Por Fernando Venier (h)
El Comodoro (r) Aldo Zeoli nació en la ciudad de Rosario un 3 de junio
de 1916. Cursó sus estudios primarios en la ciudad y en 1929 se ins-
cribió en la carrera de inglés que dictaba la Academia Provincial de
Lenguas Vivas de Rosario, obteniendo el título de Profesor e Intérprete de
inglés en 1934.
En 1933 ingresó en la Escuela Industrial de la Nación de Rosario,
obteniendo en 1938, el título de Técnico Mecánico Nacional.
En 1939 continuó sus estudios superiores en la Universidad Nacional de
la ciudad de Córdoba, obteniendo el título de Ingeniero Aeronáutico en 1943. En
ese año el ingeniero Zeoli ingresa como personal civil en el Instituto
Aerotécnico donde trabaja como calculista y proyectista. Su capacidad hace que
el brigadier Juan Ignacio San Martín le proponga incorporarse como oficial a la
Fuerza Aérea Argentina.
Incorporado al organismo, fue enviado a Inglaterra para perfeccionar
sus conocimientos en el Jet Power Laboratory de Lutteworth, Inglaterra. A su
regreso, Zeoli pasó a formar parte del entonces llamado Cuartel Maestre General
de Aeronáutica y cuando asciende a mayor lo trasladan como jefe del grupo
técnico de la II Brigada Aérea, con sede en Paraná, provincia de Santa Fe.
En el año 1950, se recibió de Ingeniero Militar de Aeronáutica en la
Escuela
Superior de Aerotécnica. En 1955 es nombrado Ministro de Obras Públicas
de la Provincia de Entre Ríos y en 1957 obtuvo el título de Aviador Militar
"Honoris Causa", en la Fuerza Aérea República Oriental del Uruguay.
En 1960, ya con el grado de vicecomodoro, es trasladado a la Fábrica
Militar de Aviones, dependiente en ese momento de la llamada Dirección Nacional
de Investigaciones y Fabricaciones Aeronáuticas (DINFIA) con el cargo de jefe
del Departamento Vehículos Espaciales y Armamento. Es aquí donde Zeoli empieza
a darle vida a la familia de cohetes argentinos.
Fue el gestor principal de la base de lanzamiento CELPA (Centro de
Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados), en Chamical,
provincia de La Rioja.
Zeoli cuenta: "En 1960 recuerdo que en Buenos aires asistí a una
sesión de una
conferencia de investigaciones aeronáuticay espacial y en esa
oportunidadpude tomar contacto con el Doctor Dryden, quien era en ese momento
del vicedirector de la NASA, porque a esa conferencia asistieron muchos
participantes del exterior Conversando con él me comentó de las tareas que hacían
con cohetes sonda. Lo invité a ir a Córdoba a conocer las instalaciones de la
Fábrica Militar de Aviones, donde yo estaba trabajando en lo que se convertiría
en el Instituto de Investigaciones Aeronáuticas y Espaciales donde estábamos
trabajando en cohetería, a pesar de que aún no habíamos lanzado todavía ningún
cohete al espacio. Aceptó el Dr Dryen, y ahí nomás lo llevamos en un avión
Guaraní construido en la fábricay después de verlas instalaciones y hablar con
los ingenieros almorzamos y después lo llevé a conversar a mi oficina. Ahí fue
cuando le pedí su opinión sobre lo que había visto y que consejo podía darme.
Me acuerdo como si fuera hoy, las palabras textuales queme do "mire Zeoli,
tire para arriba, porque se va a encontrar con cosas que no están escritas en
los libros ". Me impresionaron mucho sus palabras y así me puse a encarar
los planes para el lanzamiento del Alfa Centauro".
El primer cohete argentino
Zeoli mandó fabricar un cohete de investigaciones al que se le dio el
nombre de Alfa Centauro APEX-A1-02.
Sus dimensiones eran de 90 mm de diámetro y 1700 mm de largo total,
soldado en un extremo y con una tobera de acero sin protección térmica en el
extremo opuesto. Cuatro aletas de duraluminio caladas a 900 proporcionaban la
estabilización. La carga útil de cohete estaba alojada en la ojiva que tenía
simplemente un instnirnental de
registro directo consistente en tomas de presiones estática, dinámica y
temperatura interior del módulo de carga útil, la cuál debía separase del
cohete y descender en paracaídas para su posterior recuperación.
Para el lugar del primer lanzamiento se eligió una estancia privada
llamada "Santo Tomé" en la zona de la Pampa
de Achala en las sierras de Córdoba, la cual su dueño había puesto a
disposición de la Fuerza Aérea para la experiencia. Se bautiza el lugar con el
nombre de "Base Santo Tomé".
Finalmente, el 2 de febrero de 1961, unas treinta personas, entre
militares, técnicos, algunos civiles y periodistas, se lanza el Alfa Centauro
APEX-Al-02, primer cohete de investigaciones realizado en la Argentina,
llegando a aproximadamente 20 km de altura. Zeoli actuaba como jefe de la
operación.
El lanzamiento resultó exitoso, aunque no se pudo recuperar el cohete
en su totalidad fue la piedra fundamental de la cohetería Argentina. Tuvo
tantas repercusiones este lanzamiento que el entonces Presidente de la Nación,
Arturo Frondizi, envió una nota de felicitaciones para todo el equipo y
posteriormente los responsables fueron recibidos en la Casa de Gobierno.
El Presidente Arturo Frondizi felicita al comodoro Aldo Zeoli por el
lanzamiento. Culminado este primer lanzamiento, Zeoli y su equipo se pusieron a
trabajar en un cohete más grande, de dos etapas al que llamarían Beta Centauro,
pero para ello tendrían que relocalizar la base de lanzamientos ya que esta
serie nueva de cohetes alcanzarían mayor altura y por cuestiones de seguridad
la Fuerza Aérea le facilitó un antiguo destacamento de práctica de tiro en el
departamento de El Chamical, provincia de La Rioja.
Con el tiempo El Chamical se convirtió en un verdadero centro espacial,
con múltiples edificios, una cisterna de provisión de agua, talleres, sistemas
de televisión propias, red telefónica, equipos de radio, radares, más las
comodidades básicas de alojamiento para cien personas, siendo el primero en su
género en América Latina.
Zeoli y su grupo continuaron con una serie de lanzamientos exitosos con
cohetes cada vez más grandes y de mayor complejidad, de los cuales podemos
hacer mención de los Alfa y Beta Centauro.
Operación matienzo
En 1963 Zeoli comenzó a planear un lanzamiento en la Antártida
Argentina. El objetivo de la experiencia era obtener la medición de la
radiación cósmica entre la base Matienzo y el CELPA Chamical, las cuales
distaban a casi 4.000 km entre sí. Llegado el año 1965 la Argentina se
convierte en el tercer país en realizar el lanzamiento de un cohete desde el
continente blanco (después de la Unión Soviética y los Estados Unidos), a
través de la llamada "Operación Matienzo". Se realizaron tres lanzamientos
de cohetes Gamma Centauro y los resultados arrojados por este experimento fue
la comprobación de que a una altura de aproximadamente 40 km la radiación
electromagnética es aproximadamente cinco veces mayor que la lectura de
superficie.
Zeoli fue el director del Proyecto Orión, una familia de cohetes de
gran tamaño y más largo alcance. Se llevaron a cabo varios lanzamientos
pudiéndose alcanzar alturas de 112 km. El Orión II contaba con una longitud de
3771 mm y un peso de ciento cuarenta kilos, teniendo en cuenta los veinticinco
kilos destinados a su carga útil. En esta época se llegó a celebrar un convenio
entre la CNIE (Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales) y la NASA. Esta
última se llevó tres cohetes de la serie Orión II para ser lanzados en sus
instalaciones de Wallops Island convirtiéndose en el primer cohete argentino en
lanzarse en territorio de los Estados Unidos.
El ratón Belisario
A medida que Zeoli y su equipo avanzaba con sus proyectos, se
plantearon un nuevo y dificil desafio; llevar en sus cohetes a seres vivos y
poder recuperarlos sin que sufrieran ningún daño. Se eligió un ratón para la
experiencia y a principios de 1934 comenzaron a diseñar el equipo de sensores e
instrumental que permitiera medir ritmo cardíaco, respiración y otros datos
biométricos del animal, incluidos el sistema de recuperación de la cápsula y la
debida protección de la vida del animal. El Proyecto de denominó BIO 1 y el
lanzamiento se realizó un 11 de abril de 1967 en la Escuela de Tropas
Aerotransportadas de Córdoba. El cohete de lanzamiento fue un Yarara llevando a
la cápsula a una altura de 2300 metros. En el interior de la cápsula se
encontraba una rata a la que apodaron "Belisario". La operación
resultó exitosa y se pudo recuperar sano y salvo al pequeño pasajero
convirtiéndose Belisario en el primer astronauta argentino.
Zeoli siguió incansablemente sus proyectos, diseñó cohetes de varias
etapas que le permitieron alcanzar grandes altitudes y llevar más peso de carga
útil. Entre esa serie de cohetes podemos mencionar a Canopus y Rigel.
El mono Juan
Foto del día del lanzamiento del Alfa Centauro en Pampa de Achala (de
derecha a izquierda): el ingeniero aeronáutico Comodoro Aldo Zeoli, R.P. López,
brigadier mayor Juan Carlos Pereyra y capitán Luis Cueto. Cortesía de Museo
Universitario de Tecnología Aeroespacial.
El 23 de diciembre de 1969 se realizaba el lanzamiento del Canopus II -
BIO II. La experiencia se denominó Navidad". En la cápsula viajaba otro
ser vivo, esta vez un mono de especie caí al que llamaron Juan. Como en
proyecto anterior, también se tomaron parámetros vitales del animal durante el
vuelo. El cohete ascendió a 60 kilómetros de altura y la cápsula fue recuperada
a los veinticinco minutos de haber sido lanzada al espacio con su tripulante
sano y salvo. El mono Juan no sufrió ningún daño durante el vuelo ni en la
recuperación de la cápsula y terminó viviendo hasta el fin de sus días en el
zoológico de Córdoba. Con este exitoso lanzamiento del grupo comandado por Aldo
Zeoli terminaban los experimentos biológicos en cohetes argentinos. Argentina
fue la cuarta nación del mundo en llevar seres vivos al espacio y retornarlos
sanos y salvos, solo detrás de los Estados Unidos, la Unión Soviética y
Francia.
En 1968 es nombrado Director del Instituto de Investigaciones
Aeronáuticas y Espaciales de la Fuerza Aérea Argentina. Fue Delegado Militar en
la Secretaría Privada y Comisión de Investigaciones del Rectorado de la
Universidad Nacional de Córdoba y Secretario Académico de la Facultad Regional
Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional (1979 - 1983). Aldo Zeoli
falleció el 19 de Agosto de 2003.
Debido a sus logros en materia espacial, Aldo Zeoli es considerado el
padre de la astronáutica de nuestro país. Esta pequeña biografía de su extensa
carrera pretende honrar su memoria, al cumplirse el 3 de junio de 2016 el
centenario de su natalicio en nuestra ciudad.
Bibliografía
Museo Universitario de
Tecnología Aeroespacial, Córdoba (un agradecimiento especial a su Directora
Verónica Ferraris)
Libro "Historia de la
Actividad Espacial en la Argentina ", Pablo de León, 2008
Diario "Los
Principios", de Córdoba, 3 de febrero de 1961
Fuente:
Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región “ Fascículo N.º 152 –
Junio de 2016