viernes, 17 de junio de 2016

CONCLUSIONES



Por Nicolás E De Vita


En definitiva, ya transcurridas casi seis décadas del referido rapto, si nos proponemos en forma imparcial proceder a efectuar un severo y concienzudo análisis de los motivos ciertos que llevaron a aquéllos pseudos-mafiosos a involucrarse en tan delicada situación penal sin evaluar previamente las graves consecuencias finales, como realmente ocurrió, que los llevaría finalmente al descrédito y a purgar largos años de cárcel, hipotéticamente llegaremos a la conclusión que si bien no todos, en su mayor parte, ello lo hicieron ya sea no sólo por su manifiesta ignorancias sino por la desesperación que pudo apoderarse de los mismos al no poder revertir, mediante el trabajo honrado, la agobiante situación que por igual apremiaba a todos en la década del 40, sin desechar tampoco el irrefrenable deseo de un rápido, fácil e ilegítimo enriquecimiento; pero nunca como mafia en sí.

Queremos dejar perfectamente en claro, para evitar falsas interpretaciones y críticas innecesarias, que nuestra modesta opinión no pretende en modo alguno exculpar o reivindicar a los que, como pseudos mafiosos, delinquieron en aquella oportunidad. Solo nos guía el propósito de dejar expresamente demostrado que la "mafia", como tal, nunca existió dentro de nuestra ciudad y que el recordado hecho delictivo, que puso una mancha a la honradez general del Barrio Echesortu, fue evidentemente efectuado no por la secreta sociedad, sino tan solo por un núcleo, accidental de delincuentes, más comunes que reales mafiosos, ya que para esto a ninguno de los involucrados se les pudo constatar la existencia de una pálida e indirecta conexión con aquélla.

Para robustecer nuestra modesta opinión, nos permitimos aquí recordar lo expresado por un ex-policía de nuestra ciudad, Don Miguel Pinazo, quien en su libro titulado "Delitos y delincuentes" y con el aval del amplio conocimiento en la materia que al mismo le otorgara su paso por la fuerza del órden, afirma: :"Que la mafia, tal y como es considerada en Sicilia y en otras regiones de Italia, nunca existió en Rosario ni en ninguna otra ciudad de la República Argentina". Por eso, insistimos una vez más: Todo lo que en la Argentina pudo ser conocido como mafia no resulta nada más que una vinculación de simples delincuentes asociados accidentalmente, con fines netamente tenebrosos y solo obligados por la falsa premisa de no decir palabra alguna sobre las acciones por ellos realizadas; el "non sacho niente" de la ormetá o silencio; obligación a la que, evidentemente, tampoco hicieron mucho honor estos falsos mafiosos, pues en su momento ello fue completamente olvidado por la mayoria de los obligados ya que, por conveniencia o venganza personal, no tuvieron ningún empacho en "cantar a toda voz" el o los delitos cometidos, la forma realizada y los nombres de quienes estuvieron involucrados en los mismos.

Yá, a punto de dar por finalizado este capítulo, al efectuar un rápido repaso mental a todos aquellos hechos delictivos catalogados como "mafiosi" y al compararlos con los que en los últimos años se han llevado a cabo dentro de las más altas esferas de nuestro país, habremos de convenir que, frente a los grandes negociados, peculados, crímenes, asaltos, raptos, acciones terroristas, etc., perpetrados, que nos han llevado a un total grado de corruptela, estos últimos adquieren una mayor dimensión, no sólo por la larga lista de hechos consumados y de su gravedad, sino porque los mismos no fueron realizados por simples, pobres e ignorantes sicilianos como lo fueran los de aquel entonces, sino por personas instruídas, profesionales, políticos, etc., todos con pretensiones de decentes, enquistados en las más altas esferas de la vida política, económica y social de la República; todo lo cual nos lleva a efectuar la siguiente reflexión: En realidad, ¿quienes se aproximan más a los cánones mafiosos, los de antes o los de ahora?

En definitiva, la mafia, la onorávole societá, la cosa nostra, la Yakusa4, etc. o como quiera llamársele, nunca existió dentro de nuestro Barrio, de la ciudad, ni aún dentro del país, en razón de que en ningún momento la secreta sociedad siciliana debió tener, por razones desconocidas, mayor interés en sentar sus reales como lo hiciera en muchos lugares de Italia, en Norteamérica o en otras partes del mundo, donde sus actividades delictivas, a pesar de los enormes esfuerzos realizados por los respectivos gobiernos, no han podido en modo alguno ser erradicadas o medianamente controladas, es decir que se mantienen vigentes y con toda su fuerza y vigor.

1.ACEITE DE RICINO: Es un purgante muy potente y de desagradable sabor. Fue muy usado durante la época fascista por sus "squadre" contra los enemigos del régimen y en operaciones de represalias. Asimismo se lo empleó contra los mafiosos durante la represión que Mussolini emprendiera contra los mismos. El procedimiento Consistía en hacer tragar una abundante cantidad de ricino a la persona elegida con el fin de dejarla bloqueada durante varios días en el inodoro; pero, en la mayoría de los casos y en razón de la cuantía ingerida llegó a producir en las víctimas daños físicos irreparables y hasta la muerte.
2. Salva tore (Totó) Riina, fue detenido en Palermo el 15/1/1993; y su posible sucesor en el mando, Giuseppe Montalto, el 5 de febrero del mismo año.
3. Con respecto a la manquedad que sufría Carmelo Vinti, la misma provenía de un altercado que por cuestiones ignoradas el mismo había sostenido con un connacional llamado Vicente Plano. En determinado momento, el último de los nombrados, exasperado, sacó un revólver con el cual hizo dos disparos que impactaron en uno de los brazos de Vinti, por lo que, dada la gravedad de las heridas producidas, debió serle amputado la mayor parte de ese miembro.
4. Mafia japonesa.

Fuente: Extraído del Libro ¡Echesortu! ( Ciudad pequeña, metida en la ciudad) Apuntes para su futura historia ( ensayo) y Segunda Parte (Miscelaneas de la Ciudad). Editorial Amalevi. Agosto 1994.