Hacia 1890 prácticamente todas las tierras de la más tarde llamada pampa gringa se hallaban en manos de grandes terratenientes. Por ello los colonos inmigrantes (muchas veces engañados en Europa por las propias compañías colonizadoras que les prometían otra cosa) tuvieron acceso al trabajo de la tierra aceptando firmar contratos de arrendamiento verdaderamente leoninos, por los que se imponía al locatario, por ejemplo, pagar del 40 al 50 por ciento de lo que produjera la explotación.
El propietario, mientras tanto, quedaba libre de gastos, ya que el producto debía recibirlo en la chacra, trillado y en bolsas en buenas condiciones. El arrendatario se obligaba a sembrar el 70 por ciento, por lo menos, de maíz y el resto de trigo y lino, pudiendo reservar para pastoreo tan sólo el 4
por ciento del campo. El incumplimiento de su parte de cualquiera de los artículos convenidos facultaba al propietario para desalojarlo del predio sin ninguna clase de miramientos. Estos casos fueron, lamentablemente, muy numerosos, sumándose a ello los desalojos motivados por quebrantos de muchos arrendatarios.
por ciento del campo. El incumplimiento de su parte de cualquiera de los artículos convenidos facultaba al propietario para desalojarlo del predio sin ninguna clase de miramientos. Estos casos fueron, lamentablemente, muy numerosos, sumándose a ello los desalojos motivados por quebrantos de muchos arrendatarios.
Plácido Grela —estudioso del tema— menciona que el origen de las movilizaciones agrarias debe buscarse en distorsiones sociales y políticas profundas, como la pésima distribución de las tierras publicas, el latifundio y la equivocada colonización, dirigida tendenciosamente a beneficiar a la oligarquía y el imperialismo.
En ese marco, se reunieron en la localidad de Alcorta, el 25 de junio de 1912, miles de agricultores iniciando la primera huelga agraria en la Argentina y estableciendo el hito conocido como el grito de Alcorta, episodio significativo a partir del cual comenzó a prevalecer el sentido colectivo de la protesta sobre la impotencia y la "bronca" individual de los productores agrarios. Tales fueron los antecedentes que propiciaron el nacimiento de la Federación Agraria Argentina. La entidad, fundada aquel mismo ano, es una institución cooperativa de segundo grado, que agrupa en su seno a gran cantidad de cooperativas y a que nos y medianos productores en su gran mayoría arrendatario
En 1914 funcionaba en Ros d Centro de Quinteros, Pasteros i Agricultores en general que llegó a convertirse en la Sociedad Cooperativa de Quinteros. Sus objetivos iniciales fueron: 1) Adquirir semillas de hortalizas, legumbres cereales y alfalfa; 2) Comprar útiles les, maquinarias, productos y artículos en general destinados a sus asociados, y 3) Vender colectivamente los productos obtenidos por los socios. Corresponde añadir que por aquellos años existía un mercado cooperativo del sector que desapareció al habilitarse Mercado de Abasto
El 30 de noviembre de 1915 el intendente rosarino, doctor J. Daniel Infante, convocó a una reunión de dirigentes cooperativos santafesinos con el objeto específico de estudiar el problema agrario y, en especial, el monopolio de las bolsas, ya que por esa época era en éstas que se comercializaban los granos. A la misma asistieron mayoritariamente agricultores y gerentes de cooperativas agrarias, resolviéndose que en el futuro las compras se realizarían colectivamente. Asimismo, se decidió la creación de una Confederación de Cooperativas con el propósito de lograr cotizaciones en las compras, es decir, mejores precios; gestiones para la obtención de créditos mutuos y seguros para los agricultores, y celebración de un Congreso Nacional de Cooperativas.
Seis años después, vuelven a reunirse los agricultores de Santa Fe y Córdoba, por invitación de la Sociedad Rural de Rosario, con miras a la creación de la Federación de Cooperativas Agrarias. Bueno es destacar, entonces, que la primera federación rochdaleana vinculada al campo nació en Rosario el 16 de febrero de 1922 con el nombre de Asociación de Cooperativas Rurales de la Zona Central, la que en 1927 —ampliada su zona de influencia— modificó su denominación por la de Asociación de Cooperativas Argentinas —ACA— con sede central en Buenos Aires.
El primer Congreso Nacional de Cooperativas sesionó en nuestra ciudad en mayo de 1928, convocado por ACA, en las instalaciones del Club Italiano, asistiendo al mismo 200 delegados en representación de 80 cooperativas de todo el país.
Es importante remarcar que todo eso se dio en el marco de la crisis mundial de fines de la década del 20, durante la cual cayera violentamente el valor de las exportaciones. Los grandes terratenientes y las compañías exportadoras trasladaron a los productores todo el peso de la crisis. Como respuesta, las cooperativas de productores encararon la construcción de elevadores de campaña en diversas localidades. El mayor de ellos fue inaugurado en el puerto rosarino en 1931. Al poco tiempo, sin embargo, el gobierno del general Justo despojó a las cooperativas de sus elevadores de granos, expropiándolos y pagando por¸ello sumas irrisorias, y privándolas, de hecho, de un instrumento imprescindible al cooperativismo para la lucha comercial. Muchas cooperativas quebraron como consecuencia de ese atropello.
Mientras tanto, la Federación Agraria Argentina se había instalado en su sede propia, en Mitre 1132 de nuestra ciudad. Este complejo fue impulsando a la vez la formación de nuevos "entes auspiciados", muchos de ellos cooperativos. En el rubro seguros se creó la Federación Argentina de Cooperativas de Seguros, con la natural finalidad de proteger al sector. El 3 de noviembre de 1932 nació Agricultores Federados Argentinos Sociedad de Cooperativas Limitadas (AFA) y el 30 de octubre de 1947 fue creada la Federación Argentina de Cooperativas Agrarias —FACA—, que en la actualidad aglutina alrededor de 160 mil productores que representan a más de 320 cooperativas de todo el país, abarcando todo el espectro de la producción agropecuaria.
En 1982, conjuntamente con Agricultores Federados Argentinos, la Federación adquirió el elevador con planta de silos y embarque denominado Unidad Portuaria K 1 de la ciudad de Rosario. La moderna estructura portuaria, con su ponderable capacidad de almacenamiento, le asegura un lugar preponderante en las exportaciones agrarias argentinas.
Otra de las cooperativas auspiciadas por la Federación Agraria Argentina es la Colonizadora Argentina Cooperativa Limitada, fundada el 12 de diciembre de 1981, a los fines de constituir una Cooperativa de provisión de servicios para los hijos de los productores agrarios y facilitar así la radicación de los mismos en el medio rural argentino y especialmente en las zonas fronterizas. La entidad aspira a radicar a los hijos de los productores rurales franqueándoles el acceso a la tierra, en propiedad privada e individual, con el agregado de la maquinaria necesaria para trabajarla. Contribuye importantes en cuanto a la radicación de productores agropecuarios concretados por la entidad, debe destacarse la colonización realizada en Colonia Chica, provincia de La Pampa. Allí se cuenta con más de 500 hectáreas en producción y se ha licitado una obra hidroeléctrica que posibilitará el riego de casi 35 mil hectáreas y el asentamiento de 4 mil productores.
Fuente: Artículo publicado en la Revista “Rosario Historias de aquí a la vuelta autores Héctor Deppeler y Ricardo Roccuzzo Fascículo Nº 12 del año 1991