viernes, 28 de abril de 2017

Los requerimientos de la sociedad santafesina

Por Miguel Ángel De Marco ( h)

La Sociedad Civil adquirió un intenso protagonismo en las más variadas manifestaciones, entre ellas la implantación de un sistema vial que redimiera de la incomunicación a las localidades y regiones. La comunicación tangible, como nueva aspiración social, tuvo distintas expresiones según el grado de participación de cada provincia.14
En el caso de Santa Fe, se puede observar el surgimiento de distintos tipos de entidades que demuestran la generalización de la aspiración por "integrarse" al nuevo modelo de transporte. La cuestión vial, por su novedad y complejidad, tu1 en las flamantes facultades rosarinas de la UNL y en las sociedades profesionales recientemente constituidas uno de sus ámbitos de recepción y debate. 'Para los contemporáneos de aquel proceso de innovación en las comunicaciones terrestres, presentaba "problemas" técnicos, económicos, legales y administrativos a resolver: la seguridad del tráfico; el costo y la organización de los transportes, la financiación  de las carreteras, y la coordinación del transporte; y entre los legales, el dictado de leyes sobre cuestiones específicas como las licencias de circulación, registro de automotores, responsabilidad, seguros, penalidades, entre otros aspectos. Eran P° lo tanto muy variadas las cuestiones a tener en cuenta pero sin embargo, en tiempos de la creación de las facultades rosarinas de la UNL y su primera década de vida, la cuestión ferroviaria continuó centralizando la atención de la sociedad en materia de transportes, con una fuerte presencia en los periódicos de la época 15. Trataban aspectos que se referían a la fijación de las tarifas, a la calidad del servicio, y al cada vez más acuciante y "angustioso" -apelando a un término sostenido en 1928 por la Sociedad de Ingenieros, Arquitectos, Constructores de Obras y  Anexos de Rosario-, problema planteado por "la arbitrariedad" de las empresas, en el trazado de las vías en el ejido urbano de Rosario, que amenazaba en quedar cada vez más estrangulada dentro una doble cintura de hierro. Hasta el propio inspector de la Dirección General de Ferrocarriles de la Nación, había reconocido que era ineludible e impostergable un plan orgánico ferroviario acorde con la situación de una ciudad que era uno de los puertos exportador de cereales más importante del mundo. 16 Rosario aún no había dado comienzo a la elaboración de su plan regulador y las primeras reuniones a ese efecto tendrían lugar en 1929.
La Sociedad de Ingenieros, Arquitectos, Constructores de Obras y Anexos, en junio de 1930 manifestó públicamente que Rosario se encontraba en un Estado de abandono sistemático por parte de las autoridades nacionales, provinciales y municipales. Seguía contando con una vieja y vetusta estación de trenes, cruces ferroviarios sin barreras en plena ciudad, un puerto de primera categoría que no daba abasto por su poco espacio operativo, caminos de acceso intransitables y obras públicas lentísimas. Situación más injusta, se lamentaba la institución, teniendo en cuenta que Rosario aportaba la mitad del presupuesto provincial y una importante parte del nacional. 17
También criticaba que en los últimos años tampoco se hubiera avanzado en materia de caminos: "La realidad es inmutable y evidente: se necesitan caminos Y más caminos que comuniquen entre sí nuestras ciudades, que la campaña tenga acceso a las ciudades para el rápido canje de sus productos, que se una a todos los núcleos de actividad con esa red que debe ser como sistema vital de circulación sanguínea en el cuerpo del país. La despreocupación de este eterno problema ha sido total en los últimos gobiernos de la era 'reparadora' donde ni siquiera se repararon los Caminos ya existentes".18
La Constitución Nacional, no contenía, como otras constituciones federales, disposiciones básicas sobre las vías o medios de comunicación, sino que traía artículos en los que regulaba indistintamente sobre unos y otros de manera indirecta. Es decir, pese a su importancia intrínseca, no dedicaba a las vías de comunicación un articulado y preciso lo que había contribuido a complicar los posibles problemas di jurisdicción. Así lo destacó en 1930 el joven abogado egresado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL, Salvador Dana M. Montaño, a quien Bielsa invitó a la FACECYP para integrarse a la cátedra y a la investigación. Llegaría a ser Profesor titular en las Universidades del Litoral, Rosario, Catamarca y del Sur. Dana Montaño tenía menos de 24 años de edad cuando en 1931 realizó la primer investigación que sobre la jurisdicción estatal en materia de comunicaciones pub]¡, cara la Revista de la Facultad de Ciencias Económicas. Para ello releyó previan-iet la legislación internacional del régimen de comunicaciones resaltando los avance:
obtenidos en Brasil, Canadá, Nueva Zelanda, Estados Unidos de Norteaméricana y Alemania; y los vacíos que en esta materia presentaba la Argentina: Correo19 telégrafos, radiocomunicaciones, y ferrocarriles.20 De todos estos aspectos, el que quizá había ocasionado en la Argentina conflictos jurisdiccionales "de extraordinaria importancia y gravedad", afectando cuantiosos intereses, era "la parquedad constitucional" en materia de las vías y medios de comunicación terrestres. En pro de su argumento, sostenía que la Nación contaba con más de 25.000 kilómetros de caminos, de los cuales cinco mil eran la calzada mejorada, recorridos por 328.998 automotores, que representaban una inversión de 1.800 millones de pesos moneda nacional, y con cerca de 40.000 kilómetros de líneas férreas, siete mil de los cuales pertenecían al Estado, representando todos ellos un capital de más de 1.300 millones de pesos oro, o sea, el 10 % del patrimonio nacional, porcentaje sólo superado por los Estados Unidos (14,8%).21
Dana Montaño fue más elocuente aún al indicar que en la Constitución Nacional no existía siquiera la palabra “ caminos “ o “ carreteras”, cuando éstos eran sustanciales para el desarrollo económico del país, a su adelanto, y al bienestar de lo provincias, porque eran medios auxiliares para el comercio nacional e internacional En razón de los artículos 67 y 107, quedaba en claro que éstos conferían respectivamente a la Nación y a las provincias el poder del fomento de los caminos en la respectivas esferas de su jurisdicción. También advertía que la República Argentina no disponía de una legislación caminera nacional, a pesar de los distintos proyectos que se habían presentado para dotar al país de una red adecuada. Desde al al 1875, en que se presentara el primer proyecto de legislación vial (del diputado Santiago Alcorta) hasta 1930, se habían dado a conocer en el Congreso distinto intentos legislativos (más de veinte proyectos), siendo el más completo el de 1927 Las leyes comprendían aspectos parciales, como la que establecía fondos destinados a la construcción de caminos de acceso a las estaciones ferroviarias, o la que exoneraba de impuestos de importación a los materiales y maquinarias necesario para la construcción de caminos en la provincia de Buenos Aires, o la de conservación de caminos nacionales. La provincia de Santa Fe, por su parte, se limitó a dictar desde mediados del siglo XIX leyes que autorizaban u ordenaban la construcción de caminos locales. En el período de las gobernaciones radicales el área de vialidad fue un departamento más dentro de la Dirección de Obras Públicas del Ministerio de Hacienda, y la ley más importante sancionada hasta ese entonces fue la 2157 de Pavimentación de Caminos autorizando la emisión de títulos de la deuda pública interna o externa para realizar tal cometido. Esta ley de 1927, propiciada por el gobernador Ricardo Aldao, llevó a sostener que el radicalismo antipersonalista había demostrado mayor preocupación por adoptar una política caminera más acorde a las necesi1es del país Sin embargo, este vacío legal en un país de régimen federal era tanto o más preocupante porque incidía en la falta de marco para la ejecución y conservación de los caminos, la financiación de las obras entre los gobiernos nacionales y provinciales o la ejecución conjunta de las mismas. Por otra parte, si bien la Constitución otorgaba implícitamente poderes al Congreso de la Nación para la coordinación de esfuerzos y la dirección general de la materia, cuya expresión primera y concreta debía ser el trazado de un plan o Sistema general de vialidad del país, como lo había hecho Brasil, en cambio aún no se había determinado si la ejecución de dicho plan o sistema debía estar en manos de la Nación o de las provincias, exclusivamente, o en manos de ambas. Recién cuando se resolviera esta cuestión, sostuvo Dana Montaño, se podría avanzar en cómo y en qué proporción debían contribuir con sus rentas los gobiernos interesados y cuáles eran las rentas que podían afectarse a ese fin .23
Dos años después que Dana Montaño escribiera este artículo, el presidente Agustín P. Justo promulgó la Ley Nacional de Vialidad N. 11.658, sancionada el 30 de septiembre de 1932, que estableció la creación de un sistema de caminos nacionales en todo el territorio de la República, con sede  en la Capital Federal. 24  Los tres grandes logros que posibilitaron su consolidación fue constituirlo en un órgano federal y autárquico, con su propio fondo y un incipiente mecanismo de coparticipación nacional a las provincias .21
Mediante ese instrumento comenzó la ejecución de las obras viales más importantes del país. Un catedrático de la UNL, Ludovico Ivanisseyich Machado, no dudó en calificar a la ley como "una de las más sabias que haya sancionado el Congreso" en la primera mitad del siglo XX, y que los "ingenieros argentinos" que se desempeñaron al frente de la Dirección Nacional de Vialidad hasta 1943 "demostraron cómo una entidad estadual podía alcanzar los mejores rendimientos".26
La nación tuvo a su cargo la construcción y conservación de la red troncal exclusivamente, a la que se asignó el 60% del total del fondo, y las provincias se Ocuparon de la construcción y conservación de la red secundaria como complemento de la Primera, disponiendo para eso con partidas del gobierno central. Por la misma ley, la provincia de Santa Fe, con sus ciudades puertos de Santa Fe y Rosario, sería expresamente beneficiada en razón de que el artículo 3 disponía la preferencia para los  caminos de acceso a puertos, estaciones ferroviarias y centros de consumo. La norma había sido proyectada por el ministro de Obras Públicas, el salteño Manuel R. 'Alvarado, quien sería designado en 1935 como interventor nacional en Santa Fe en reemplazo del gobernador demócrata progresista Luciano Molinas.
En territorio santafesino la Nación tendría a cargo de su jurisdicción las rutas 9 y 11, denominadas de acuerdo con el sistema radial aprobado por Vialidad Nacional en 1935. La primera cubría los tramos Buenos Aires-Rosario-Córdoba-Santiago del Estero-Tucumán-Salta-Jujuy-La Quiaca, con una longitud de 2.083 km., considerada por el Instituto del Transporte de la Facultad de Ciencias Económicas de Buenos Aires, en 1939, como "la de mayor importancia política, social, turística y económica del país". 27 Por ella se comunicaban a la red troncal las capitales de las provincias y territorios nacionales.
La ruta 11 (Rosario-Resistencia-Zapallar-Formosa-Clorinda, en una longitud de 1.209 kilómetros), corría en una traza paralela a ciudades que disponían de balsas sobre el río Paraná y por eso mismo vinculaba a las provincias mesopotámicas con el resto del país, y del Paraguay. La 19 (Santa Fe-San Francisco-Córdoba en 234 kilómetros) atravesaba la zona agrícola y ganadera que tributaban desde el oeste puerto de Santa Fe" .21 La 33 (Bahía Blanca-Rosario-Santiago del Estero, 1.582 kilómetros), unía en su primer tramo a dos de los puertos más importantes del país con una amplísima región. La 166 (Recreo-Esperanza-Rafaela-Fraga, 127 kilómetros), enlazaba a las colonias más antiguas dedicadas a la explotación rural Con Rafaela, la pujante ciudad del noroeste provincial.29
Desde el gobierno nacional se aseguraba existían razones de orden económico, geográfico y legal para que la Dirección Nacional de Vialidad dispusiera y ejecutara el plan vial de Santa Fe con un ritmo acelerado. Las flamantes autoridades de esta repartición designadas por Justo confirmaron que se encontraban sin crédito y dinero para pagar los pavimentos hechos, y para continuar y terminar los construidos, Teniendo en cuenta la urgencia de mantener habilitados los caminos a sus grandes puertos compronetió para ello todos los fondos de la Red Nacional y dos millones y medio de Ayuda Federal para el trienio 1933-1935, los que sumados llegaban a 15 millones de pesos; y obtuvo la autorización para emitir títulos por el valor necesario para las obras que eran el doble. Salvada estas limitaciones financieras fueron licitados y contratados los tramos no pavimentados de: Rosario-Santa Fe, Rosario-Villa Constitución, Casilda-Chabás; Santa Fe-Rafaela; Santa Fe-San Francisco, y Rosario-Tortugas por Cañada de Gómez .30
El gobernador Molinas había logrado que la legislatura de Santa Fe sancionara la ley 2424 que emulando la ley nacional de 1932 creó una Dirección de Obras Públicas de Santa Fe como entidad autárquica, con similar organización (un presidente y dire tono solidario), y un fondo. Por primera vez en la historia las obras públicas santafesinas tuvieron como ministro del área a un ingeniero civil: Alberto T. Casella, un hoir1brc de Rosario. Hasta entonces habían sido, abogados, escribanos, médicos, educado res, políticos de destacada labor partidaria. Fue su subsecretario Wenceslao Favaro ingeniero civil graduado en la Universidad de Córdoba; coautor de los proyectos de reglamentación profesional y de la creación del Consejo de Ingenieros de la provincia de Santa Fe, cuya presidencia ocupó.31 Quizá la presencia de Casella y Favaro habría influido para que la flamante Dirección de Obras Públicas, en lo referente a la Vialidad, estuviera asesorada por un jefe técnico con título de ingeniero civil, que se encargaría no sólo de la organización técnica de la repartición sino de preparar y someter a la resolución del directorio los estudios económicos y técnicos, y llevar adelante las estadísticas que permitieran proyectar el plan de construcción de la red provincial de caminos.32 La ley 2424 también fue toda una avanzada modernizadora dado que estableció un fondo coparticipable con municipios y comunas para la vialidad; creó un fondo para la construcción de Parques y Paseos públicos y una Oficina de Urbanismo Regional de la Provincia.` El propio Casella es recordado como el primer ministro provincial que reclamó formalmente a la Nación fondos coparticipables. Recibió por respuesta que los mismos se librarían si se pagaba como precio el silencio de Lisandro de la Torre en el debate de carnes .34
A ese ministerio se incorporaría como jefe del Departamento de Contribución de Mejoras, área clave para la recaudación del impuesto del mismo nombre dedicado al incremento de la obra vial, el joven ingeniero rosarino, humanista y poseedor de una vasta cultura, quien sería a lo largo de su extensa existencia uno de los más prolíficos historiadores del pasado colonial santafesino, Víctor F. Nícoli. Formado en la Escuela Industrial de la Nación de Rosario, de la que egresó en 1917, se graduó de ingeniero en la Universidad de Córdoba, y se radicó en Santa Fe, donde trabajó en la Dirección Provincial de Vialidad hasta su jubilación e integró la Junta Provincial de Estudios Históricos y el Centro de Estudios Hispanistas. Trabajó junto aAgustín Zapata.Gollán en el rescate de las ruinas de la primitiva ciudad de Santa Fe, en Cayastá.35

Nota

14-  La Capital, 12 de diciembre de 1929.
15- ARÉVALO, "El Contralor en las empresa de ferrocarriles", Hacienda y Administración, Revista Mensual del ontadores y calígrafos públicos", alto 1 N°. 8-10-. Agosto septiembre de 1919, p. 97.
16- MARIO MONGANTINI, "Los ingresos ferroviarios a Rosario", en El Constructor Rosarino, de la Sociedad de Ingenieros, Constructores de Obras y Anexos. Aparición mensual. Director: José V. Díaz Valentín, comité yo. Rodolfo Verna Useglio y Rafael Candia (h), administración Maipú 1229. Año III. Rosario, abril de ,p.24.
17- El Constructor Rosarino, De la Sociedad de Ingenieros, Arquitectos, Constructores de Obras y Anexos. Aparición director: Arq. Francisco Casarrubia, administración Maipú 1229. Año VI. Rosario, junio 1930, N°. 80, p. 22.
18- Ibidem. Editorial Caminos noviembre de 1930, N. 85, p. 21.
19- Salvador M. DANA MONTAÑO. Conflictos jurisdiccionales entre las atribuciones del gobierno nacional y de los cales en materia de vías de comunicación, ob. cit. p. 426.
20- Ibidem 647.
21- Ibidem 417.
22- LILIANA MONTENEGRO DE ARÉVALO, Evolución orgánica de vialidad de la provincia, 1920-1987. Dirección Provincial de  Vialidad, Santa Fe, 1988, p. 7.
23- SALVADOR M. DANA MONTAÑO, Conflictos jurisdiccionales entre las atribuciones del gobierno nacional y de los locales en materia de vías de comunicación, ob. cit. p. 426.
24- TEODORO SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE, La vialidad y los transportes por caminos, ob. cit. P. 50.
25- LILIANA MONTENEGRO DE ARÉVALO, ob. cit. P. S.
26-   Así lo expresó en 1960, cuando se desempeñaba como joven profesor de Hidráulica general en la Facultad Ciencia Matemáticas  del Litoral y miembro de su consejo directivo, y por lo tanto fue formado por la generación de catedráticos  fundadores. A la par de la docencia se desempeñó como ingeniero consultor de obras hidráulicas y servicios públicos. Participó en congresos profesionales y era miembro de la Sociedad Científica Argentina. Fue miembro fundador de la Liga de Estudiantes Humanistas y de la Junta Promotora en la Capital Federal del Partido Democrata Cristiano, del que llegó a ser candidato a senador nacional, a los 31 años de edad. Ver Ludovico IVANISSEVICH MACHADO,, "Obras y Servicios Públicos", en Argentina 1930-1960, revista Sur, Buenos Aires, 1961, p. 307.
27- TEODORO SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE, ob. Cit. P. 94.
28- Ibidem .p.94
29- Ibidem .p.98
30- Los caminos nacionales en Santa Fe, Fijaron la Red Caminera. Año 1933. Ejecución  de los Trabajos . Años 1934-1935, Gerónimo J. Pesce y Cía, impresores, Buenos Aires, 1935, p.4
31- VICTOR  D. AVILES.Gobernantes de Santa fe, desde 1810 a 1960, Homenaje al 150 Aniversario de la Revolución de Mayo. Instituto de Investigaciones Históricas Brigadier Estanislao López, Santa Fe-Rosario, 1960. p. 66.
32- LILIANA MONTENEGRO DE AREVALO, ob. Cit. P12.
33- Ibedem
34- Ver página web oficial del Partido Democráta Progresita www.demoprogresista.org.ar
35- CATALINA POSSE, “ Obituario  de Victor F. Nicoli”, Revista América N.º 15 . Santa Fe. 1999.-


Fuente:  extraído del  “Libro Ciudad Puerto Universidad y Desarrollo Regional  De Marco, Miguel Angel  De Marco ( h)  – Rosario 1919-1968 “ Editado diciembre 2013.

jueves, 27 de abril de 2017

BEPPO LEWI

El profesor Beppo Levi fue un matemático eminente, uno de los primeros del mundo, que vivió en Rosario los últi­mos 22 años de su vida. Había nacido en Turín, Italia, el 14 de mayo de 1875, doctorándo­se a los 21 años de edad. Su nombre llegó a equipararse a insignes matemáticos como Castelnuovo, Enriques y Fubini.
La pesada mano del fascis­mo cerró a Beppo Levi las puertas de todas las universi­dades italianas. Luego de vencer innenarrables dificul­tades el profesor Levi desem­barcó en Buenos Aires acom­pañado por su esposa y dos hijas el 6 de noviembre de 1939. Llegó a Rosario cuando tenía 64 años invitado por el deca­no de la Facultad de Ingenie­ría, el recordado ingeniero Cortés Pía. Publicó en nuestra ciudad más de cincuenta tra­bajos y su libro "Leyendo a Euclides", 1947, Editorial Rosa­rio.
Beppo Levi murió el 28 de agosto de 1961. Sus restos descansan en el Cementerio Israelita de Rosario. Una sen­cilla lápida lo recuerda de ésta forma: "Beppo Levi-matemático".
Fuente. Extraído de revista “ Rosario aquí a la vuelta” Fascículo Nº 21. Autor: Héctor Sebastianelli . De Junio 1992

miércoles, 26 de abril de 2017

BEPPO LEVI Un gran homenaje al científico humanista

El pasado 2 de septiembre se rea­lizó el acto central de homenaje al científico italiano radicado en Rosario, Beppo Levi. Tuvo lugar en el Espacio Cultural Universitario de la Universidad Nacional de Rosario, en San Martín 750.
Disertaron el ingeniero Oscar Peire, Decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura (UNR); la licenciada Patricia Sartor, Directora del Instituto de Educación Técnica N° 25 "Beppo Levi"; el inge­niero Amadeo Lombardi, Vicepresi­dente de la Asociación Cultural Dante Alighieri; el ingeniero José Adjiman, Miembro Comisión Cultura de Asocia­ción Israelita de Beneficencia Kehila Rosario; y el licenciado Pedro Marangunic, Profesor del Departamento de Matemática FCEIA (UNR). Fue uno de los más prestigiosos inves­tigadores y profesores de Rosario, exi­liado italiano por su condición de judío y su oposición a Mussolini. Por eso se sumaron a su organización la Facultad de Ingeniería, la Asociación Israelita de Beneficencia Kehilá de Rosario, la Asociación Cultural Dante Alighieri y el Instituto Superior ISET Na25 "Bep­po Levi" (Pto. Gral San Martín). Así mismo participaron con interpre­taciones artísticas el Coro Litúrgico "Víctor Lein" de AIB Kehilá Rosario (20 voces), interpretando "Aleluya" de Salomone Rossi, y "Los Ríos de Babi­lonia" de Charles Gounod; y el Coro de la Opera de Rosario (60 voces), in­terpretando el Tercer Acto de la Ope­ra "Nabucco" de Giuseppe Verdi, "Va Pensiero".
También, el 28 de agosto tuvo lugar una ceremonia con motivo de la restau­ración de la lápida de Beppo Levi, en el Cementerio Israelita viejo, de avenida Provincias Unidas esquina boulevard 27 de Febrero.
Beppo Levi nació en Turín en 1875. A los 21 años ya se había doctorado en matemática y luego siguió una carrera exitosa en varias universidades italia­nas. Después vinieron la guerra y la in­tolerancia hacia su condición de judío. Fue perseguido y expulsado de su país cuando tenía 64 años y ya se mostraba como uno de los matemáticos más bri­llantes del siglo XX. Llegó a Rosario de la mano solidaria del profesor Cortés Plá (por entonces decano de Ingeniería), quien lo invitó a radicarse en el país y a dirigir el Ins­tituto de Matemática de la facultad. Lo hizo desde 1939 hasta 1961, cuando falleció Uno de sus ex alumnos fue Miguel Werber, fallecido tiempo atrás. Cuan­do en el 2011 se cumplieron cincuen­ta años de su muerte recordó: "Era un hombre de 1,56 metro de alto, pero por un problema de columna parecía de estatura más baja aún. Tenía una barba muy particular y siempre andaba con un gran portafolio. Pero cuando se lo veía, se advertía en él su inteligencia y su alegría de vivir". "El asunto de los pizarrones era todo un tema", dijo Werber para detenerse en una de las anécdotas que todos repasan de la vida académica del matemático. Y continuó: "Se entusiasmaba tanto desarrollando demostraciones que su­bía los escalones para llegar más alto cuando no podía más daba unos saltitos y se colgaba para seguir escribiendo". Para Werber, una de las preguntas que se hacía en su época de estudiante uni­versitario era "si hacía falta saber tanta matemática para un ingeniero civil". Y contó que el tiempo junto a Levi le dio la respuesta: "Nos enseñó a razonar, a pensar y a meditar, que son los fun­damentos para cualquier persona que ejerce una profesión". Levi desarrolló una intensa actividad en el Instituto Matemático que le con­fiaron a su llegada a la ciudad, en es­pecial para entusiasmar a los jóvenes estudiantes con la teoría y la aplicación de la disciplina; publicó una revista especializada y varios libros, quizás el más famoso fue "Leyendo a Euclides", editado en Rosario por los años 50. Y por si fueran pocas sus contribuciones a la ciencia, hasta hay un teorema que lleva su nombre. El acto del día 2 de septiembre fue uno de los actos académicos mejor organi­zado en el último año en la ciudad, lo que se vio reflejado en la cantidad de asistentes, que colmaron el ECU.

Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región”. Fascículo Nº 133 año Setiembre de 2014.

martes, 25 de abril de 2017

BEPPO LEVI – Difusor del pensamiento matemático

Por Juan Pablo Robledo

El pensador italiano desarrolló una im­portante obra en la investigación. Creó teoremas propios, pensó ejercicios ma­temáticos que hoy son utilizados en todo el mundo y resolvió problemas que has­ta entonces eran irresolubles. Con gran vocación ejerció la docencia, y se incli­nó por la geometría algebraica, incursionando también en otras áreas como el análisis matemático. Vino a Rosario como resultado de la discriminación que sufrió en su país, y dejó un legado de devoción hacia el conocimiento, por sus alumnos y su trabajo.
Sus inicios
Beppo Levi nació en Turín el 14 de mayo de 1875. Fue el cuarto hijo de Giulio Giacomo Levi y de Diamantina Pugliese, su padre era abogado y autor de libros de temáticas sociales y polí­ticas, murió en 1898, dejando a Beppo en la posición de hijo mayor y con ello gran responsabilidad ante su familia y frente a una débil situación económica. Beppo, inicio sus estudios de matemá­ticas en la Universidad de Turín, y se doctoró a los veintitrés años de edad. Tuvo la oportunidad de formarse en la "famosa escuela italiana de geometría algebraica" con profesores de primer nivel que dejaron una fuerte impronta en su mente.
En 1899, después de haber sido durante tres años asistente en la Universidad de Turín, pasó a la docencia secundaria, que ejerció hasta 1906. En ese período publicó diferentes trabajos con aportes originales en el campo de la geometría algebraica. Posteriormente ganó por concurso la cátedra de Geometría Proyectiva y Des­criptiva de la Universidad de Cagliari. Al poco tiempo conoció a quien sería su esposa para toda la vida, Albina Bachi. Se casaron en 1909 y tuvieron tres hijos: Giulio, Laura y Emilia. Entre 1918 y 1920, el matemático fundó y dirigió el Instituto de Matemáticas de la Universidad de Parma y siendo Pre­side (decano) de la Facultad, propuso al Rector la realización de cursos de ma­temáticas superior, que debían poner a la Facultad de Ciencias en condiciones de otorgar el Doctorado de matemáti­cas. A los cincuenta y tres años, Beppo dejó la Universidad de Parma, donde había sido profesor por casi dos déca­das, para hacerse cargo de la cátedra de Geometría Superior en la Universidad de Bolonia. Fue una etapa de intensa labor científica y docente siempre rea­lizada con dedicación y entusiasmo, dándole vida a sus clases. Su vida aca­démica iba en ascenso cuando conoció al matemático argentino Juan Carlos Vignaux, que estaba en contacto con el Comité encargado de la creación en la Universidad Nacional del Litoral, del Instituto de Matemáticas de la Facultad de Ciencias Matemáticas, Físico-Quí­micas y Naturales y gracias a sus con­tactos intelectuales, Beppo pudo pensar en la Argentina como un posible país de emigración, a causa de las leyes racistas del régimen fascista. El pensador, desde un principio se ma­nifestó en contra del movimiento tota­litario, cuyas leyes de discriminación fomentadas en Italia en 1938 cortaron su carrera, ya que el edicto ordenaba la expulsión de los judíos de los cargos docentes. Fue así que a los 63 años, de­cidió por la emigración con su esposa e hijas (su hijo mayor decidió hacerlo a Palestina), hacia Rosario para ser con­tratado como Director del Instituto de Matemáticas, recién creado en la Facul­tad de Ciencias Matemáticas.
El instituto de Matemáticas
El 6 de noviembre de 1939 desembarcó en el país y dos días más tarde partió hacia Rosario, acompañado por el ma­temático e investigador Luis A. Santaló. Como director del Instituto inició una escuela matemática y tuvo como alum­nos a quienes luego serían importantes matemáticos argentinos. El Instituto fue inaugurado el 18 de mayo de 1940 y con su presencia le otorgó prestigio y difusión internacional a la Facultad. Varios factores contribuyeron a la adap­tación de Beppo a su nuevo ambiente: la cordialidad y el interés local, la sa­tisfacción y gratitud por encontrarse rodeado de aprecio, y la posibilidad de hacerse cargo promotor del pensamien­to matemático y en forma general al pensamiento humano. Se organizaron dos cursos de postgra­do, sobre temas de geometría proyecti­va y teoría de las funciones, que fueron dictados por Beppo Levi. Asimismo, fue un período de estabilidad y floreci­miento con numerosos alumnos en las tres especialidades: ingeniería, arqui­tectura y agrimensura. También dio cla­ses entre 1956 y 1960 en el Profesorado de matemáticas de la Escuela Normal N° 1 Nicolás Avellaneda. Asimismo, el matemático colaboró en las Publicacio­nes del Instituto y en la revista Mathe-maticaes Notae, creadas por él donde se difundieron estudios e investigaciones relacionados con los números y fueron las únicas que aparecieron con regulari­dad en el país. En 1945, regresó a Italia, negando quedarse en ella argumentan­do que no podía abandonar el Instituto no sólo por razones profesionales, sino por motivos afectivos y morales. Beppo Levi, murió a los 86 años y tras vivir 22 en Rosario, el 28 de agosto de 1961. Dejó un huella imborrable en el co­nocimiento y la investigación, y un lega­do de humanidad a sus alumnos ya que si bien creía que las matemáticas eran una ciencia, más que todo creía que eran un modo de pensar, una filosofía.
Bibliografía Utilizada:
-Archivo Diario "La Capital" -
-”"Beppo Levi: Italia y Argentina en la vida de un matemático" de Laura Levi
- "La matemática en el Litoral La evolu­ción de las ciencias en Argentina" Tomo
1. Sociedad Científica Argentina, 1972.

Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario y su Historia y Región”. Fascículo N.º 73 de Abril del 2009.

lunes, 24 de abril de 2017

LEVI BEPPO - CIENTIFICO (1875-1961)

Por Adrián Gerber

MATEMATICA Y DIGNIDAD

Fue un genio dentro de una disciplina dura y árida. De origen judío, llegó a la ciudad por la discriminación que sufrió en la Italia fascista. Y aquí dejó un legado de humanidad y conocimiento.
Se dice que los hombres de ciencias se dividen en dos tipos: los que crean algo nuevo y genial a los 20 o 30 años, y los que producen sistemáticamente toda la vida. Beppo Levi, uno de los matemáticos más importantes del siglo XX, fue de estos últimos. Su presencia era inconfundible: tenía un físico pequeño (medía menos de 1,50), frente ancha, barbita en punta, mirada profunda y sonrisa amable, y se caracterizaba por una fuerte personalidad. Si bien consideraba que la matemática es una ciencia, más que todo creía que es un modo de pensar, una filosofía.

Nació en Turín (Italia) en el seno de una familia judía. Gracias a su inteligencia y su dedicación alcanzó el doctorado en matemática a los 21 años.
Desarrolló una importantísima obra en la investigación. Creó teoremas propios, pensó ejercicios matemáticos originales que hoy son utilizados en todas las universidades del mundo y resolvió problemas hasta ese momento insolubles, como el de Fermat, que llevaba 300 años sin que se conociera su resultado. Trabajó principalmente en geometría algebraica, aunque también incursionó en otros campos, como el análisis matemático yio que más tarde se llamaría análisis funcional (donde un importante teorema lleva su nombre) y la didáctica de la matemática. Sus cientos de trabajos están recogidos en numerosos libros y revistas especializadas. En su obra "Abbaco, de 1 a 20" , por ejemplo, discute los criterios pedagógicos de acuerdo con los cuales debería introducirse al niño a la aritmética.
Desde el principio se manifestó en contra del movimiento fascista. Las leyes de discriminación implantadas en Italia en 1938 cortaron su carrera al ordenarse la expulsión de los judíos de todas las ramas de la enseñanza. Esta situación amenazó con quebrar su carrera y su vida, pero él adoptó una actitud digna y serena. "Me privaron de la cátedra. Pensé, equivocadamente, que sería transitorio. Perdí gran parte de los contactos con colegas, discípulos, alumnos. La biblioteca de la Universidad fue entonces mi refugio. Pasaba en ella muchas horas por día. Una mañana, al proponerme entrar en la misma, el bedel me informó: “Tengo orden de prohibirle el ingreso a la biblioteca”. Esa misma noche dejé Bolonia", relató Ley. A través de sus contactos científicos pudo emigrar a la Argentina. Así, gracias a las gestiones de Cortés Plá, decano de la entonces Facultad de Ciencias Matemáticas de Rosario (hoy Ingeniería), se lo contrató para que se hiciera cargo de la dirección del Instituto de Matemática.
El 6 de noviembre de 1939 desembarcó en Buenos Aires acompañado de su esposa y sus dos hijas (su tercer hijo decidió emigrar a lo que era entonces Palestina, hoy Israel). Dos días después se instaló en Rosario para asumir la dirección del Instituto, donde inició una verdadera esa matemática y tuvo como alumnos a quienes luego serían importantes matemáticos argentinos. Con su presencia le otorgó prestigio y difusión internacional a esta Facultad. Las publicaciones seriadas del Instituto, las únicas que aparecían con regularidad en el país sobre matemáticas se convirtieron en un centro de atracción. Su adaptación al nuevo ambiente fue rápida, y a ella contribuyeron la cordialidad y aprecio que encontró en Rosario.
Al terminar la 2º Guerra Mundial (1945) pudo volver a Italia, pero decidió quedarse en la ciudad argumentando que no podría abandonar el Instituto por razones afectivas y morales.
En 1948 se hizo cargo de distintas cátedras de la Facultad de Ingeniería, y demostrando toda su humildad, también dio clases entre 1956 y 1960 en el profesorado de matemáticas de la Escuela Normal Nº1 Nicolás Avellaneda.
Levi dejó innumerables alumnos, enseñó todo lo que sabía y creó y recreó prácticas docentes en una especialidad dura árida, casi sin matices.
Murió el 28 de agosto de 1961.a los 86, y tras vivir 22 años en Rosario. En su tumba en el viejo Cementerio Israelita de Rosario hay una placa que simplemente reza: "Beppo Levi: matemático".
Fuente: Extraído de la Revista del diario “ La Capital de los 140 aniversarios” . De 2007

jueves, 20 de abril de 2017

LA VOZ SENTIMENTAL DE AMERICA

Por Héctor N. Zinni

Para la valoración de Agustín Magaldi en su vida yen su obra, acudiré a un hombre de nuestra generación, Eduardo Buratti quien, por su cercanía con la familia del cantor, representatividad y vivencia expone, en la entrevista ya mencionada en otra parte de este libro, conocimientos y puntos de vista que merecen ser tenidos en cuenta.
Verdaderos ídolos

- ¿Cuándo se conecta con Magaldi, Buraifi?
- Yo empiezo con Magaldi cuando tenía ocho años. Entonces, conozco todo lo de Agustín. Conocí a todos sus amigos: Héctor Marcó, Mitre Navas, Fulginitti... y he sido
muy allegado al hermano, Emilio, que era secretario privado de él, digamos, el apoderado también, y Antonio Tello que era el hermanastro. Pero el que manejaba todas las cosas era Emilio, Magaldi le volcaba todo a él.
- Y, ¿cómo era esta familia?
- Muy reservada. Ellos eran así, no por soberbia, sino que era una forma de ser, una especie de humildad provinciana que yo aprecio y comprendo porque también soy provinciano y defiendo lo nuestro.
- Usted, ¿vivía en Buenos Aires?
- No. Yo soy de acá, viajé siempre. El porteño se apoderó un día de él con eso de La Voz Sentimental de Buenos Aires, el slogan. Fíjese que en Chile, estaba CB89
Radio Buines y un periodista llamado Mario Balaneda tenía un programa especial de
Magaldi. Yo, ahora estoy por radio aquí con Gerardo Quilici, pero antes estuve con Mármora y con casi todos los comentaristas de tango haciendo el recuerdo de Magal-
di. Bueno, un día me escucha este periodista desde Radio Bulnes, en Santiago de Chile, y me dice: "Nosotros no estamos de acuerdo con 'La Voz Sentimental de Buenos Aires', nosotros le hemos puesto 'La Voz Sentimental de América'"...
- Claro, la trascendencia de Magaldi es innegable, aunque acá eso no se sepa mucho, ni tampoco se valore mucho, que digamos.
- Si yo le cuento a usted, Zinni, lo que significa Magaldi en el Continente ... Vea, es un misterio lo de Magaldi. Que usted me diga Charlo, Alberto Gómez, lrusta, Libertad
Lamarque, son populares en toda América. Son porque fueron, estuvieron, sus películas llegaron. Pero Magaldi, ser popular en un país que jamás visitó, ser popular por el solo hecho de escucharse sus discos, es una cosa que hace pensar, no?
- Ha trascendido su voz.
- Ha trascendido las fronteras su voz, no su figura ni su estampa. Yo tengo discos que me han mandado de Colombia, que han batido récord de ventas. A mi no me
sorprende porque acá en 1931 ya lo hizo con El Penado 14 cuando la empresa Bruns-
wick procesó un millón de placas que se vendieron, así como seiscientas mil de Vagabundo. Lito Bayardo, pobrecito que ya falleció, en aquella época tenía una casa de
venta de discos e instrumentos musicales en Rosario. Me sabía decir que la editora de los discos le mandaba los afiches sobre las grabaciones de Magaldi y él los ponía en la vidriera: "Yo todavía no tenía los discos - me decía - y venía la gente a anotarse para cuando los tuviera. Algo de esto relata Bayardo en su libro Mis Cincuenta Años con la Canción.
- Sí, y allí describe un encuentro casual entre Magaldi y Gardel en su casa de música, donde cantaron los dos a dúo el tango al que Bayardo recién le ponía letra: 9 de Julio. El negocio estaba en la calle Mendoza y Sarmiento, donde estuvo muchos años Benvenuto y ahora hay un bar, por Mendoza, frente al supermercado...
- Yo no soy quien para desmerecer a nadie, pero lo que son Gardel y Magaldi en la gente es algo serio. Son verdaderos ídolos, tienen calles que los recuerdan, tienen monumentos que los recuerdan, tiene plazas que también los recuerdan, lo que no se da con otros intérpretes. Yo, a Dios gracias, con otros colaboradores míos hicimos el monumento a Magaldi en el barrio Fisherton, lo levantamos a pulmón.
- Creo que el busto está ahora en la Terminal de Omnibus. Me dijeron que esa plazoleta donde está el monumento a Gardel, está dispuesta para poner a varios más, según la ordenanza municipal aprobada en su momento.
Emprendimientos e ingratitudes

'Yo le puedo asegurar, Zinni, que hay cosas que duelen. Cuando yo inauguré ese busto allá, el 12 de octubre de 1975... bueno, yo era muy amigo del sobrino de Agustín Irusta que tenía una florería en la calle Cafferata...
- La Florería Doli, que era del cuñado de Irusta, casado con una hermana de Agustín. Al hijo, o sea al sobrino de Irusta yo también lo conocí y gracias a él pude hacerle un reportaje a su tío, que desde Venezuela venía a Rosario una vez a año. Fallecieron todos.
- Bueno, me dijo: "Cuando venga Agustín - por Irusta - yo te voy a llamar para que lo llevemos al monumento, para que lo vea", porque él lo quería a Magaldi.
Para enero o febrero, vino Irusta, entonces me llama el gordito, yo voy con el auto y lo llevamos allá. Cuando llegamos, me dijo Irusta: "Yo te voy a mandar una placa para que la coloqués aquí en recordación mía".
- Irusta, como todos sabemos, vivía en Venezuela, donde al final murió.
- Sí, tenía una audición de tangos también.
- Se había casado muy bien con una mujer de sociedad, que a mí me la presentó aquí. Además, era miembro honorario de varios clubes tangueros, me mostró las tarjetas plastificadas que lo acreditaban.
- El asunto es que Irusta me mandó dos placas hermosas y las coloqué. Después vino un día Oscarcito Ferrari, muy buen cantor que había hecho pareja con la hija de
otro gran cantor: Alberto Marga¡, de quien yo era muy amigo. Me lo presenta a Ferrari,
quien me dice: "Yo a Magaldi lo desconocía.., lo empiezo a conocer desde que Marga¡ comenzó a contarme cosas de él: artística y'humanamente era un ser
extraordinario". Seguimos hablando y me pide ir a ver el monumento. Allá me dice: "Mirá, vamos a hacer una cosa. Yo voy a reunir diez cantores en Buenos Aires: Carlos Dante, Floreal Ruiz, Jorge Vida¡, Alberto Marga¡, Héctor Pacheco y otros. Entre todos vamos a mandar una placa". La hacen hacer, la envían, la colocamos. Pero a mí lo que me duele es que entre gallos y medianoche, desaparece todo.
- ¿Cómo? ¿Así porque sí nomás?
- En efecto, y por iniciativa de concejales de acá. Hay uno de ellos que cuando me ve se agarra la cabeza. Yo no hago cargos a nadie...
- ¿No tendrán todo archivado en algún depósito?
- Ami me duele porque eso es patrimonio del pueblo quien lo hizo con su contribución. La Municipalidad no puso un peso para hacer el monumento.
- Las placas, ¿dónde fueron a parar?
- Nadie lo sabe. El busto quedó tirado en una casona que tiene la Municipalidad por Boulevard Oroño. Un buen día inauguran en la plazoleta que está ahí, los monumentos a Jorge Falcón, a Lito Bayardá y tras cartón lo meten también a Magaldi...
- Pero las placas no aparecieron.
- Ninguna apareció. Había una personal mía y otras, pero no aparecieron. Hasta
había una de la Intendencia, que en ese entonces era intendente el doctor Beltramo. - ¿El que quiso terminar el Monumento al Pozo, en Moreno y San Luis, adicionándole
un peso al impuesto municipal y que los santafesinos se llevaron la plata recaudada? - El mismo. Lo que a mí me duele es que en esto de un homenaje popular a un cantor intervenga la política y que el mandamás de turno deshaga esto porque lo hizo el otro, o quiera mejorar las cosas y haga un zafarrancho. Esto es del pueblo, no de la Municipalidad. Yo estuve cinco años juntando bronce. Después que junté 300 kilos fui a verlo a un hombre, a un escultor rosarino que ya falleció: Ernesto Pasens. Cuando le hablé al hombre hizo gratis el molde. Había que hacerlo en yeso antes de fundirlo. El mismo me llevó a la fundición de los hermanos Gentile, por el sur, y también me lo hicieron gratis.
- El emprendimiento era de todo corazón.
- ¿Qué le parece? Gratis el molde, gratis el bronce y la fundición, gratis todo. El intendente Beltramo por medio de la ordenanza 39010 hizo hacer la plazoleta y después, un buen día, por circunstancias ignoradas, todo desaparece. Yo no soy el dueño de eso, el dueño es el pueblo. Y esto lo vienen a hacer aquí, en la propia provincia y en la propia ciudad de Magaldi.
- Lo que pasa es que los que hicieron eso eran unos improvisados. Aquí y por la política, con tal de cobrar un sueldo hay gente que es capaz de agarrar un fierro caliente...
A Magaldi hay que descubrirlo

- Magaldi vivía para su país. Me contó Emilio que él podría haber salido a otros lugares de América, donde lo reclamaban. El aquí vivía para sus admiradores, le costaba decidirse a emprender giras que lo alejaran de la Argentina, era un caso curioso.
- Lástima que no llegó a filmar más que lo que se conoció y que es muy breve. Se hablaba de que tenía ya el argumento de una película para filmar y si no fuera por su fallecimiento hubiera llegado al cine por la puerta grande.
- Emilio, posteriormente, escribió el argumento de la vida de Magaldi, que lo iba a interpretar el chico, o saa el hijo, pero hay otros intereses en la vida de Magaldi. Mire, perdóneme que sea sincero, ¿no?. Yo tengo 65 años y hace desde mis ocho años que ando con el asunto de Magaldi, o sea han pasado 47. He visto a este, he visto al otro, pero hay algo que me impresionó y es la definición suya sobre Magaldi. Cuando usted dice en El Rosario de Satanás: "... Magaldi es el corazón de los hombres buenos y el espíritu de los hombres atormentados, porque eran sus seguidores... ". Y yo se lo digo, porque yo lo viví.
- "El trovero del dolor y de la desesperanza", agregué en el mismo trabajo.
- Hubo cualquier cantidad de slogans para él: El cantor del dolor humano; El cantor de los desamparados; El cantor de los humildes...
- Es verdad, porque era la voz del pueblo.
- Alo mejor mi intelectualidad no alcanza ya lo mejor la suya sí, pero a Magaldi hay que descubrirlo. Magaldi nos ofrece un mensaje muy especial, muy espiritual, muy espiritual...
- Muy profundo.
- Le cuento algo. Un día estábamos en Río Cuarto, cuando yo hacía giras con el hijo de Magaldi, era en el año 80, creo. Yo lo había llevado antes a Eurofon, en Buenos Aires, y había hecho un disco, el primero que grababa y que, debido a la cantidad de ejemplares que se vendieron, la empresa le otorgó el disco de oro. Honestamente, no llegamos a vender un millón, pero llegamos a ochocientos mil...
- ¿Qué pasó en Río Cuarto?
- El asunto es que eran como las cuatro de la tarde, después de la siesta y me hablan de la radio local porque le querían hacer una nota a Magaldi, hijo. Fuimos y cuando regresamos el conserje del hotel nos entregó una tarjeta que había dejado un señor, un doctor, quien volvería como a las ocho de la noche.
- Y vino el hombre.
- A esa hora apareció un hombre bien puesto, habló conmigo y me pidió hablar con Magaldi. "Sí, como no, está arriba", le contesté. Entramos a conversar y resultó que sabía el repertorio de Agustín padre, su vida y todo lo relativo a él. "Perdóneme,
doctor", le dije, "soy el primer sorprendido". ",Por qué?", preguntó y yo repuse: "Porque el 99 por ciento de los admiradores de Magaldi son no profesionales".
"Bueno, señor - me respondió este hombre que después supe era doctor en medicina
- eso depende de la leche que uno ha mamado cuando era chico. Yo mamé la leche de un hogar muy pobre, en donde a mi madre y a mi padre les impresiona-
ba la voz de Magaldi, lo que cantaba, y yo también lo escuchaba". Me quedé así, como sin poder decirle nada porque el hombre me estaba contando una realidad, que
yo no me imaginaba me iba a decir. Por eso me conmovió lo suyo: "es el corazón de los hombres buenos..."
- A él lo seguía la gente.
- Era como una necesidad, porque Magaldi era una especie de identificación parlante y atraía, atraía mucho.
Siembra y sencillez

- Cuando andábamos con el chico, por el sólo hecho de decir que era el hijo de Magaldi, la gente hacía cola. De las cárceles, los hospitales, las escuelas, nos venían a decir: "Nos enteramos que el hijo de Magaldi anda por acá ¿podría ir a la escuela a cantar gratis?", por ejemplo. Y esa era la siembra que había dejado el padre. Acá, en la cárcel que está en San Nicolás, por lo menos hemos ido quince veces. No sé, es un misterio, son tan difíciles de entender las cosas de la vida..., a uno le parece que tiene razón en algo y no la tiene. Yo soy muy espiritual en mi vida, si yo hubiera sido un tipo materialista no estaría en esta, porque Magaldi no lo era. Decía Pedro Noda que Magaldi era puro espíritu cuando cantaba y el mismo espíritu regía sus
canciones.
- Cuando uno lo escucha y se compenetra con lo que está diciendo, deja algo en el
alma que lo impulsa a seguir escuchándolo.
- No cansa.
- Pasa como con la voz de Gardel de la que alguien dijo: "La voz de Gardel, cura.
Por más que hayan pasado dos o tres meses que no lo haya escuchado, usted lo pone a Gardel y cuando termina de oirlo le entra como una tranquilidad en el cuerpo, y más si tiene algún problema".
- Encuentra una paz.
- Sí, no se sabe porqué. Independientemente del tema que cante, la voz parece que le hace bien al cuerpo. Una cosa rara, no?
- Yo siempre digo una cosa de Magaldi, que vino a cumplir su misión en la tierra como cualquiera de nosotros: usted escribe, otro pinta, otro hace otra cosa. El cumplió su misión de la manera más linda que puede haber, cantándole al pueblo y el pueblo lo entendió. Porque, ¿de qué vale que un cantor suba a un escenario y tenga cien personas y nadie entiende lo que hace?, ¿de qué vale eso? Lo importante es que esas cien personas lo entiendan.
- Hay una anécdota recogida por Nolo López y publicada en un librillo por el editor
Pedro Angulo hace muchos años, vinculado a la revista Vida Argentina y que pinta de cuerpo entero la extrema sencillez de Agustín Magaldi, padre. En El Rosario de Sata-
nás yo publiqué otra que me contó un protagonista de apellido Franchi y apodado Pampa mía. Pero esta es por demás reveladora:
"Sabemos de sobra que la mayoría de los artistas radiófolos, en cuanto tienen una pequeñísima popularidad, lo primero que hacen es adoptar gestos espectaculares, y no parar hasta tener un lujoso auto.
Pero Magaldi no heredó eso y lo prueba el siguiente hecho. Una noche acudió a una sala para intervenir en un festival. Llegó, como era habitual en él, a pie y
modestamente vestido. Preguntó al portero por el cantor Alberto Gómez y aquel
le solicitó su nombre para anunciarlo.
- Dígale de parte de Magaldi.
-¿De quién? - insistió el portero.
- De Magaldi, amigo.
- Magaldi!!!... Usted no es Agustín Magaldi, ¿dónde está su auto? y, además con esa "pinta"!!!...
El cantor sonrió y palmoteándole el hombro, le dijo: - ¡Le hice un chiste, amigo!... ¡Le hice un chiste!...

Aquel portero no admitía que entrase Magaldi, porque no tenía auto e iba modestamente vestido"
Fuente: Fragmento extraído de Libro “Rosario era un espectáculo” “¡ arriba el Telón ¡” de Héctor Nicolás Zinni . Ediciones Del Viejo Almacén . Año 1997

miércoles, 12 de abril de 2017

LOS QUE SE FUERON

Por Héctor N. Zinni

El 15 de febrero de 1936, en horario central nocturno, Agustín Magaldi hace su primera presentación como artista único de un programa radiotelefónico. El locutor Dupuy de VOme, acuña aquella noche la "etiqueta" magaldiana que irá a pasar a la historia de la canción popular, asociada de manera indeleble a su nombre, como El Zorzal Criollo, para Carlos Gardel, o El Caballero Cantor, para Ignacio Corsini, o La Nata Gaucha, para Azucena Maizani. Ese 15 de febrero, nace en Radio Splendid: La Voz Sentimental de Buenos Aires.
Por el mismo éter en que la voz de Magaldi asciende a la gloria de su arte incomparable, sube el alma de un criollo de verdad, mientras un entierrito pobre lleva al camposanto los despojos mortales de Don Segundo Sombra en San Antonio de Areco.
Los que fueron de verdad, sus amigos, estuvieron presentes. Se aproximaron a mirarle muerto, cerrados los ojos, heladas las manos, los mismos que antes se habían complacido en escuchar las palabras de su sabiduría, hondo secreto de belleza, que el viejo explicaba deletreando intenciones; o sus confidencias, o sus cuentos gauchos, que decía como sobándolos, apretándolos entre las manos, acariciándolos antes de ofrecerlos.
Allí estaba, sereno en el último gesto, como fueron serenos todos los gestos de su vida. Y es que en la vida como en la muerte Segundo Sombra fue un consejo de serenidad. Era la herencia. Le venía de lejos, costumbre gaucha de mirar las cosas sin apuro, sin atropellarse, sin irse en palabras; pero sin madrugar tampoco: esperar que tiren, y después que se aguantaran la arrogancia empenachada de coraje que sabía abrirse paso a tajo limpio. ¡Entonces!...
Murió Segundo Sombra y allí estuvieron, junto a todas las flores que hubo ese día en San Antonio de Areco, sus amigos de siempre. Los que al lado suyo animaron la novela de Güiraldes. No podían faltar Ciriaco Díaz, Victoriano Nogueira, Pablo Falcón, Ramón Cisneros y Gregorio López. Una ternura emocionada, un respetuoso silencio.
Una cinta negra en el clavijero de la guitarra; apagadas las espuelas lloronas; el poncho en el brazo, descubierta la cabeza y una honrada tristeza en las caras de bronce. Eso hubo en la sencillez de la despedida. Y nada más le hacía falta a Segundo Sombra, ni pompas, ni lujos, lágrimas de la mentira, para pasar serenamente hacia la eternidad, montado con su humildad de siempre, en el flete manso del adiós definitivo" 1
En cuanto a Magaldi, otros dos años de actividad intensa se abren ante el cantor rosarino, siempre dentro de las fronteras de su patria. De esa época datan algunas de las canciones con que su nombre suele asociarse como auténticas creaciones propias: el vals Alma mía con letra de Héctor Marcó 2, su 'canción rusa" Nieve, con letra
de Ferradás Campos, su tango No quiero verte llorar, sus valses Sonata y ¿Quién eres tú?, la cueca Los sesenta granaderos, su tango Libertad.
El cantor Alberto Gómez le allana poco después el camino hacia la reconciliación de Don Jaime Yankelevich, el zar de la radiofonía argentina, y en el otoño de 1936, Magaldi se reincorpora al elenco de LR3. Debuta en mayo y sigue actuando casi sin interrupción - salvo una gira de un mes y medio por el sur del país - hasta promediar el año 1937. Es el año que sangra España en una guerra civil que la descuaja, el año en que primero un temporal y luego un ciclón, con diferencia de algunos meses, se abaten sobre Rosario. En Buenos Aires, cae El Pibe Cabeza.
El diario La Nación del 10 de febrero - en plena fiesta de Carnaval - recoge la siguiente información:
"En Rosario, en momentos en que se realizaba el Corso de la Avenida Costanera, poco después de las 22 horas, la estación radiotelefónica ubicada en el palco de la Comisión Organizadora que hasta el momento transmitía música, consejos los peatones y advertencias a los concurrentes, anuncié que en Buenos Aires, en el radio de la Seccional 42a., El Pibe Cabeza había sido muerto por la policía. Fue un momento de gran estupor y podría decirse que se paralizó un instante el ritmo de la fiesta. Los comentarios fluyeron rápidamente, todos querían saber más y fue necesario que media hora después se volviese a informar por el mismo conducto que se había confirmado la muerte del pistolero.
Justamente se comentaba la ocurrencia de una comparsa de chicuelos mal en-trazados que acababa de hacer su entrada al desfile con un estandarte donde podía leerse "Banda del Pibe Cabeza" Esta comparsa, con muy buen juicio, fue disuelta por la policía" 3.
Sigue el auge del tango que, a partir de este año, tiene un flamante vocero: Troilo. El año de su "prehistoria" como él lo denomina. Forma orquesta y debuta en un santuario del porteñismo: el Marabú. También actúa en Radio Splendid y compone su primer tango - con versos de Contursi - al que titula Mi tango triste. Su nombre es Aníbal Cayetano Troilo, pero sus íntimos ya lo llaman como siempre lo ha hecho Felisa, su madre, y otros: Pichuco.
Agustín Magaldi realiza otra gira por el interior y, al comprobar el señor Yankelevich
que las entradas de las presentaciones del cantor superan a las de José Mojíca - por entonces en el pináculo de su fama -, le renueva el contrato con un sueldo mensual de 8.500 pesos. Es una suma fabulosa: casi tres mil dólares por mes. La reducción al tipo de cambio no da una idea de lo que significan 8.500 pesos, cuando el sueldo de un obrero capaz ascua entre 120 y 150... La gira, realizada por el interior de la provincia de Buenos Aires, ha durado cuarenta y cinco días. En octubre vuelve a la emisora y como en noviembre ya ha dejado el micrófono, una revista muy popular llamada La Canción Moderna se pregunta en una nota el por qué:
"La extraordinaria popularidad de que goza el cantor nacional Agustín Magaldi ha motivado que su ausencia provocara un gran revuelo entre sus numerosos admiradores. Sabemos que Agustín Magaldi se encuentra entre nosotros, sabemos que existe mucho interés por volver a escucharlo, pero lo que no sabemos y tratamos de averiguar por todos los medios es el por qué de su ausencia del micrófono siendo un numero que es reclamado constantemente".
La misma revista responderá a su pregunta una semana después, anunciando que "Magaldi firmó contrato para 1937", desvirtúandose así los rumores que lo daban dispuesto a emprender una gira por países americanos. El propósito en realidad existía, pero recién se organizó para dos años después. Y quedó trunco.
Sumas astronómicas, no solamente por sus ingresos fijos mensuales, sino en calidad de regalías por grabaciones y derechos de autor gana Agustín Magaldi en la plenitud de su gloria. Pero también gasta fortunas. Le gusta vivir bien, vestir impecablemente, rodearse de lujo. en su casa de Caballito tiene pájaros que atiende personalmente y sueña con comprar una casa de campo para cuando le llegue el momento de retirarse de la actividad artística...
Nito Farace (Salvador Pablo Farace, en los papeles), violinista excepcional, nacido en Arroyo Seco - localidad cercana a Rosario - en 1912, que entre todos sus maestros
consiguió que el violinista Dionisio Harrington (amigo de Jascha Heifetz) lo encaminara seriamente sobre el estudio del instrumento, en 1937 se halla radicado en esta ciudad. Integra la orquesta de Marcelo Gilberto Polato y más tarde pasa al conjunto Los provincianos, dirigido por el bandoneonista Héctor Lincoln Garrot. Farace permanecerá a esa hornada de músicos que honrarán y prestigiarán con su silencioso trabajo a numerosas agrupaciones orquestales 4.
El 17 de agosto de 1938, Magaldi hace una verdadera prueba de resistencia. Don Jaime Yankelevich ha establecido poco tiempo atrás la Primera Cadena Argentina de Emisoras, con varias en la Capital Federal y una serie de ellas en el interior del país. Ese día el cantor se presenta entre el mediodía y el anochecer, en Radio Belgrano, Radio Mitre (dos veces) y Radio Porteña. Cuando regresa a su casa se siente enfermo.
El médico familiar pide consulta de profesionales, disponiéndose su inmediata internación en el sanatorio O'amendi, de Azcuénaga y Paraguay. Indica el diagnóstico una grave afección hepática que impone una inmediata intervención quirúrgica, la que le es practicada el 19 de agosto, en las últimas horas de la tarde. El cirujano, que realiza su trabajo con verdadera maestría, encuentra, empero, una grave complicación: un derrame biliar ha provocado pancreatitis. Veinte días más tarde, el 8 de septiembre, a las 7 de la mañana, se produce el desenlace.
Su velatorio, efectuado en el Luna Park, da lugar a una manifestación multitudinaria de pesar. Miles y miles de personas acompañan sus restos hasta la Chacarita. Agustín Magaldi acaba de convertirse en inmortal para los fieles públicos que ha conquistado y seguirá conquistando después de su muerte, a través de los años que vendrán 5.
Después de la muerte de Garde!- me dijo Cariño con una voz remota, diluída por la fatiga o por el sueño, "los argentinos sólo teníamos a Magaldi. Su fama no decayó ni siquiera cuando derivó hacia la cursilería y compuso canciones que aludían a los horrores de Siberia, con los que ningún oyente se identificaba (?). Con frecuencia, lo alcanzaba alguna enfermedad de la que se curaba con cataplasmas y ventosas, escondido en el caserón de la calle Alsina, sin aceptar otra compañia que la de la madre.
En los teatros, respondía a los aplausos con una inclinación fugaz y más de una vez se distrajo, mezclando la letra de una canción con la música de otra. Creí que estaba curado cuando se casó con una moza de Río Cuarto y anuncié que iba a ser padre. Pero esa dicha lo maté. Un derrame de bilis fulminante se lo llevó de un día para el otro. Evita trabajaba entonces en la compañía de Rafael Firtuoso. La noche del velorio, después de la función, sus compañeros desfilaron por el Luna Park para despedir a Magaldi. Ella se negó. Los esperé sola, en un bar de las cercanias, tomando con displicencia un café con leche" 6.

NOTAS
1- ¡A quí Está!. Año 1, Nro. 29, lIs. As. 29/8/1936.
2- Héctor Marcó (Marcolongo) nacido en Buenos Aires el 12/9/1906 y fallecido en la misma ciudad el 30/9/1987. Cantor, guitarrista, autor y compositor. Mientras se desempeñaba como chansonier en una orquesta de jazz porteña se estrenó el foxtrot de su autoría La hija del pescador, llevado luego al disco por Agustín Magaldi. De allí su conocimiento con la Voz Sentimental de Buenos Aires, lo que lo relacionó a su vez con los guitarristas Diego Centeno y Rosendo Pesoa, componiendo con el primero la letra del vals Alma mía y con ambos el vals Yo tengo una novia. Curiosamente, este vals fue interpretado y filmado por Magaldi para la película Monte criollo y, por circunstancias inexplicables, se excluyó luego aunque posteriormente, sin que autores e intérpretes supieran la razón, fue inserto en las copias que se enviaron al extranjero, copias éstas que, como podrá deducirse, son imposibles de hallar en la actualidad. V. Carlos .losé Fakíh. Héctor Marcó, en Tango y Lunfardo. Nro. 102. Chivilcoy (pcia. Bs. As.) 16/2/1994.
3- Marcelo Vallejos - Ernesto Zambrini. El Pibe cabeza, en Todo es Historia, Nro. 325. Bs. As., Agosto 1994. V. además: El Rosario de Satana del autor, op. cit. Tomo II Págs. 106. 107 y 109.
4- Farace, que estudió armonía con el profesor Richard Engelhretch, director de la Orquesta Sinfónica de Rosario, fue requerido en 1947 por Miguel Caló, en cuya orquesta permaneció cono, violinista hasta 1951. En 1952 pasó a la orquesta del músico uruguayo Esteban Martínez (Princho). en 1953 ingresó a la orquesta de Aníbal Troilo integrando, simultáneamente, la orquesta de Atilio Stampone y de Carlos Figari. Con Troilo permaneció hasta 1975 y al año siguiente viajó a Japón con Leopoldo Federico, para después integrarse al conjunto de arcos de Antonio Agri. Cincuenta títulos autorales y numerosas grabaciones jalonan la trayectoria de este músico que, como otros, constituye parte de los cimientos que sostienen al tango. V. Nilo Farace, por Angel Giuseppetti, en Tango y Lanfardo, Nro. 104. Chivilcoy, 16/4/1995.
5 -Revista.Así, id. id.
6- Tomás Eloy Martínez, Santa Evita. op. cit.
Fuente: Fragmento extraído de Libro “Rosario era un espectáculo” “¡ arriba el Telón ¡” de Héctor Nicolás Zinni . Ediciones Del Viejo Almacén . Año 1997