Escudo de la ciudad

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El escudo de Rosario fue diseñado por Eudosro Carrasco, autor junto a su hijo Gabriel, de los Anales" de la ciudad. La ordenanza municipal lleva fecha de 4 de mayo de 1862

MONUMENTO A BELGRANO

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Inagurado el 27 de Febrero de 2020 - en la Zona del Monumento

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martes, 23 de octubre de 2018

Mujeres en la colectividad árabe de Rosario




Por Georgina Habefrih

En esta oportunidad es nuestra intención abordar el problema de las mujeres en la colectividad árabe de Rosario. En artículos anteriores hemos hecho alusión a diversas problemáticas vinculadas a los inmigranfes árabes y sus descendientes en las distintas instituciones árabes de la ciudad. Si bien las mujeres estuvieron presentes, en las páginas siguientes queremos hacer especial mención de aquellas, primera generación de inmigrantes árabes, que motorizaron y condujeron instituciones que en su mayoría perduran hasta la actualidad.

En primer lugar queremos aludir a la Sociedad de Damas Sirias (S.D.S.), institución que nace el 2 de julio de 1948, encabezada y conducida por Isabel (Chavela) Farrud de Yunes y Nelly Farcuh de David. Esta institución nucleó a mujeres inmigrantes e hijas que se reunieron con el fin de constituir un espacio de encuentro, generar actividades sociales y de caridad. La formación de dicha institución precede a la Comisión de Damas Ortodoxas —que data de 1951 a la comisión de Damas de la Iglesia Melquita San Jorge, específicamente la Liga de Madres —que data de 1960-, y a la Comisión de Damas del Club Social Argentino Sirio (CSAS) —que se constituyó en 1972-. Si bien existieron comisiones de mujeres que antecedieron a dicha institución —por ejemplo las Damas de Caridad en la Iglesia Católica Melkita San Jorge-, la Sociedad de Damas Sirias es fundan-te en cuanto organización institucional femenina independiente, no ligada a un espacio religioso, como así también es precursora en la reunión de las descendientes de sirios, y como tal se sostuvo por 50 años.

Por otra parte la Sociedad de Damas Sirias debe ser inscripta en una década de florecimiento institucional para la colectividad árabe de Rosario, entre los años 1945 y 1955, en los que se conformaron instituciones y comisiones, y se inauguraron edificios que hasta hoy perduran. Quien fuera secretaria de la institución, Nelly Farcuh, comenta sobre los objetivos de la Sociedad: "... en principio ( ... ) no fue ni la parte de caridad, más bien fue la parte social, porque había que reunir a la señora para que ( ... ) tuvieran un punto de con tacto entre ellas sino se limitaba a la familias ( ... ) pero así mucha gente qu' no éramos parientes, así nos empezamos a reunir...". Los primeros encuentros fueron en las casas de ellas mis mas hasta que años más tarde la Iglesia Ortodoxa San Jorge (Italia 1143/5), bajo la gestión sacerdotal del Exarca Miche Saba, les concedió dos habitaciones de la sede parroquial.

Quien fuera su presidenta durante toda la vida institucional de la sociedad, Isabel (Chavela) Farrud de Yunes, nació en Mendoza y vivió en Chile toda, su infancia y adolescencia hasta que contrajo matrimonio -con un descendiente directo de sirios de la ciudad de Homs y se trasladó a nuestra ciudad. Chavela es hija de inmigrantes árabes, su madre provino de la ciudad de Homs y su padre de Ramalla (Palestina). Cuando llegó a Rosario quiso crear aquí lo que' existía desde hacía tiempo en Santiago de Chile: una comisión de mujeres de ascendencia árabe que activaran la vida social de la colectividad árabe rosarina. La finalidad de esta institución era la
de organizar actividades sociales, y así unirá las mujeres y consecuentemente a las familias del mismo origen. La importancia de la pertenencia a dicho grupo étnico, como factor de unión y motor para conformar esta institución, se evidencia cuando Nelly, secretaria de la sociedad, manifiesta que "...vos no te olvides que somos descendientes directas, ( ... ) nosotros somos la primera generación entonces hemos mamado todo 10 que sea árabe cada uno en su familia...". Con palabras de Chavela "...lo más importante era la unión de los árabes, ( ... )".
A pesar de que estas ideas de organizar a las mujeres fueron importadas del país vecino —donde varias familias de Rosario tenían parientes muy cercanos-la presidenta de la institución reconoce que esta propuesta fue impulsada por Sabet Abdelmalek, quien desde 1951 ocupó el cargo de Cónsul Honorario de la República Árabe Siria en Rosario. Según la presidente de las Damas Sirias Abdelmalek le dijo que él mismo la iba a patrocinar ". ..para que llame a un grupo de amigas ( ... ) y estuvimos 50 años (...) él nos orientó mucho (...)". Como adelantamos, otro elemento distintivo de dicha asociación es que nunca se inscribieron en alguna institución de la colectividad árabe de Rosario a pesar de las propuestas recibidas. Esto se ,relaciona fundamentalmente con los intentos del Club Sirio por cooptar a la sociedad, proponiéndoles el trabajo en el marco de este último. En palabras de la secretaria de las Damas Sirias: "... el Club Social Argentino Sirio empezó a solicitar ( ... ) por qué la Sociedad de Damas Sirias no se- unía al Club. . Las señoras rechazaron la propuesta básicamente porque no querían perder su autonomía, "...nunca quisimos ser subordinadas, siempre quisimos ser independientes...", además consideraban que la Sociedad tenía objetivos precisos que no correspondían con los del Club —deportes, juego, etc.-. Esto no debe ser interpretado como una cuestión conflictiva, de hecho no impidió que las Damas Sirias colaboraran con la compra de la sede de dicha institución, y a la vez que los socios del mismo —y especialmente sus señoras e hijas- disfrutaran de las actividades que ellas organizaban periódicamente.

¿Cuáles eran las actividades que caracterizaron a la S. D. S.? Fundamentalmente las despedidas de solteras. Según Nelly "...empezamos a organizar despedidas, por ejemplo la primer despedida fue la mía ( ... ) nos reuníamos por ejemplo en la mejor confitería con el mejor menú que se podía pedir, la gente salía muy contenta...". Entre los lugares en los cuales se efectuaban este tipo de reuniones cita".. .el Savoy Hotel, en el Restaurant Mercurio muchísimas veces ( ... ) en el Riviera...". Sobre el hecho de la elección del Restaurant Mercurio comenta "...Te digo que había gente que no lo conocía ( ... ) es un lugar un poco caro pero de categoría (..) nosotras buscábamos el lugar mejor para hacer la despedida...". Por otra parte este grupo de señoras organizaban obras de teatro, "...nosotras formamos un conjunto de teatro en el que participaban las jóvenes y 'los jóvenes', porque los trajeron ( ... ) entonces en una casa de familia que nos prestaban ( ... ) ensayaban la obra...". Nelly rescata sobre los preparativos —el hecho de ensayar, elegir vestuario, buscar una sala para presentar la obra, vender las entradas, etc.- que "...se hizo una camaradería muy lipda entre los jóvenes y las jóvenes..

Interpretamos que, si bien la institución que lideraban era netamente femenina, sus actividades integraban a las familias de la colectividad como a personas no pertenecientes a ella. Decimos esto porque dejando de lado las despedidas de solteras —que sí implicaban sólo a las mujeres hijas de árabes-, las obras de teatros —protagonizadas por los/as jóvenes de la colectividad- los espectáculos, las películas árabes traídas desde Buenos Aires y la organización de cenas iban más allá de la sociabilidad al interior del grupo étnico extendiéndose a otras familias y amistades. Es muy gráfico lo que manifiesta Chavela sobre esto último, "...fíjate que los que no eran de la colectividad también les llamaba la atención...­, y de hecho se sumaban a las propuestas de la sociedad.

Con relación a lo dicho en el párrafo anterior, les preguntamos a nuestras entrevistadas qué destino se le daba al dinero recaudado. Nelly manifestó que fueron muy espontáneas en cuanto a qué institución otorgar dichos fondos. "...Por ejemplo una de las instituciones fue el Club Sirio que se le hizo donaciones en varias oportunidades ( ... ) cuando la Iglesia San Jorge de calle Moreno también necesitó dinero para refaccionar, para hacer su capilla ( ... ) cada actividad que hacía al S. D. S. el dinero que se juntaba se lo obsequiaba ahí...". A las donaciones dentro de la colectividad árabe debemos agregar las que se realizaban al Hospicio de Huérfanos de la ciudad, "...cada año hacíamos donaciones, ( ... ) le llevábamos ropa, juguetes...". Chavela manifiesta que personas que no pertenecían a la colectividad se les acercaban a "... pedir plata, trabajo, y nos ocupábamos nosotras...".

Luego de estos comentarios consideramos que esta agrupación de mujeres tiene ciertas particularidades destacables. Efectivamente el hecho de ser sirias o hijas de sirios las unía y justamente a través de estas actividades buscaban afianzar ese lazó y las costumbres que compartían. Tanto la presidenta y la secretaria de la S.D.S. recalcan que sus actividades se distanciaban a las practicadas en los grupos femeninos parroquiales. En cuanto a la pregunta si las diferencias religiosas —haciendo referencia a las distintas ramas del cristianismo oriental: ortodoxo y católico- generaban conflicto en la S.D.S., Nelly responde que "...nunca hubo diferencias ( ... ) nunca hubo problemas, éramos todos como hermanos, como una colectividad tiene que ser...". A esta afirmación podemos sumar el comentario de Chavela "...lo nuestro era más bien social, la señora podía hacer religión en la iglesia, ( ... ) nosotras conversábamos con la gente de qué tenía necesidad, de un baile, un paseo, de un día de campo...".

Nos queda mencionar qué apellidos encontramos entre estas mujeres además de quienes ocuparon los cargos principales. Según la información obtenida un número importante de señoras era de apellido —de casada y/o soltera Sauan, con palabras de la presidenta "...háblame de todas las Sauan, las madres y las hijas...". Entre las colaboradoras más importantes se encontraban "Raquel de Cobe", "la señora de Abdo" —de apellido Sauan-, "...la que era casada con Salvador Sauan ( ... ), otra hermana de ella casada con Nemno ( ... ) y Teresita de Chacra". Todas las señoras mencionadas en el párrafo que precede eran hijas de sirios y sirias, con predominancia de las que pertenecían al grupo de inmigrantes provenientes de la ciudad siria de Alepo, y del grupo de católicos melkitas. A pesar de ello, observamos que la presidenta y la secretaria no pueden ser inscriptas en este grupo porque justamente pertenecen a familias provenientes de la ciudad siria de Homs que profesaban la fe cristiana ortodoxa. De todos modos, vale resaltar que la variable nacional (siria) y la cuestión de género, prevalecieron y reunieron a estas mujeres para llevar adelante un proyecto en común.

Otro grupo de mujeres al que queremos hacer referencia es la Liga de Madres de Familia, comisión que se conforma al interior de la Iglesia Católica Melkita San Jorge (cita en Moreno 1020) en 1960, y que hasta hoy continúa en actividad. Dicha comisión netamente femenina surge motivada por el Padre Atanasio Farah, cura párroco de origen libanés que condujo a la comunidad rosarina entre 1956 y 1981. La Liga de Madres cumplió un rol primordial en la concreción de la construcción de un nuevo templo y actualmente continúa siendo pilar y sostén material de la comunidad Católica San Jorge. La gran mayoría de sus miembros son hijas y/o esposas de sirios oriundos de la ciudad de Alepo (actual República Árabe Siria). Asimismo en sus comienzos la comisión fue conducida por Amadita Baclini de Baclini (de origen libanés), etapa en la cual la comisión se avocó a la edificación del templo que hasta hoy perdura. Décadas más tarde, bajo la presidencia de Tota Sauan de Sauan, la comisión focalizó su tarea en la labor caritativa, con las donaciones a las maternidades públicas de la ciudad, que se complementó con el trabajo de las "Damas del Costurero", conformado por ex integrantes de la Liga de Madres, más otras señoras —algunas de no ascendencia árabe- que se sumaron al arreglo y confección de prendas. Igualmente vale resaltar que la movida social ha sido fundamental, y especialmente en estos años de conducción. Son destacables los tés desfiles y almuerzos que convocaban a centenares de familias de la colectividad árabe de Rosario. A estos eventos se sumó un taller de teatro organizado y dirigido por Miguel Bayo, y la puesta en marcha de un Jardín de Infantes en la parroquia —que pretendía dar nacimiento a un colegio para la comunidad- que perduró hacia fines de la década de los'90.

En estos últimos años la comisión es conducida por Nura Ayaieb de Lotuf. Ella misma hace referencia a que la tarea primordial del grupo de mujeres es atender las necesidades de la parroquia, por ejemplo los gastos de mantenimiento, a los que ellas responden gracias a la feria de platos anual, en la festividad de San Jorge (23 de abril), los tés, pero especialmente a la venta de comidas árabes, que ellas mismas cocinan en el salón parroquial los días miércoles. Sobre esto último vale mencionar que estuvimos presentes una tarde en la que el grupo de mujeres estaba avocado a envolver "iabra" —niños envueltos de hoja de parra rellenos con carne y arroz-, comida artesanal que requiere un importante tiempo de mano de obra. Vale mencionar que la mayoría que conforman la Liga de Madres tienen décadas integrando la comisión. Esta persistencia en la tarea y la perseverancia de mujeres que son abuelas, se contrapone con otra escena, la ausencia de las nuevas generaciones de mujeres. Es un hecho que estas señoras dedican un tiempo considerable a la cocina árabe en el marco d 9 actividad de la comisión por varios' motivos, a saber: porque en la etapa de la vida que están disponen del mismo, y porque han cocinado toda su vida y saben hacerlo. Esta práctica de reunirse a cocinar forma parte del anecdotario de la mayoría de las familias de ascendencia árabe del grupo étnico en cuestión. Nos referimos a aquellas numerosas y a las que tuvieron un comportamiento endogámico en las primeras generaciones. Así pues la escena "del iabra" también nos retrotrae a escenas del pasado en las que no sólo estaban implicadas mujeres mayores, sino también las más jóvenes que debían trabajar a la par de sus progenitoras, con el fin de realizar las elaboradas comidas tradicionales traídas de su lugar de origen.

Es indudable que para todas estas señoras ha significado demasiado este lugar de reunión, muchas de ellas desde recién casadas se incorporaron y hoy, en un momento tan diferente de sus vidas permanecen en la misma comisión. Entre ellas existen lazos sanguíneos —más o menos directos- y naturalmente afectivos. En su mayoría son hijas y nietas de alepinos, y las hay —y las ha habido- esposas de hombres con ascendencia árabe. Esta comisión ha sido un apoyo elemental en estas 5 décadas de permanencia, tanto junto al Padre Atanasio Farah, como junto al Padre Ibrahim Salameh, quien en estos 30 años ha conducido a la comunidad. Así también las actividades antes mencionadas estrecharon los lazos sociales al interior de la colectividad, generando espacios de encuentros y recreación para las mujeres y las familias árabes. Aunque esto continúa, en las últimas décadas en la comunidad se han integrado paulatinamente los de no ascendencia árabe, con quienes se comparte las diversas tareas parroquiales, como la catequesis, los almuerzos de caridad, la realización de la revista parroquial, entre otras. Desde nuestra visión en la comisión femenina aludida se preserva el rasgo identificario primigenio, el de la inmigración árabe, que hizo nacer a la institución, y estas mujeres son de alguna manera depositarias de dicha herencia.

Otra institución que está marcada por la incansable labor de una mujer hija de sirios es la Escuela Árabe de Rosario creada en 1945. En principio surge al interior de la Sociedad Unión Islámica (S.U.I.), institución que nucleaba a los de origen árabe de religión islámica. Años- más tarde, en 1959, la Escuela Árabe se independiza como institución cultural y educativa, emprendiendo un camino que continúa hasta nuestros días. La institución fue y es dirigida por Iamame Cherife. Profesora y Traductora del idioma árabe, desde muy joven dedicó su vida a este proyecto: difundir la lengua árabe. En principio la tarea educativa estuvo destinada a los hijos e hijas de árabes (sirios, libaneses y palestinos, sean cristianos o musulmanes) para que todos ellos aprendieran el idioma de sus padres y abuelos. Décadas más tarde el interés por esta lengua milenaria se extendió a los nativos de la ciudad, que se incorporaron a las clases de la "Señorita lamame". Es pertinente mencionar que la Profesora Cherife fue distinguida por el Concejo Municipal de nuestra ciudad con el diploma de honor al mérito extraordinario por sus años de docencia, y ese mismo año (1998) recibió la Distinción UGARIT, máximo galardón que otorga la colectividad árabe a nivel nacional a los descendientes de la misma. Por otra parte la Escuela Árabe desde el año 2001 se hace cargo de la Cátedra de Lengua y Cultura Árabe —creada en 1964 bajo la tutela del Exarca Michel Saba- que funciona en la Facultad de Humanidades y Artes (UNR), siendo la misma materia optativa y, curricular para las distintas carreras de grado de la universidad rosarina.

Desde nuestra interpretación, esta entidad no sólo logró saldar la demanda de la enseñanza del idioma como instrumento de preservación cultural a los distintos grupos de inmigrantes árabes de la colectividad, sino que años más tarde se transformó en un espacio que se extendió a la comunidad, propiciando la integración de la colectividad en el espacio público rosarino, a través de la enseñanza de la lengua y la cultura. Para finalizar, en estas páginas hemos intentado dar cuenta del rol de las mujeres en la colectividad árabe de Rosario, a través de las diversas instituciones mencionadas. Acorde a lo investigado hasta el momento, abordamos la importancia de la Sociedad de Damas Sirias, de la Liga de Madres de Familia, y de la Escuela Árabe de Rosario, esta última conducida hasta nuestros días por, la profesora lamame Cherife. Por cuestión de espacio quizá no hemos podido ampliar los recorridos de estas instituciones y la labor de las mujeres señaladas. Igualmente ésta ha sido una oportunidad para hacer notar la importancia del rol femenino en la colectividad árabe de la ciudad, en su tarea precursora en cuanto a generar y consolidar los lazos de sociabilidad al interior del grupo, abrir canales de comunicación en el espacio local, y difundir la cultura árabe..


Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región” Fascículo N.º 83 del Marzo 2010.