jueves, 29 de septiembre de 2016

LA PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR



Foco de la Identidad Hispánica en la República de la Sexta.

Por Silvina N. Balma*

Introducción

Barrio de extramuros localizado en el sector sudeste de Rosario, la República de la Sexta se caracterizó desde sus inicios por albergar numerosas instituciones vinculadas al accionar de la Iglesia Católica. Estas se fueron acrecentando a medida que la zona se iba poblando por numerosos contingentes de inmigrantes especialmente italianos y españoles, quienes fueron portadores de las prácticas devocionales de sus tierras lejanas.

Si bien la colectividad itálica es la mayoritaria en la zona que nos ocupa y nuclea sus devociones hacia San Cayetano y San José, en las proximidades del sector marginal del barrio conocido como "La Siberia" tiene lugar el culto dedicado a la Patrona de la Hispanidad: Nuestra Señora del Pilar.

Dicho culto se fue desplegando gracias a la incansable acción espiritual de los Padres Agustinos y, para conocer mejor su historia, trazaremos a continuación una breve reseña de este emblemático núcleo identitario de la colectividad española.

Los orígenes de la parroquia

El templo que en la actualidad conocemos como Nuestra Señora del Pilar tuvo sus orígenes en la Casa Residencia que los Padres Agustinos habían levantado en los terrenos que ahora ocupa el Colegio Verbo Encamado (La Paz y 10 de Mayo), la que se inauguró el 9 de junio de 1930, con la autorización dada por el entonces Obispo de Santa Fe monseñor doctor Juan A. Boneo. En dicha residencia se levantó una modesta Capilla en honor del Santo de Hipona, Patrono de la Congregación, que fue inaugurada el 6 de Mayo de 1932 y cuya primera tarea consistió en instruir en el Catecismo a los niños de la zona para que luego recibieran el Sacramento de la Eucaristía.

Los primeros sacerdotes en ejercer el Sagrado Ministerio en 'el humilde templo fueron los Reverendos Padres Ricardo Llamas e Isaac Cruzado y es a ellos que se debió la iniciativa de transformar la capilla agustiniana en Parroquia. Sin embargo, la noble iniciativa no pudo prosperar por la proximidad que éste tendría con las iglesias ya erigidas de San José y San Cayetano, por lo que se decidió que el nuevo emplazamiento tendría que estar ubicado ene! sector vecino a la zona más careciente de la República de la Sexta, próximo a las barrancas del río Paraná. Fue entonces que los beneméritos presbíteros localizaron un solar ubicado en la calle Colón entre Cochabamba y Pasco, donde erigieron en primera instancia una Capilla y posteriormente una Parroquia, siendo el lugar donde aún hoy perdura y ambos templos fueron puestos bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar.

Monseñor Antonio Caggiano, primer Obispo de Rosario, fue quien tuvo el honor de autorizar la erección de la futura Parroquia en el año 1940. El artículo 10 del Decreto que la establecía así lo acreditó: "...que debemos erigir, como en efecto erigimos, en la ciudad de Rosario, esta nueva Parroquia, bajo el título y Patronato de la Santísima Virgen María, en su advocación del Pilar, desmembrándola de la parroquia San José y asignándole el territorio comprendido entre los límites que aquí se describen: al norte, la calle 9 de Julio, al sur, el bulevar 27 de Febrero, al este, el Río Paraná y al oeste la calle 1° de Mayo", colocándose la piedra fundamental el 12 de Octubre de 1946.

Al ponerse el nuevo templo bajo la advocación de la Patrona de la Hispanidad, éste comenzó a atraer a los miembros de la colectividad, tanto dentro como fuera del barrio, patentizándose dicha devoción cuando el 12 de Octubre de 1954 la imagen de la Virgen zaragozana fue llevada hacia la Parroquia, previa procesión por el Río Paraná. Dicha imagen, confeccionada en metal, fue traída desde Zaragoza y desde ese momento es la que se venera en el Templo, sustituyendo a la anterior que estaba tallada en madera.

La obra apostólica parroquial


La ubicación geográfica de la Parroquia del Pilar, vecina al sector más humilde del barrio, La constituye en un importante foco referencial para todos los habitantes de la zona. Empezaron a gestarse en su tomo numerosas agrupaciones de asistencia material y espiritual para subsanar sus carencias.

Dichas agrupaciones convierten a este templo en uno de los más dinámicos de la ciudad, desempeñando un destacado papel como aglutinador de fe y al mismo tiempo, de apoyo para los más desprotegidos. Por ser las más antiguas destacamos entre éstas a las Asociaciones Santa Rita de Cascia y Santa Clara de Monte Falco (creadas en 1932) y, como un desprendimiento de la obra misionera desarrollada por la comunidad, mencionamos la Capilla Madre de la Esperanza, la que ubicada en calle Cerrito 177 Bis desde el año 1958, desempeña una importante labor de apoyo escolar y catequístico.

En conclusión, podemos señalar que la Parroquia que reseñamos es un auténtico mojón identitario para los habitantes de su zona de influencia y en este año, al cumplirse el sexagésimo quinto aniversario de su creación, la mejor muestra de devoción que podemos otorgarle debe ser respaldar la tarea de la congregación agustiniana, que brinda lo mejor de sí en procura de ayudar a los más necesitados.


* Profesora de Historia. Instituto de Historia (UCA)

Fuente: Extraído de la Revista “Rosario, su Historia” Fascículo N.º 35. Octubre 2005.-