazón del pueblo. Al criollo 1e agradó ese recreamiento a tono con su idiosincrasia y lo hizo suyo. El rosarino lo diseñó a su manera. Le puso lo suyo. Alma y habilidad. Desentendiéndose de 1a ínsula inglesa. El fútbol tiene entre nosotros un amanecer ostentoso. Durante largos años, desde su aparición hasta principios de siglo, es aristocrático. A1 revés del tango por ejemplo. El tango nace en extramuros. Después va al salón. El fútbol, de la coqueta Plaza Jeweli llega más tarde a1 potrero. En ese entonces las noticias sobre el juego, escuetas y espaciadas, aparecen en “La Capital” en la sección sociales. Prueba de que el deporte es un espectáculo a1 que concurren las familias de la sociedad rosarina y lo practican los más pudientes".
Rosario Central es una cabal demostración de cómo y por qué el fútbol se hizo
popular.
En 1903, tras catorce años del Central Argentine Railway C1ub, que por mandato
fundacional sólo podía tener socios que fueran empleados del ferrocarril, sucedieron dos hechos en una tumultuosa asamblea: se castellanizó el nombre cambiándolo por Rosario Central y se abrió la inscripción a quién quisiera asociarse fuera o no trabajador ferroviario.
El club se hizo criollo, empezó a liberarse.
La fusión de las empresas de ferrocarriles Central Argentino y Buenos Aires ha-
bía permitido que la entidad incrementara su socios de 70 a 130. Con esta cantidad se efectuó una asamblea presidida por el señor Pearse.
Un grupo intransigente mantenía la postura de continuar con el nombre original.
Otro, compuesto mayoritariamente por obreros criollos de San Martín y Campana
Que habían llegado a Rosario, mocionó modificarlo por Club Atlético Central Rosario Uno de los fundadores, Miguel Green, buscó conciliar posiciones y no sin esfuerzos para lograr el acuerdo de los dos sectores en pugna, dio luz a un nuevo y definitivo nombre: Club Atlético Rosario Central.
El propio Green concretó otra ponencia renovadora: pidió que la entidad dejase de ser exclusiva de asociados ferroviarios. Y la asamblea la aprobó.
En la redacción de los estatutos se fijó:
“Las suscripciones mensuales serán para socios, empleados de la empresa, mayores de 17 años de $ 1.00 y menores de 17 años de $ 0.50. Estas suscripciones serán deducidas del sueldo”.
“Los socios no empleados pagarán una cuota de entrada de $ 5.00 y la mensualidad correspondiente será de $ 1,00.”
La participación de Miguel Grenn, fundador, dirigente y delantero del equipo,
había sido decisiva en la asamblea. No obstante la discriminación por los cinco pesos de la cuota de ingreso que tendrían que abonar los no empleados -quienes además se se verían impedidos de contar con voz, y voto-, Green avizoraba que el arraigo y la popularidad del fútbol se conseguirá con la integración de ingleses, inmigrantes o hijos de inmigrantes italianos, o de otras tierras y criollos. Porque esta mezcla de etnias
se daba en la ciudad y especialmente en la zona norte donde se enclavaba Rosario Central.
Rosario, hacia fines del siglo XIX, tenía un definido perfil portuario y comercial.
Y alejados del casco céntrico en los límites que marcaban el ferrocarril, el arroyo
Ludueña y el río Paraná, fueron emergiendo los “barrios del norte” o también denominados “ suburbios del norte”.
Muchos de ellos no eran más que un conjuntos de ranchos y un almacén. pero la
cercanía con el río y el ferrocarril determinó que los empresarios ligados a la
agloexportación los eligieran para el desarrollo de sus emprendimientos. Los barrios fueron progresando v recibiendo. el nombre de los establecimientos que les habían dado origen.
Uno de ellos fue Talleres, por aquello de los Talleres de Construcción y Reparación de vagones del Ferrocarril Central Argentino. Pegado a éste surgió Refinería, a partir de la puesta en marcha en 1889 - en el mismo año que fundaba, Central - de la Refinería Argentina del Azúcar, propiedad de E.. Tornsquit.
También aparecieron tos barrios , “Embarcaderos”, “Aguas Corrientes”, “Graneros”
“Molinos", entre otros. Los “suburbios del norte”, pasaron a ser los barrios industriales de Rosario, y su perfil social fue el de barrios obreros.
En el corazón de esta zona y de estos sectores populares, nació y creció Rosario Central
Por eso nada fue casual: que raya preferido en fútbol al cricket, que tempranamente se haya acriollado en la denominación y en un estilo futbolístico propio, y que rivalizara fuertemente con clubes de raíces aristocráticas como el que creara en un colegio el el profesor de inglés nacido en el condado de Kent, Isaac Newell.
Fuente Bibliografía: del Libro De Rosario y de Central Autor: Jorge Brisaboa. HomoSapiens Ediciones Año 1996