martes, 21 de diciembre de 2010

LA HISTORIA CONTADA POR UN GRUPO DE MATROMAS ROSARINAS


A principios del siglo XX, el diario La Capital entrevistó a un grupo de mujeres de destacada actuación en nuestra ciudad para que compartieran sus recuerdos con todos los rosarinos. Así, nos legaron interesantes testimonios de vida de indudable valor histórico y que hoy volvemos a disfrutar con nuestros lectores.

 

Los siguientes son algunos testimonios de comienzos del siglo XX que dejaron venerables ancianas que asistieron, unas a los comienzos de Rosario y otras, a su laborioso desarrollo.

CRISTINA CARRANZA de DEL  MARMOL: Fue una de las 26 damas fundadoras de la Sociedad de Beneficencia, cuyas bases definitivas se echaron el 25 de mayo de 1854. Asistió al acto de colocación de la piedra fundamental de nuestro Colegio Nacional (1870) en unión de lo más distinguido con que contaba nuestra ciudad. “Esa piedra – nos dijo la amable señora- , fue robada al día siguiente de su colocación y encontrada a los dos días fragmentada en varios puntos de la ciudad. Por cierto que el hecho produjo gran alboroto, dando lugar a fogosos comentarios”.

SALOME MACIEL DE FREYRE: Nació en Buenos Aires en 1825, por lo que al realizarse esta nota contaba con 80 años. A los 18 años contrajo enlace con Marcelino Freyre y pasó a Santa Fe, donde permaneció dos años. En 1845, a los 20 años de edad, se radicó definitivamente en Rosario con su esposo, que era médico del batallón comandado por Santa Coloma, fusilado luego después de la Batalla de Caseros( 1852). Del Rosario de ese entonces nos dice: “Era una pobre aldea que no tenía ni un solo edificio importante. Las calles se hallaban convertidas en barriales y lo que es hoy lo más céntrico de la ciudad eran terrenos cubiertos de abundante vegetación, refugio de de toda clase de pícaros. La sociabilidad apenas se había establecido entre tres o cuatro familias de las principales. Las fiestas que se organizaban entonces, limitadas y de cierto tono, daban un lugar prominente a la guitarra; no había pianos ni organillos. No había ni una tienda que valiese la pena y las mujeres remataban sus prendas públicamente. Ahí están algunas señoras extranjeras ricas que entonces iban a los remates a comprar prendas para revenderlas. En fin, era muy pobre el poblado”.

CARMEN DONCEL de DONCEL: Nació en Mendoza y al momento de la nota tenía 60 años de edad. Se radicó en Rosario en 1875. “ Conservo –dice- una nota cómica de mi entrada al Rosario. Cuando vine, la primera casa que habité se hallaba en medio de grandes terrenos baldíos, frente al que es hoy el edificio del Correo, en la calle Santa Fe. Para llegar a esa casa, el vehiculo que nos con que conducía hizo enormes esfuerzos, pero la cuadra tenía tantos barriales que el coche se volcó. Está de más decir que mi traje nuevo y mis flamantes botines pasaron por debajo del agua y del barro hasta que pude entrar en la vivienda. ¡ La pavimentación moderna no me permite hoy experimentar una emoción tan fuerte como entonces”.
TRINIDAD PAYO de PAZ : Esta anciana conoció a Rosario en sus comienzos, y hablando de la actual urbanización sostuvo; “Las transformaciones que sufrió Rosario siempre me traen melancólicos recuerdos. Por ejemplo, esa plaza Santa Rosa, convertida en un hermoso paseo, era en mis tiempos una profunda laguna en cuyas aguas el transeúnte encontraba un espejo. ¡ Cuántas damas pasaron por allí para mirarse!”.

CELESTINA ECHAGÜE de SALVA: Esta matrona estuvo presente en cuanto acontecimiento social y político hubo de importante en Rosario. Recordó especialmente las grandes fiestas que se organizaron cuando en 1852 se decretó elevar al rango de ciudad a esta modesta villa de Rosario, y a cuyas fiestas acudió con un brillante estado mayor el triunfador de Caseros, Urquiza.

TERESA LUJAN de CARRERAS:  Había nacido en Córdoba y al momento de la nota tenía 72 años. Vino a Rosario en 1852, para lo cual tuvo que hacer un largo y penoso viaje en carreta, el medio de locomoción por entonces en boga. Rosario era en esos años un pueblo de escasa importancia, con edificación limitada y pobre. Contó que en la casa en que vivía, Maipú casi esquina San Luis, antes había una inmensa laguna, y que el primer paseo que tuvo la ciudad perteneció al señor Graso y estaba situado en la intersección de las actuales calles Mitre y Catamarca. Se llamaba Jardín Recreos y era el sitio en el que todos los domingos se reunían las principales familias para participar de los variados juegos que allí había.

MARGARITA MAZA de CARLÉS: Asistió a la colocación de la piedra fundamental de la primera pirámide levantada en la plaza de Mayo y recuerda que entonces muchas damas depositaron junto con las actas algunas joyas de valor. “ No se me olvide – dijo- que la señora Felisa de Zeballos, en un arranque de sentimiento patrióticos, se despendió dos magníficos aros de brillantes y los depositó también allí. También me acuerdo de la venida de Sarmiento a Rosario cuando era presidente. Lo primero que hizo fue danos un gran susto: quiso probar la resistencia de las paredes del Colegio Nacional ¡ y comenzó a los cañonazos!”.

MANUELA MONTES DE OCA de MONSALVO: Santafesina de origen, al momento de la entrevista tiene 85 años. Vino a niña a Rosario (c1825) en la carretilla de cincha: “El Rosario era entonces una pobre aldea. La edificación se concentraban en la Plaza de Mayo y era entonces terrenos llanos y montuosos convertido en pajonales y bosques. Francamente, me parece un sueño contemplar en estos últimos días de mi vida el asombroso desarrollo de aquella miserable aldea rosarina. Con decirle que en la esquina de las actuales calle Libertad ( luego Sarmiento) y Rioja, donde hoy existe una ferretería, mi esposo cazaba patos y cholitos pues el lugar estaba convertido en cicutales y lagunas”.

VICTORIA LOPEZ CARABALLO: Esta decana de las matronas rosarinas nació en esta ciudad en el año 1807. Al momento de la entrevista contaba con 98 años de edad y todavía no pensaba en casarse. Fue propietaria de varios terrenos pero se encontraba reducida a la pobreza. Vivía en un rancho pulcro y limpio ubicado sobre el resto de la barranca que existían en la bajada de la calle Rioja entre 1º de Mayo y Belgrano, y hablaba del pasado con el tono vacilante a que la obligaba el peso de casi un siglo: “Recuerdo que era niña cuando asistí desde el lugar que hoy llaman “Basuras viejas” al combate librado en el orilla del río entre las tropas de guarnición en los fuerte situados entonces donde hoy esta la estación del Central y la plaza Brown, y los barcos a vela que me rodeaban por Paraná. Fue un combate empeñoso que ocasionó muchas bajas a los que estaban en los barcos. Recuerdo muy bien que los soldados del fuerte del Central, que estaba asentado sobre una barranca inmediata al río, enlazaban los palos de los barcos que combatían. ¡tumbándolos!
- ¿ Donde clavó Belgrano la bandera argentina?
 -Yo tenía en ese tiempo apenas 4 años, pero mis padres, que habían asistido al acontecimiento, decían que la bandera fue atada en un algarrobito inmediato al fuerte sustituido hoy por la plaza Brown. He visto fotografías( debe querer decir pinturas o vitrales) en que aparece esa bandera dentro del fuerte, pero el caso no fue así.
- ¿Recuerda algo del tiempo de Lavalle?
 -¡ Como no ¡ El general unitario Juan Lavalle entró al Rosario con una mozada de oficiales ( 26 de abril de 1829). Era un tipo simpático. Yo era joven y no mal parecida, de manera que con otras muchachas andábamos por la plaza retrúcándoles al general con los cantos que estaban en boga:
       “ Con lo que a Borrego hiciste,/ de esta ciudad ¿qué será?/ A voces se
          quejará/pidiendo al cielo venganza, /y si este favor no alcanza, /unitarios
          llorarán”
También se cantaba:
      “ Ofrecieron los porteños/ varias veces el papel/ recibirlo no quisieron/ Córdoba
         ni Santa Fe/ ¿ Donde están las 20.000 onzas/ que trajo el inglés?/ Todas se las
         han gastado/ y va corriendo el papel”.

  - ¿ Y qué no cuenta de los tiempos de Rosas?
   - En Rosario, Rosas no hacía picardías. Solamente había ordenado que nos pusiéramos moños rojos. Todas los días se ponían en la puerta de la iglesia los milicos con tarros de alquitrán y a la fuerza pegaban en la cabeza los moños a los que no lo tenían. Muchas de nosotras no queríamos llevar por la calle el moño y lo prendíamos oculto en la mantilla, de manera que al entrar a la iglesia nos la colocábamos y aparecía entonces gallardo y desvergonzado el lazo rojo evitando que nos emblecaran. También había en esa época un tuerto, Bácena, un federal muy organizador de bailes y parrandas. Cuando hacía bailes nos invitaba a todas las muchachas y una vez adentro cerraba la puerta y se guardaba la llave para que la fiesta siguiese hasta que a él se le antojase. Cuando terminaba, al son de la música nos iba dejando en nuestras casas. Mas tarde, el señor Pablo López, que era autoridad, le prohibió estas cosas.

Gentileza Fuente: Se extrajo este publicación del Suplemento del diario La capital en Homenaje al Bicentenario de Mayo publicado el Martes 25 de Mayo de 2010.-

miércoles, 15 de diciembre de 2010

ROSARIO, PAGO, VILLA Y CIUDAD

por Daniel Abba  Jefe de Redacción


El rápido crecimiento de Rosario asombró a propios y extraños. Como sostienen algunos
testimonios, de principios del siglo, en apenas unas décadas, de ser una pobre aldea que no tenía ni un solo edificio importante y cuya parte más céntrica estaba cubierta de barriales, lagunas y terrenos baldío, pasó a convertirse en una urbe moderna, pujante y floreciente gracias a las fuerza mancomunadas de los rosarinos y su amor por el progreso. Este fenómeno, impulsado por el vigor de su industria y su comercio, hizo que mucho antes de llegar al año del Centenario de la Revolución de Mayo, Rosario ya fuera
conocida como "La Chicago Argentina”, debido a que al igual que aquella ciudad
norteamericana ganó pronto renombre por su revolucionaria evolución.
Sin embargo y a pesar de disputar el lugar de "segunda ciudad de la Republica”, la historia "patricia', de nuestro país, de nuestras guerras de independencia, siempre le resultó ajena, leída desde las ciudades  de Buenos Aires o de Santa Fe. Es que en gran parte, y como afirmó el historiador Félix Luna, desde las mismas históricas jornadas de mayo de 1810 muchas veces se trató de, revoluciones, burguesas", decididas por unos pocos, situados en lugares clave de poder.

Es por esto que, en homenaje(1) el Bicentenario de Mayo, este suplemento se propone rescatar, por un lado, los nombre de algunos de los rosarinos que con su invalorable aporte ayudaron a hacer la patria grande y, por otro, recordar en rápidas pinceladas la historia menuda nuestra ciudad y de su constante desarrollo. En este punto, es oportuno dar lugar  a la palabra  algunos testigos(*)que en su juventudes conocieron a la villa del Rosario como un “reducido” e informe montón de viviendas mezquinas,' que tenían como marco el anchuroso Paraná, y los que luego no podrían dar crédito a sus ojos al ver las grandes transformaciones que con
experimentado la ciudad.
De este modo celebrar el Bicentenario de Mayo es para La Capital una oportunidad más de homenajear a este pueblo que con su esfuerzo y sacrificio cotidiano aporta a la
historia grande del país. Una forma más rescatar nuestras raíces, las que aun que no
hayan abrevado en aguas patricias, no por eso son menos nobles ni menos dignas de
recordar.


(*) Estos testimonios fueron publicados a principios de siglo por la Capital
(1) Suplemento Homenaje al Bicentenario de Mayo


Fuente: Se extrajo esta pubicación  del Suplemento del diario La capital en Homenaje al Bicentenario de Mayo publicado el Martes 25 de Mayo de 2010.-

lunes, 13 de diciembre de 2010

¡¡ QUERIAN COBRAR ENTRADA!! ( Anécdota)


El jueves 30 de marzo de 1905. tras no pocas alternativas, quedó formalizada la creación de la Liga Rosarina de Fútbol ( ya con su nuevo y definitivo nombre). Se fijó el comienzo del campeonato para el 21 de mayo de mayo de 1905, día en que los auriazules debían enfrentar a otro de los clubes “viejos” : el rosario Atlético, ya por entonces- como ahora- Atlético del Rosario. Días antes, el ambiente se convulsionó con una noticia increíble: para ese partido tan esperado, a jugarse en Plaza Jewell, Atlético y Central ¡ querían cobrar entrada! La reacción de la naciente liga fue instantánea; en un tono muy cortés, pero tajante, el secretario honorario: J. H. Hudson, remite una cartal al Club Atlético del Rosario donde, entre otras cosas, señala: “ En el primer año de organización es menester hacer cuantas concesiones sean posibles para asegurarnos que la liga prospere y el fútbol se popularice aquí”.Lo real es que no se cobró entrada y una muchedumbre presenció – gratis- aquel 21 de mayo de 1905 el triunfo de Central en Plaza Jewell, por 3 a 1 frente a Atlético del Rosario.-

Fuente: Bibliografía de la colección Rosario Central        Autor : Andrés Bossio

martes, 7 de diciembre de 2010

DIFERENCIAS CON NEWELL’S

Futbolísticamente, desde la cuna, Rosario Central y Newell's Old Boys fueron
distintos.
Los estilos tuvieron que ver con 1a idiosincrasia de sus jugadores, de su gente.
Central fue transgresor, Newell's fue rígido y disciplinado. Central le puse al futbol la impronta de sus hombres criollos. Newell's respetó el molde tradicional del fútbol inglés simple y sobrio. Los futbolistas de Central vieron en el .juego una diversión, sintieron placer por hacerse de la pelota. tenerla. moverla, de un lado a otro sin pensar mucho en el arco contrario. Los muchachos de Newell's se aferraron a la efectividad, buscando llegar al gol sin muchas vueltas y ensayando el remate de lejos.
El símbolo de Central fue el preciosismo de Harry Hayes. El de Newell's  la potencia de José Viale. Los de Central trasplantaron al futbol sus vivencias cotidianas en la casi marginalidad que marcaban los límites entre la ciudad y el campo en “ los suburbios del norte". Los de Newell's volcaron 1o aprendido en el patio  y en las aulas del Colegio Comercial Anglo Argentino.
Para interpretar la realidad de esos tiempos futbolísticos, en lo  técnico y en lo
táctico, debemos acudir -imprescindiblemente- a la pluma del periodista Cipriano
Roldán, quien escribió en el diario “La Tribuna".
“…Esas disímiles realizaciones pueden observarse cuando se enfrentan Rosario
Central y Newell's Old Boys. Aquellos primeros triunfos de los rojinegros parecieron darle la razón a un juego práctico y de indudable visión de gol. Sin embargo comenzado los centralistas a imponer su sel1o particular. Tardarán ellos en 1a concreción de sus esfuerzos, pero su accionar llenará de alegría el espíritu, pese a su demora en someter a la valla enemiga. Para ello habrán necesitado recorrer lodos los rincones de la cancha en un ir y venir zigzagueante. tras imponerles a los contrarios la agotadora faena de tener que soportar un  “ballet” endiablado.
"Lo cierto es que ambas tendencias, de una u otra manera, forjan en aquellos años
1a personalidad del fútbol rosarino. Se va modelando una fisonomía propia. Toma
cuerpo una estructura que en 1908 luce vencedor a Rosario Central con la obtención de su primer título de campeón. Al imponer en el terreno de la lucha tal modalidad, le empieza a dar al juego rosarino brochazos artísticos que perduraron  través del tiempo…”

Central y Newell's. Dos estilos de fútbol  Dos estilos de vida.

Fuente: Extraido de la Publicación del libro De Rosario de Central de Jorge Brisaboa Editorial Homo Sapiens año 1996

lunes, 6 de diciembre de 2010

Escuela Normal Superior Nº 2 “ Juan María Gutiérrez

Fue el primer edificio construido para convertirse en una escuela primaria por el gobierno provincial en 1905. Proyectado por el arq. Augusto Plou presenta tres fachadas con distintas resoluciones. La que da sobre Córdoba es de composición simetría  con un gran arco de medio punto. El frontis que mira hacia Santa Fe se organiza a partir de un cuerpo central, jeraquizando el ingreso con columnas que sostiene un balcón de balaustradas.

Dirección: Córdoba y Balcarce.

Fuente: Bibliografía  Güias Visuales de la Argentina N• 13 Colección de Clarin

Ex JEFATURA DE POLICIA

Ex JEFATURA DE POLICIA

Ex alcaldía y sede de policía local, el palacio – de comienzos del siglo XX – fue un proyecto de los arquitectos Roberto Peró y Manuel Torres Amengol en estilo neoclásico alemán voluminoso
e imponente en las esquinas, la fachada sobre Santa fe está coronada por una escultura de Gianuzzi que representa el poder benefactor de la justicia. Dolorosa paradoja en el palacio funcionó uno de los centros clandestinos de detección durante la última dictadura militar ( conocido como el Pozo ). Hoy es la sede de la Delegación Rosario de la Gobernación de la Provincia. También funciona allí el museo de Ciencias Naturales “Ángel Gallargo” que se trasladó a este edificio tras el incendio sufrido en 2003 en el sector del ex Palacio de Justicia, donde funcionaba. Esta integrado por muestras  de zoología, botánicas, minerología, paleontología y antropología.

 Dirección: sede :  Santa Fe 1950
                  Museo San Lorenzo 1949 TE 472-1449

Fuente: Bibliografía  Güias Visuales de la Argentina N• 13 Colección de Clarin

miércoles, 1 de diciembre de 2010

EN 1905: transformación y transgresión

En 1905 se transforma el fútbol rosarino.
La ciudad, continúa con sus problemas ya tradicionales. Aunque los informes oficiales dan cuenta de que los trabajos de extinción de la langosta son satisfactorios.
Para mediados  de año, la creciente del río Paraná produce una nueva inundación, se derrumban las barrancas, y las autoridades prohíben el tráfico sobre la ribera y deben interrumpir el  alumbrado eléctrico.
En los diarios se publicita una motocicleta Peugeot. "¡La mejor  del mundo, la más ligera en velocidad, la más linda de vista, el hablar de todos los ciclistas, la más economía en combustible de gasolina!”.
La carne cuesta 70 centavos el kilogramo. Es cara. Y las culpas recaen sobre: los abastecedores que han armado un monopolio.
En el Concejo Deliberante muchos días transcurren sin que los concejales sesionen:” Unas veces por falta de quórum y otras porque después de un par de horas de alegre animada charla en antesalas, no les queda tiempo para cumplir los deberes que  se ha impuesto  ante el vecindario al aceptar el cargo que invisten ", se escribe en "El Municipio", diario propiedad de Deolindo Muñoz.
Pero el regocijo de la ciudad se centra en 1os empleados ferroviarios. Tras una  serie de conflictos laborales, el directorio en Londres del Central Argentino y del Buenos Aires resuelve que el administrador  en Rosario. H. H. Loveday, regrese a su país. En "El Municipio" se lee: "Sobran motivos a los empleados para regocijarse por la ausencia de Mr. Loveday, porque ahora concluirán las agitaciones, las protestas, los escándalos y las paralizaciones".
Para muchos de los obreros ferroviarios. al entusiasmo por tal medida se agrega la puesta
En marcha del primer campeonato rosarino de fútbol con la participación de Rosario Central.
La transformación comenzó con la organización de la Liga Rosarina de Fútbol “ con el objeto interesar a los principiantes y dar mayor incremento aquí a este noble sport”, según
consta en acta. La sugerencia, como en tantos órdenes ya ocurría, había partido desde Buenos Aires. Y los dirigentes rosarinos, reunidos en el Hotel Britania, resolvieron nucleares  tal cual lo creía conveniente la dirigencia de la Asociación Argentina.
Además  de Rosario Central. Newell's Old Boys y Atlético del Rosario, se inscribieron
otros clubs que se habían conformado en distintos barrios de la ciudad. Provincial, Argentino ( actualmente Gimnasia y Esgrima), Córdoba y Rosario ( ahora Central Córdoba)
Cada uno debía abonar diez pesos.
El intendente rosarino Santiago Pinasco donó una copa que se adjudicaría el club vencedor. Quedó .establecido que el primer torneo, por la Copa Pinasco, fuese de segunda división.
El debut de Central, al inaugurarse el campeonato el 21 de mayo, término con un triunfo sobre
Atlético del Rosario por 3 a 1. Antes del encuentro, en el que los directivos de Atlético  pensaban cobrar entrada a los no socios, la Liga – alarmada – pidió que no se cobre
para “ asegurarnos que el fútbol se popularice”.El torneo avanzó, y a la vez  en una tarde lluviosa, ventosa y del  16 de junio, dos mil afiliados se dieron cita en Plaza Jewell  para ver al combinado rosarino con el primer elenco inglés que visitaba la ciudad: el Nottingham Forest. El partido a beneficio de los inundados.
Ganaron los ingleses 5 a 0, pero una de las figuras había sido; el criollo centralista Zenón Díaz.
Con la euforia aún latente por la presencia y el juego de los británicos, dos días después se
Disputo el primer clásico rosarino. Plaza Jewell volvió colmarse de público, y el contraste
quedó en evidencia: los hinchas obreros de los barrios del norte y los “antiguos muchachos
de Newell” formados a escuela de don Isaac. "El bullicio fue extraordinario” de acuerdo a las crónicas periodísticas. Zenón Díaz no pudo jugar. Venció Newell¨s 1 a 0.
El campeonato también se lo adjudicaron los rojinegros (1a camiseta roja y negra)
Newell¨s Old Boys. Rosario Central que desde 1904 había empezado a usar azul y amarilla fue  subcampeón.
El arranque cuantitativamente, no había sido el mejor par a Central porque  los subcampeonatos -en el fútbol- poco se festejan. Pero había servido para instalar un sello
Futbolístico.  El periodista Cipriano Roldán lo tradujó) así:
“ …Se trata de jugadores que al fútbo1 “gringo” le están adosando su  genio innato, su viveza y . Toma  así relieve la creación  del <.juego rosarino'>  que algún día sería famoso por su particularísima desenvoltura, el sutil encanto de su artística coherenciay la aptitud múltiple que asombrará por la belleza de su movimiento posible de los ingleses, para transformarse substancialmente. Un tono brillante de modelo criollo está  plasmando su maravillosa contextura. La tendencia a la gambeta, que demora el avance pero que lo va tejiendo tenuemente, aparece como una modalidad que adquiere relieve, de manera particular, entre los hombres que visten la casaca de Rosario Central...”
En ese 1905, año de las transformaciones institucional, los jugadores de Central- con el apoyo de sus seguidores hinchas obreros- se convirtieron en los abanderados  de la transgresión técnica del fútbol, de la creación de un estilo llamado, simplemente fúltbol rosarino

Fuente: de la publicación del libro "De Rosario de Central "de Jorge Brisaboa Editorial HomoSapins

martes, 30 de noviembre de 2010

EL LUDUEÑA, UN ARROYO CON HISTORIA

por Julio Salas

Si tomamos un plano de nuestra ciudad veremos que 3 cursos de agua se destacan en él: el Río Paraná al este, el Arroyo Saladillo al sur -recordemos que en este punto cardinal se marca uno de los límites de Rosario-, y el Arroyo Ludueña  en el norte, que primitivamente también significó una delimitación. Gradualmente otras zonas aledañas se fueron agregando a la urbe rosarina hasta conformar su mapa actual.
    Desde el punto de vista histórico, el Ludueña carga en su haber su propia importancia, que no es poca pese a que los restantes cursos acuosos mantienen prioridad en este nivel. Veamos un poco.
En el cruce de este arroyo con el antiguo Camino al Norte (actual Av. Alberdi) y en sus cercanías se concentraron y organizaron las tropas del General Justo José de Urquiza, que combatieron en las batallas de Caseros (1852), Cepeda (1859) y Pavón (1861) contra el dominio rosista.
En este mismo lugar conferenció el 3 de octubre de 1859 el General paraguayo Francisco Solano López con su colega Urquiza, buscando encauzar en una vía pacífica el conflicto entre la Confederación Argentina y Bs. As.
    Para concluir este breve resumen de acontecimientos históricos dados en el Ludueña, digamos que en la Revolución Radical de 1905 sus costas fueron testigos de cruentos combates.

jueves, 25 de noviembre de 2010

DERROTA RADICAL

Los radicales resuelven capturar al jefe de policía, coronel Martín Hernández, pero fracasan en el intento. El militar se pone al frente de una fuerza integrada por guardia cárceles, bomberos, y soldados del cuerpo de seguridad organiza la defensa. Las estaciones del ferrocarril Central Argentino y del Central Córdoba caen en manos de los revoluciones, al tiempo que se producen los primeros enfrentamientos entre civiles en el barrio Arroyito
Las tropas adictas a los radicales demoran más de 7 horas en ingresan a la ciudad, y en ese lapso la situación se torna desfavorable para los revolucionarios Al llegar a Arroyito se enfrenan con las fuerzas del coronel Hernández en encarnizados combates. Después de cuatro horas de pelea y cuando la revolución ha fracasado en Buenos Aires, los oficiales del 3 de Artillería y el 9 de Infantería deciden retornar a sus cuarteles. Los enfrentamientos dejan un saldo de 12 muertos y 29 heridos. Cuando Hipólito Yrigoyen para pedir a los revolucionarios que se mantengan en pie, el movimiento ha cesado y los vencidos corren a ocultar sus armas, a la espera de una coyuntura más favorable.



Fuente Bibliografíca: Revista de los 125 años del Diario la Capital

miércoles, 24 de noviembre de 2010

REVOLUCIÓN 1905

La reforma electoral que divide al país en circunscripciones no genera mayor entusiasmo en Rosario y en las elecciones del 13 de marzo de 1904, votan tan sólo 2.400 personas. En los comicios del 10 de abril para elegir presidente sufragan menos personas aún, a raíz de la convocatoria  a la abstención formulada por la Unión Cívica Radical. En los comicios resulta elegido Manuel Quintana. El presidente asume el 12 de octubre y ese día fallece en Capital federal el ex gobernador santafesino Nicasio Oroño, en momentos en que cumple funciones de diputado nacional. Al iniciarse 1905 se produce que los radicales un nuevo lanzamiento contra el gobierno nacional. El 4 de febrero de 1905 estalla el movimiento revolucionario en Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y Santa Fe. En Rosario, la organización de la rebelión está a cargo de José Chioza, Ricardo Núñez, Miguel Rivero y Horms, Alfredo Brown Arnold, Ricardo Caballero, José Bacigalupo y Ángel Culaciati Díaz, algunos eran revolucionarios del 93 Los conjurados arman grupos civiles y consiguen  la adhesión de los regimientos 3 de Artillería de San Lorenzo y 9 de Infantería de Puerto General San Martín.

Fuente Bibliografíco: La revista de 125 años del diario La Capital

martes, 23 de noviembre de 2010

TEATRO COLON


Este Teatro fue inaugurado el 19 de mayo de 1904 por una compañía lírica contratada y organizada expresamente en Italia por cuenta de la sociedad propietaria del Colón. L a compañía, que trajo como primer director y concertador de orquesta al maestro Giovanni Zuccari, actuó en el escenario de esta desde el 19 de mayo hasta el 30 de junio, casi un mes y medio, causando a los propietarios un déficit de cien mil pesos, no obstante el concurso de la sociedad rosarina que asistió en forma numerosas a los variados e interesantes espectáculos.
La compañía se disolvió a fin de que las segundas partes pudieran regresar a Italia, las partes principales del elenco dieron en el Teatro La Opera un beneficio con el resultado económico que se esperaba. Es de señalar que, además de Tosca – ópera con que la compañía inaugurara el Teatro Colón- la compañía puso en escena por primera vez en Rosario la ópera de Richard Warger, Lohengrin.

1904: En agosto de este año se realiza un gran festival organizado por el centro literario Athenas en el participa et viorinista Andrés Dalmau. Foco después hace su primera temporada en Rosario el ilustre trágico italiano Ermete Zacconi'quien se constituye en un éxito de proporciones memorables.
En setiembre celebrase una audición musical por la concertista Anunciada B. de Mantegazza. En el mismo mes tiene lugar un festival de esgrima con los célebres maestros Pini  y Merignac. Poco después, se realiza un concierto a cargo de Gustavo Loesser
En octubre actúa la compañía española de comedias que encabezó Julio Verder v Ma-
ría Díaz de Sandes. Durante los meses de noviembre y diciembre realiza una larga temporada la compañía italiana de operetas Zuchi-Otonello, con las tiples Julia A. Lambiase Amalia M. Poggi Amelia y Gilda Evangelisti y los cómicos Contarini, Ottonello, Lambiase, Poggi y otros.

Fuente: Fragmento extraído de Libro “Rosario era un espectáculo” “¡ arriba el Telón ¡” de Héctor Nicolás Zinni . Ediciones Del Viejo Almacén . Año 1997

viernes, 19 de noviembre de 2010

GAUCHOS DE CARNAVAL

Refiriéndonos al barrio Refinería que la oferta de puestos de trabajo Había concentra en la zona, aledaña a Pichincha y Rosario Norte – o Sunchales- a gran parte de los inmigrantes que llegaban a Rosario a la vez a que atraía a población de otras provincias'

Mientras el centro rosarino a principios del siglo se iba poblando tiendas, comercios y edificios públicos, cruzando el pasaje Celedonio Escalada - más conocido por El
Túnel -,  el paisaje estaba compuesto por fábricas, barracas,  embarcaderos, conventillos, casillas, ranchos, almacenes, y boliches. Sólo  parecían no formar parte de aquel conjunto las viviendas de los funcionarios y técnicos del Central Argentino que dieron origen al llamado Barrio Inglés'

El Carnaval trae un respiro. "En la cortada Arenales - cuenta Salvador Terrazino -
se formaba una murga,. la de Los Escoberos, que se pintarrajeaban el cuerpo de
negro con betún y llevaban una escoba con un cuchillo disimulado entre la paja de guinea. De Refinería se iban al barrio La Tablada, a buscar a otros negros escoberos
Los gauchos de carnaval, que, de los corsos pletóricos de serpentinas, papel picado, agua perfumada que vierten pomos y lanza perfumes, máscaras sueltas, comparsas, murgas y carruajes, se han mudado a París.¿Cómo dice? Si a París." "Pero, ¿hay gauchos en París?" Hay gauchos en París, corno hay apaches en la Argentina.


Fuente: Fragmento extraído de Libro “Barrios de Tango y otras Yerbas de Héctor Nicolás Zinni . Ediciones Del Viejo Almacén . Año 1997

lunes, 15 de noviembre de 2010

EL MERCADO CENTRAL

En 1904, el por entonces Intendente Municipal de Rosario, Santiago Pinasco, concluyó la construcción del gran Mercado Central, de dos plantas, que estaba ubicado en la manzana comprendida por las calles que hoy se denominan San Juan, San Martín, San Luis y cortada Barón de Mahuá.
En cualquier fotografía del Mercado tomada en aquellos años iniciales del siglo, puede percibirse la ciclópea estructura del edificio, cuya larga y justa fama trascendió a alejados pueblos del interior. De estos centros urbanos procedían multitud de forasteros que adquirían los más variados artículos alimenticios, para llevarlos a su terruño como extraordinarios presentes gastronómicos.
En su libro “Memorias de Rosario”, el historiador Wladimir Mikielievich relata que en el interior del mercado funcionaba un crecido número de puestos unidos en sectores de cuatro, separados por amplios pasillos, cada uno protegido con mallas de alambre. Carnes, aves, pescados, hortalizas, frutas, fiambres, quesos, leche y otros artículos de consumo diario colmaban esas instalaciones.
Desde tempranas horas de la mañana, un mundo de parroquianos con canastas, paquetes, cajones y otros envases se desplazaban por los largos pasillos.
Entre los seres que ambulaban por los alrededores se incluían muchos lustradores de botines y canillitas, y los que simulaban pertenecer a ese gremio pero eran en realidad expertos en timar a forasteros.
Mikielievich describe detalladamente el accionar de estos pícaros, diciendo que los mismos les ofrecían con la mano izquierda algún ejemplar de algún diario, con preferencia el Giornale d´Italia o La Patria degli Italiani, colocándolo a la altura del pecho del candidato, para incitarlo a leer los títulos sensacionales, mientras que con los dedos de la mano derecha les desprendían subrepticiamente del chaleco la cadena de oro y el reloj que, rápidamente, desaparecían en algún bolsillo.
Estas preciosas alhajas eran reducidas por los delincuentes en cualquiera de las tantas casas de remate al paso existentes frente al mercado.
El historiador completa el cuadro, contando que tales lugares de turbios remates de joyas perduraron largos años, engañando a incautos codiciosos de adquirir por pocos pesos anillos, relojes, cadenas, medallas, prendedores y gemelos de oro, que a la semana ya mostraban el herrumbre del auténtico cobre.
En momentos de la subasta, a grito pelado, un par de gurupíes disimulados entre los concurrentes, elevaban las posturas cuando detectaban interesados en adquirir el objeto o atendiendo a señales codificadas del martillero.
Entre los dedicados a explotar así su profesión, se incluyeron caudillos políticos, no faltando algunos que ocuparan el cargo de intendente municipal, designado por el gobernador o el partido triunfante en las urnas.
Podrían llenarse varios tomos con relatos de hechos insólitos ocurridos en aquel recinto. Nos referiremos a dos casos: la caza de ratas y las carreras de gusanillos.
Convivían en el mercado, roedores y gatos arratonados, persiguiéndoselos con tenacidad. En determinadas fechas, luego de la pausa del mediodía con el cierre de los portones, cuando las ratas buscaban descender del techo por los tirantes para buscar sus más sabrosos bocados en los puestos de quesos y fiambres, se procedía a eliminarlas a tiro de fusil.
Los empleados de la sección Desratización de la Asistencia Pública, encargada de la eliminación, festejaban cada tiro certero con satisfacción
Con respecto a las carreras de gusanillos generados por el “Gorgonzola”, aromático queso muy estimado por los extranjeros, las organizaban en las tardes, en horas de poca actividad, dueños y ayudantes de puestos de queso.
Concertadas las apuestas, se colocaban en línea sobre el mostrador de mármol, dos de esos invertebrados, que se arrastraban en dirección a un trozo del artículo que les diera vida. Como en una carrera de caballos, quien hubiera apostado al vencedor obtenía las chirolas puestas en juego.

El vertiginoso crecimiento que en experimentó la ciudad convirtió al mercado central en un obstáculo para la higiene, el desarrollo urbanístico y el tránsito vehicular de la zona, por el movimiento diario de los proveedores y puesteros.
Promediando el siglo, se reclamaba la intervención de algún intendente municipal decidido a concluir con dicho emprendimiento, permanentemente denunciado como foco infeccioso en pleno centro de la ciudad.
Ese brazo ejecutor apareció en 1960. El intendente Luis Cándido Carballo, enfrentando la fuerte oposición de los arrendatarios de puestos y sobreponiéndose al “no innovar” de la Justicia, en pocos meses terminó con el regio palacio de las ratas.
Lo que no pudo evitar, fue la invasión de los edificios aledaños por verdaderas legiones de roedores, fugitivas de sus destruidas moradas.
En 1969 otro intendente, de esos no rosarinos e ignorante de las tradiciones locales, designados en Santa Fe, solapadamente aplicó el nombre de Pinasco a la plaza pública formada en el área antes cubierta por el Mercado. Este homenaje lo destinó a un empresario del cemento armado nativo de Buenos Aires (Emidgio Pinasco), y no al ilustre intendente rosarino Santiago Pinasco, como lo creyera la ciudadanía, aprovechando para ello el homónimo apellido.
Este fue un fraude como los sucedidos en aquellas casas de remate al paso, que recién fue subsanado hace pocos años por el Intendente Cavallero cuando rebautizó el predio con el nombre del fundador de la ciudad, Santiago Montenegro

www.rosariodehistorias.com.ar/lugares.htm

sábado, 13 de noviembre de 2010

EL TRAMWAY



Por Wladimir Mikielivich

A pocos de iniciados el 1904 son varios los gremios empeñados en obtenr mejoras salariales; unos las gestionan amistosamente y los demás recurriendo a la huega. El 22 de enero numerosos comerciante e insdustriales piden a las autoridades la implantación del descanso dominical, motivo también de inquitud proletaría a parte del aumento de salarios y reducción de las horas de trabajo. La efervescencia se manifiesta el domingo 31 con un gran mitin organizado por la Unión Obrera Rosarina en la plaza San Martín Una semana después van nuevamente a la huelga de mayorales y cocheros de la empresa Anglo Argentino; el 10 de febrero comienza a circular tramways con custodia de uno o dos vigilantes mientras los huelguistas se quejan de no permitírseles andar en parejas por la calles; sólo falta, dicen se nos prohíba ir en grupo de más de una persona, anunciando al mismo tiempo estar dispuestos a abandonar el trabajo, en solidaridad con ellos, el personal del Rosarino del Norte y del Ciudad de Rosario.
Desde el 7 de mayo de 1904 es intendente municipal Santiago Pinasco, empresario nacido nuestra ciudad en 1860 y educado en Génova de donde regresó en 1880 para incorporase a la firma comercia Pinasco y Castagnino. A él le corresponderá suplantar los servicios del tramway por los del tranvía.
Se registra una nueva presentación ante la Municipalidad solicitando autorización para establecer líneas tranviarias; el 16 de octubre, patrocinada por los abogados García Gonzalez y Cafferata la entrega Santiago Keenan con un proyecto de ordenanza para facilitar el trámite, novedad que comentan los diarios del día siguiente.
Todavía hay un último pedido para instalar el tranvía; lo firma Henry S. Chappell y presenta el 23 de noviembre.  Transcurre el último mes de 1904 y la prensa periódica urge la necesidad de acelerar la instalación del tranvía; se reclama insistentemente que las autoridades municipales se aboquen a la redacción del pertinente pliego de condiciones para procederse a la llamar a licitación, primero paso a cumplirse si se quiere sinceramente dotar a la ciudad de ese moderno medio de transporte.
A las 2 de la tarde del 31 de Julio de 1905, en el salón de actos del Palacio Municipal y en presencia de numerosas personas, se abren las cuatro propuestas recibidas para instalar el tranvía en la ciudad, cada una acompañada con detalladas descripciones y planos.
Las tareas de colocar la vías obstaculizan en demasía el tránsito por las calles donde se realizan; para obviar en parte estos inconvenientes, Pinasco designa el 4 de julio una comisión  de funcionarios municipales encargada de inspeccionar los trabajos puestos, hasta el momento, bajo la vigilancia de inspectores y sobrestantes.
Por otro lado reclaman numerosos vecinos calles convertidas en estruendosos talleres mecánicos; se aserran y encorvan rieles a colocarse en las curvas, manteniéndose esos lugares sin pavimentos durante semanas. Y no falta la queja de alguien, que muchos años después será concejal, por la amplitud de las curvas emplazadas en la avenida Pellegrini, sosteniendo tener quince metros de longitud, dimensiones que se le restan a esa arteria.
Con sólo ocho coches se están cubriendo en agosto los servicios del Rosarino del Norte. La extensa y descuidad vía extendida entre Alberdi y la plaza 25 de Mayo sigue multiplicando descarrilamientos en cada viaje.
La noche del jueves 18 de octubre se realizan los últimos ensayos para librar al servicio la primera línea tranviaria. En uno de los dos coches que cumplen  el itinerario, viajan el intendente municipal, el inspector general, el director de obras públicas, invitados y periodistas; el trayecto se recorre sin inconvenientes y con regularidad.
Comenzando el año 1907 avanza la construcción de las líneas y siguen las protestas por los inconvenientes creados a la población por esa labor.
Festejan los estudiantes del Colegio Nacional el 15 de enero inauguración de la Línea Nº 2 de tranvías; en lanza la estación Sunchales ( hoy Rosario Norte) con la del ex ferrocarril Oeste Santafecino, dejándolos a pocos pasos del acceso a dicho establecimiento.
Se registran más variantes de recorridos. Se autorizan por ordenanzas, la  primera, del 11 de 1907 para la línea N 8 que recorrerá las calles san Lorenzo, Entre Ríos, Virasoro, San Martín, Av. Arijón, Andes, Petrópolis ( Actual Sánchez de Bustamante, Amberes, Av. Rosario y Tupungato ( hoy Regimiento 11) hasta la Villa Fausta ( residencia de Manuel Arijón con frente a la Av. Rosario ( hoy al E de la Av. De acceso al puerto); la vuelta se cumplirá por Tupungato Av. Rosario y las calles San Martín, La Paz, General Mitre y San Lorenzo.  La otra ordenanza del 30 de setiembre, señala el siguiente recorrido para la línea Nº 10; Estación del Ferrocarril Provincial Santa fe ( frente a la calle Cafferata), calles Córdoba, Alvear, santa fe, Maipú, San Luis, Buenos Aires, Estación del Ferrocarril Córdoba y Rosario; vuelta por Br. 27 de Febrero y calles San Martín, Cerrito, Laprida, Mendoza, Corrientes, Rioja, Pichincha y Córdoba, terminando en la estación ferroviaria de partida.
En diciembre se pide evitar el ingreso al centro urbano de los siempre de los siempre sucios tramways que llegan de Alberdi y Arroyito, haciéndose combinar con tranvías en la esquina de la Plata ( Av. Ovidio Lagos) y Salta. La Sugestión no encuentra eco porque el 31 de enero de 1908 se inaugura la línea Nº 5 hasta las Tres Vías ( ahora Av. Alberdi y proyección de la cortada Franco), lugar donde los pasajeros trasbordan a los tranways que cumplen el antiguo recorrido hasta Alberdi.
Para colocar las vías de la línea Nº 14, en marzo de 1908 la empresa abre zanjas a lo largo de la prolongación de la calle Mendoza, desde las vías del Ferrocarril Córdoba y Rosario hasta la calle Solís, obstaculizando el tránsito carretero.
El tramway del Oeste al pueblo Eloy Palacios, luego denominado barrio Vila, recorrió la calle Mendoza, doblaba en la de Río de Janeriro y siguiendo por ésta hasta detrás de la Casa de Aislamiento, hoy Hospital Carrasco, seguía por un camino, límite Palacios, eludiendo en esa forma cruzar los terrenos pantanosos cuya nivelación se practica.
La Línea Nº 5 a Alberdi es probada el 9 de setiembre y entra en servicio al día siguiente, superado el problema de las Tres Vías. Pero protestan los vecinos casi de inmediato por la escasa velocidad de marcha de los coches; más vale viajar a lomo de tortuga, dicen.
Antes de terminar el mes de setiembre se encuentran totalmente habilitados los cruces con las vías de ferrocarriles y las líneas  números 5, 8, 11 y 14 son recorridas en toda su extensión por los tranvías, desaparecido en consecuencia los tramways que completaban los recorridos hasta el extremo de sus itinerarios.
En los comienzos de la urbanización por la Sociedad Anónima “El Arroyito” del mencionado sector suburbano, a mediados de 1905, esa empresa gestionó la ampliación de la línea de tranvía Nº 5 con recorrido por la Av. Central ( actual Génova), desde la av. Alberdi hasta las barrancas ( actual av. Avellaneda)

Fuente: Bibliografía: fragmentos extraídos de la publicación de la “Revista de Historia de Rosario Año XIX Nº 33 de 1981



viernes, 12 de noviembre de 2010

COMUNA DE VILLA AMELIA


Fundación 1904 (por Felipe Lozardi)
Villa Amelia fue fundada en las inmediaciones de la estación del ferrocarril General Belgrano, a 25 kilómetros de Rosario (Argentina), hasta donde se conecta -vía ruta 16- por la Ruta Provincial 18 o la Autopista. Se ubica a 6 km de Coronel Domínguez y a 8 de Albarellos.
Según el Censo de 2001, Villa Amelia tenía 1.191 habitantes, y actualmente superaría los 1.500, estima su actual presidente comunal Ricardo Alberto Tabares, quien continua la presidencia de Fernando Jesus Paladini, fallecido el año pasado. Además de la actividad agropecuaria, que ocupa directa e indirectamente a 50 por ciento de su población, las fuentes de empleo de Villa Amelia son el criadero de Paladini -emplea a unas 100 personas, algunas de ellas también de Coronel Bogado- y el microemprendimiento para el mantenimiento del corredor vial cercano que llevó adelante la comuna.

                    Instituciones más destacadas

  • Agricultores Federados Argentinos (AFA), que posee uno de sus 26 Centros Cooperativos Primarios sobre la calle principal de la localidad
  • el hospital rural No 39 (que tiene gente internado y depende de Arroyo Seco en lo programático)
  • el centro de jubilados
  • 4 escuelas primarias, una secundaria, tres escuelas más rurales, el EMPA que es escuela nocturna
  • la Casa de la Cultura
  • Bomberos Voluntarios (cuenta desde hace poco con una autobomba y equipo de rescate)
  • la Iglesia de Santa Cruz, frente a la plaza y al lado de una canchita
  • la subcomisaría 9ª, que depende de la inspección de zona de Arroyo Seco.
En cuanto a los servicios públicos, el agua la maneja la comuna, mientras que la electricidad y la telefonía la brinda la Cooperativa de Obras y Servicios Públicos

Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/villaamelia

Comuna de GENERAL LAGOS

Comuna de GENERAL LAGOS

General Lagos es una comuna del Departamento Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina. Dista 22 km de la cabecera departamental Rosario, en trance de conurbación, y a 192 km de la capital provincial Santa Fe
Fundación 1888 (por ley provincial habilita Estación FF.CC. Mitre)

                   Escuelas de Educación Común y Adultos

  • Escuela Primaria Juan Larrea
  • Escuela de Enseñanza Media Hilario Lagos
  • Escuela de Enseñanza Media Para Adultos

                   Creación de la Comuna 23 de diciembre de 1915, con su Edificio Comunal de 1935

                    Vías de comunicación

Está vinculada con la RN 9 Autopista Rosario-Buenos Aires, con su Estación de Peaje; y con la RP 21 (ex Ruta 9).

                    Medios de comunicación Radio General Lagos

                   Personalidades


Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/generallagos

jueves, 11 de noviembre de 2010

ROSARIO da el gran salto-HECTOR THEDY

Por Luís Etcheverry


Cuando el 24 de marzo de 1916, poco antes de cumplir 46 años, fallecía el ingeniero
Héctor Thedy, Rosario perdía a una figura singular, creativa y difícil de parangonar. Perdía a un proyectista y hacedor de obras públicas de clara
inteligencia y aguda visión de futuro y también a un profesional que, como pocos en aquel entonces, sabía muy bien cuáles podrían llegar a ser los problemas venideros en una urbe con enorme futuro que, por la inmigración y el afán de progreso, amagaba con ahogarse en un crecimiento desordenado y desbordado, matriz de graves problemas. Lo sabía y en consecuencia actuaba desde la función
pública, a la que sirvió de manera ejemplar una vez egresado muy joven de la Universidad.

Como funcionario, el ingeniero Thedy reunió una condición quizás única: fue
director de Obras Públicas de la Municipalidad-entonces no existía, como ahora,
una Secretaría del ramo- de cuatro intendente seguidos: Alberto J. Paz (1895-98),
Luís Lamas (1898-1904), Santiago Pinasco (1904-06) y Nicasio Vila (1906-09), cir-
cunstancia que le permitió proyectar y plasmar (muchas veces, incluso, inspirar)
numerosas obras de extraordinaria importancia. Entre otras el parque Indepen-
dencia, los pabellones de maternidad y de niños del hospital Rosario, la reedificación del Cuartel de Gendarmes,  el Palacio de la Higiene, después Asistencia Pública, el bulevar Argentino (avenida Pellegrini), la avenida Godoy y el Mercado Central, así como el difícil rediseño del actual barrio Refinería, surgido
sobre el caos de casas precarias que rodeaban la refinería de azúcar, entonces importante fuente de trabajo de la ciudad. El detalle podría seguir; la lista es enorme. Thedy también fue concejal y, por un breve tiempo, subsecretario de Hacienda de la provincia.
De concepción liberal -con Lisandro de la Torre y otros fundó la Liga de Sur- y nacido el 22 de abril de 1870,  Thedy fue un típico exponente de la generación del 80. Sabía que la Argentina estaba llamada a grandes destinos y creía de manera absoluta en el progreso en ,  progreso de todos. En consecuencia, actuaba derrochando talento, conocimiento, decisión y, particularmente, responsabilidad
en cuanto encaraba. Perteneciente a una familia de origen suizo, su figura por sí
sola imponía autoridad. Padre de seis hijos,  uno de los cuales fue el político demócrata progresista Horacio Thedy, una muy buena vieja foto lo muestra dueño de un rostro armonioso y bien delineado, frente ancha y cabello oscuro, peinado a la gomina y ya batiéndose en retirada por la incipiente calvicie; los labios bien cortados, firme el mentón. Sobre los espesos bigotes de época, terminados en dos "manubrios', finitos que no suben ni bajan, la nariz avanza recta firme.
Dominando el conjunto, severos y penetrantes, los ojos destellan prestos ,
reprochar alguna inacción o error o, más precisamente, impeler a que no se pierda
el tiempo y se haga algo útil, que sirva todos, tanto hoy como mañana y, de ser
necesario, también pasado.

Fue director de Obras Públicas de cuatro intendentes. Inteligente,  visionario e infatigable, su acción marcó un hito en la ciudad que crecía. El parque
independencia y la avenida Pellegrini se originan en proyectos suyos

Fuente: Bibliografía de la revista 140 años  del diario La Capital

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Masones rosarinos

Por Jorge Benazar




Una vez por semana, cuando la hora que los junta es más discreta, los libres y aceptados masones rosarinos embocan la entrada de Laprida 1027 y trajinan el pasillo interminable que los lleva hasta la casa, hasta sus letras, hasta su lámpara. En tres logias hermanas, unos 150 hombres unidos en libertad, igualdad y fraternidad bajo el lema de la ciencia, la justicia y el trabajo, sostienen en Rosario los antiguos ritos y las faenas filosóficas de la masonería.

Masonería



En la historia del virreinato del Río de la Plata la primera referencia es de 1804, cuando el portugués Juan Silva Cordeiro fundó en Buenos Aires la logia San Juan de Jerusalén de la Felicidad de Esta Parte de América.



Hacia 1810, Julián Alvarez presidía otro grupo de masones porteños; muchos de ellos se sumarían más tarde a la logia Lautaro que formaron Carlos María de Alvear, José Francisco de San Martín, José Matías Zapiola y Eduardo Kannitz apenas llegados de Europa.



El 11 de diciembre de 1857, siete de los talleres masónicos de Buenos Aires se unieron en la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. Por 1859 funcionaban en Rosario las logias Fraternidad y Bien Social, ésta con la presidencia del general Juan Pablo López, hermano del brigadier Estanislao López.



Un año después "levantó columnas" la logia Unión. Tiempos en que los masones Bartolomé Mitre y Justo José de Urquiza saldaban en Cepeda y en Pavón, a sangre y fuego, las disputas entre el puerto de Buenos Aires y la Confederación Argentina.



El siglo XX arrancó con la fundación de la logia General San Martín Número 186, en San Lorenzo, taller que luego se trasladó a Rosario y que, junto con la Unión Libertad Número 275 y la Unión Número 17 -decana en Santa Fe- funciona hasta hoy en el viejo templo de la calle Laprida.

Altar



Con la inmigración europea masiva, muchos hombres inquietos y sensibles encontraron en la masonería el ámbito de reflexión que buscaban para desarrollar y aplicar sus ideas progresistas.



Los nombres de algunas logias que se abrieron entre 1892 y 1945 parecen revelar tendencias a veces contrapuestas: La Luz, Obreros Unidos, Unión Liberal, Belgrano, Aurora, Perseverancia, Reforma, Obreros Liberales, Labor, Bernardino Rivadavia, Renovación, José Ingenieros.



Albañiles del Gran Arquitecto del Universo, los masones rosarinos se destacaron por su práctica de la solidaridad y su compromiso social: entre 1860 y 1870, la logia Unión se ocupó de rescatar cautivos de los malones que caían sobre el sur santafesino y de asistir a los enfermos durante la epidemia de cólera de 1867.



El templo de calle Laprida fue hospital de sangre en la revolución que, en 1893 y desde Rosario, lideró el radical y masón Leandro Nicéforo Alem contra el presidente liberal y también masón Miguel Juárez Celman.



En su libro Bicentenario de la Revolución Francesa (edición de la Comisión Rosarina del Bicentenario, 1989), Lelio Pugliani subraya algunas contribuciones que los masones locales hicieron al progreso de la región. Las logias locales estudiaron, planificaron y operaron a favor de la inmigración, de la explotación racional de los recursos, de la integración de capitales con los métodos modernos de producción y de la educación universal y obligatoria.

Puerta Mason



Muchos masones, apenados o asustados por los graves conflictos laborales que atravesaba la sociedad rosarina de comienzos del siglo XX, se ocuparon de atenuar sus consecuencias con acciones de ayuda solidaria.



También hubo logias que apoyaron la Reforma Universitaria de 1918 y aseguraron que la constitución provincial de 1921 tuviera la orientación liberal y progresista que se plasmó en su texto.



Entre muchos otros masones notorios, Aarón Castellanos, Zenón Pereyra y Lisandro Paganini trabajaron en el desarrollo de colonias agrícolas; Tiburcio Benegas y Melquíades Salvá, en la integración de capitales con destino al crédito; Francisco Henzi, Benjamín Tamburini, Luis Pinasco y Luis Rosenthal fueron masones que empujaron la industria y el comercio.



En la educación popular se destacaron Isidro Alliau, pedagogo español; Tesandro Santa Ana, Francisco Monguillot, Pedro Rueda y el periodista y educador Eudoro Díaz, rector del Colegio Nacional I. Desiderio Rosas fundó la primera biblioteca pública; Luis Lamas, la primera escuela industrial, y Elías Fernández de la Puente, la Escuela Normal II.



Lisandro de la Torre, Nicasio Oroño -gobernador que impulsó la ley de matrimonio civil y la secularización de los cementerios- y Ovidio Lagos también trabajaron en logias masónicas, lo mismo que el inglés Williams Wheelwright, administrador del Ferrocarril Central Argentino, y su compatriota Isaac Newell, educador y patriarca del club de fútbol del Parque de la Independencia.

Símbolo Mason



Por estos días, la logia General San Martín Número 186 se prepara para honrar al Libertador el próximo 17 de agosto. Vendrá Jorge Alejandro Vallejos, Gran Maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones; habrá reunión abierta al público en el templo de calle Laprida, y un acto de homenaje en el Salón de las Banderas de América.



Tal vez no sea inoportuno recordar a don José en estos días aciagos, barruntan los libres y aceptados masones rosarinos que, una vez por semana, cuando la noche que los junta es más discreta, trajinan el pasillo interminable que los lleva hasta la casa, hasta sus letras, hasta su lámpara.



Los hombres del compás y de la escuadra



Aunque ni los propios masones acuerdan sobre los orígenes más remotos de sus órdenes y sus ritos, la mayoría coincide en que las organizaciones actuales emulan a los gremios medievales de la construcción cuyos maestros y operarios, ocupados en levantar catedrales prodigiosas, concentraban el saber teórico y práctico de la arquitectura.



Masón significa albañil; los miembros de la orden visten el mandil, delantal del oficio, y trabajan en la ejecución del plan de Dios, el Gran Arquitecto del Universo. La gran catedral que construyen es la Humanidad; su faena cotidiana es el perfeccionamiento de sí mismos y de los demás seres humanos.



Entre sus símbolos se destacan el compás y la escuadra, instrumentos clave de la arquitectura, que imponen la equidistancia entre los hombres y la rectitud en el pensamiento y en la acción.

Masones rosarinos



Como los gremios medievales de su origen, las logias asignan jerarquías internas a sus miembros según un orden de 33 grados que los conduce desde la iniciación y el aprendizaje primario hasta los niveles superiores de especulación filosófica. Los masones llaman “tenidas” a las reuniones periódicas reservadas que los juntan según sus antiguos ritos y ceremonias; las tenidas blancas están abiertas a invitados profanos.



La masonería argentina acepta, predica y practica la tolerancia y la libertad intelectual y religiosa, propicia el laicismo del Estado y de la educación pública, defiende la democracia y alienta la participación individual de sus miembros en cualquier asunto de interés público, incluida la acción política.
 
gentileza: www.rosariodehistorias.com.ar/protagonistas.htm