Por Julio E. Chiappini
y Julio Chiappini
1-Personajes a rememorar
A la
inversa de médicos cordobeses que fueron gobernadores de Santa Fe (Carlos
Sylvestre Begnis y Víctor Félix Reviglio), Amadeo Tomás Sabattini fue un médico
rosarino por adopción que resultó gobernador de Córdoba. Córdoba que se fundó
con ese nombre, en 1573, pese a que Jerónimo Luis de Cabrera era sevillano.
Pasó que su esposa era cordobesa (de España, claro), y entonces Cabrera quiso
honrarla. Se ve que en esos tiempos los hombres eran más galantes. Ahora, en
cambio, nos dicen, las damas echan sapos y culebras. En general tienen razón...
y razones. El error a lo mejor consiste en que aguardan "príncipes
azules". Que los hay, y muchos. En las películas.
Lo cierto es que Sabattini nació en Barracas,
provincia de Buenos Aires, el 29 de mayo de 1892. Fue hijo del bolones Luigi
Sabattini Taglioni y de la uruguaya Clotilde Aspesi. A sus dos años la familia
se radicó en Rosario de Santa Fé. El matrimonio, la hermana mayor. Rosa, y tres
hermanos menores nacidos en Rosario: Alberto, Pablo y Luis Enrique. Cursó aquí
estudios primarios y secundarios y, ya instalado en Córdoba en 1910. se graduó
de farmacéutico (boticario era algo menos) y a poco de médico. Regresó
entonces a Rosario y se casó con la rosarina Rosa B. Saibene, con quien tuvo
cuatro hijos: Clotilde Rosa. Alberto Amadeo. Marta Susana e Ileana. Sabattini,
vuelto a Córdoba, prosiguió ejerciendo como médico ginecólogo en La Laguna y luego en Villa María,
ciudad que sería de residencia definitiva desde 1919. La vocación por ser farmacéutico
probablemente porque su padre lo era en Rosario. Con local en Salta y Ovidio
Lagos, esquina que en ese tiempo era a poco de extramuros. Estamos en los años
veinte y esta es una de las ventajas de la historia: podemos viajar hacia el
pasado sin necesidad de la "máquina del tiempo" o de que, como en
las ciencias físico-naturales, debamos repetir los experimentos. Nuestro
personaje, entretanto, afiliado a la benemérita Unión Cívica Radical y
ministro de gobierno, justicia y educación pública cuando la gobernación
(1928-1930) de José Antonio Ceballos. Durante 1936-1940 Sabattini se desempeñó
como gobernador de la provincia. Fue una elección muy reñida contra el jurisconsulto
conservador José Aguirre Cámara: 1900-1969. lllia también un ideario político.
Cierto que respecto a la "tolerancia" hay que ver en cada caso, no
es cuestión de soportar todo. Mientras, prorrogaba su adhesión a Yrigoyen
antes que al alvearismo. La gobernación de Sabattini fue extraordinaria: obra
pública. fábricas militares, pionero en el establecimiento del juicio oral en
el país, completa decencia. Una anécdota lo pinta de cuerpo entero aunque
también a su hermano, que trabajaba en la Administración
pública en Córdoba capital. Cuando Sabattini fue electo, le dijo a ese hermano
"Vas a tener que renunciar". Eran los modales de entonces: bien que
barrabasadas y tropelías también se cometían. Su hermano le contestó con gran
altura: "¡Por supuesto!".
Cuando la revolución de 1943, se exilió
en el Uruguay. Al volver, contendió en 1945. en la interna radical, con José
Pedro Tamborini. Perdió y principió su retiro de la política. La fórmula
Tamborini-Mosca, producto de una alianza un tanto promiscua, la Unión Democrática, fue
derrotada en las elecciones de 1946 por la que encabezó Perón; apellido que en
realidad debe escribirse sin acento ortográfico pues es de origen italiano.
Enrique M. Mosca era santafesino y había desempeñado mucha vida pública. En
1938 la fórmula presidencial fue Alvear-Mosca y resultó vencida por
Ortiz-Castillo, conservadores.
En 1945, y durante un mitin en Tucumán,
Sabattini, que sobrellevaba el apodo "Peludo Chico", sufrió un atentado.
Es tradición, en tanto, que ese año Perón le ofreció integrar su binomio y que
Sabattini se negó. En 1951 su partido le ofreció ser candidato a Presidente
pero finalmente quedó la fórmula Balbín-Frondizi. La facción dominante era el
Movimiento de Intransigencia y Renovación, completamente antiperonista. El
fundó otro grupo, Movimiento de Intransigencia Nacional, que quiso unificar el
partido. Pero no pudo. Luego la
U. C. R. se dividió entre la Unión Cívica Radical
Intransigente y la Unión
Cívica Radical Popular, que apoyó al sabattinismo. Pese a la
promesa de Leandro Nicéfo-ro Alem (apellido turco: "estandarte"), se
quebró, se dobló y cosas parecidas. Lo mismo a poco con la Unión Cívica Radical
del Pueblo y la
Intransigente: Balbín y Frondizi.
Alejado de la política, que según Napoleón a
Goethe en Weimar es "la fatalidad", Sabattini falleció en Villa María
el 29 de febrero de 1960. Había vuelto al ejercicio de su profesión, que
desempeñaba con filantropía. Ninguna calle de Rosario lo recuerda. En cambio,
sí a demasiados granujas o mediocres. Probablemente la Argentina sea un país
sin meritocracia: no hay correspondencia entre el mérito y el destino de las
personas. Pero tampoco, naturalmente, sabemos eso a ciencia cierta.
2. Raúl Barón Biza
Raúl
Barón Biza nació en Villa María en 1899. Ese mismo año nacieron Borges, Miguel
Ángel Asturias, José Pedroni, Sebastián Soler y Alphonso Capone. Y seguramente
muchas otras personas.
Raúl fue hijo de Vilfred Barón y de Catalina
Biza, ambos riquísimos a rabiar (generalmente los que rabian son los demás por
la envidia y esas cosas). Raúl fue un bon vivant, un play boy y demás trajines
que solemos deplorar pero que gustosos emularíamos si pudiéramos. Y hablamos
así con las protocolares excepciones del caso. Raúl incluso cometió
"locuras", que ahora no vienen mayormente al caso. Bien que los
millonarios no son locos sino excéntricos.
Lo
cierto es que tras la Gran
Guerra (luego habría otra bastante más grande), con la que
de alguna manera comenzó el siglo y terminó la belle apoque, Barón vivió como
un príncipe en Europa y recorriendo el mundo. Fue partidario del peculiar lema
"muchas mujeres son pocas y una mujer es mucho"; hasta que en Viena
conoció a una modesta actriz, Myriam Stefford. Que después describió en
"El derecho a matar": "Boca pequeña de labios pintados, tibios,
húmedos. Boca de carmín, tenía ese rictus embustero, delicioso y un poco
canalla de todas las divinas bocas nacidas para mentir y besar". Vaya, qué
bien plumeada descripción... de sensaciones. Palabra de moda. Myriam, nacida
en Berna en 1905, en realidad se llamaba Rosa Margarita Rossi Hoffman. En 1925
comenzó su convivencia con Barón Biza, que gastaba a manos llenas. Si ella lo
ignoraba cuando lo conoció, fue un "amor a segunda vista". En tanto,
en 1928 vinieron a Buenos Aires en el Cap dAncona. Aquí a ella le decían
"baronesa". Tal vez por su porte aristocrático, tal vez por
confusión respecto al apellido de "su pareja". Con quien se casó en
1930 en Venecia, en la basílica de San Marcos. Y con concurrencia de cierta porción
de la nobleza europea De todas maneras bastante menos que "la créme de la
créme". O afines frases pomposas como el "tout Bue Aires". En
"Secretos de familia". Magdalena Ruiz Guiñazú comenta que la frase
"tirar manteca al techo" proviene de esa costumbre de Raúl: casualmente
lo hacía en sus comidas. Tras el casamiento, quedaban atrás tres años en París,
que era y persiste como capital de Europa (hoy amenazada con ser un ilustre
cadáver, lo cual imaginamos no sobrecogerá asi1 En 1931 el
despampanante matrimonio volvió a la Argentina. Vivían en una mansión frente a Plaza
Francia o en la estancia "Los Cerrillos" de Alta Gracia. Pero ese
año Myriam, piloteando un avión que recorría el país, murió al estallar el
aparato en el aire. Barón Biza, que según algunos la adoraba y según otros
instigó a un mecánico para que descompusiera el aeroplano, la sepultó en su
estancia en un mausoleo con el antiguo epitafio "Un bel morir tutta la
vita onora". El mausoleo, de 82 metros, era más alto que el obelisco porteño,
y el sarcófago se emplazó a 14
metros bajo tierra. Más abajo aun, un cofre con las
joyas de Myriam. Entre las cuales el diamante "Cruz del Sur", uno de
los más célebres del mundo. El monumento, construido por el ingeniero Fausto
Newton y por un centenar de obreros polacos, fue finalmente inaugurado por el
gobernador Sabattini. Jorge Camarasa, en "Amores argentinos", evoca
el que reseñamos. Era arduo, sino ímprobo, evitar la truculencia.
3. Sabattini suegro de Barón Biza
Clotilde Sabattini nació en Rosario en 1918. Fue profesora de historia
graduada en la U. B.
A. y luego becada a Suiza. Se enamoró ("el amor es el ocio de los ocupados
y la ocupación de los ociosos": Bu-llwer-Lytton) de Barón Biza; a tal
punto que muy jovencita escapó de la casa paterna para convivir con Raúl. Quien
había cambiado su tren de vida: ahora formal, novelista, interesado por la
política y por el país -esa militancia le costó cárcel y destierro-, tuvo una
buena relación con Clotilde hasta que en 1950 gran trifulca familiar: balazos
con Alberto Sabattini, hermano de Clotilde, y separación. Es que, recitaba
Vinicius de Moraes, "El amor es eterno mientras dura". Notable frase
que en rigor pertenece a Henri de
Regnier.
Y entonces el gracejo de César Bruto (Carlos A. Warnes): "Quien copia a
uno comete plagio. Pero quien copia a muchos es un erudito". En 1953
Clotilde se exilió en Montevideo y en 1958 Frondizi, con gran alemán Graf
Spee, hundido en el Rio de la
Plata en 1939. El monumento fúnebre, algo así como nuestro
Taj Mahlal. fue vandalizado por tropas revolucionarias en 1955. Raúl y
Clotilde tuvieron tres hijos: Carlos, Jorge y Marisa Cristina; estos dos
últimos se suicidaron. Raúl seguía rico; por ejemplo pro-| pietario de los
locales en la galería subterránea bajo el obelisco. Formalmente separado desde
1958. en 1964 quería el divorcio en el Uruguay pues ya se había derogado
nuestra ley de divorcio peronista de 1954. De modo que invitó a su
departamento en Esmeralda al 1200
a Clotilde y a sus abogados. Los invitó a beber, lo cual
es civilizado (y además acaso disminuya el ingenio de los que ingieren: hay
gente muy astuta), y le acercó un vaso a encerró en la propiedad y se suicidó
de un disparo en la cabeza. Fue tan escrupuloso que minutos antes encargó a
una cochería se encargara del sepelio. Está enterrado bajo un olivo a metros de
lo que quedaba del mausoleo de Myriam Stteford. Tenemos a mano una biografía
novelada de Clotilde: "Se perdona tanto como se ama", de José Luis
Thomas (Pirca, Alta Gracia, 2009). Un título atractivo; aunque en la vida no
siempre se verifique tamaña igualdad.
Clotilde
fue a vivir a ese departamento de calle Esmeralda. Hasta que el 25 de octubre
de 1978 allí mismo se suicidó arrojándose al Nació. Tal vez ambos conocían el
dictamen de Novalis: "El suicidio es el acto filosófico por
excelencia". En fin: hemos ensayado, y ojalá que sin ninguna dosis del
abominable cinismo, crónicas variadas y entretejidas. La política, el amor,
las muertes trágicas. Si el lector se entretuvo, nos sentimos gratamente
sorprendidos. Y, desde luego también, complacidos y agradecidos.
Fuente:
Extraído de la Revista
“Rosario, su historia y región”. Fascículo N• 117 de abril 2013.-