Por Miguel Ángel De Marco
Tal situación constituyó
el preludio de los problemas que viviría la
ciudad como consecuencia del "crack" mundial de 1929, que tuvo su epicentro en la Bolsa
de Nueva York pero repercutió en la Argentina, originando el
cierre de la Caja
de conversión y un profundo malestar en todas las capas sociales. Ese año el país abandonó el patrón oro, los gastos públicos aumentaron, la moneda se desvalorizó y se hizo más
seria la desocupación.
Dentro de tan preocupante marco, fue imposible
realizar obra municipal alguna.
La banca de Rosario comenzó a restringir los créditos, los negocios se
vieron paralizados, muchos comercios cerraron sus puertas para no
volver a abrirlas, la recaudación aduanera disminuyó notablemente y el puerto
exteriorizó también las consecuencias de tan difícil situación.
Pero la pujanza y la laboriosidad de los
rosarinos, unidas al mejoramiento general de la situación, permitieron alcanzar
una recuperación plena en pocos años. En 1934 los signos de reactivación eran
evidentes, y en 1937 la
Federación Gremial del Comercio e Industria expresaba: "Nuestro país re
toma a la prosperidad económica. Todos los síntomas son coincidentes en
facilitar el resurgimiento de los negocios en general".
El puerto, permanente espejo de la economía
local, reflejaba en 1934 signos inequívocos de que se había remontado la
situación crítica: ese año se exportó, sobre el total del país, un 32,58 por
ciento de trigo, un 31,29 tic lino y un 55,57 de maíz.
Fue por aquellos días cuando a Rosario se la
llamaba la Chicago
Argentina, a raíz de
que el movimiento de su bolsa de cereales regulaba práctica mente el del resto
del mundo en ese aspecto.
La actividad industrial observó un enérgico
crecimiento. Dice Luis María Caterina: "Rosario estaba en inmejorables condiciones
para beneficiarse con la nueva política económica nacional y con los incentivos establecido
en el gobierno provincial; contaba con una importante masa de población,
que significaba mano de obra abundante, y al mismo
tiempo un mercado Inme- diato; poseía una buena infraestructura de servicios y adecuados
medios de
comunicación que la vinculaban con todo el país y el extranjero".
Según un cálculo del presidente de la Federación del Comen
lo y la Industria, en 1943 el 50 por ciento de la industria santafesina
se hallaba radicada en Rosario, es decir más de 350O
establecimientos. La actividad metalúrgica llevaba la primacía con 639 de
ellos.
Fuente: Extraído de Libro “ Rosario desde sus orígenes hasta
nuestros días” Síntesis Histórica. Editorial Librería API 2º Edición.
Rosario 1984.