por Daniel Abba Jefe de Redacción
El rápido crecimiento de Rosario asombró a propios y extraños. Como sostienen algunos
testimonios, de principios del siglo, en apenas unas décadas, de ser una pobre aldea que no tenía ni un solo edificio importante y cuya parte más céntrica estaba cubierta de barriales, lagunas y terrenos baldío, pasó a convertirse en una urbe moderna, pujante y floreciente gracias a las fuerza mancomunadas de los rosarinos y su amor por el progreso. Este fenómeno, impulsado por el vigor de su industria y su comercio, hizo que mucho antes de llegar al año del Centenario de la Revolución de Mayo, Rosario ya fuera
conocida como "La Chicago Argentina”, debido a que al igual que aquella ciudad
norteamericana ganó pronto renombre por su revolucionaria evolución.
Sin embargo y a pesar de disputar el lugar de "segunda ciudad de la Republica”, la historia "patricia', de nuestro país, de nuestras guerras de independencia, siempre le resultó ajena, leída desde las ciudades de Buenos Aires o de Santa Fe. Es que en gran parte, y como afirmó el historiador Félix Luna, desde las mismas históricas jornadas de mayo de 1810 muchas veces se trató de, revoluciones, burguesas", decididas por unos pocos, situados en lugares clave de poder.
Es por esto que, en homenaje(1) el Bicentenario de Mayo, este suplemento se propone rescatar, por un lado, los nombre de algunos de los rosarinos que con su invalorable aporte ayudaron a hacer la patria grande y, por otro, recordar en rápidas pinceladas la historia menuda nuestra ciudad y de su constante desarrollo. En este punto, es oportuno dar lugar a la palabra algunos testigos(*)que en su juventudes conocieron a la villa del Rosario como un “reducido” e informe montón de viviendas mezquinas,' que tenían como marco el anchuroso Paraná, y los que luego no podrían dar crédito a sus ojos al ver las grandes transformaciones que con
experimentado la ciudad.
De este modo celebrar el Bicentenario de Mayo es para La Capital una oportunidad más de homenajear a este pueblo que con su esfuerzo y sacrificio cotidiano aporta a la
historia grande del país. Una forma más rescatar nuestras raíces, las que aun que no
hayan abrevado en aguas patricias, no por eso son menos nobles ni menos dignas de
recordar.
(*) Estos testimonios fueron publicados a principios de siglo por la Capital
(1) Suplemento Homenaje al Bicentenario de Mayo
Fuente: Se extrajo esta pubicación del Suplemento del diario La capital en Homenaje al Bicentenario de Mayo publicado el Martes 25 de Mayo de 2010.-